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La felicidad ha sido tal vez el modo occidental de discutir sobre lo que hoy se llama “el buen vivir” o “el vivir sabroso”. Es decir, de discutir sobre la definición misma de la buena vida

Escrito por Amador Fernández-Savater 

“Pueblos felices no tienen Historia”

La felicidad tiene hoy muy mala prensa para el pensamiento crítico. Se considera una ilusión, otro mandato obligatorio más, un sueño tramposo de clase media.

Publico en Facebook una cita de Pasolini a favor de la felicidad y alguien responde de inmediato: “¡Pasolini capacitista!”. La felicidad cancelada.

Sin embargo, la relación entre felicidad y revolución ha sido muy estrecha hasta hace poco. La una ligaba su destino a la otra, como venía a decir precisamente Pasolini en la cita contestada.

La felicidad ha sido tal vez el modo europeo y occidental de discutir sobre lo que hoy, en la América Latina más influida por las tradiciones indígenas, se llama “el buen vivir” o “el vivir sabroso” (en hermosas palabras de Francia Márquez). Es decir, de discutir sobre la definición misma de la buena vida.

Los grupos subalternos tenían sus propias imágenes de felicidad, desde las que disputaban con la concepción hegemónica. Imágenes no solo de futuro, de una felicidad posible luego o más tarde, sino aquí y ahora, relativa a experiencias vividas en el presente.

¿Acaso se agotó ese potencial? ¿Es ya solo la idea de felicidad algo que desmontar, denunciar y deconstruir? ¿No existen imágenes de plenitud y dicha por fuera de las concepciones hegemónicas? ¿Se apagaron definitivamente las chispas de felicidad subversiva?

Felicidad y revolución 

El primer nexo entre felicidad y revolución lo encontramos nítido en los discursos públicos –Robespierre, Saint-Just o Babeuf– durante la Revolución Francesa.

Si el ser humano es esclavo y desgraciado no se debe a ninguna fatalidad inscrita en marcas de nacimiento, sino a la “corrupción del poder”

“El ser humano ha nacido para la felicidad y la libertad, por todas partes es esclavo y desgraciado”, afirma Robespierre. Si el ser humano es esclavo y desgraciado no se debe a ninguna fatalidad inscrita en marcas de nacimiento, sino a la “corrupción del poder”. Al poder mismo como corrupción.

¿Corrupción de qué? Del “estado de naturaleza” conforme al cual se debería legislar para devolver al pueblo la libertad, la virtud y la felicidad. Contra la promesa compensatoria de una felicidad solamente posible en el otro mundo, la revolución difunde por todos lados la idea de una felicidad terrestre y accesible a todos.

“La felicidad es una idea nueva en Europa”, escribe Saint-Just como colofón a un texto-decreto sobre la confiscación de bienes a los enemigos de la revolución y la indemnización de los indigentes. La felicidad es posible y su herramienta es la política.

“Pertenece a las grandes asambleas crear la felicidad común”. Una legislación revolucionaria según el estado de naturaleza puede hacer efectiva esa aspiración humana, disolviendo las desigualdades sociales y promoviendo los derechos necesarios a la asistencia, al trabajo, la instrucción. Es la idea del Estado social natural.

Los jacobinos apuestan por la revolución permanente “mientras quede un solo pobre o un desgraciado sobre la tierra”, pero el proceso se cierra el año II con la reacción de Termidor. “La revolución se ha congelado” constata entonces Saint-Just antes de enmudecer para siempre.

El fracaso de las revoluciones comunistas del siglo XX 

En los años 70 del siglo XX, el filósofo alemán Herbert Marcuse reflexiona junto a Jürgen Habermas y otros sobre su propia trayectoria política e intelectual. Todo comenzó con un fracaso, dice, la derrota de la revolución espartaquista de 1918-19 en Alemania.

La derrota de 1918-19 anticipa otro fracaso: el de las revoluciones comunistas victoriosas del siglo XX

“Yo formé parte en la última concentración de masas en la que habló Rosa Luxemburgo; yo estaba en Berlín cuando Karl Liebknecht y ella fueron asesinados. Lo que quería comprender era cómo, con la presencia de unas masas auténticamente revolucionarias, pudo ser derrotada la revolución. ¿Por qué el potencial revolucionario de entonces, históricamente fuera de lo común, no solo no se utilizó, sino que se echó a perder por décadas? ¿Por qué fue directamente inutilizado? Significativamente empecé estudiando a Freud”.

La derrota de 1918-19 anticipa otro fracaso: el de las revoluciones comunistas victoriosas del siglo XX. También en ellas el potencial revolucionario de masas queda inutilizado, y el sueño colectivo de libertad y felicidad se convierte en una pesadilla de terror y esclavitud. ¿Cómo es posible?

Lo que piensa Marcuse es que las revoluciones no solo son derrotadas por fuerzas exteriores, como la represión o la cooptación de los revolucionarios, sino también por dinámicas interiores, inconscientes. Al Termidor histórico-social se le añade un “Termidor psíquico” en cuyo misterio hay que penetrar para comprender algo de la maldición de las contrarrevoluciones.

Las revoluciones comunistas del siglo XX retoman sin cuestionar el imaginario del progreso: despliegue de las fuerzas productivas, dominio de la naturaleza y la fabricación de bienes de consumo. El socialismo se define como la redistribución igualitaria del progreso industrial, lo que Lenin resume en su famosa fórmula: “el comunismo son los soviets más la electricidad”.

El problema, dice Marcuse, es que ese imaginario presupone ya un tipo de cuerpo. Solo el cuerpo reprimido e insatisfecho, que ha aprendido a posponer el placer y a sublimar en ideales futuros, es capaz de empujar el progreso infinito cuantitativo. Solo ese tipo de cuerpo puede experimentar la vida como trabajo sin disfrute en función de la productividad y su promesa de porvenir.

¿Cómo se “educa” ese cuerpo? Por supuesto a partir de todo tipo de violencias exteriores: las conocemos bien gracias a los trabajos de Marx, Foucault o Silvia Federici. Pero no solo. Lo que Freud le permite a Marcuse es pensar la “interiorización del poder” a través del hecho cultural mismo.

El acceso a la cultura y el lenguaje impone a cada ser humano el sacrificio del cuerpo pulsional en favor del principio de realidad. El delegado del principio de realidad en el interior de cada uno de nosotros se llama superyó. Ese vigilante interno, que tomamos como voz de la conciencia moral, trabaja por el mantenimiento del orden con las armas más eficaces que existen: el sentimiento de culpa y deuda, la angustia ante la más mínima transgresión, el deseo de castigo como redención.

En esa estructura (ontológica) arraigan luego los distintos poderes histórico-sociales.

El acceso a la cultura nos predispone más bien a la alienación y la infelicidad

En el caso del principio de realidad capitalista, el mandato que vehicula el superyó es primero la renuncia pulsional a favor de la productividad. La pulsión amorosa (Eros) quedará reducida a la sexualidad genital-reproductiva. Y la pulsión destructiva (Tánatos) se instrumentalizará contra “los enemigos del progreso” tanto externos como internos: las pasiones inútiles, las inclinaciones al vagabundeo y la pereza, todo lo que se resiste a sacrificar la felicidad del presente a la productividad.

Ahora podemos entender mejor el fracaso de las revoluciones comunistas del siglo XX: al copiar tal cual el imaginario burgués del progreso, queriendo simplemente ponerlo al servicio de otras finalidades, reprodujeron el mismo “tipo humano”, el cuerpo de la renuncia pulsional y la sublimación a futuro, el cuerpo siempre insatisfecho e infeliz.

Ese cuerpo se encarna en la subjetividad que concibe la revolución como “trabajo”, la militancia como “sacrificio”, el tiempo como “espera” y el comunismo como sociedad de la productividad total. La lucha por el socialismo –y luego el socialismo mismo– se objetiva y reifica. El potencial pulsional y creativo de las masas queda inutilizado. La revolución es vencida desde dentro.

La liberación de Eros

No hemos nacido, contra Robespierre, para la libertad y la felicidad. El acceso a la cultura nos predispone más bien a la alienación y la infelicidad. La revolución política no alcanza, piensa Marcuse, es precisa una revolución cultural. Un cambio radical en la estructura de las necesidades pulsionales, invariante y a la vez abierta a la modificación histórica.

La liberación de Eros es en primer lugar una protesta: contra el mundo de la productividad autopropulsada

Esta revolución cultural consiste en reactivar las fuerzas eróticas reprimidas. La liberación como felicidad. ¿Qué es Eros? El impulso a proteger, enriquecer y embellecer la vida, el instinto de cooperación, la energía capaz de componer colectivos basados en una solidaridad sentida (y no solo obligada), la única fuerza capaz de frenar la destrucción.

La liberación de Eros es en primer lugar una protesta: contra el mundo de la productividad autopropulsada, de la agresividad permanente y la instrumentalización de todo. Sin ese filo negativo, sin esa potencia de rechazo, Eros corre el peligro de ser reducido a mera compensación tolerada.

Y es también una afirmación. La aparición de un nuevo tipo de vínculo entre los seres, las cosas y el mundo. Un vínculo sensible y afectivo capaz de cuidar cada cosa viviente como una potencia singular, como un sujeto y no como un objeto. Una nueva sublimación de la energía libidinal, ya no represiva o compensatoria, sino creadora.

La fuerza de Eros, anticipada y reservada antes al campo de la estética, debe ahora impregnar la vida entera: organizar el trabajo, orientar la construcción de entornos habitables, determinar las relaciones con la naturaleza, empapar los espacios educativos.

Esta liberación implica otra temporalidad, ya no el tiempo de la espera infinita, sino el de los procesos que llevan la recompensa en sí mismos. El tiempo de maduración, crecimiento y despliegue de lo que ya está ahí, como semilla y potencia. El tiempo del proceso y no del progreso.

Implica otro cuerpo, ya no el del militante siempre insatisfecho y en guerra contra el mundo, sin nada que perder excepto sus cadenas, sino un cuerpo que extrae su fuerza de los mil vínculos amorosos que le amarran ya al mundo: las formas de vida deseables, los territorios que habitamos, los recuerdos e historias que nos constituyen.

Implica, en definitiva, una nueva concepción de la revolución, como mutación antropológica, cambio de piel y aparición de una nueva sensibilidad. Esta nueva concepción, reclamada teóricamente por Marcuse desde los años cincuenta, se concretará prácticamente en los movimientos de los años 60: los estudiantes pacifistas contra la guerra de Vietnam, el feminismo y el primer ecologismo, las luchas anticoloniales y raciales. Los distintos actores de lo que Marcuse llamó el Gran Rechazo.

El mandato de rendimiento 

El Gran Rechazo no logra tumbar al capitalismo, pero le obliga a una reorganización general como respuesta. Es lo que se conoce como pasaje entre fordismo y posfordismo, o sociedad industrial y neoliberalismo; e implica también un cambio profundo en el nivel psíquico y subjetivo que es lo que nos interesa ahora.

El sujeto industrial se transforma en el sujeto de rendimiento de nuestros días. No definido ya por la renuncia pulsional, sino por la implicación total en la guerra económica: entrega, motivación, participación. No ya por la obediencia y el conformismo, sino por el desarraigo y la autosuperación constante. No ya por el ascetismo puritano, el ahorro o la moderación, sino por el exceso: hiperactividad, hiperexpresividad, hiperestimulación.

La acumulación como característica principal del capitalismo pasa adentro, convirtiéndose en modalidad subjetiva y modo de vida. Más allá del propio trabajo incluso, afectando a toda la existencia.

El nuevo mandato superyoico dicta: “debes aprovechar siempre, sacar el máximo partido a cada situación”. La energía amorosa de Eros queda sometida bajo todas las formas de la hipersexualización. La energía destructiva de Tánatos es instrumentalizada para la competencia general y la guerra de todos contra todos.

¿Y el malestar? ¿Cómo es el sufrimiento psíquico en esta época de rendimiento obligatorio?

Somos nosotros mismos quienes aceleramos la rueda del hámster, quienes exigimos un resultado inmediato a todos y a todo

Es la sensación constante de que el tiempo se acelera, de que “no llego” o “no me da la vida”. La sensación de estar siempre en falta, siempre en déficit, de no ser lo suficiente, no hacer lo suficiente, de no tener lo suficiente. La dificultad experimentada en la relación con el otro, siempre rival y nunca cómplice, un constante medirse atravesado de envidias y frustraciones, una demanda asfixiante.

Si Freud ofrecía a Marcuse un esquema para pensar la interiorización del poder, el psicoanalista Jacques Lacan añade posteriormente un elemento más, bien inquietante: el mandato superyoico se goza. Somos nosotros mismos quienes aceleramos la rueda del hámster, quienes entramos en la competencia con el otro, quienes exigimos un resultado inmediato a todos y a todo.

Hay en todo ello un goce, una satisfacción en la insatisfacción, un cierto enganche afectivo, una suerte de adicción. La queja en el fondo no quiere cambiar nada, la víctima se complace en su posición.

Sin pensar a fondo en todas estas cuestiones, sin entrar en serio en el “nido de víboras” de la subjetividad, las apelaciones a la transformación social se quedan en un mero discurso, un cadáver en la boca, la preparación de un nuevo Termidor psíquico.

La felicidad del desertor 

¿Y entonces, hoy, la felicidad? No por supuesto la felicidad obligatoria del mandato de rendimiento (“¡sé feliz, goza!”), sino la felicidad de deshacer precisamente todos los mandatos, la felicidad que subvierte, la felicidad de Eros.

Ensayemos un poco, sin negar otras líneas de interpretación posibles, ni tenerlas todas consigo.

Hoy están los que abandonan el puesto de trabajo, los que rechazan el consumo como relación privilegiada con el mundo, los que dan la espalda a la política y los medios de comunicación, los que se van, los que se desaparecen. Gran Dimisión, decrecimiento, éxodo de las ciudades, nuevos comunalismos, mil tentativas de desconexión y ralentización de la vida, desafección libidinal.

El telón de fondo de la época, al menos en el Norte global, es este vasto movimiento de retirada de los mecanismos ansiógenos. A veces en solitario y otras en colectivo, a veces cambiando de lugar y a veces sin moverse del sitio, a veces con discurso y otras solo por instinto.

No se trata exactamente de luchas o movimientos sociales, sino de una especie de desplazamiento de placas tectónicas, en el que nuevas luchas y movimientos podrían surgir. Pienso por ejemplo en la actual des-identificación general con respecto al trabajo, considerado durante décadas como la fuente principal de la autorrealización y la felicidad. No se puede pasar del trabajo, porque es dinero y renta, pero se toma distancia.

Franco Berardi (Bifo) propone la imagen de la deserción para pensar este movimiento de retirada. La deserción va más allá de la simple desconexión momentánea: una baja por enfermedad, una escapada, un verano. Porque implica precisamente un gesto de dimisión: de sustracción y desasimiento del nudo que nos tenía asidos, de elaboración de la trampa en la que estamos cogidos, de apertura a nuevos ritmos y respiraciones.

La deserción implica una ruptura subjetiva. Un corte con el goce del rendimiento. Una pérdida de ciertas seguridades a las que nos aferrábamos y el atravesamiento de esa angustia.

El loser es la figura más devaluada en el neoliberalismo, el espantajo con el que se nos asusta y normaliza

Atrevernos a perder. Esa es la prohibición por excelencia bajo el imperativo de rendimiento: perder el tiempo y no hacerlo rendir, perder el rostro en la disputa por la visibilidad, perder posiciones en la guerra económica. El famoso síndrome FOMO (fear of missing out), el miedo constante a estar perdiéndose algo, expresa esta terrible ansiedad.

El perdedor (el loser) es la figura más devaluada en el neoliberalismo, el espantajo con el que se nos asusta y normaliza. Pero solo atreviéndonos a perder podemos debilitar ese mandato superyoico que nos mortifica. Perder, como dice Jorge Alemán, sin identificarnos con lo perdido, sin melancolía.

Se pierde, también, por amor. Como ha ocurrido en la historia excepcional del “Loco” Pérez, el jugador que renunció a un contrato de dos millones de euros y bajó a Tercera División por su amor de infancia a La Coruña. Perder como una forma de dar y de darse sin cálculo, en fidelidad con lo que sostiene verdaderamente la vida.

Perder, no para después mejor ganar, como dicen tanto los deportistas de élite y los empresarios flipados, sino para aprender a vivir a pérdida, en el sentido de que el deseo –a diferencia del goce– no acumula, se desvía todo el tiempo, tiene mareas altas y bajas, se disipa, construye laberintos sin salida.

La felicidad del desertor pasaría por este abandono de la obligación-goce de rendir, de acumular, de controlar

La felicidad del desertor pasaría por este abandono de la obligación-goce de rendir, de acumular, de controlar. ¿Puede esta deserción tornarse movimiento colectivo, estratégico, organizado? Un movimiento de ingenieros, técnicos e investigadores franceses, unidos en su rechazo a “robotizar, mecanizar, optimizar, acelerar y deshumanizar el mundo”, se han bautizado recientemente con el nombre de “los desertores felices” y llaman a pasar a una gran dimisión constructiva, creativa, ofensiva.

Marcuse habla en algún lugar de la “felicidad sin mérito”. No la que se alcanza con esfuerzo, la que se adquiere o se conquista, la que es un premio o se decreta, sino la que puede irrumpir, sin garantías y de improviso, precisamente si nos atrevemos a perder.

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Referencias: 

Filosofía radical: conversaciones con Herbert Marcuse, Jürgen Habermas y otros, Gedisa (2018).

“La idea del progreso a la luz del psicoanálisis”, Herbert Marcuse (1969).

La nueva razón del mundo, Pierre Dardot y Christian Laval, Gedisa (2013).

 

 

[Ilustración: Acacio Puig – fuente: http://www.ctxt.es]

El 27 de mayo, Henry Kissinger cumple un siglo de vida, cuando se cumple medio siglo de algunos de los crímenes más infames en distintas partes del mundo, los cuales llevan su firma. Momento para recordar algunos de los impresionantes logros de una mente psicópata.

Escrito por Jorge Majfud

Kissinger no inventó nada en materia de manipulación mediática y de masacres preventivas en nombre de la libertad y en procura de más poder. No lo distingue nada de otros psicópatas que actuaron en el siglo XIX y antes de la Guerra Fría, sino su longevidad. De hecho, repitió hasta el hastío, por todo el mundo, el modelo aplicado a Guatemala en 1954.

En su penúltimo mensaje radial, Árbenz había declarado: “Nuestro único delito ha sido el darnos nuestras propias leyes; nuestro crimen ha sido el aplicarlas a la United Fruit… No es verdad que los comunistas están tomando el poder en nuestro gobierno… No hemos impuesto ningún régimen del terror; por el contrario, los amigos guatemaltecos del Sr. John Foster Dulles son quienes desean imponer el terror entre los guatemaltecos atacando a niños y mujeres desde aviones piratas”.

Cuando Guatemala solicitó una comisión investigadora de la ONU, el embajador de Estados Unidos, Henry Cabot Lodge, vetó la resolución. La CIA continuó bombardeando por tres días los abastecimientos de petróleo y arrojando bombas NTN sobre Chiquimula, Gavilán y Zacapa. El 27 de junio, Árbenz leyó su último mensaje por la radio pública: “Les digo adiós, amigos míos, con amargo dolor, pero manteniendo firme mis convicciones. Cuiden lo que tanto ha costado. Diez años de lucha, de lágrimas, de sacrificios y de conquistas democráticas ”.

Estas palabras de despedida de Árbenz se repetirán casi veinte años después cuando en Chile, 1973, Salvador Allende deba hacer lo mismo. De la misma forma, la declaración de inocencia de los secretarios John Foster Dulles en 1954 y la de Henry Kissinger en 1973 se repetirán como si fuesen escritas en papel calco, como otra prueba de la paranoia sistemática de quienes necesitan controlar el mundo.

También como lo hizo Kissinger horas después del golpe de Estado en Chile en 1973, en 1954 el secretario de Estado, John Foster Dulles, informó que “el Departamento de Estado no tiene ni el más mínimo indicio de que se haya tratado de otra cosa que de una rebelión de los guatemaltecos contra su gobierno”. Una vez consumado el golpe, el mismo Dulles, el fanático religioso que se guiaba por la rectitud moral de las Escrituras, después de organizar el complot en base a repetidas mentiras, anunció en cadena de radio: “El gobierno de Guatemala y sus agentes comunistas de todo el mundo han insistido en oscurecer la verdad —la del imperialismo comunista— denunciando que el interés de Estados Unidos era proteger los intereses económicos de las empresas estadounidenses… Liderados por el coronel Castillo Armas, el pueblo guatemalteco ha decidido derrocar al gobierno comunista. Ha sido un asunto interno de los guatemaltecos”.

Con el golpe de Estado de 1954, la UFCo no solo recuperó sus tierras nacionalizadas sino que se privatizaron varias áreas de propiedad pública. Los generales del ejército participantes del golpe también recibieron tierras, una especie de reforma agraria inversa. Washington invirtió millones de dólares en Guatemala bajo dictadura para demostrarle al mundo la eficacia de la obediencia a la que llamará, por alguna misteriosa razón, democracia.

Miles de campesinos que se negaron a abandonar las tierras otorgadas por Árbenz fueron desplazados por la fuerza o, simplemente, ejecutados. Otros 200.000 guatemaltecos serán asesinados o masacrados por las dictaduras militares que seguirán hasta los años 90. El presidente Ronald Reagan las llamará “dictaduras amigas” y las pondrá como modelos de libertad y democracia.

El 11 de mayo de 1967, Richard Nixon repitió su tour latinoamericano de una década atrás. Esta vez no encontró ni críticas, ni manifestaciones de estudiantes ni escupitajos como en 1958. Claro, tampoco tantas democracias. Desde el golpe contra Rómulo Gallegos en Venezuela en 1948, América latina perdió una decena de democracias, gracias a la ayuda económica, estratégica y moral de Washington.

Al día siguiente, el New York Times reprodujo un cable de UPI con las declaraciones de Nixon en Buenos Aires: el general Onganía “es uno de los mejores líderes que conocí en mi vida”. Al igual que su amigo Henry Kissinger, sabe y dice la verdad: nada importante ocurre en América del sur o a nadie en el norte debe importarle.

El 8 de setiembre de 1970, en una reunión secreta de la Comisión 40 para impedir que Allende asuma como presidente electo en Chile, se encontraban presentes el asesor de Seguridad Nacional, Henry Kissinger, el fiscal general John Newton Mitchell y el director de la CIA, Richard Helms, entre otros. Según Henry Kissinger, Allende, como Árbenz en Guatemala dos décadas atrás, era un peligro mayor que Fidel Castro por haber llegado a la presidencia a través del voto, lo cual serviría no solo como ejemplo para otros países de la región sino, incluso, para Europa, como era el caso inminente de Italia.

El 12 de setiembre, Kissinger le comunicó a Richard Helms la decisión de impedir que Allende tome posesión del cargo a cualquier precio. Más tarde, con su arrogancia clásica, confirmó la filosofía fundacional del proyecto: “No veo por qué razón deberíamos limitarnos a ver cómo un país se convierte en comunista por la irresponsabilidad de su propia gente”. El director de la CIA, Richard Helms, le escribió a Kissinger con la solución, por cierto, nada creativa: “Un repentino desastre económico será el pretexto lógico para justificar una acción militar”.

Tres días después, el martes 15, en reunión secreta con Kissinger, Helms tomó nota de las palabras del presidente Nixon. Con letra apurada, escribió en forma de verso: “Cualquier gasto vale la pena / ningún riesgo que pueda preocuparnos / mantener la embajada por fuera / diez millones de dólares o más, si es necesario / haremos que la economía chilena grite de dolor”. El 25 de noviembre, Henry Kissinger le envió un memorándum al presidente Nixon para la actuación en Chile con el título “Acción encubierta en Chile”, en el cual resume la estrategia a seguir:

1) Fracturar la coalición de Allende;

2) Mantener y extender los contactos con el ejército chileno;

3) Proveer de ayuda a los grupos no marxistas;

4) Darle visibilidad a los diarios y los medios contrarios a Allende;

5) Apoyar a los medios como [censurado] para que inventen que Cuba y los soviéticos están detrás de su gobierno.

El Comité ha aprobado las medidas de actuación de la CIA y el presupuesto necesario”.

Nixon reemplazó al embajador Korry por Nathaniel Davis y al director de la CIA, Richard Helms, por James Schlesinger, en procura de una mayor agresividad en la ejecución del plan. La CIA canalizó millones de dólares, esta vez no para los políticos amigos sino para crear rabia e insatisfacción popular contra el gobierno que apenas había asumido y para torcer el ejército chileno en contra del orden constitucional, alegando razones morales y patrióticas. El Plan B funcionó a la perfección. La estrategia fue efectiva: continuar la guerra económica y psicológica antes de la solución final. El 21 de setiembre, el embajador Edward Korry le envió a Kissinger un reporte oficial : “No permitiremos que ni una tuerca ni un tornillo llegue a Chile mientras Allende sea presidente. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para condenar a Chile y a todos los chilenos a la mayor miseria que sea posible”.

Para facilitar el plan, Kissinger solicitó colaboración a su viejo amigo, David Rockefeller, director general del banco de la familia, el Chase Manhattan Bank (luego JPMorgan Chase), y uno de los principales bancos en Chile. Nixon cortó los créditos de aquel país, pero no las ayudas millonarias a la oposición. El gerente de ITT en Chile, John McCone (exdirector de la CIA, dueño del 70 por ciento de las telefónicas en ese país y distinguido en 1987 por Ronald Reagan con la Medalla Presidencial de la Libertad) ya había informado de su disposición de poner un millón de dólares para desestabilizar a Allende. Su primera donación había sido de 350.000 dólares para la campaña política del rival de Allende, Jorge Alessandri, la cual había sido igualada por múltiples donaciones de otras grandes corporaciones estadounidenses en Chile.

Aunque el 3 de julio de 1972 el New York Times había publicado el informe de uno de sus enviados identificado como Mr. Merriam filtrando los sobornos de ITT en Chile, ni a Nixon ni a Kissinger les importó, como alguna vez les importó a sus predecesores. Años antes, el Pentágono había financiado y organizado diferentes infiltraciones en la academia sudamericana con programas como el Proyecto Camelot en Chile, el que debió ser suspendido por el secretario de Defensa de entonces, Robert McNamara, el 8 de julio de 1965, “debido a la mala publicidad de la que ha sido objeto”.

En Washington, Henry Kissinger dio una conferencia de prensa y, como copia del discurso exculpatorio del secretario de Estado, John Foster Dulles, luego de destruir la democracia en Guatemala en 1954 negó cualquier participación del gobierno de Estados Unidos en el golpe militar de Chile. Kissinger sigue, letra por letra, el manual de la CIA que, por décadas, exige que todo lo que sea hecho debe ser hecho “permitiendo una negación plausible” y, bajo cualquier circunstancia, “nunca se debe admitir alguna participación en ningún hecho, aunque todas las pruebas indiquen lo contrario”.

El 6 de julio de 1971, Kissinger informó al mismo comité de que la Casa Blanca le había encomendado eliminar al nuevo gobierno de Bolivia, liderado por un militar con tendencias izquierdistas llamado Juan José Torres. Kissinger considera que la nueva Asamblea del Pueblo donde obreros, mineros, campesinos y universitarios participan por igual es una de las mayores amenazas inspiradas por los soviéticos, por lo cual era necesario ayudar a la oposición con dinero y propaganda. En el comité se concluye que antes “teníamos un líder a quien apoyar [general René Barrientos] y ahora tenemos un auto en marcha y estamos en la búsqueda del conductor”.

Casi al mismo tiempo, el secretario ejecutivo del Departamento de Estado, Theodore Eliot, comunicaba de forma confidencial que Washington estaba preocupado por la posibilidad de que el nuevo partido de izquierda, el Frente Amplio, pudiera ganar la intendencia de Montevideo y no quería un nuevo Allende, aunque fuera en una alcaldía. Echando recurso a una estrategia más indirecta que la usada en Chile, Washington intervino en el proceso electoral, como lo había hecho a lo largo de las décadas anteriores, propagando información conveniente, plantando editoriales en “diarios prestigiosos” e infiltrando las fuerzas de represión locales. Aunque lejos de la violencia desatada por generaciones en las repúblicas tropicales, en Uruguay también se contaba con la excusa perfecta del combate a un grupo subversivo llamado Tupamaros, surgido años después de la intervención de la CIA en uno de los países más independientes y democráticos del continente. El memorándum a Henry Kissinger informaba sobre las buenas posibilidades de su candidato preferido, Juan María Bordaberry, aunque también advertía que en Uruguay “el fenómeno de los Tupamaros es básicamente una revolución de la clase media en contra de un sistema que no ofrece oportunidades de participación”.

Para las cruciales elecciones de 1971, Washington y Brasilia ya se habían encargado de que el Frente Amplio obtenga una mala votación y que el Partido Blanco (el partido de Nardone, ayudado por la CIA una década atrás, pero ahora posicionado unos pasos hacia la izquierda con su candidato Wilson Ferreira Aldunate) pierda las elecciones. Luego de meses de recuento y de denuncias de fraude, el candidato del Partido Colorado, ahora en manos de la derecha militarista, resultará vencedor. Juan María Bordaberry obtendrá unos pocos miles de votos más que Wilson Ferreira y se encargará de entregar el país a la dictadura militar dos meses antes del golpe en Chile. Este mismo año, en la Casa Blanca, Richard Nixon, Henry Kissinger, Vernon Walters y otros funcionarios de Washington le agradecen personalmente al dictador brasileño Emílio Garrastazu Médici por su intervención en las elecciones en Uruguay, por su liderazgo en la represión de los movimientos sociales de América Latina y por el bloqueo de Cuba como miembro de la OEA.

También de forma simultánea, entre 1969 y 1973, caían sobre Camboya más bombas (500.000 toneladas) que las que cayeron sobre Alemania y Japón durante la Segunda Guerra. Lo mismo les ocurrió a Corea del Norte y a Laos. En 1972, el presidente Nixon preguntó: “¿Cuántos matamos en Laos?”, a lo que su secretario de Estado, Ron Ziegler, contestó: “Como unos diez mil, o tal vez quince mil”. Henry Kissinger agregó: “En Laos también matamos unos diez mil, tal vez quince mil”. En realidad, estas cifras son apenas la sombra del genocidio perpetrado en la región.

Luego de que la Comisión Church del Senado revelara varias operaciones de la CIA, como la manipulación de la prensa y la cultura en decenas de países, el apoyo con dinero y  logística a políticos obedientes en múltiples elecciones, la organización de golpes de Estado y el asesinato de líderes populares por todo el mundo, Henry Kissinger propuso radicalizar las medidas que impidieron futuras acusaciones bajo nuevos estándares de “secreto incondicional”. Las estrategias fueron y son infinitas. Según el National Security Archive, el mismo Kissinger había filtrado documentos secretos por lo cual se intentaba castigar a las comisiones investigadoras y, según uno de los periodistas que destaparon el escándalo que terminó con la renuncia de Nixon, Carl Bernstein, la misma comisión Church omitió información más comprometedora.

En 1976, Henry Kissinger llegó a Santiago y le entregó al general Pinochet el discurso que pensaba leer al día siguiente, asegurándole que no habría ninguna mención a los derechos humanos referidos a Chile sino a los regímenes comunistas. “Usted es una víctima de la izquierda internacional”, dice el poderoso Kissinger, como forma de consuelo. Luego agrega: “Queremos ayudarlo. Usted ha hecho un gran servicio a Occidente derrocando a Allende”. Chile fue el primer laboratorio del neoliberalismo diseñado por Friedrich von Hayek y Milton Friedman y, como siempre, impuesto a fuerza de sangre y acoso.

Poco después Kissinger aterrizó en Argentina para ayudar a otro de sus regímenes favoritos. Aunque la Junta Militar justificaba el golpe en la violencia de los grupos subversivos de izquierda, los registros de la Embajada de Estados Unidos muestran que la violencia del terrorismo paramilitar era muy superior. Solo durante el primer año del gobierno de Isabel Perón, los asesinatos de la Alianza Anticomunista Argentina (la Triple A creada por José López Rega, la mano derecha de la presidenta) sumaron 503 víctimas, más que todas las víctimas de los atentados de los grupos de izquierda. El mismo embajador Robert Charles Hill, el 24 de marzo de 1975 había reportado al secretario de Estado, Henry Kissinger, sobre 25 ejecuciones políticas en solo 48 horas, de las cuales dos tercios eran víctimas del paramilitarismo de extrema derecha. “El mayor incidente —escribió el embajador en un memorándum— ocurrió el pasado viernes cuando 15 terroristas (de la Triple A) secuestraron a jóvenes de la izquierda peronista en ocho Ford Falcon. Una mujer fue asesinada cuando intentaba evitar que se llevasen a su esposo. Más tarde, aparecieron otros seis cuerpos… En Mar del Plata, como represalia por la muerte de un abogado de la derecha peronista a manos de un grupo de montoneros, otros cinco izquierdistas fueron asesinados, los que suman más de cien asesinatos políticos en lo que va del año”.

Apenas un año después, el desprecio del embajador Robert Hill se proyectó sobre Kissinger. Poco antes de dejar este mundo, como una reacción moral al final de su larga carrera imperialista, el embajador intentó resistir la aprobación de Kissinger a la dictadura argentina debido a las obvias violaciones a los derechos humanos. En la reunión de la OEA en Santiago de Chile de junio en el Hotel Carrera, Hill intentó revertir sin éxito la poderosa diplomacia por entonces no oficial del todopoderoso Kissinger. Uno de los hechos que precipitaron la crisis moral del embajador Hill poco antes de su muerte fue cuando el hijo de treinta años de uno de los empleados de su embajadora, Juan de Onis, fue secuestrado y desaparecido por el gobierno de Videla. Cuando en octubre de 1987 The Nation informó sobre este caso, Kissinger se burló de las excesivas preocupaciones del fallecido embajador Hill sobre los derechos humanos.

Kissinger siempre fue intocable y sus objetivos por demás claros. El 25 de marzo de 1976, en el telegrama 72468 del Departamento de Estado, había enviado a la Casa Blanca una copia de la conclusión del Bureau of Intelligence and Research, confirmando los beneficios del nuevo golpe en América Latina, razones que solo repiten otros argumentos usados en el siglo XIX: “Los tres líderes de la Junta son conocidos por sus posiciones en favor de Estados Unidos… y por sus preferencias por las inversiones de los capitales extranjeros. Además, el nuevo gobierno buscará la ayuda de asistencia financiera de Estados Unidos, sea moral o en dólares”. Como es costumbre, la nueva dictadura argentina no fue bloqueada sino lo contrario. El FMI aprobó, en cuestión de pocas horas, un préstamo de 127 millones de dólares (575 millones al valor de 2020) para asegurar el éxito del nuevo régimen terrorista, de la misma forma que habían hecho con Chile y otras dictaduras militares―préstamo que, como fue el caso de otras dictaduras amigas, saltará por las nubes poco después debido a las nuevas tasas de interés de la FED.

El 7 de octubre 1976, luego del golpe, Henry Kissinger, en una reunión en la que se encontraba el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Philip Habib, le dirá personalmente al ministro argentino de Relaciones Exteriores, el almirante César Guzzetti: “Nuestro interés es que tengan éxito. Tengo una visión pasada de moda según la cual a los amigos hay que defenderlos. En Estados Unidos la gente no entiende que ustedes tienen una guerra civil aquí. Leen sobre la necesidad de los derechos humanos pero no entienden el contexto… Así que cuanto antes lo hagan, mejor”.

Un par de años antes, el 24 de marzo de 1977, el nuevo consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter, Zbigniew Brzezinski, pecando de un exceso de optimismo, había declarado que la doctrina Monroe “ya no es válida; representa un legado imperialista que ha destruido nuestras relaciones internacionales” y que lo que corresponde es tener una relación más igualitaria con los vecinos del sur. Los idealistas no durarán muchos años. Ni siquiera podrán gobernar cuando les toque gobernar. En un memorando secreto dirigido al mismo Brzezinski con fecha del 11 de julio de 1978, Robert Pastor le informará sobre la visita de Kissinger a la Argentina con motivo de la Copa Mundial de Fútbol. Refiriéndose a la junta militar, Pastor informará que las palabras de reconocimiento del ex secretario de Estado Henry Kissinger “por los logros del gobierno en su lucha contra el terrorismo fueron música para sus oídos, algo que habían estado esperando por mucho tiempo”. Luego: “Sus declaraciones sobre la amenaza soviético-cubana me parecieron desactualizadas, con un retraso de quince o veinte años… Lo que me preocupa es su deseo de atacar las nuevas políticas de la administración Carter sobre los derechos humanos en América Latina. Por otra parte, no queremos una discusión pública sobre esto, sobre todo porque necesitamos su ayuda para el SALT”.

En julio de 1978, el Buenos Aires Herald publicó declaraciones de Henry Kissinger que se parecen a su respuesta ante las cámaras de televisión sobre el desconocimiento del golpe de Estado en Chile cuatro años atrás. Ahora, el intocable Kissinger (su apellido significa “más que un beso”) vuelve a hacer uso de su clásica hipocresía. “Se supone que soy un experto en asuntos internacionales, pero no he tenido mucha información sobre lo que ha ocurrido en Argentina en los últimos diez años”, declara. El embajador Robert Hill, en un momento de crisis de fe, toma un bolígrafo y subraya estas palabras. Al margen del diario, escribe: “Perfecta mierda”.

El poder de Kissinger fue más allá de lo razonable, aun sin un cargo oficial. Poco después, Robert Pastor le solicitó a Brzezinski que trate de preguntarle a Kissinger si no le importaría el hecho de que un miembro de su staff (“yo mismo”) pudiese cuestionar los objetivos de su viaje a Argentina. Con cierta ambigüedad o ingenuidad, Pastor concluye: “Eso podría darme un indicio sobre si a él realmente le interesa algo sobre nuestras políticas de derechos humanos para promover una campaña y darle alguna información sobre la efectividad de nuestra política de derechos humanos para América Latina”.

Cuarenta años después, aparte de la sistemática y masiva violación de los derechos humanos en Argentina, los documentos desclasificados en Washington abundarán en menudencias como la costumbre de las fiestas, los conciertos y las cenas de rigor a los que estaban expuestos los diplomáticos en Argentina; la reunión de Henry Kissinger en abril con Jorge Luis Borges, con Martínez de Hoz (el representante del proyecto neoliberal en ese país) y con el ministro de Exteriores, Cesar Augusto Guzzetti, a quien Kissinger autorizó (“[gave] explicit permission”) para actuar de la forma que fuese necesario para “reprimir el terrorismo”.

Desde principio de los años 60, como en cualquier otro país de la frontera sur, en África y en Asia, la CIA arma y financia grupos paramilitares que se hacen célebres en la historiografía por sus matanzas y sadismo sin límites contra cualquier indio o pobre que resista los abusos y desalojos de sus tierras apetecidas por las corporaciones. En América Central las dictaduras apoyadas por Washington, por empresarios y pastores como Pat Robertson, dejan cientos de miles de muertos y se las llama “guerra civil”. Desde 1971, Israel también abasteció de armas a las dictaduras centroamericanas, entre otras, pero de 1977 a 1980 (debido al recorte de ayuda militar del presidente Jimmy Carter) se convierte en el principal proveedor junto con el régimen de apartheid de África del Sur. Durante diversos gobiernos militares de la región, y con la venia de Henry Kissinger, Israel también proveyó ayuda técnica y logística en control interno y según la doctrina de la Seguridad Nacional. Como en casi todos los otros casos, la razón de esta doctrina (la existencia de grupos subversivos) es una consecuencia de la misma doctrina. Incluso cuando la resistencia armada existe es, en proporción, irrelevante. La Corte Interamericana de Derechos Humanos insiste que los grupos guerrilleros carecen del armamento y de las fuerzas necesarias para convertirse en una amenaza para el gobierno de Guatemala. Pero el terrorismo de Estado necesita una razón para existir. El ejército y los paramilitares se encargan de casi todas las matanzas y a eso se le llama “guerra civil”. Ametralladoras importadas y penes nacionales son las principales armas del genocidio y la humillación sistemática.

El 21 de julio de 2020, el gobierno de Trump emitirá orden de captura y una recompensa de cinco millones de dólares por el presidente del Tribunal Supremo de Venezuela, Maikel Moreno, acusado de corrupción. El secretario de Estado Mike Pompeo explicó la decisión: Moreno “aceptó sobornos para influir en los resultados de algunos casos criminales en Venezuela; con este anuncio estamos enviando un mensaje claro: Estados Unidos está en contra de la corrupción”.

Casi veinte años antes, en agosto de 2001, como respuesta al requerimiento del juez español Baltasar Garzón para que el ex secretario de Estado Henry Kissinger declare ante los tribunales internacionales por su participación en las dictaduras latinoamericanas, el gobierno de George W. Bush emitió un comunicado protestando: “Es injusto y ridículo que un distinguido servidor de este país sea acosado por cortes extranjeras. El peligro de la Corte Penal Internacional es que un día los ciudadanos estadounidenses puedan ser arrestados en el extranjero por motivaciones políticas, como en este caso”.

En 1968, cuando aún era un desconocido profesor de Harvard, Kissinger, sobreviviente de la persecución nazi en Alemania, había resumido toda la filosofía imperialista con su clásico cinismo: “Existen dos tipos de realistas: aquellos que manipulan los hechos y aquellos que los crean; Occidente necesita hombres capaces de crear su propia realidad”.

Hace cincuenta años, dos meses después del golpe de Estado en Chile, Kissinger fue distinguido con el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos por la paz en Vietnam. Kissinger declaró que recibía el premio “con humildad” y donó el dinero del premio a los niños huérfanos de los soldados estadounidenses caídos en Vietnam, Laos y Camboya.

Dicen que corrieron lágrimas de emoción por tan noble gesto.

Jorge majfud. Extractos del libro La frontera salvaje.

 

 

[Fuente: http://www.majfud.org]

«La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero». (Antonio Machado. Juan de Mairena)

Praza da Princesa, en Vigo

Escrito por Xosé Antón Jardón

Os estudosos definen o simbolismo como un movemento inimigo da falsa sensibilidade, ansioso da procura interior das verdades universais, dende a espiritualidade, a imaxinación e os soños. Entón, quen nos rouba os soños cada madrugada?

As verdades –e a crúa realidade– son capaces de demostrarnos cada luscofusco, cando a luz se vai esvaendo ao final de cada día, que nos tempos da perpetua pantomima que nos toca vivir, aquela corrente nacida no século XIX foise virando e revirando co fin de facer de nós monicreques autómatas, servos da supervivencia superficial, da trola descarada e da pérfida incoherencia.

No medio da campaña electoral, no decorrer dun maio extravagante, frío, aséptico e superficial, os cínicos esbrancuxados sempre atopan un instante a plena luz para darlle pábulo ás súas insolentes ocorrencias. Na véspera do Día das Letras Galegas, acompañada dun texto escrito na nosa lingua –cada día máis acurrunchada– aparecía unha foto desas ás que nos teñen tan acostumados. Ocupaba a portada dun medio con domicilio fiscal no noroeste de España, afianzando esta nova versión do simbolismo creativo, difícil de engulir para unha boa parte da humanidade, malia as sobredoses de vaselina de curso legal. Nun primeiro plano, asoman o rostro dous galegofalantes solventes: o alcalde da maior cidade galega e o director do medio en cuestión; e acolá atrás, distantes, case borrosos e ignorados, o presidente da RAG e o premio nacional de narrativa de 2021. De fondo a lenda de rigor, Unha complicidade a prol de Galicia, coroa o retrato do editor do xornal e do cómplice forzoso: o homenaxeado no Día das Letras Galegas do 2023. Velaí o panorama e, unha vez máis, a teimuda calcomanía surrealista á procura da máxima deturpación do simbolismo clásico, eclipsado mediante esa técnica sibilina, dos que teñen a tixola polo mango, de converter o vicio en virtude ou a falsidade e o cinismo en verdades incuestionábeis e universais. A vida debe ser dura para os que, talvez sen querelo, teñen que aparecer nestas curiosas estampas. Moi dura!

Así que, se aínda nos queda nas nosas curtidas veas algunha pingada de sangue vermella, despois do 28M, e en todo caso antes de que acabe o mes das letras, deberiamos tributarlle unha homenaxe a Fernández del Riego, poñéndonos mans á obra para esixirlle aos representantes nos concellos, comezando polos máis próximos aos nosos pareceres, que tomen en serio a nosa cultura e a nosa lingua. En caso contrario, os poucos indicios que nos quedan de pertenza a un país, dentro de catro anos, iranse abafando por unha masa abstracta sen forma perceptíbel, sen nome e sen sentido.

[O meu tío Lisardo é dos que pensan que, na vida, ser coherente ademais de non ser necesario seguramente é imposíbel. Basta, por tanto, ter firme vocación de aproximarse harmonicamente ao comunmente desexábel]

 

 

[Imaxe: Javier Mariño arquitecto – fonte: http://www.praza.gal]

Écrit par Josyane Savigneau

Si on est Français et amoureux du Liban, on sait qu’on va aimer ce Beyrouth sentimental de Daniel Rondeau dès qu’on lit la première phrase : « J’ai posé mon front sur le cœur du pays du Cèdre et je vis avec les pulsations de Beyrouth dans la tête. » Mais cette sorte de « carnet de bord » – 1987-2022 – d’un pays d’abord en guerre, puis en proie à tant de désillusions, jusqu’à ce moment où, écrit Rondeau, « pour la première fois je l’ai saisi en flagrant délit de désespérance », peut-il intéresser autant les Libanais, qui connaissent toute l’histoire ? Certainement, s’ils aiment la littérature, car c’est un livre d’écrivain, plein de rencontres improbables, de portraits inattendus. Et même les choses programmées, comme les visites officielles de chefs d’État ou d’hommes politiques sont racontées autrement, avec verve et, quand il le faut, ironie.

On y croise des personnages de la France littéraire de la fin du XXe siècle, comme Roger Stéphane, venu parler de l’amitié entre Malraux et De Gaulle, pionnier d’une série à laquelle des tirs syriens mettront fin au bout de quelques mois. Rondeau découvre ce passé de Beyrouth, qu’il n’a pas eu la chance de connaître, « réduit à des gravats ». Mais dans ce pays qu’il n’a vu « que sur le qui-vive », on va quand même dîner chez Sami à Jounieh, on y retournera longtemps après la guerre, pour les délicieux poissons. On fait la connaissance de l’homme qui « blinde » toutes les voitures, ce qui, avec la violence partout, ne le laisse pas inoccupé. Il a blindé sa première voiture, la sienne, en 1977, et après huit mois de tâtonnements, a mis au point le processus.

Cette fin des années 1980 est celle où « la mort est un personnage de la ville ». Pourtant, « à Bkerké, siège du patriarcat maronite rien n’a changé depuis Barrès ». Mais on peut aussi croiser un taureau en pleine rue qui « charge » des voitures, rouges de préférence. Rondeau n’avait pas lu Khalil Gibran (1883-1931) et ne savait rien de lui puisque la biographie que lui a consacrée Alexandre Najjar est de 2002. C’est Adonis, qui, selon lui « a très bien parlé de son problème, ou plutôt du nôtre, celui qu’il nous pose : “c’est un astre qui tourne seul hors de l’orbite de l’autre soleil qu’est la littérature, dans son acception universelle” ».

Rondeau parle de politique et de littérature, ses deux passions – on a lu Chronique du Liban rebelle 1988-1990 (Grasset 1991) – et tout ce qu’il dit de Michel Aoun, d’hier et d’aujourd’hui, déplaira peut-être à certains. Et on peut préférer l’entendre évoquer Salah Stétié, Gabriel Bounoure, le père Ducruet, le jésuite « qui ne croit pas à la mort ». On voudrait avoir connu Maha Chalabi, la Dame de Tyr. Ou l’émir Maurice Chehab, mort en 1994, qui a assumé la responsabilité du Musée national quand il était situé sur la ligne de front. Ou plus encore Pépé de Byblos. Il avait, un jour, dansé avec Ava Gardner et était, selon Rondeau, une des figures de la mélancolie libanaise : « Il représentait à lui seul l’insouciance perdue. » Et on s’en voudrait de ne pas aller à la Maison Rose car « il arrive que les maisons nous parlent ».

L’insouciance ne reviendra pas, même la guerre finie. Mais il y aura de beaux moments, comme ce voyage de 2009 avec Vénus Khoury-Ghata et quelques autres. Et Rondeau promène son lecteur pendant un moment dans la vie de Vénus, résumée par elle. Dans ces années-là, on pourra se balader avec bonheur dans Achrafieh, passer des nuits blanches, ou un moment assez intime avec Fairuz… En dépit de la présence d’un président de la République.

Les Libanais se souviennent trop bien du 4 août 2020 pour qu’on le leur rappelle. Mais comme pour Rondeau, le Liban, pour les Français qui l’aiment, est synonyme d’énergie – « les Libanais ont cette force singulière de toujours penser à se reconstruire. » Et s’il fallait tout résumer en peu de mots, ce serait « joie, courage, fantaisie, énergie ».

Beyrouth sentimental. 1987-2022 de Daniel Rondeau, Stock, 2023, 224 p.

 

[Source : http://www.lorientlejour.com]

D’institucions e de partits dels dos territòris vòlon aprofechar del vam de las convèrsas entre los govèrns francés e còrs per far avançar lors revendicacions

Pels autonomistas d’Unser Land, Alsàcia deuriá dispausar d’autonomia legislativa.

Lo fach que la represa de las convèrsas entre l’estat francés e las institucions còrsas aja dobèrt de perspectivas per l’aprobacion d’un nòu estatut per Corsega en 2024 es estat remarcat per d’autras nacions sens estat de l’Exagòn. En Bretanha, los autonomistas an aviat una campanha per que la demanda d’autonomia aprovada l’an passat pel Conselh Regional demòre pas dins un tirador. Mentretant, l’executiu alsacian a entamenat una consulta publica per definir quin modèl de descentralizacion vòlon los ciutadans en cas qu’Alsàcia recobre sas pròprias institucions regionalas.

Una mocion sens continuitat en Bretanha

Dins lo cas de Bretanha, tirèt l’atencion lo fach que lo Conselh Regional aprovèsse amb una majoritat fòrça larga, dont de socialistas e de conservadors, en abril de 2022, una mocion que demandava al govèrn francés de “començar de convèrsas per la definicion d’un possible modèl d’autonomia de Bretanha, que comprenguèsse una part de poder legislatiu e reglamentari”. Un vòte que se considerèt coma una victòria del principal partit autonomista breton, l’Union Democratica Bretona (UDB), qu’ara ven de començar una campanha per qu’aquela demanda s’oblide pas e per convéncer encara mai de bretons del besonh de sistèma autonomic.

Las regions francesas an de competéncias executivas mas non pas legislativas. Dins la campanha, l’UDB reclama que los poders legislatius sián “partejats” amb l’estat en de matèrias coma lo transpòrt, lo lotjament, la santat, l’educacion o la politica lingüistica. Lo partit breton ditz que la tòca finala es que França venga un estat federal.

Aquela demanda la jonhon los partits de la Federacion Regions e Pòbles Solidaris (RP&S), qu’amassa una bona part de l’espèctre autonomista de las nacions sens estat de França. Dins un webinari organizat la setmana passada per RP&S, divèrses dirigents e pòrtavoses de la meteissa UDB, del Partit de la Nacion Còrsa, d’Euskal Herria Bai e d’Unser Land (Alsàcia) an insistit sul besonh d’adaptar l’arquitectura de la Republica Francesa als besonhs de cada territòri, a travèrs d’acòrdis d’autogovèrn diferenciats.

En Alsàcia, lo camin per recobrar las institucions regionalas

Mentre qu’en Corsega negòcian amb l’estat e en Bretanha aspiran a o far, en Alsàcia la question que centra ara los esfòrces es la recuperacion de las institucions regionalas pròprias que lo territòri germanofòn perdèt lo 1r de genièr de 2016, quand foguèt absorbit dins una region de nòva creacion, lo Grand Èst. Dempuèi 2021 totun, Alsàcia dispausa d’una institucion pròpria —la Collectivitat Europèa d’Alsàcia (CEA)— mas inserida dins lo Grand Èst. Tant l’executiu alsacian coma los ciutadans —un 92% de vòtes en favor dins una consulta non constrenhenta aqueste meteis an 2023— preferisson de sortir del Grand Èst e que lor territòri torne èsser una region administrativa desseparada.

Pels autonomistas d’Unser Land, aquela region deuriá dispausar d’autonomia legislativa. Es tanben l’opinion d’una partida dels ciutadans que participan a la consulta que la CEA organiza entre abril e julhet per lor demandar cossí voldrián que foguèsse la region d’Alsàcia se, fin finala, se separèsse del Grand Èst. Demest las responsas de las personas participantas i a d’idèas coma lo transferiment de competéncias, lo bilingüisme alemand-francés o la possibilitat d’establir de ligams mai estreches amb d’autras regions europèas.

Lo president francés, Emmanuel Macron, a ensajat de se desbarrassar del dorsièr de la sortida d’Alsàcia del Grand Èst, qualques jorns après que la CEA aprovèt una resolucion, gaireben a l’unanimitat, en favor de la creacion d’una region d’Alsàcia amb “un estatut particular”. La CEA e los deputats alsacians pensan que lo desinterès de Macron pòt pas èsser definitiu e que, del meteis biais que lo govèrn francés a cambiat de vejaire e a considerat de negociar un estatut còrs, pòt passar la meteissa causa amb Alsàcia. A mai, segon una informacion publicada en febrièr dins La Dépêche du Midi, Macron pensariá de devesir qualques regions en d’autras mai pichonas, çò que, en fòrça cases, poiriá comportar de tornar a la mapa anteriora a la reforma de 2016 de François Hollande. E alavetz Alsàcia auriá una possibilitat. Tot comptat e rebatut, se poiriá comprene dins —o avançar en parallèl a— la reforma constitucionala que lo president francés vòl far aprovar en 2024.

Un “grand debat public” tanben en Alsàcia

La pòrtavotz de l’UDB, Lydie Massard, considèra que la consulta aviada en Alsàcia “mòstra clarament la draia de seguir” en Bretanha per definir los contorns e los contenguts de l’autonomia que son partit vòl per la nacion atlantica. “Avèm pas quitat de reclamar l’organizacion d’un grand debat public amb las bretonas e los bretons” sus aquela question, çò ditz Massard. “E esperam que Loïg Chesnais-Girard, president del Conselh Regional de Bretanha, adoptarà una actitud proactiva”. La campanha lançada la setmana passada per l’UDB es tanplan un biais de lo quichar.

 

[Imatge: Unser Land – sorsa: http://www.jornalet.com]

 

Els francesos proclamen «liberté, égalité, fraternité», però contra el català i totes les llengües del seu estat que ells consideren inferiors. Ja porten anys fent-ho i perseveren en la ignomínia.

Escrit per David Garrido

Finalment, el Tribunal Administratiu de Montpeller s’ha pronunciat. Estava cantat: el català fait chier! (a la merda!). Vegeu: els consells municipals (ep! Que dir «ajuntament» és una espanyolada) de Banys i Palaldà (Vallespir), Elna (Rosselló), Portvendres (Rosselló), Sant Andreu de Sureda (Rosselló) i Tarerac (Conflent) havien modificat llurs reglaments per tal de permetre l’ús del català als plens municipals. Això sí, que «són a França», sota la condició de traduir les intervencions al francès a qui no les entengui. Què has dit, parlar català en un ple municipal? El prefecte del departament (província) de Pyrénées-Orientales, un paio francesot natural de l’Alta França, a tocar Bèlgica, ha entrat en còlera. Ni drets humans (els drets lingüístics ho són) ni hòsties, «La langue de la République est le français» i punt. Denúncia i ―voilà!― sentència: muts i a la gàbia! Així és França, la seva République i la borbonalla que la precedí, de la qual Espanya és una potinera còpia, en borbonalla, de la qual encara no s’han desempallegat, i en república quan hi hagué.

El català ―vés què hi farem― els emprenya, a francesos i espanyols, i uns i altres perseveren a anorrear-lo. A França, ja veieu, no permeten l’ús institucional, que consideren ―ai Senyor!― un ultratge a la seva République. A Espanya l’espanyolada és igual, però dissimulen alguna cosa, allò de la cooficialitat arrencada als redactors de la Constitució neofranquista de 1978, però que, entre lleis, decrets i normatives impositives de l’espanyol, s’aigualeix, quan no directament es desfà com un terrosset de sucre en una tassa de cafè.

Rodrigue Furcy, un francesot de l’Alta França, és el prefecte a qui li molesta que als consells municipals de la Catalunya Nord es parli en català. França és així, amb paios d’aquesta mena, funcionaris sense escrúpols que detesten que els catalans del nord siguin catalans.

França ha venut la seva Revolució com una fita històrica inigualable, la França de la Déclaration des Droits de l’Homme et du Citoyen (més del citoyen, del citoyen francesot, és clar, que de l’home), i així és estudiada als llibres de text de les escoles, a França i també a Espanya. Una Déclaration redactada en francès i per als francesos, que obvia el dret de les nacions i de les llengües sota el jou de la borbonalla parisenca després reconvertida en République. França, en definitiva, és París i la resta poc importa. Espanya la intentà imitar, però Madrid, al bell mig de la Meseta carpetovetònica, què us diré?, mai no ha tingut glamour.

El cas del català als plens s’ha dirimit al Tribunal Administratiu de Montpeller. El resultat estava cantat: muts i a la gàbia! A França no li agrada que els catalans parlem català, que els bascos parlen basc, que els occitans parlen occità, que els arpitans parlen arpità, que els breton parlen bretó, que els alsacians parlen alsacià, que els corsos parlen cors, que els neerlandesos parlen neerlandès, que els…

L’ocupació francesa de la Catalunya Nord, una anomalia històrica

La Catalunya Nord, o sia, l’ocupació de les terres septentrionals de la nació catalana situades al nord de l’Albera, és una anomalia històrica. Catalunya «francesa», en definitiva, perquè els sapastres espanyols que negociaren el Tractat dels Pirineus (1659) no tenien ni idea de Catalunya. França hagués cedit gustosament la Catalunya Nord a canvi d’algunes places a Flandes, Hainaut i Luxemburg, però… Bé, espanyols! Els importava un rave Catalunya. Avui dia, en certa manera, és igual, però han passat els anys, els segles, i la creuen de la seva propietat. Quan Lluís XIII morí (1643), el rei proclamat pels catalans en 1641, el seu successor Lluís XIV estava per una altra cosa. A més a més, els espanyols ―ai els espanyols, sempre tan rematadament trompellots en política exterior!― gosaren immiscir-se en la guerra entre francesos i neerlandesos (1672-1678) i acabaren esquilats. Espanya s’alià amb els Països Baixos, l’enemic declarat ―i protestant― d’Espanya durant més d’un segle (s’havien independitzat, precisament, d’Espanya) contra França. Lluís XIV, millor dit, el seu primer ministre Giulio Raimondo Mazzarino, no veié cap possibilitat de bescanviar els comtats catalans annexionats per places a Flandes i, comptat i debatut, ja que ens toca carregar amb els catalans del nord, doncs ara toca francesitzar-los.

França ha venut la seva Revolució com una fita històrica inigualable, la França de la « Déclaration des Droits de l’Homme et du Citoyen ». Una « Déclaration » redactada en francès i per als francesos, que obvia el dret de les nacions i de les llengües sota el jou de la borbonalla parisenca després reconvertida en « République ».

Mazzarino era italià, però fou fitxat pel cardenal Richelieu, l’home fort de França durant el regnat de Lluís XIII, a qui succeí com a cap del govern durant la regència de la reina mare Anna d’Àustria. Lluís XIV accedí a la corona amb tan solament cinc anys d’edat. Mazzarino fou qui insistí a restablir la frontera ancestral ―la que ell considerava de temps immemorials― que separava «les Gàl·lies de les Espanyes» (article 42 del Tractat dels Pirineus) muntanya a muntanya. Així que, amb la connivència espanyola (ai Espanya!), sota el govern de Luis Méndez de Haro, desballestaren la Cerdanya, aberració concertada a la Conferència de Ceret (22 de març de 1660) i que fou ratificada a Llívia, el 12 de novembre de 1660: més d’una trentena de pobles cerdans, els de la Vall de Querol i els que limitaven amb el Conflent, foren lliurats a França.

La Catalunya Nord, o sia, l’ocupació de les terres septentrionals de la nació catalana situades al nord de l’Albera, és una anomalia històrica. Catalunya «francesa», en definitiva, perquè els sapastres espanyols que negociaren el Tractat dels Pirineus (1659) no tenien ni idea de Catalunya. A la imatge, recreació de la trobada de Lluís XIV de França i Felip IV de Castella amb motiu del tractat, pintada per Jacques Laumosnier.

 

[Font: http://www.eltemps.cat]

 

¿Cómo hablar de un mito? ¿Qué más se puede contar de Pepe Mujica? Una personalidad tan importante para la política y la sociedad latinoamericana encuentra una vía distinta para poder quedar en el recuerdo de una manera diferente.

Escrito por OCTAVIO GÓMEZ MILIÁN

Qué: libro (Salamandra Graphic)

Eso es Pepe Mujica y las flores de la guerrilla de Matías Castro y Leo Trinidad. Un tebeo, pero un tebeo distinto, como lo es Pepe Mujica, un héroe para unos, un antihéroe para su país. Un joven comprometido que llegó a militar en la izquierda armada y ser parte del movimiento Tupamaro, incluso con acciones de guerrilla urbana.

Hablan de él como un Robin Hood postmoderno, pero su vida, atrapada en las acertadas imágenes de Leo Trinidad y en los recovecos de las palabras de Matías Castro, es una desventura contemporánea (preso cuatro veces, media docena de disparos que hicieron que se le diera por muerto, dos fugas de la cárcel…) que incluye once años recluso y un aislamiento físico y emocional que lo llevó hasta los límites de la locura.

Pepe Mujica y las flores de la guerrilla

Hoy, su figura, una vez retirado de la vida política, tras sus años como presidente de Uruguay y su estatus de referente moral, se transforma en una novela gráfica, en la simbiosis perfecta entre arte e historia, dibujo y palabra. Recorrer la vida de Mujica es recorrer la historia del Uruguay y la de Latinoamérica. Pero ese camino, como bien nos muestran sus autores, es una senda compleja, donde la muerte y la injusticia son obstáculos siempre presentes en el camino, una vereda agreste, con flores de esperanza salpicando las malas yerbas.

Cultivar flores como le enseñó su madre, en un ciclo básico de vida y muerte, de estaciones que no se detienen. Preguntas que no tienen una respuesta absoluta, pero que deben realizarse en aras de la libertad del ser humano. Una palabra, lucha, que no se puede contener fácilmente en las páginas de esta obra porque su dimensión la desborda. Lucha y libertad, grandezas y dudas… Mujica resume la esencia del hombre, la definición de humanidad. Y este tebeo, estas viñetas, esta obra de Matías Castro y Leo Trinidad, atrapa e inspira, recoge y ofrece, dicta y escucha. La segunda mitad del siglo XX tuvo muchos nombres y el de José, Pepe Mújica, fue uno de los más importantes.

Pepe Mujica y las flores de la guerrilla

 

[Fuente: http://www.zonadeobras.com]

Réalisé par GlobalVoices avec OpenAI [1]

Écrit par Daria Dergacheva  – traduit par Abdoulaye Bah

Le 16 mars, le Parlement moldave a approuvé en deuxième lecture un projet de loi proposé par la faction Action et Solidarité (PAS) pour changer le nom de la langue officielle dans la constitution et toutes les autres lois de «moldave» à «roumain», écrit NewsMaker [2] (Créateur de nouvelles). L’initiative vise à aligner la législation sur la décision de la Cour constitutionnelle rendue en 2013, qui a statué que la déclaration d’indépendance de la Moldavie – qui mentionne la langue roumaine – prévaut sur le texte de la Constitution, y compris en ce qui concerne le nom de la langue officielle.

Comme un article du Dr Charles King discuté dans la revue scientifique The Slavic Review (1991), la langue moldave a été construite [3] au début de la politique culturelle soviétique, avec un accent sur la République socialiste soviétique autonome de Moldavie (MASSR), qui existait de 1924 à 1940 à la frontière entre l’Ukraine et la Roumanie et est maintenant la République de Moldavie moderne.

Dans le cas de la MASSR, écrit King, les cadres culturels ont justifié [3] la création d’une nouvelle langue pour les Moldaves en affirmant que le nouvel idiome, basé sur des modèles de discours paysans, était plus démocratique et authentique que la langue littéraire d’influence française utilisée par la bourgeoisie roumaine. Cependant, les paysans moldaves ont souvent résisté [3] aux réformes linguistiques et les élites culturelles hésitaient à adopter une langue basée sur des formes de parole et d’écriture qu’elles considéraient comme incultes. Ainsi, le projet d’édification de la nation a échoué non seulement en raison de l’artificialité du contenu du projet, mais aussi en raison de l’ambivalence des élites envers la culture qu’elles cherchaient à construire.

À la fin des années 1980 , la seule différence [3] notable entre le moldave et le roumain était l’utilisation de l’écriture cyrillique en moldave et le discours restant entourant les dissemblances linguistiques. La République socialiste soviétique de Moldavie avait précédemment tenté de souligner les distinctions [3] entre les deux variétés linguistiques, mais les linguistes et les autorités culturelles ultérieurs n’ont guère fait plus que les reconnaître.
Il est souligné [3] dans l’article de King que, parmi les nombreux efforts de planification culturelle dans le cadre de la politique des nationalités soviétiques, le cas moldave se distingue comme une réussite unique. Alors que de nombreuses autres tentatives d’indigéniser l’utilisation de la langue ou d’établir de nouvelles normes littéraires basées sur des variantes dialectales ont finalement échoué ou ont été abandonnées pendant la révolution culturelle, le moldave est apparu comme une nouvelle langue qui a persisté [3] jusqu’aux derniers jours de l’Union soviétique .
 
Dans la Moldavie indépendante actuelle , l’objectif [3] de créer une langue moldave distincte n’est plus envisagé. Néanmoins, la Constitution du pays reconnaissait toujours le « moldave » comme langue officielle jusqu’au récent vote parlementaire, malgré le fait qu’il soit essentiellement identique au roumain.

D’autres changements proposés dans le projet de loi incluent le remplacement du nom de la fête «Limba noastră» [notre langue] par «Limba română» [langue roumaine] et la reconnaissance de la phrase de l’article 13 de la Constitution «fonctionnant sur la base de l’écriture latine» comme obsolète. Toutes les modifications devront être apportées au règlement dans les 30 jours suivant l’entrée en vigueur de la loi.

Le projet de loi a été approuvé par 58 députés, les membres de la faction PAS célébrant le résultat en criant « Bravo ». «Toutes nos félicitations. Ce vote est un peu en retard », a déclaré Igor Grosu, président du Parlement.

Cependant , les factions communiste et socialiste se sont opposées au projet de loi, les députés assistant à la réunion avec des affiches [2] telles que « La Constitution de la Moldavie : la Moldavie, les Moldaves, les Moldaves » et « Le peuple est souverain. Le PAS est un tyran ». Les factions ont même proposé de retirer le projet de loi de l’ordre du jour, mais la proposition n’a pas reçu le nombre de voix requis.

Article publié sur Global Voices en Français: https://fr.globalvoices.org

URL de l’article : https://fr.globalvoices.org/2023/03/30/278106/

URLs dans ce post :

[1] OpenAI: https://openai.com/product/dall-e-2

[2] NewsMaker: https://newsmaker.md/rus/novosti/parlament-odobril-vo-vtorom-chtenii-zamenu-moldavskogo-yazyka-na-rumynskiy-vo-vseh-zakonah/

[3] a été construite: https://www.jstor.org/stable/pdf/2672992.pdf?refreqid=excelsior%3A6338b24a10572042750b18fd0e386457&ab_segments=&origin=&initiator=

Nacido en 1915, a súa voz prodixiosa e o seu talento natural convertérono enseguida nunha celebridade millonaria e un dos mellores cantantes da historia da música popular

Sinatra, o 26 de setembro de 1986, no concerto que ofreceu en Madrid no estadio Bernabeu. Efe

Un só cantante en éraa contemporánea pode xactarse de ter sido cualificado como La Voz por antonomasia: trátase de Frank Sinatra, de cuxo falecemento se cumpren este domingo 25 anos.

A súa suave voz e o seu estilo de crooner inconfundible quedará asociado para sempre a temas como Strangers in the nightMy way (mil veces versioneada en todos os estilos e linguas), New York, New York ou L.A. is my lady, por citar só as máis celebradas dos centos de cancións que interpretou.

Pero Sinatra tamén tería pasado á historia como actor máis que notable, con fitos como o seu traballo en De aquí á eternidade (1953), de Fred Zinnemann, que lle valeu un Óscar como mellor intérprete secundario, e outra película quizais menos lembrada como é O home do brazo de ouro (1955), de Otto Preminger, onde encarna de xeito arrepiante a vida dun adicto á morfina.

Un legado musical canónico

Na súa longa carreira que lle valeu un enorme recoñecemento en vida, Frank Sinatra deixou un legado canónico. Soubo navegar sen estridencias entre o jazz e o swing, e logo ao pop, mantendo sempre unha enorme popularidade gañada en gran parte nos anos dourados da radio.

Adóitase atribuír a Sinatra a práctica da amplificación técnica da voz -a súa non era especialmente poderosa- por amais da orquestra, de forma que a interpretación do cantante queda, grazas ao labor do micrófono, por amais dos instrumentos aínda cando o artista estivese nun rexistro máis íntimo.

Francis Albert Sinatra nacera en Hoboken, Nova Xersei, en 1915, nunha familia italoamericana entón tan abundantes naquel estado. Na cidade aínda poden verse letreiros que din «Benvido a Hoboken, fogar do béisbol e de Frank Sinatra», así como unha estatua do cantante mirando cara a Manhattan.

Os seus primeiros pasos musicais deunos no bar que rexentaba o seu propio pai, e foi tal o seu éxito que ao entrar no instituto xa era famoso, tanto que pronto abandonou os estudos para dedicarse exclusivamente á música, para desgusto dos seus proxenitores.

Con vinte anos, converteuse no cuarto membro e benxamín do cuarteto Hoboken Four, e catro anos despois abandonou o barrio para casar con Nancy Barbato e instalarse na veciña Xersei City.

Sinatra propúxose desbancar ao entón popularísimo Bing Crosby, e certamente logrouno. Tivo que ver niso o seu tremendo éxito entre o público feminino, e foi un daqueles artistas que nos anos corenta enchía as salas e as súas inmediacións con grupos de adolescentes toleadas, preludiando o que despois farían The Beatles ou Elvis Presley.

Esta popularidade fíxolle rico antes de cumprir trinta anos: con 28, asinou un contrato con Columbia Records que lle permitía gañar un millón de dólares ao ano.

Co diñeiro chegaron os excesos: longas noites de esmorga, amoríos máis ou menos públicos, e finalmente o seu divorcio de Nancy para casar con outra figura tanto ou máis famosa que el: Ava Gardner, un matrimonio que durou catro anos (1953-57). Aínda casaría unha terceira vez, con outra gran actriz, Mia Farrow (ligazón que durou dous anos), e unha cuarta e última con Barbara Marx, exesposa de Zeppo Marx.

Pero ningunha das súas esposas puido ignorar a fama de fiestero que sempre tivo Sinatra: atribúeselle ser a alma mater dun grupo de actores e actrices -entre eles, Humphrey Bogart, Shirley McLaine ou Jerry Lewis- entre os que nunca faltaba alcol, drogas ou prostitutas.

A política e a mafia

A Sinatra a fama lograda coa canción e o cine parecían non abondarlle, e non dubidou en involucrarse en política, aínda que non sempre do mesmo lado: apoiou nos cincuenta, con xenerosas doazóns, a Franklin Delano Roosevelt, e posteriormente tamén fixo campaña para outro demócrata, John F.Kennedy, con quen acabou máis tarde pelexado.

Pero nos oitenta Sinatra virara cara á dereita e implicouse activamente na campaña que levou ao poder a Ronald Reagan, quen o nomeou director da gala na que asumía o cargo.

Tampouco a súa inmensa fama abondoulle para evitar o aspecto quizais máis cuestionado de toda a súa vida: a súa relación coa mafia. Xa en 1972 tivo que declarar respecto diso ante un comité investigador da Cámara de Representantes, e se ben non puido probarse nada definitivo, a sospeita sempre planeou sobre a súa persoa.

É un segredo a voces que cando Johnny Fontane canta na casa de don Vito Corleone na mítica película O Padriño, Francis Ford Coppola estaba evocando as actuacións de Sinatra na mansión do capo da Cousa Nostra Guarino Moretti.

Tampouco escondeu Sinatra a súa amizade persoal con Charlie Lucky Luciano, a quen visitou en dúas ocasións, durante os seus exilios na Habana e en Sicilia. Falouse de maletíns cheos de diñeiro, pero hai unha proba máis contundente: a pitillera que Sinatra regaloulle levaba gravada a lenda «Á miña compadre Charlie, do seu amigo Frank».

Sinatra tivo unha vida moi intensa, non en balde se lle atribúe a miúdo unha frase de Mae West que di algo así como: «Só se vive unha vez, pero se o fas ben [ou  »como eu »], cunha vez é suficiente».

 

[Fonte: http://www.lavozdegalicia.es]

O coordinador do Seminario de Sociolingüística da Real Academia Galega, Henrique Monteagudo, visitou a semana pasada o estado alemán de Schleswig-Holstein, onde foi convidado a falar en distintos foros sobre a situación actual do galego e a presentar o seu libro O idioma galego baixo o franquismo.

O coordinador do Seminario de Sociolingüística no European Centre for Minority Issues de Flensburg

O académico impartiu o pasado venres un relatorio sobre a política lingüística en Galicia no European Centre for Minority Issues, con sede na localidade de Flensburg, a máis septentrional dun estado no que coexisten tres minorías lingüísticas: a frisoa, o danesa e a do baixo alemán.

Henrique Monteagudo foi convidado pola Universidade de Flensburg, onde participou nun curso do Centro de Linguas Pequenas e Rexionais (Zentrum für Kleine und Regionale Sprachen KURS). O académico centrou a súa intervención neste foro na evolución do galego no sistema educativo e na importancia do ensino para o mantemento e a recuperación da lingua. Referiuse ademais ao proxecto de intervención do Seminario de Sociolingüística no concello de Ames, focalizado na infancia e na mocidade,que espertou moito interese. O último paso deste traballo artéllase arredor da experiencia Modo galego, actívao!, no marco da cal estanse a desenvolver iniciativas de dinamización lingüística alén das aulas.

O coordinador do seminario e catedrático de Filoloxía Galega da Universidade de Santiago de Compostela impartiu ademais diversas charlas dirixidas a alumnado de estudos hispánicos.

Henrique Monteagudo durante a súa intervención no Zentrum für Kleine und Regionale Sprachen KURS

 

[Fonte: http://www.academia.gal]

Escrito por Mario Amorós

«Canto, qué mal me sales / cuando tengo que cantar espanto. / Espanto como el que vivo, / como el que muero, espanto / de verme entre tantos y tantos / momentos de infinito / en que el silencio y el grito son las metas / de este canto.»

Víctor Jara es uno de los símbolos universales de la canción revolucionaria en su sentido más profundo. Nacido en Santiago de Chile el 28 de septiembre de 1932, sus primeros años transcurrieron en el mundo rural, en las proximidades de la ciudad de Chillán, donde su padres, Amanda y Manuel, trabajaron durante varios años como campesinos en condiciones de servidumbre casi feudal. Posteriormente, se trasladaron a la localidad de Lonquén, cerca de la capital. Durante aquel tiempo su madre, que interpretaba las canciones campesinas transmitidas por la tradición oral, le inculcó la devoción por la música folclórica y el amor a la guitarra. Así, cuando en agosto de 1970 le preguntaron por “las raíces de su obra”, afirmó que residían “en el canto del pueblo”…

Llegó a vivir a Santiago de Chile hacia 1943, en un momento histórico en el que el Gobierno del Frente Popular había desarrollado una política cultural que favoreció la creación del Teatro Experimental de la Universidad de Chile, en cuya escuela ingresó en abril de 1956 después de pasar dos años en un seminario católico y de realizar el servicio militar. En los años 60 fue uno de los principales directores de la escena nacional, con su trabajo en Ánimas de día claro, La remolienda, El círculo de tiza caucasiano o Viet-Rock, estrenada en mayo de 1969. “Es hora de que nuestro teatro encarne escénicamente la violencia de la lucha de clases en Chile”, declaró en aquellos días. “No quiero montar un espectáculo burgués para seudointelectuales. El teatro en Chile debe tomar partido claramente”.

Al mismo tiempo, si su carrera musical se inició entre 1958 y 1962 como miembro del conjunto folclórico Cuncumén, desde 1965 cantó como solista en la Peña de los Parra y empezó a grabar sus primeros discos, con una gran acogida. Junto con Patricio Manns, Isabel y Ángel Parra y Rolando Alarcón, fue protagonista del desarrollo de la Nueva Canción Chilena, y entre 1966 y 1969 dirigió al conjunto Quilapayún. Uno de sus fundadores, Eduardo Carrasco, ha escrito que las primeras enseñanzas que les transmitió fue el rigor, la concentración y la seriedad en el trabajo. “Establecimos horas estrictas de comienzo y término de los ensayos y una serie de pequeñas normas que no nos han abandonado desde esa época y son las bases más importantes de nuestro trabajo. Una norma de oro, por ejemplo, es que el punto de partida de la música debe ser el silencio”.

En enero de 1970, ante la campaña electoral que finalmente llevaría a Salvador Allende a La Moneda, Víctor Jara relegó de manera definitiva su trabajo teatral y se volcó con su guitarra y sus canciones en el apoyo a la Unidad Popular. Entre 1969 y 1973 grabó sus principales discos: Pongo en tus manos abiertas (su homenaje a Luis Emilio Recabarren, fundador del Partido Comunista de Chile), Canto libre, El derecho de vivir en paz (su tributo a la lucha heroica del pueblo vietnamita), La población y las canciones del póstumo Manifiesto, que su esposa, Joan Jara, publicó en 1974 en Inglaterra. La Discoteca del Cantar Popular (DICAP), el sello discográfico creado por las Juventudes Comunistas en 1968, publicó el primero, el tercero y el cuarto de esos trabajos.

Asimismo, entre 1971 y 1973 viajó a México, Venezuela, Costa Rica, Argentina, Cuba, URSS o Perú. Acompañado de su inseparable guitarra, en aquellos recitales interpretaba sus canciones, singularmente “Te recuerdo Amanda”, tema que compuso durante su estancia en 1968 en Inglaterra para profundizar en su formación como director de teatro. “A mí me estremece siempre cantar ‘Te recuerdo Amanda’; me produce un estado de emoción que, aunque la cante mil veces, mil veces la siento igual”, señaló en 1973.

A principios de aquel año, participó activamente en la campaña del Partido Comunista de cara a las elecciones legislativas, en las que la UP logró una victoria moral. En los meses siguientes, su labor creadora se consagró a alumbrar un conjunto de canciones que dejaron constancia de la altura ética, estética y política de su compromiso, esculpida en aquellos versos de “Manifiesto”: “Mi canto es de los andamios / para alcanzar las estrellas”. En su recorrido por Perú, en los últimos días de junio y las primeras semanas de julio de 1973, tras conocer Cuzco y Machu Picchu, quedó conmovido ante la verdadera profundidad, cultural e histórica, de “las raíces del canto”. El 4 de septiembre, en la última y multitudinaria manifestación de la UP, sostuvo junto con sus compañeros una pancarta que proclamaba: “Trabajadores de la cultura en contra del fascismo”. En aquellos días tuvo en sus manos el último disco suyo que llegó a ver, Canto por travesura (DICAP), una auténtica travesía de retorno a la pureza del folclore que acompañó su infancia.

El 11 de septiembre de 1973, cerca de las once de la mañana, llegó a la Universidad Técnica del Estado (UTE), en cuya Secretaría Nacional de Extensión y Comunicaciones trabajaba desde 1971, tras escuchar el llamamiento a los trabajadores del presidente Salvador Allende desde La Moneda y recibir las instrucciones de la dirección de las Juventudes Comunistas, a cuyo Comité Central pertenecía desde hacía un año. Por la tarde, cerca de mil personas se quedaron allí encerradas, al entrar en vigor el toque de queda decretado por la Junta Militar, y cercadas por los militares golpistas. Al amanecer del día siguiente, aquella universidad fue bombardeada y asaltada por diferentes agrupaciones del Ejército. Centenares de personas, entre ellas Víctor Jara, fueron obligadas a permanecer tumbadas, boca abajo y con las manos en la nuca, en los patios o canchas deportivas, mientras los militares registraban como salvajes el recinto.

Hacia las tres de la tarde, se inició el traslado en autobús de los prisioneros de la UTE al Estadio Chile (denominado hoy Estadio Víctor Jara), situado a apenas un kilómetro y medio de distancia. Cuando se disponía a ingresar en este pabellón polideportivo, fue identificado por un oficial, según ha declarado Boris Navia. “Ese miserable me lo traen para acá”, gritó; dos soldados lo llevaron ante él y, “desaforado e histérico”, empezó a propinarle golpes y puntapiés por todo su cuerpo, uno de ellos en pleno rostro, en medio de una catarata de insultos y palabras llenas de odio hacia sus canciones y su compromiso político. Privado de alimentos y agua, posteriormente fue golpeado, vejado y torturado por oficiales y soldados, vestidos todos en uniforme de combate.

Hacia el mediodía del 13 de septiembre pudo enviar el último mensaje a su esposa con un compañero, Hugo González, que iba a ser puesto en libertad. Le confesó su temor de no volver a ver a su familia y le rogó que no le creara falsas expectativas acerca de un posible plazo para su libertad. Y, cuando una lágrima recorrió su rostro y cayó sobre su camisa, le indicó: “Hugo, diles que estoy bien. No menciones los golpes, no hables sobre lo que están haciendo conmigo. No quiero que ellas lo sepan”. Aquella tarde, pudo unirse a un grupo de prisioneros vinculados a la UTE y las Juventudes Comunistas; caminaba con mucha dificultad, tenía algunas costillas rotas y la cara llena de moratones y ensangrentada, al igual que la ropa.

A lo largo del 15 de septiembre, el recinto se fue quedando vacío según avanzaba el traslado de los “prisioneros de guerra” hacia el Estadio Nacional. Pero, casi en el último momento, Víctor Jara fue apartado de esas filas y conducido al subterráneo, donde fue acribillado por oficiales del Ejército, condenados en 2018 por la justicia chilena pero aún hoy en libertad, al igual que el abogado comunista Littré Quiroga. Horas antes, había podido entregar a sus compañeros su poema “Estadio Chile”, que quedó inconcluso y que el Partido Comunista logró sacar del país dos semanas después. En su parte final expresó: “Canto, qué mal me sales / cuando tengo que cantar espanto. / Espanto como el que vivo, / como el que muero, espanto / de verme entre tantos y tantos / momentos de infinito / en que el silencio y el grito son las metas / de este canto. / Lo que nunca vi, / lo que he sentido y lo que siento / hará brotar el momento…”

En el testimonio entregado para mi biografía, el trovador cubano Silvio Rodríguez evoca su viaje de 1972 a Chile, junto con Pablo Milanés y Noel Nicola, para participar en el VII Congreso de las Juventudes Comunistas. “Un año después lo asesinaron con saña, pero aquella vileza no fue lo que lo inmortalizó”, señala. “Ya Víctor era un cantor eterno por la exquisita calidad estética y ética de sus canciones”.

 

[Fuente: http://www.rebelion.org]

Cuando Chile se incendió, primero en la calle y luego en el verbo de la propuesta constitucional, el golpe de Estado de Pinochet se acabó como iconografía exclusiva y excluyente de la izquierda

Fotograma de ‘La batalla de Chile’ (Guzmán, 1975)

Escrito por Roberto Brodsky

Un sinceramiento intelectual y político que contiene más preguntas que respuestas parece imponerse a propósito de los cincuenta años del golpe de Estado de septiembre de 1973 y la interrupción de la democracia en Chile. Es una fecha histórica para la que se preparan inminentes golpes de pecho, grandes reportajes, inauguraciones, performances. Se trata de una conmemoración donde todos se aprestan a resignificar el Golpe, medir su recorrido, evaluar su significado más que celebrarlo. Desde esta perspectiva, resulta imposible desvincular lo ocurrido a lo largo de este medio siglo respecto a dos de los hitos más significativos que le han seguido en el tiempo de la historia reciente: el primero es la recuperación de la democracia chilena en el plebiscito de octubre de 1988, y el segundo es el estallido social de 2019 y su secuela institucional en el reciente plebiscito del 4 de septiembre de 2022.

En ambos casos, se plantea la cuestión central de qué es Chile hoy en día. O qué vemos en los tránsitos del país en los últimos treinta años. Ya la sola mención a la recuperación de la democracia en 1988 hace levantar la ceja izquierda a más de uno. Desde esa ceja izquierda, insatisfecha con la transición inaugurada en 1990, la democracia en Chile seguiría estando suspendida, anclada allí donde la dejó el golpe de Estado y su nefasta secuela de víctimas tanto humanas como sociales y políticas. La democracia aún no llega, nos dice este relato: la interrupción del curso histórico que llevaba el país sigue penando sobre nosotros como un fantasma en busca de redención. El Golpe, desde esta perspectiva, sería entonces un acontecimiento permanente, un evento que se reitera en el tiempo y determinaría nuestras vidas en una cacería incesante del pasado sobre el presente. Su contradictoria expresión política sería el aggiornamento procedimental de cambiar algo para que todo siga igual, en un abrazo gatopardista ejecutado a lo largo de treinta años por los sucesivos gobiernos concertacionistas dedicados a la administración del modelo heredado de la dictadura.

Bien. Todos hemos sido parte de este relato en un momento u otro. Lo hemos compartido, discutido, utilizado para nuestras películas, nuestras investigaciones académicas, nuestras novelas, obras de teatro e instalaciones de arte. Son las políticas del deseo, como las llamaría Guattari, cuya misión ha sido siempre extremar y hacerse parte de la subjetividad de la época para develar contenidos profundos y menos tangibles. Pero esto ha sido así desde el primer búfalo en la cuevas de Lascaux y Altamira hasta el día de hoy: inscribimos una figura en la piedra porque sabemos que esa imagen será más real que el transitorio recorrer del búfalo en la llanura. Esa subjetividad del deseo que se despliega es para nosotros más relevante que la misma política, porque nos habla de la verdad y de nuestra propia libertad para crear cada vez un mundo nuevo.

El problema surge cuando trasladamos las políticas del deseo a los deseos de la política, que es lo que vino a plantear el estallido social de 2019

Genial, quedémonos allí.

El problema surge cuando trasladamos las políticas del deseo a los deseos de la política, que es lo que vino a plantear el estallido social de 2019 y la refundación del país en la Convención Constituyente que le siguió. Su símbolo ya no fue la cansina administración del Estado por un grupo de burócratas bien adiestrados y concertados, sino el incendio: quemarlo todo, de la calle a las bibliotecas, de los libros a las personas, del transporte público a las estatuas, y de allí a las instituciones de la democracia, empezando por el gobierno constitucional de Sebastián Piñera. Alimentado por las ansias de borrarlo todo, de la página en blanco, ansias replicadas luego en la Convención elegida para redactar una nueva Constitución, el relato de la falsa democracia, de la democracia que solo sirve al gran capital especulativo y nunca para ampliar las oportunidades de millones de necesitados, tomó su revancha a partir de octubre de 2019, hasta extenuarse por completo en la propuesta de nueva Constitución que se votó hace menos de un año.

Antes de ser acusado de facho, marrano, amarillo o cualquier otro calificativo del momento, expongo un dato de la causa que sirve de referencia general a lo que planteo como un sinceramiento urgente desde este lado de la mesa. El 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende llegó a la presidencia de Chile con un 36% de apoyo por parte de los votantes, casi el mismo porcentaje que obtuvo el “Apruebo” de nueva Constitución cincuenta años después, en el plebiscito del 4 de septiembre pasado, que fue de un 38%. Allende se las arregló como pudo para maniobrar durante tres años con esa mayoría relativa del 36%, largueza que no estuvo en manos de la Convención implementar. Estadísticamente subimos dos puntos, rebatirá alguien: del 36% de Allende al 38% del “Apruebo”. Bien, el optimismo siempre es saludable en horas difíciles. Yo diría, en cambio, que retrocedimos un total de dieciocho puntos, comparando ese porcentaje con el 54% del plebiscito de 1988 que dijo NO a Pinochet, y cuarenta puntos, sí, cuarenta puntos porcentuales respecto del 78% que votó a favor de redactar una nueva carta constitucional.

Soy malo para las matemáticas, pero no tanto como para creer que hemos avanzado en la simpatía del electorado chileno a favor de los cambios. A mayor abundancia de estos pesados números, habría que agregar el porcentaje de rechazo que obtuvo la propuesta en el plebiscito de septiembre de 2022. Increíblemente, esa votación igualó la cifra que hace medio siglo lograron juntos los rivales de Allende en 1970: 60% entre Jorge Alessandri, por la derecha, y Radomiro Tomic, por el centro. Juntos, y al final revueltos, obtuvieron hace medio siglo la misma votación que decidió rechazar la kilométrica novela rusa que se despachó la Convención Constituyente hace un año.

¿Se busca extraer un sentido a los cincuenta años del Golpe en estas efemérides? Bien, aquí hay uno. Las cuentas claras conservan la amistad, reza el dicho. No se trata de fake news, sino de un desastre político mayor.

El dato es alucinante, no solo por la inmovilidad de los tres tercios característicos de la política chilena, sino por lo monstruoso del espejo. Como si se tratara de doblar la tragedia en farsa, desde este lado vimos venir la derrota del “Apruebo” en 2022 como otros vieron venir el Golpe en 1973: inermes, aislados, sobrepasados por el sectarismo, aturdidos por el elogio y la idealización de la violencia, el maximalismo ideológico, el fascismo inocentón del que baila pasa, las divisiones en el campo propio, el narcisismo revolucionario, la negación de la política y su reemplazo por la furia de las masas, todo acompañado por viejos temas románticos como “Avanzar sin transar”, “Crear-crear poder popular” y “El pueblo armado jamás será aplastado”, bellas canciones del ayer que acompañaron la soledad de Allende en las horas cruciales de su gobierno y volvieron a escucharse para la derrota de la Convención hace menos de un año.

Desde este lado vimos venir la derrota del “Apruebo” en 2022 como otros vieron venir el Golpe

Ya sé: las comparaciones son siempre odiosas y los números redondos incomodan la memoria. Pero, por esta vez, a falta de un relato único, vale la pena detenerse en estos hechos y sujetarse a ellos para intentar levantar algunas preguntas.

¿Cuál puede ser el significado de ese arco que se abre con la tragedia del 11 de septiembre de 1973 y se cierra con la calamitosa propuesta de refundar el país que presentó la Convención Constituyente? ¿Por qué se dice –con tantas razones como sinrazones– que el fracaso de la Convención tiene un carácter simbólico y estratégico tan fuerte como el de hace cincuenta años? ¿Hay una nueva grieta que se abrió en Chile desde la revuelta de 2019 hasta hoy? ¿Y qué carácter tendría? ¿Sería revolucionario e insurreccional? ¿Autoritario y neofascista “a la Mussolini”? ¿Narcoterritorial? ¿Lumpenconsumista, como asegura desde Valparaíso la escritora Lucy Oporto? ¿Una inminente restauración conservadora?

A estas preguntas no tengo más que una imagen como certeza. Es la del dinosaurio. Todos conocemos el cuento, por su brevedad y por ser el más famoso de todos los que haya escrito el guatemalteco Augusto Monterroso. “Cuando el hombre despertó, el dinosaurio seguía allí”, dice el texto. Su paráfrasis diría así: cuando Chile despertó, el dinosaurio seguía allí. Para algunos, el dinosaurio es la memoria: terca, indoblegable, dolorosa. Para otros, es el golpe de 1973: inmenso, cíclico, recurrente. Y no faltan los que asimilan la sinécdoque con Pinochet: brutal y omnipresente. Pero el problema ya no es identificar la parte por el todo, sino tratar de entender lo que ocurrió una vez que Chile despertó.

Mi humilde percepción es que, en los tres años y pico transcurridos entre el estallido social y la derrota en el plebiscito de salida de 2022, lo que hicimos todos como colectivo de país fue incendiar el pasado, y en particular el pasado del 11 de septiembre de 1973. Cuando Chile despertó, el golpe de Estado se acabó. Es una tesis riesgosa, lo sé. Pero es más bien una intuición, un pesar que creo necesario compartir. Quien se otorga a sí mismo el poder de la violencia para la resolución de conflictos en democracia, pierde el favor de la justicia, y también de la verdad. Cuando Chile se incendió, primero en la calle y luego en el verbo de la propuesta constitucional, el 11 de septiembre se acabó como iconografía exclusiva y excluyente de los derechos de la izquierda a la justicia. La enterramos en la Historia, junto con sus víctimas, como algo propio y a la vez ajeno en nuestras vidas reales; lo olvidamos aquí mismo, en la recurrente iconografía de ese día once.

Quien se otorga a sí mismo el poder de la violencia para la resolución de conflictos pierde el favor de la justicia

Por ahora resulta difícil dibujar el derrotero preciso de esta terrible paradoja de la violencia política asociada a la superioridad moral de ejercerla, que fue la mezcla que nos regalaron los últimos tres años de vida política en Chile, como si se tratara de completar los tres años de mandato que la Junta Militar le robó al gobierno constitucional de Allende en 1973.

Hay muchas preguntas que saltan a los ojos y pocas respuestas seguras. Pero el fenómeno está allí, a los pies de un dinosaurio agónico, casi muerto en la grieta de un pasado pisado. Lo que se llevó el estallido social y su romance con la Convención Constituyente, a mi entender, fue el respeto al sitial de las víctimas, un prestigio que era capital simbólico de la memoria, sostenida en el más alto pedestal de la conciencia nacional durante treinta años de trabajo por los derechos humanos como principio democrático. Pero también perdimos la certeza en la movilidad social entre los ofendidos y humillados en los barrios populares y las regiones invadidas por las bandas del crimen organizado. Pero también el acuerdo entre la izquierda y el centro político que dio gobernabilidad a un país que no lo tenía fuera de los cuarteles. Pero también, y más importante quizá que todo lo anterior, lo que se llevó este tiempo de violencias provocadas y compartidas de lado y lado fue la posibilidad real de generar una nueva Constitución política consensuada y surgida en democracia, algo que requería, primero que todo, creer en la democracia.

Tirada a la basura por una farra nostálgica, lo perdido ayer en la performance cultural del “Apruebo” llegó hoy a una comisión de expertos constitucionales y representantes de partidos políticos que nadie se atreve seriamente a cuestionar después del bochorno de la Convención. Diría incluso que, aparte del interés que suscita en el archivo académico, los cincuenta años del golpe de 1973 cosechan hoy más indiferencia que pasiones en el país real. Porque Chile despertó, incendió calles y bibliotecas, memorias y presentes, espacios públicos y privados, y el viejo dinosaurio del Once de Septiembre que año tras año conmemorábamos con contrición y recato terminó en la hoguera del estallido junto a las estatuas y la incoherencia partisana. La grieta que se abrió entonces ya no está más donde solíamos encontrarla, es decir en la tragedia del Once, sino entre un dinosaurio muerto y otro nuevo que nació de la cola cortada en la revuelta. Ya no habrá otro golpe que evocar distinto al que nosotros mismos nos otorgamos en esta última pasada. La repetición de un evento en el tiempo es signo de su falta de origen. Ahora que nos hemos dado un origen alterno, otro, habrá que olvidar lo que tanto recordábamos.

Es lo que hay. O lo que veo. O lo que buscábamos, en verdad.

Un nuevo dinosaurio que nos espere al despertar.

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Nota: En el momento de la publicación de este texto se conoce que el ultraderechista Partido Republicano de José Antonio Kast ha obtenido 22 de los 50 escaños del nuevo Consejo Constitucional, lo que les otorga poder de veto.

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Roberto Brodsky (Santiago, 1957), escritor y periodista, es autor de varios guiones y novelas. Fue agregado de Chile en Estados Unidos de 2016 a 2019, y desde hace años reside en Washington, donde trabaja como profesor adjunto en el Centro para Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown.

 

 

[Fuente: www.ctxt.es]

 

 

«Je parle. Il le faut bien. L’action met les ardeurs en oeuvre.

Mais c’est la parole qui les suscite.»

Charles de Gaulle, Mémoires de Guerre

Escrito por Pedro Correia

Às vezes basta uma frase. Uma simples frase pronunciada no momento certo. Charles de Gaulle pronunciou várias que passaram à história. Dois exemplos: «A França perdeu uma batalha mas não perdeu a guerra», em Londres (1940); «Viva o Quebeque livre!» , em Montreal (1967).

Mas aquela em que mais tenho pensado nestes dias foi pronunciada em Argel, no dia 4 de junho de 1958, na varanda da sede do governo geral daquele que era então o mais emblemático território ultramarino francês. «Je vous ai compris» », bradou o general, ovacionado pela multidão compacta na praça, nas ruas e nos edifícios fronteiros.

A França encontrava-se numa das suas horas mais difíceis, à beira da guerra civil, quando a decrépita classe política parisiense fora chamá-lo dias antes à sua aldeia para salvar o país, pela segunda vez em duas décadas. A guerra da Argélia e um surto imparável de conflitos sociais ameaçavam tornar ingovernável o país que De Gaulle resgatara dos nazis apenas 14 anos antes.

Uma das primeiras decisões do general foi viajar a Argel. Cerca de um milhão de franceses viviam então em território argelino, devastado pelos sangrentos conflitos entre os militares enviados de Paris e a guerrilha da Frente de Libertação Nacional, que reivindicava a independência.

Os franceses argelinos, na sua esmagadora maioria (incluindo Albert Camus, galardoado meses antes com o Nobel da Literatura), queriam manter a ligação à pátria-mãe que remontava a 1830, mesmo conscientes dos horrores da guerra e das fracturas que o conflito da Argélia provocava na sociedade gaulesa. E foi isso mesmo que exprimiram a De Gaulle naquele dia de Junho numa das manifestações mais participadas de que há memória.

O general, escutando a voz da rua, proclamou: «Compreendo-vos.» Foi acolhido com um imenso vozear de aplauso por todas aqueles que, sem o saberem, engrossariam em breve a longa legião de derrotados da história.

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Há hoje as versões mais desencontradas sobre o real significado desta frase que confirmou De Gaulle como efémero herói dos pieds noirs, os intransigentes da Argélia francesa (muitos dos quais argelinos de terceira ou quarta geração).

Uns admitem que se deixou contagiar pela efervescência da multidão e lançou aquele grito como símbolo de adesão simbólica à união franco-argelina sob a bandeira tricolor.

Outros enaltecem-na como símbolo supremo do cinismo em política: no fundo, De Gaulle dizia uma coisa enquanto pensava o seu contrário, como se veria quatro anos mais tarde, ao impulsionar os acordos de Evian que abririam caminho à independência da Argélia, sob a liderança da FLN, e ao impressionante êxodo de centenas de milhares de franceses forçados a dizer adeus a uma terra a que chamavam sua.

Há ainda quem sugira que o general se limitou a exprimir, de forma inconsciente, uma evidência: o carácter irredutível dos franceses que viviam na Argélia tornaria mais dolorosa mas não menos inevitável a via da negociação entre Paris e a guerrilha argelina rumo à independência.

Todos concordam no entanto que esta frase, fossem quais fossem as reais motivações do recém-designado chefe do Governo francês (que ascenderia meio ano depois ao Palácio do Eliseu), permitiu a De Gaulle ganhar tempo, ampliar a sua margem de manobra e congregar um apoio popular sem o qual não lhe teria sido possível fazer ressurgir a França do caos em que mergulhara devido à irresponsabilidade dos políticos da IV República.

Bastou uma frase, muito mais ambígua do que parecia. E às vezes é isso mesmo que falta: uma frase. É sempre nos pormenores que devemos procurar o segredo da diferença entre vitória e derrota em política.

 

[Fonte: delitodeopiniao.blogs.sapo.pt]

El triunfo de la extrema derecha en las recientes elecciones en Chile deja a este sector, opuesto al reemplazo de la Constitución de 1980, como principal fuerza del nuevo Consejo Constitucional. Con una campaña alejada del debate constitucional y centrada en cuestiones como la inseguridad, el progresismo sufrió una dura derrota que impactará sobre el gobierno de Gabriel Boric.

<p>Los abismos chilenos</p>

Escrito por Tomás Leighton y José Acevedo

Desde hace un tiempo, Chile había vuelto a ocupar un lugar especial en el corazón del progresismo mundial. En 2019, las protestas sociales contra el neoliberalismo derivaron en un proceso democrático para dejar atrás la Constitución impuesta por la dictadura de Augusto Pinochet en 1980. En 2021, Gabriel Boric, un exdirigente estudiantil de 36 años, fue elegido presidente e inició lo que algunos han señalado como una nueva ola de gobiernos progresistas en Latinoamérica. 

Sin embargo, en septiembre pasado la población rechazó masivamente en las urnas el texto constitucional que buscaba reemplazar la antigua Constitución, lo que obligó a los partidos a iniciar un nuevo proceso mucho más tutelado que el anterior. Y esto sería solo la antesala: en las elecciones para el nuevo Consejo Constitucional, celebradas el 7 de mayo pasado, la extrema derecha representada en el Partido Republicano (PR) de José Antonio Kast logró 35,41% de los votos. De esta forma, le pasó por encima a la derecha tradicional (21,1%) y derrotó al oficialismo progresista (que compitió en listas separadas, un error que dará mucho que hablar y reparar). Además, el PR obtuvo por sí solo poder de veto y, en conjunto con la derecha tradicional, logró dos tercios de representación para vetar cualquier modificación que sugiera la comisión experta al borrador de nueva Constitución.

Todo lo anterior dificulta enormemente cualquier acuerdo entre la izquierda y la derecha tradicional (quién habría dicho que se añoraría esa posibilidad). Aunque inevitablemente los resultados dinamitaron la posición negociadora del gobierno para llevar a cabo un programa que ya venía a cuestas por carecer de mayoría parlamentaria, lo cierto es que la mayoría de extrema derecha en el Consejo Constitucional no tiene el camino asegurado hacia un triunfo en las próximas presidenciales. En realidad, los tiempos de las «identidades negativas» y el rechazo a todo lo que huela a poder vienen mostrando justo lo contrario: sin experiencia y puesta a liderar un proceso con expectativas que no podrá cumplir, la extrema derecha puede enfrentar su propio proceso de degradación, tal como la izquierda tuvo el suyo con la primera Convención Constitucional. 

Idas y venidas constituyentes

Aunque aún es muy pronto para extraer conclusiones sobre el comportamiento electoral, hay varias cuestiones que mencionar. En primer lugar, la introducción del voto obligatorio desde el año pasado ha estabilizado un alto porcentaje de participación que cambia por completo el mapa electoral. Si en 2022 la participación fue de 86%, esta vez se ubicó en casi 85%. Pareciera que el desinterés ciudadano hacia el actual proceso constituyente, en vez de convertirse en abstención, se ha expresado en votos nulos y blancos: estos sumaron 21,54% del total. Por otro lado, el resto de los votantes que no había acudido a las urnas anteriormente (ni en el primer proceso constituyente ni en la elección del presidente Boric, cuando el voto era aún opcional), esta vez, con voto obligatorio, ha optado por la extrema derecha. 

Si esto significa una ampliación de la penetración cultural del conservadurismo en Chile dependerá de si el PR mantiene sus buenos resultados en el tiempo. Por ahora se pueden aventurar tres cosas. Primero, que la votación por el Rechazo al borrador en el plebiscito pasado es similar al porcentaje de apoyo a la oposición, en ambos casos en torno de 62%. Segundo: el centro político ha terminado de desfondarse luego de que la alianza entre la Democracia Cristiana y el Partido por la Democracia (PPD, del expresidente Ricardo Lagos), bautizada Todo por Chile, decidiera ir por fuera del bloque oficialista y no obtuviera ningún escaño. Tercero, y quizás lo más importante: pareciera que la extrema derecha está capitalizando coyunturalmente un voto de repudio al establishment político que no es demasiado distinto del que movilizó a los votantes de la nueva izquierda chilena en el último tiempo. Como ya ha pasado en otros países, las elecciones se están definiendo por las denominadas «identidades negativas», y quien gana las elecciones ve diluido su poder en un abrir y cerrar de ojos. 

Ahora bien, para entender más precisamente qué es lo que los chilenos están castigando en esta ocasión, hay que remitirse a la seguidilla de idas y venidas constituyentes de las que deriva el proceso actual. La persistencia del problema constitucional chileno radica en que, a pesar de las múltiples reformas que ha tenido la Constitución de 1980, esta no se desenvuelve como pacto fundante de la comunidad política ni tampoco sirve de base para dirimir las diferencias entre los ciudadanos. Además de su herencia dictatorial, el texto degradó aún más su legitimidad al bloquear reformas que pudieran alterar el carácter subsidiario del Estado. 

Tras el estallido social de octubre de 2019, el mundo creyó que todo eso quedaría atrás con la Convención Constitucional y sus innovaciones democráticas inéditas en materia de paridad de género y protección del medio ambiente. Sin embargo, el borrador fue rotundamente rechazado por casi 62% de los votantes en todas las regiones del país. Aunque algunos todavía culpan a la campaña de desinformación conservadora, lo cierto es que esta solo pudo tener éxito debido a un error estratégico y también ideológico por parte de la izquierda: se confundió la redacción de una Constitución con el despliegue y materialización de un innovador programa de gobierno progresista. El problema estructural con la ratificación de nuevas constituciones por referéndum es que cuanto más extenso es el texto, más razones tienen los votantes para rechazarlo. En el caso de Chile, por ejemplo, gran parte de los nuevos votantes de sectores populares interpretaron la «plurinacionalidad» como un ataque a su identidad patriótica. 

Con el borrador anterior rechazado, el Congreso Nacional echó a andar un nuevo proceso mucho más limitado por el poder constituido. Aunque esto fue un balde de agua fría para las expectativas de la izquierda, cualquier otra cosa habría dado armas a la derecha. Al igual que en la Convención, el nuevo órgano estableció quórums contramayoritarios, en particular, tres quintos en una asamblea de 51 electos (el acuerdo original contempló 50 escaños, al que se agregarían cupos indígenas en caso de obtener el 1,5% de la votación total del país en una papeleta separada; este fue el caso de Alihuén Antileo, elegido por ese cupo). Y, tal como le ocurrió antes a la derecha, la escasa representación de la centroizquierda en el proceso actual implica que los quórums no cumplirán su objetivo de avanzar en los pactos. Además, la derecha tenía tres exigencias: 12 bases institucionales intocables durante el proceso (como la imposibilidad de eliminar el Senado y la mención explícita a la existencia de las Fuerzas Armadas y Carabineros en la Constitución, dos puntos polémicos en la pasada Convención), una comisión de expertos compuesta proporcionalmente por las fuerzas representadas en el Congreso y un comité de árbitros para asegurar la tutela sobre el poder constituyente. La primera paradoja es que, con los resultados electorales favorables a la extrema derecha, estos contornos podrían darle, en el mejor de los casos, un cierto grado de influencia a la izquierda (y ya no a los conservadores, como originalmente) y, en el peor de los casos, resultarían irrelevantes. La segunda paradoja electoral es que un partido como el PR, que defiende la continuidad de la Constitución de 1980, quedó a cargo del cambio constitucional. 

El sorpasso de la extrema derecha

El cambio en la hegemonía de la derecha chilena es total. Desde hoy, Kast no es tan solo el excandidato presidencial de la derecha que obtuvo 44% en la segunda vuelta de 2021, sino que su partido acaba de sumar más del doble de representantes que las fuerzas clásicas de la derecha, entre ellos Renovación Nacional (del expresidente Sebastián Piñera) y la Unión Demócrata Independiente (UDI, fundada por Jaime Guzmán, uno de los ideólogos de la dictadura).

La prensa internacional ha catalogado a Kast como la simple adaptación chilena de populistas como Donald Trump o Jair Bolsonaro, lo que cobra sentido considerando las conexiones del PR con las principales organizaciones de extrema derecha en el mundo. En el plano discursivo, desde 2017 Kast apela al peligro que viven los valores de la familia tradicional y su estabilidad económica. ¿La amenaza? La clásica red conspiranoica de enemigos coordinados: la izquierda, los operadores políticos, la «ideología de género» y los inmigrantes. Nada muy diferente al discurso de la Alt-Right que crece en el resto del mundo. 

Desde que Boric salió elegido en 2022, el contexto económico, la crisis migratoria y la crisis de seguridad (particularmente, con el fuerte crecimiento de delitos de alta repercusión social) no solo han dado lugar a una reacción contra el gobierno, sino que además han vigorizado discursos como el de los republicanos, que se las arreglan para ser percibidos como outsiders que vienen a desplegar la «mano dura» contra la delincuencia. En efecto, toda la campaña electoral para el nuevo Consejo Constitucional estuvo marcada por mensajes sobre el descontrol de la seguridad que poco tenían que ver con la Constitución y le sirvieron al PR para antagonizar con el oficialismo.

Ahora bien, ¿es realmente Kast un outsider? A diferencia de algunos de sus pares internacionales, es un político de larga trayectoria que lleva ocupando cargos públicos desde el año 1996 y, hasta su primera campaña presidencial en 2017, siempre se había postulado por la UDI. En particular, Kast proviene del corazón de una de las culturas políticas más tradicionales de la derecha chilena. Cuando estudiaba Derecho en la Universidad Católica, Jaime Guzmán fue su tutor, y así se volvió militante del Movimiento Gremial, un grupo corporativista y religioso, que luego se convertiría en la semilla del partido. Por otro lado, su hermano, Miguel Kast, fue un Chicago boy formado por Milton Friedman que luego se convirtió en ministro de Pinochet. Justo cuando Guzmán y Miguel Kast iban a fundar la UDI, este último falleció, de modo que la figura de José Antonio pasó a ocupar un rol simbólico fundacional que se refleja en innumerables discursos y homenajes.

Todo esto es extremadamente relevante para intuir la forma en que Kast y los republicanos intentarán conducir a su grupo en el Consejo Constitucional. ¿Seguirán antagonizando con el resto de los partidos ahora que les toca conducir? El actual presidente de la UDI, Javier Macaya, se mostró confiado de que esto cambie cuando remarcó que «casi el 90% de los electos de Republicanos viene de la UDI». Aunque no sabemos qué papel elegirá jugar Kast hasta la culminación del proceso, puede que presente algunas diferencias con el guion del populismo de derecha de otras latitudes.

Progresismo chileno: ¿y ahora qué?

Chile eligió el presidente más izquierdista desde el retorno a la democracia pero, al mismo tiempo, votó un Congreso mayoritariamente de derecha. Fue tal la algarabía que desató lo primero, intensificada tal vez por las expectativas del proceso constituyente inicial, que la izquierda cometió un error estratégico: olvidarse de lo segundo. Así, en vez de tramitar de inmediato las principales reformas del programa de gobierno, usando la cada vez más corta luna de miel de los gobiernos, decidió esperar a los resultados del plebiscito de septiembre de 2022, pensando que el triunfo potenciaría el poder de negociación del Ejecutivo en el Congreso. Sin embargo, con el borrador rechazado, el oficialismo se quedó con gran parte del programa de gobierno cuesta arriba, y tras los resultados del 7 de mayo no solo se ha escogido al órgano político más derechista en décadas, sino que la posición de negociación en el Congreso ha vuelto a empeorar.

En un escenario adverso, el progresismo necesita despercudirse rápidamente de su derrota y recoger las autocríticas, no para fomentar la autoflagelación, sino para mirar hacia adelante. ¿Qué elementos del proceso constituyente hasta ahora deben ser recuperados y cuáles abandonados? ¿Cuáles son los consensos necesarios para recuperar la legitimidad de nuestra vida común en un contexto como el descrito? 

Si hay algo claro es que la izquierda no puede desentenderse del proceso constituyente. A fin de cuentas, fue la que le propuso al país una nueva Constitución destinada a habilitar un periodo de justicia social. Así, aunque toque hacer múltiples concesiones, sería mucho más perjudicial renunciar a un acuerdo con la derecha tradicional. Por un lado, esto permitiría consensuar un texto con mayores posibilidades de ser aprobado en diciembre de 2023 para zanjar de una vez por todas el proceso. Por otro, se sentaría un precedente para cerrar caminos de autoritarismo. 

La era de las identidades políticas negativas también implica que en Chile podría haber espacio para construir una identidad en contra de la extrema derecha, algo que hasta cierto punto se generó en la segunda vuelta presidencial de 2021. Aunque la pregunta es si para construir tal antagonismo basta con denunciar que el PR «no es democrático» justo cuando acaba de ganar las elecciones. En vez de eso, vale la pena volver al origen: la razón por la que comenzamos este largo camino de idas y venidas desde el estallido social fue el malestar con la subsidiariedad del Estado consagrada en la Constitución de 1980. Si se considera la lógica del plebiscito ratificatorio, que no distingue artículo por artículo, sino que somete la totalidad del borrador a votación, entonces lo más importante de cara a la votación final serán los anticuerpos que pueda inducir el nuevo texto. Si la derecha opta por constitucionalizar el rechazado sistema de administradoras de fondos de pensiones privadas (AFP) o las instituciones de salud previsional (ISAPRE, sistemas privados de seguros de salud), es muy plausible que gane nuevamente el Rechazo. 

El dilema de Kast

Decíamos más arriba que el proceso constituyente quedó bajo la conducción de quienes rechazaban un proceso constituyente. Para graficar, basta un ejemplo: Luis Silva, el candidato más votado a escala nacional, indicó que el PR «no quiere una nueva Constitución». En pocas palabras, se podría decir que la propuesta constitucional del PR es la Constitución de 1980, ni más ni menos. Sin embargo, a pesar de las duras derrotas electorales de este año y el pasado, el plebiscito constitucional de 2020 aprobó con 78% de los votos la propuesta de cambiar el texto impuesto por la dictadura y reformado en múltiples ocasiones. En otras palabras, este es un capítulo que difícilmente se cerrará sin más con un nuevo rechazo.

Como se ve, la cuestión no es tan sencilla para el PR. Como la principal fuerza del Consejo con 23 bancas, un poder de veto autónomo y a solo ocho votos de lograr los tres quintos (quórum para aprobar los artículos), la responsabilidad del curso del proceso recae ahora sobre sus espaldas en la misma medida que el apoyo popular recibido en la votación. Y aunque habrá más de un intento de desmarcarse de su responsabilidad, lo cierto es que las expectativas de cierre de la crisis social e institucional de Chile no han desaparecido, a pesar de que la seguridad y la inmigración pasaron a ser cuestiones centrales en la agenda ciudadana.

A diferencia del plebiscito pasado, capitalizar un nuevo rechazo ya no es posible para la derecha. La facilidad con que pueden construir los tres quintos e incluso dos tercios con Chile Vamos implica que los costos del proceso constituyente recaerán en buena parte sobre la derecha. Por eso, es probable que la apuesta del PR sea sacar adelante un borrador para ser aprobado en diciembre. Ello depende de las capacidades de la derecha, pero sobre todo del PR, de actuar de manera moderada. Algo que no es imposible si se considera que, a diferencia de buena parte de la izquierda independiente de la Convención, el PR tiene un líder y una estructura partidista mucho más vertical. 

Sin embargo, esta no es la única posibilidad. El PR es un partido nuevo, con muchos cuadros que no se han fraguado en política ni están acostumbrados a debates institucionalizados, reglamentos de votación, apariciones públicas, etc., de modo que pueden cometer los mismos errores comunicacionales y tácticos que se cometieron, en abundancia, en la primera Convención Constitucional. No podemos olvidar que en la Cámara de Diputados y Diputadas los militantes y exmilitantes del PR han estado envueltos en diversas polémicas. 

Con todo, mientras el camino de la nueva izquierda chilena encabezada por el presidente Boric enfrenta curvas peligrosas, el de la extrema derecha de Kast, si bien parece despejado, se enfrenta a los riesgos del exceso de velocidad. Deberá generar el marco de una nueva Constitución que debe aprobarse para mostrar que puede gobernar y generar «estabilidad», pero se tendría que cuidar de que sus ideas «ochentistas» no aparezcan en el nuevo texto. Mientras tanto, entre las curvas peligrosas y el exceso de velocidad, sigue creciendo un verdadero abismo entre la política y la sociedad.

 

[Fuente: http://www.nuso.org]

La poesía da cuenta de nuestra segunda naturaleza y hace posible que el ser humano tenga conciencia de sí mismo, siendo a la vez la conciencia y la voz de la naturaleza que habla, se emociona. Pero sobre todo, la poesía permite que florezcan los afectos. Que los afectos infinitos nos devuelvan la comunión con la naturaleza a la que pertenecemos.

Escrito por Rodrigo Arce Rojas*

Si todos los seres vivos somos una gran familia ¿Por qué tanta exclusión, sumisión, especismos e invisibilización?  ¿Y si convocamos al biocentrismo ético para la equidad y justicia ecológica en el marco de los derechos bioculturales?

Florece la ecopoética cuando aprecias el diálogo entre lo humano y los seres tierra, cuando percibes la sutil musicalidad del cosmos.

Qué hermosa es la democracia cuando participan los invisibles, los nadie(s), los que no tienen voz y los seres tierra. Cuando los seres humanos y los seres tierra dialogan generando nuevos afectos y sentidos compartidos se siente la Sociología de la simbiosis.

Si lo dibujamos en el horizonte y en el alma con ternura haremos posible que llegue el día en el que podamos regenerar el jardín de los valores del bien común y participar en la festividad del buen diálogo entre humanos y los seres tierra.

Entonces podremos dialogar como lo hacen la cereza y el capulí para soñar y diseñar las más sublimes utopías.

Crisis civilizatoria y ambiental

Aunque muchos no se han dado cuenta todavía nos encontramos frente a una crisis civilizatoria una de cuyas manifestaciones es la crisis ambiental. Como humanidad hemos probado diferentes fórmulas para hacer frente a la crisis ambiental, pero esta manera de llamarlo nos induce al error porque nos hace pensar que lo ambiental solo es una dimensión aislada de la realidad, pero no hay crisis ambientales puras porque lo ambiental se entrecruza con todas las dimensiones de la realidad.

Lo ambiental siempre aludirá a la vez lo económico, lo social, lo institucional, lo legal, lo cultural, lo psicológico, entre otros tantos nombres con los que pretendemos organizar nuestra realidad. Ahora ya tenemos mejor entendimiento que no hay tal separación entre naturaleza y cultura, por lo tanto toda división entre ciencias naturales y ciencias sociales, entre ciencia y filosofía, entre ciencia y ética, entre ciencia y estética, entre ciencia y arte, siempre serán artificiales. Estas dicotomías son válidas para entender las polarizaciones pero no nos serán útiles para abordar el entramado de la realidad compleja.

Los rizomas, las sinapsis, los enredos son manifestaciones de la ecopoética del Pluriverso socioecológico.

La fuerza gravitacional, las relaciones simbióticas y los enlaces covalentes nos hablan del tejido cooperativo.

Sueño con una sociología de las intersubjetividades, de los entreveros bioculturales que acarician la esperanza del Pluriverso.

Adoptar y practicar Sociologías, Ecologías y Economías profundas e imbricadas. A eso le llamo actitud transformadora.

Pero como todavía priman en el imaginario, en las representaciones, en la administración y en la organización de la ciencia y la academia estas perspectivas dicotómicas, vamos a mantener momentáneamente la concepción que “lo ambiental” se reduce a lo biofísico solo para efectos de fundamentar la importancia de la poesía para hacer frente a la crisis ambiental. Luego regresaremos a nuestra visión socioecológica y biocultural de la realidad.

En esta perspectiva como humanidad hemos ensayados diferentes maneras de hacer frente a la crisis ambiental: desde lo racional, desde lo económico, desde lo tecnológico y desde lo legal. No obstante pese a los diferentes esfuerzos los resultados no son efectivos porque los indicadores dan cuenta de que estamos frente a una situación muy grave. El problema es que por diferentes razones existe diferente entendimiento y sensibilidad sobre el grado de gravedad de la crisis. Entre las diferentes posiciones hay aquellas que aluden a la infinita capacidad humana para revertir sus grandes problemas, a la creatividad e innovación, a las capacidades del sistema económico para autoperpetuarse, al optimismo tecnológico, a la capacidad para establecer acuerdos internacionales, entre otros.

sabemos que hemos superado la biocapacidad de la tierra y que no es posible mantener un modelo de desarrollo y progreso que sigue deteriorando la vida humana y vida no humana. Irreversiblemente vamos en camino a la sexta extinción masiva.

Pero más allá de cualquier mensaje esperanzador, sabemos que hemos superado la biocapacidad de la tierra y que no es posible mantener un modelo de desarrollo y progreso que sigue deteriorando la vida humana y vida no humana. Irreversiblemente, vamos en camino a la sexta extinción masiva. La contaminación nos ahoga y sus manifestaciones las encontramos en la disminución de la calidad del agua, del aire y del suelo y también la contaminación de las conciencias como señala acertadamente Mario Benedetti.

Soluciones racionales

La humanidad se pretende sabia y hemos apostado por la racionalidad como cimiento de nuestra civilización. En esa perspectiva existe una profusa producción científica que fundamenta razones en todos los campos del conocimiento humano. Aunque existe todo un sistema de organización de la información y el conocimiento parece que existe una gran brecha entre los conocimientos científicos y la toma de decisiones, por mayores esfuerzos que se realizan a través de los policy brief  (documentos cortos que sustentan resultados científicos y que deben orientar la política) o los resúmenes ejecutivos de informes-clave.

Se supone ahora que con apoyo de las herramientas de inteligencia artificial las y los tomadores de decisiones tienen más posibilidades de conseguir información relevante para la política. Pero tal parece que el ser humano (los malos políticos) está vestido con chaleco (o casco) a prueba de razones científicas y  priman los intereses económicos y políticos lo que terminan desvirtuando, minimizando o invisibilizando los aportes científicos.

Sentipensamos, más allá del logos, con todo el cuerpo, con toda nuestra humanidad, con toda nuestra socionaturaleza…

Existen cien mil millones de razones para pensar, impensar, repensar con todo el cuerpo-humanidad-naturaleza desde la energía de los afectos. Ecologías afectivas para regenerar el tejido con el que la Pachamama nos cobija desde el corazonar.

Corazonar, identificar y develar los eufemismos para rediseñar y regenerar en clave socioecológica. Es la irreverencia epistémica que hace posible que la indisciplinariedad se vuelve telúrica poesía con la sensibilidad del pluri-Verso.

Alcanzamos la sabiduría cuando comprendemos el valor, el sentido y la energía de los intangibles emergentes. ¿Y si educamos cordialmente para la vida, la celebración y el respeto de la vida humana y no humana y la imaginación regeneradora?

Soluciones económicas

Desde la economía, hemos pretendido resolver los problemas ambientales incorporando principios y métodos procedentes de la economía neoclásica y lo que hemos conseguido es que se busque que la naturaleza tenga propietarios, sea producible, tenga precios y que puedan entrar al mercado. En esta perspectiva se ha planteado la valorización de los llamados bienes y servicios ecosistémicos (llamados ahora contribuciones de la naturaleza) para que puedan entrar en el mercado y dejen de ser considerados como elementos difusos difíciles de asir desde la economía o desde el derecho. Pero esta perspectiva no hace sino extender un espíritu colonialista que termina mercantilizando la naturaleza. Es por ello que se insiste en la financiación de la naturaleza como estrategia-clave para hacer frente a la crisis ambiental. Así se termina legitimando lo que podríamos llamar las indulgencias ambientales, pagar por las emisiones con conservación de la naturaleza aunque no se haga gran cambio en lo que significan los estilos de vida y los modos de producción.

La sustentabilidad mercantilizada es insostenible. Que germinen y florezcan nuevos sentidos por la plenitud de la trama de la vida.

La clasificación de los recursos naturales como renovables y no renovables son en realidad recursos lingüísticos de la economía para justificar la colonización de la naturaleza.

Con la moderna colonización de la Amazonía caen árboles, nidos, culturas, espíritus, lenguajes, palabras y sensibilidades… Los árboles solo quieren vivir felices en la comunidad biocultural en respetuosa convivencia.

Los que reducen la naturaleza a capital natural se pierden de la sonrisa del sol, de la danza de los ríos y la esencia de la vida.

Necesitamos soluciones basadas en el respeto a la naturaleza de la cual formamos parte inseparable. Más allá del utilitarismo.

Alguna vez bajamos de los árboles. Ha llegado la hora del retorno espiritual hacia la época en la que fuimos lava, fuimos mar.

Soluciones tecnológicas

Otra forma de combatir la crisis ambiental alude al optimismo tecnológico. Es indudable que como humanidad hemos logrado avances tecnocientíficos gigantescos. Pero estos avances también tienen claro oscuros porque la tecnología no solo contribuye a mejorar las condiciones de vida del ser humano sino también incrementa explosivamente su capacidad de impacto ambiental. La tecnología puede tener repercusión en el mayor consumo de energía, la producción de residuos (incluyendo basura espacial), alteración y degradación de los ecosistemas para la obtención de minerales, contaminación del agua, el aire y el suelo, entre otros. La tecnología puede cumplir un rol efectivo en hacer frente a la crisis ambiental, pero depende de los marcos paradigmáticos de desarrollo o de la forma cómo nos relacionamos con la naturaleza.

Soluciones legales

La crisis ambiental también pretende resolverse desde lo legal y lo político. En países con alta producción de leyes como los nuestros se dice que el problema no es generar nuevas leyes sino hacer cumplir las existentes. Esta premisa asume que las leyes son perfectas y acabadas y de ahí la necesidad de reforzar el sistema de cumplimiento de las leyes. Pero todos sabemos que las leyes son hijas de su tiempo y que son producto de las interrelaciones de fuerzas entre los grupos políticos participantes en la producción de leyes. Además las leyes se inscriben en marcos paradigmáticos de desarrollo y marcos epistemológicos y ontológicos dominantes. Resultado de ello es que nuestras leyes se inscriben en la perspectiva del sistema económico hegemónico que ha sobredimensionado el valor del individuo, la propiedad privada, los precios y el mercado.

mucho de nuestro discurso ambiental institucionalizado corresponde a la lógica de la mercantilización de la naturaleza, incluyendo la conservación capitalista.

Aunque muchos no lo queramos aceptar mucho de nuestro discurso ambiental institucionalizado corresponde a la lógica de la mercantilización de la naturaleza, incluyendo la conservación capitalista. En tal sentido parece que hecha la ley y hechos los estudios de abogados para defender los intereses de los poderosos, a ello se suma la cooptación de los órganos de control de la justicia que fallan a favor de perspectivas antropocéntricas y mercantilistas, según el “Estado de derecho.”

¿Y si en vez de hablar de desarrollo hablamos de florecimiento pleno? Así nos orientaríamos por la fuerza vital y regeneradora, la alegría, el color, la esencia… Si no estamos trabajando solidariamente por la vida plena, digna, bonita, buena, dulce entonces ¿Cuál es el sentido de la vida?

La paz también está hecha de equidad, justicia, sonrisas, de tierra, de agua, de trinos silvestres y de la música del pueblo. Emerge con valentía el derecho a las alternativas al desarrollo cuando se sentipiensa en las diversas justicias interrelacionadas con ética biocultural.

El poder de cuidar la vida humana y no humana es una manifestación de la democracia ampliada y regenerativa para un Biodesarrollo biocivilizatorio.

Si se nos han agotado las diferentes fórmulas ¿Qué nos queda? ¿Apelar al bolsillo? ¿Apelar al garrote y la zanahoria? ¿Apelar a la sensibilidad? Es aquí cuando ingresa la perspectiva de más poesía para afrontar la crisis ambiental. Aquí tenemos que retomar lo ambiental no como un campo específico de la realidad sino como las totalidades entretejidas que nos envuelven. Es así como es que se han configurado perspectivas integradoras desde enfoques socioambientales, socioecológicos, desde la socionaturaleza o la Culturaleza, desde los territorios y paisajes. La dilución de las categorías de sociedad y naturaleza se sustentan en la Teoría del Actor Red de Bruno Latour, en la epigenética y en el enfoque eco-evo-devo (Ecology-Evolution-Development), entre otros.

Alternativas desde la ecopoética

Las palabras tienen poder, tienen la capacidad de configurar realidades. La poesía con su capacidad de jugar con las palabras, sus sentidos y significados logra llegar a las fibras más profundas de la sensibilidad humana. La poesía nos enternece, nos sacude, nos golpea o nos acaricia. La poesía puede ser de alabanza, de tristeza, de angustia, de denuncia o simplemente dejar proyectar nuestros sueños e ilusiones. La poesía da cuenta de nuestra segunda naturaleza y hace posible que el ser humano tenga conciencia de sí mismo, siendo a la vez la conciencia y la voz de la naturaleza que habla, se emociona. Pero sobre todo, la poesía permite que florezcan los afectos.

La poesía da cuenta de nuestra segunda naturaleza y hace posible que el ser humano tenga conciencia de sí mismo, siendo a la vez la conciencia y la voz de la naturaleza que habla, se emociona. Pero sobre todo, la poesía permite que florezcan los afectos.

Desde la ecopoética podemos hablarle al alma sensible. También nos permite adentrarnos al mundo de la biosemiótica para escuchar los diversos lenguajes con los que nos habla la naturaleza. Es por ello que podemos reconocer las sonrisas de los árboles o la felicidad de los ecosistemas.

La ecopoética nos permite que afloren los afectos por todo el entramado de la vida, nos hace empáticos, solidarios y reconocemos que somos cuerpo entre los cuerpos como dirían Omar Giraldo e Ingrid Toro (2020) en la afectividad ambiental. La afectividad humana es una experiencia trascendental. Cuando amamos a nuestros seres queridos lo vemos de una manera tan especial que nos parecen más grandes, los vemos maravillosos, los vemos brillantes, y su felicidad es nuestra propia felicidad. La afectividad ambiental implica dejar fluir el deslumbramiento de la naturaleza, el respeto y la veneración.

Las hojas regresan al suelo porque quieren volver a besar la luz en un continuo renacer. Cada hoja recuerda con afectividad el origen del cosmos y abraza las caricias del sol para compartirlo solidariamente.

Cuando reconozco que soy parte de la naturaleza, que soy naturaleza entonces entiendo que debo verme reflejado en cada elemento tangible e intangible de mi realidad entrelazada. Reconozco que debo devolver con cuidado las bondades de la tierra, que me nutre, que alberga mis sueños.

Al ver la capacidad de sonreír de la naturaleza entonces puedo decir:

Adoro la filosofía porque me permite encontrarte en la felicidad de los follajes e inflorescencias y en las sonrisas de las nubes.

Tu sonrisa ecologizada entrelaza las subjetividades humanas y más que humanas, las angustias del caos con la armonía total.

Qué paradoja tu sonrisa, situada y temporal, a la vez ubicua e infinita que genera sentidos inconmensurables de eternidad.

Que los afectos infinitos nos devuelvan la comunión con la naturaleza a la que pertenecemos.

Referencia

– Giraldo, O.F. & Toro, I. (2020). Afectividad ambiental: sensibilidad, empatía, estéticas del habitar. Chetumal, Quintana Roo, México: El Colegio de la Frontera Sur : Universidad Veracruzana. (99+) Afectividad Ambiental | Omar Felipe Giraldo – Academia.edu


*Rodrigo Arce Rojas es doctor en Pensamiento complejo por la Multiversidad Mundo Real Edgar Morin. Correo electrónico: rarcerojas@yahoo.es

 

[Foto: rolandmey / Pixabay – fuente: http://www.servindi.org]

Un problema mayor que los Estados Unidos han enfrentado recientemente es el uso del fentanilo por su población joven. El fentanilo es una droga que se clasifica como un opioide sintético.

Escrito por Cristhian G-Quintero 

Opioide es el nombre que se le da a un medicamento que sirve para reducir el dolor. El adjetivo sintético vienen del hecho que el fentanilo proviene de una síntesis, no se obtiene de manera natural como es el caso de otros opioides como la morfina. El fentanilo sin embargo resulta ser 100 veces más fuerte que la morfina. Recientemente, del 2013 al presente, el fentanilo ha causado preocupación en los gobiernos estadounidenses ya que se ha distribuido de manera ilegal en su territorio provocando adicción en una parte considerable de su población. Al ser el fentanilo una droga muy potente, el uso de esta sustancia genera una adicción incontrolada que lleva a una sobredosis del usuario y le produce la muerte. De esta manera, el fentanilo se ha vuelto ya un asunto de seguridad nacional en los Estados Unidos, ya que ataca a su demografía, siendo la población joven la más vulnerable.

El fentanilo carcomiendo a los Estados Unidos

Figura 1: Muertes en Estados Unidos por sobredosis entre todas las edades, de 1999-2021.

Ya en 2022 el republicano Greg Murphy publicó que el fentanilo produjo más muertes en adultos de entre 18-45 años que el COVID-19 (21,335), cáncer (17,114), accidentes automovilísticos (22,442), suicidios (21,678) en el periodo de abril 2020 a abril 2021, siendo el fentanilo responsable de 40,010 muertes [1]. Esto es, las muertes por fentanilo en población joven y en población adulta-joven es un número preocupante y que dobla incluso ya las muertes por accidentes automovilísticos o COVID-19. Sin embargo, esto es mucho más serio, ya que a diferencia del COVID-19, la adicción a una droga del calibre del fentanilo no tiene vacuna, menos una cura, y su real solución comienza por el no ingerirla.

En la figura 1 podemos ver una gráfica que denota porque el fentanilo es tan preocupante y se roba los reflectores entre los demás opioides. Desde 2013, año en que la droga comenzó a traficarse más ampliamente para su consumo ilegal, podemos ver que rápidamente, en cuestión de un par de años esta alcanzó y desbancó a todas las demás drogas y opioides en términos de muerte anuales. Más aún, podemos ver que la curva de muertes por fentanilo no se ha aplanado sino que continua creciendo. Así, este es un mal que debe preocupar en efecto tanto a demócratas como republicanos. Para los republicanos, el fentanilo es un problema clave a resolver. Los republicanos buscan frenar la inmigración ilegal, a la vez que buscan el realce de su población base, mayoría de raza blanca, siendo la que más ha sufrido muertes por sobredosis de manera neta, ver por ejemplo la gráfica en [2] y nótese, sin embargo, que la población dominante en términos demográficos es de raza blanca. Para los demócratas, la distribución del fentanilo es ya de hecho un problema de la administración actual que ya de por sí tiene problemas de índole militar, económico y financiero. Por otro lado, no es un secreto que la droga mueve grandes cantidades de dinero alrededor del globo. Recordemos que en términos de lavado de dinero, ya ha habido tanto arrestos a banqueros [3] (como es el caso de Wells Fargo), además de presuntas acusaciones a gobernadores [4] (caso reciente de la gobernadora de Arizona, K. Hobbs) e incluso entidades [56]. Pese al flujo de dinero que ocurre mediante el narcotráfico, el fentanilo no es como cualquier otro opioide o narcótico, es mucho más fuerte y si no se controla puede causar daños difícilmente reversibles a la demografía estadounidense.

Figura 2: Rutas del fentanilo

Las muertes por sobredosis ya superan en 2021 más de 100,000 habitantes [7]. La administración Biden ya de hecho propuso un presupuesto para el ano fiscal del 2023 de 42 mil millones de dólares para combatir la epidemia de sobredosis, según el embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar [8]. Sin embargo, hay dos maneras de atacar el problema del fentanilo: 1) disminuir la distribución interna del opioide ; o 2) interceptar el fentanilo que llega del extranjero. Típicamente, en declaraciones del Senado de los Estados Unidos, el primer punto no se vuelve un tema de polémica tan importante como el segundo. Lo mismo ocurre con la prensa estadounidense. Así, en la figura 2 mostramos las “rutas del fentanilo”. Aquí es donde la política de relaciones internacionales “realista” de los Estados Unidos toma relevancia. En los Estados Unidos existe la corriente de pensamiento de que China está efectuando una especie de guerra del opio inversa (en alusión a las famosas guerras del opio del siglo XIX entre británicos y chinos). Esto es, una versión moderna de las antiguas guerras del opio que se vuelven ahora una guerra del fentanilo. Mientras que China es el principal productor de fentanilo y sustancias relacionadas al fentanilo que llegan a los Estados Unidos, según la DEA [9]  y declaraciones de algunos congresistas [10], el fentanilo puede llegar directo o ser manufacturado en México o Canadá para luego arribar a los Estados Unidos. De esta manera, la ruta del fentanilo es básicamente China-Canadá/México-Estados Unidos.

El rol de México en la guerra del fentanilo y la doctrina Monroe

Figura 3: Tráfico del fentanilo en los Estados Unidos

Las cantidades de fentanilo provenientes de Canadá son más pequeñas que las llegan desde México. Así, los estadounidenses culpan principalmente a México por el consumo de fentanilo en los Estados Unidos. Sin embargo, curiosamente el fentanilo no se consume ni de cerca por la población mexicana como lo es por la población estadounidense una vez que cruza la frontera (comparar datos anteriores con [11]). El gobierno de Estados Unidos y México mantienen diálogos actualmente en el Marco Bicentenario de Seguridad [12] para combatir, entre otras cosas, el tráfico y distribución de drogas sintéticas. Por otro lado, los republicanos no creen que las estrategias de control del fentanilo son efectivas y usan esto como punta de lanza hacia tanto a los demócratas como al Gobierno mexicano.

El pasado 29 de marzo, el senador republicano Lindsey Graham, entre otros, propusieron designar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas extranjeras [13]. Esto con el fin de poder, en base a su constitución, tomar medidas ante los cárteles, pudiendo ingresar a territorio mexicano para combatirlos. Esto de inmediato encendió las alarmas en México que respondió mediante el canciller Marcelo Ebrard (más afín a demócratas que republicanos), que durante una entrevista mostró la gráfica que adjunto en la figura 3. Esta gráfica muestra al menos 80% del fentanilo que se distribuye en los Estados Unidos es traficado por ciudadanos estadounidenses. Más aún, el canciller contestó en conferencia de prensa que México no es el problema, sino que es parte principal de la solución del problema, e inclusive mencionó la frase “de tú problema” [14]. Incluso, Ebrard llegó a decir que México es el país que más contribuye a combatir el fentanilo [15], lo cual no podría ser tan descabellado, ya que China lo produce y vende, Estados Unidos lo consume y México lo cruza a través del Río Bravo mientras los cárteles de la droga se refuerzan, acarreando problemas.

México parece tener un rol similar al que tuvo la India durante las guerras del opio. Sin embargo, el fentanilo y sustancias relacionadas no se producen en México, sino que vienen exportadas directamente de China. Por consiguiente, el presidente de México (AMLO) mandó una carta al líder supremo chino Xi Jinping [16]. Mientras que la carta señalaba que México es tanto amigo de Estados Unidos como de China, también acusó a los legisladores injerencistas de cometer “groseros amagos” y recalcó que México se forjó resistiendo invasiones. Sin embargo, el motivo principal de la carta es solicitar datos a China que ayuden a la investigación del tráfico del fentanilo. Podemos inferir entonces que ante los reclamos republicanos, México optó por ponerse en contacto con China como país neutral, en vez de guardar silencio. Este puede ser un recurso interesante a largo plazo. Mientras que México recalca su soberanía y neutralidad, a su vez se muestra dispuesto a entablar diálogos con China y buscar su cooperación, con el fin de solucionar problemas en materia de seguridad interna en precisamente los Estados Unidos. En respuesta, sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China negó el tráfico de fentanilo desde China y dijo no estar informado de ninguna incautación de fentanilo proveniente de las tierras del gigante asiático [17], dejando el debate abierto.

Por otro lado, las frases de Lindsey Graham causaron tanto desdén ya que (y me permito hacer la analogía), de la misma manera que, por ejemplo, Rusia ve el conflicto en Ucrania como una crisis existencial, México ve cualquier intervención de los Estados Unidos como una potencial crisis soberana. México ya ha sido invadido al menos siete veces por los Estados Unidos [18], y cualquier declaración que muestre sospechas de intervención encenderán al máximo las alarmas en México. Además, en México existe la tesis de que Estados Unidos tiene un interés geoestratégico en la Cuenca de Burgos, un territorio mexicano que es rico en minerales, recursos naturales y agua. Esto podría ser de interés para Estados Unidos, que aplicaría su técnica del fracking para extraer minerales estratégicos [192021] (recordar que el fracking sin embargo produce sismos [22]). Recordemos que la Cuenca de Burgos es la mayor reserva de shale gas en México, del cual escasea, en comparación al petróleo.

Aunado al fentanilo, México continua teniendo problemas en conjunto con su vecino del norte, donde los problemas de seguridad son ahora problemas bilaterales al ambas naciones estar tan entrelazadas. Mientras tanto, México tiene que buscar aplicar las leyes y mantener contento al gobierno en turno en los Estados Unidos, a la vez que tiene que lidiar con diversos problemas que podrían violar su soberanía. Por ejemplo, el caso del fentanilo y una intervención debida a los cárteles de la droga (mejor armados por los Estados Unidos en la era Obama) que ya comentamos. La Operación Rápido y Furioso que armó a los cárteles de la droga en México, inclusive mejor que el propio ejército mexicano con armas provenientes y vendidas por los Estados Unidos [23], la cual ya podría ser considerada una injerencia en territorio nacional en la era Obama y permitida por el Gobierno de Felipe Calderón. Las insinuaciones de crisis democrática en México por el secretario A. Blinken a finales de febrero, cuando el Gobierno mexicano busca reestructurar legalmente sus organismos democráticos [24] (caso INE). Todos estos son claros ejemplos de la doctrina Monroe de Estados Unidos que considera a México como parte de su territorio comercial y energético (USMCA o TMEC), territorio militar (con el Comando Norte) e ideológico (con el modelo de democracia liberal al estilo estadounidense que México no puede ni debe ni de cerca titubear).

Lindsey Graham, el autor de la última de las declaraciones antimexicanas monroistas de Estados Unidos, se considera a sí mismo un admirador de R. Reagan, presidente número 40 de los Estados Unidos. Recordemos (y como señaló anteriormente A. Jalife [25]) que un republicano de peso en los tiempos de Reagan era su secretario de Defensa Caspar Weinberger, que escribió un libro llamado “La siguiente guerra” (The next war) donde visualizaba ya, de manera bélica siendo él de fondo un “realista” de las relaciones internacionales, una potencial guerra con México debida a un gobierno que él llamaba radical. Así, cualquier forma de oposición mexicana a manera de resguardar la soberanía debe ser ejercida con plena cautela dada la retórica estadounidense hacia México.

Consejos para las naciones de América del Norte en vísperas del mundo multipolar.

En vísperas del nuevo mundo multipolar que está ya en la mesa, y un conflicto que Washington está manteniendo con el eje Pekín-Moscú ya ha tocado todos los niveles, los conflictos internos de Estados Unidos podría ser clave para el desarrollo de los hechos. Recordemos que muchas veces los grandes imperios no necesitan ser derrotados directamente, sino que implosionan o colapsan por dentro. En el caso de los Estados Unidos, parece ser que ellos estaban sobreextendidos y ahora sufren (irónicamente) un “rollback”. Los Estados Unidos ya retiraron sus tropas de Afganistán, ya no son partícipes en acuerdos de seguridad en Medio Oriente (Trato Arabia Saudita-Irán [26]), están devolviendo sus empresas de China (off-shoring a near-shoring) e inclusive Taiwán (27) y luchan por preservar aliados (caso Turquía, Brasil, etc). Pero, principalmente, ellos sufren una crisis interna, la cual es más importante que perder el dominio hegemónico unipolar. Así, actualmente Estados Unidos sufre crisis: a nivel ambiental (Traedia de Ohio), a nivel político (conflicto demócratas-republicanos), a nivel financiero (quiebra de bancos), a nivel sociocultural (tiroteos, control de armas, comunidades en contra), a nivel demográfico (la población en declive por la sobredosis de droga y crisis social).

Así, Estados Unidos debe, mientras aún es posible, lidiar exclusivamente con sus problemas internos y regionales y abandonar sus instintos hegemónicos. Una vez que empujó a Rusia a los brazos de China (el principal error de Obama), la situación se volvió crítica y la crisis interna merece más atención. China no tiene problemas de gobernabilidad y crisis social interna como sí los tiene Estados Unidos. Más aún, los tres países poseen armas nucleares y eso no produce ninguna ventaja hacia uno o el otro en la era moderna. Sin embargo, lo que sí produce una ventaja es el dólar, el último bastión que Estados Unidos podría estar a punto de perder su dominio global con el ascenso del yuan y otras divisas basadas en commodities. Sí Estados Unidos pierde el dólar como arma de sanciones (como mencionó recientemente Marco Rubio), el dominio estadounidenses será más bien regional, lo cual es suficiente. Por lo tanto, Estados Unidos debe aceptar el subrol como potencia hegemónica como uno de los polos en el mundo multipolar, concentrarse en sus problemas internos y llevar a cabo una serie de reformas radicales. Si en cambio, insisten en ser un hegemónico en el mundo unipolar podría terminar perdiendo más de la cuenta e incluso balcanizarse.

Mientras tanto, México siendo vecino de un gigante en declive, debe buscar reforzar y en una última instancia utópica, afirmar su soberanía total. Por lo tanto, México debe soportar cualquier embate estadounidense y ajustarse a las políticas que vayan surgiendo en Estados Unidos. De igual forma, México debe continuar siendo un socio de los Estados Unidos y tener un rol protagónico en la posible nueva era industrial del litio y los autos eléctricos, con el triángulo Plan Sonora-Arizona-Bacadéhuachi y Tesla. Al mismo tiempo, México debe continuar su participación en organismos como la CELAC, donde los lazos con otras superpotencias extranjeras podrían ser posibles indirectamente. A su vez, México como principal productor a nivel mundial de plata, debe recuperar (o mínimamente negociar) y auditar su plata, que está siendo extraída de sus minas por canadienses y anglosajones. Entonces deberá promover una divisa en común comenzando con algunas naciones fuertes o con commodities importantes de América Latina, como lo es Brasil (miembro del BRICS) y Perú (segundo productor mundial de plata). Así, podrán incluirse eventualmente otros países al proyecto de divisas y México podría manejar tres divisas: peso (divisa nacional), dólar (divisa base de América del Norte) y una divisa común latinoamericana basada en commodities con la que México pueda maneobrar.

De esta manera, México debe moderar su integración con Estados Unidos y América Latina y volverse un puente entre dos civilizaciones (occidental y latinoamericana). Mientras que el corazón de la nación añora un sueño bolivariano, el realismo geopolítico demanda una América del Norte. Sin embargo, México como el más cercano (aunque lejos) a ser un Estado-civilizatorio en América, ya que cuenta con una gama de cultural ancestrales, debe asumir el rol de ser el Estado transicional entre las dos civilizaciones en el continente de América. Así, a manera de semblanza a la vieja pirámide del templo mayor en la antigua Tenochtitlan, México deberá ser la cuna civilizacional del continente americano siendo un epicentro que separa dos civilizaciones, la occidental (la que hace la guerra como Huitzilopochtli) y la latinoamericana (la que aún busca nacer, esperando las lluvias de Tlaloc).

 

 

[Fuente: http://www.rebelion.org]

Hoy en día pocas personas saben que las luchas feministas modernas nacieron en la lucha obrera de mujeres en situación de pobreza, trabajando por ejemplo en fábricas de textil. Sin embargo, aún faltan mujeres involucradas en la lucha sindical en Argentina, algo que la historiadora experta en género Alexia Massholder quiere cambiar.

En el ámbito sindical de Argentina, solo el 18% de las mujeres ocupan cargos de liderazgo, y la gran mayoría se desempeña en áreas relacionadas con la igualdad de género, la cultura o los servicios sociales. Solo una mujer ha sido la colíder de la Confederación General del Trabajo (CGT), el más grande sindicato de ese país.

Las raíces del Día Internacional de la Mujer provienen de dos vertientes diferentes que se ensamblan en una misma fecha. En 1909 sindicatos liderados por mujeres armaron la primera huelga masiva de trabajadoras durante 11 semanas; dos años años después se produjo un incendio fatal en una fábrica de textil en Nueva York,  cuyas víctimas fueron mujeres jóvenes inmigrantes, lo que echó leña al fuego a las demandas laborales. La otra vertiente es la protagonizada por mujeres trabajadoras rusas, que en el marco de la Primera Guerra Mundial se movilizaron bajo el lema “Pan y Paz”, enfrentando al entonces zar de Rusia.

En cualquiera de sus versiones, marzo es un mes que remite a la mujer trabajadora, y posee un fuerte contenido político, aunque la cultura económica dominante –con regalos, promociones y descuentos– se esfuerce permanentemente por alejar el 8 de marzo de sus verdaderos orígenes.

Por este origen vinculado al mundo del trabajo y para entender el momento actual en lo laboral en Argentina, entrevistamos a Alexia Massholder, que trabaja como investigadora en el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), el principal organismo del Estado encargado de fomentar la ciencia y la tecnología en Argentina. También es la secretaría de Género y representante del sindicato Asociación Trabajadores del Estado (ATE) del mismo organismo.

Ella opina que estamos en un punto de inflexión en el feminismo argentino y piensa que más mujeres deberían liderar sindicatos, porque es la manera, según ella, de desmantelar la “doble opresión” del capitalismo económico y el patriarcado. Editamos la entrevista para que tenga mayor claridad.

Patricia Larrús: Vos hablas de un momento bisagra en el feminismo que se da hoy. ¿Qué es lo que hace a este momento tan especial?

Alexia Massholder

Alexia Massholder: Si bien el feminismo no es algo nuevo, y viene abriéndose paso desde la osadía de pioneras como Olympe de GougesMary Wollstonecraft y Flora Tristán, con importantísimos aportes teóricos y prácticos de mujeres como Clara ZetkinAleksandra Kolontái o Inessa Armand, las dimensiones como movimiento político son mucho más recientes. Las bases de una transformación profunda respecto al rol de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad se están sentando en este momento sin dudas.

El crecimiento cuantitativo y cualitativo del feminismo como respuesta a la opresión de la mujer plantea una complejización respecto a las miradas sobre diferentes temas. Por un lado, nuevas preguntas y desafíos sobre la manera de hacer política, y también mayores articulaciones en las luchas contra la opresión de clase, raza, colonial, etc.

Por el otro, indudablemente, más allá de los desafíos nuevos y las complejidades internas, ya no hay manera de ocultar la cuestión de género en casi ningún ámbito, aunque nosotras mismas tengamos formas de pensar y actuar que no terminan de romper con «ideas» sobre la mujer, o formas de organización o de familia, que vienen siendo hegemónicas desde hace tantos años. Pero estamos en eso. Seguramente futuras generaciones lo resolverán más fácilmente. Tenemos esa responsabilidad por todas las que ya no están.

PL: ¿Cuál es tu visión sobre la articulación género/clase? 

AM: El feminismo como movimiento político se planta contra las relaciones desiguales y jerárquicas, y el sometimiento de identidades sexogenéricas [ed: identidades «sexuales» por la condición biológica y «de género» según el género con el que cada persona se identifica]. La profunda imbricación entre capitalismo y patriarcado ha configurado una división sexual del trabajo, roles específicos para la mujer y formas de opresión históricamente construidas.

Por supuesto que el feminismo avanza y se consolida por la ampliación de derechos, a partir de nuevas subjetividades. Pero al analizar la relación entre el patriarcado y el capitalismo se observa que la mujer es sometida por estos dos sistemas tanto en los espacios laborales remunerados (si es que las mujeres los alcanzamos) como en el espacio doméstico en donde las tareas de cuidado y reproducción de la mano de obra, son tareas no remuneradas. Se ocultan tras los discursos del amor maternal, el sostenimiento amoroso del marido, etc. Y la realidad es que esas tareas no remuneradas nos colocan a las mujeres en una posición completamente diferente a la de los hombres frente a nuestros trabajos. Y por eso es importante repensar nuestros espacios laborales y nuestra participación sindical también.

PL: El camino que la mujer viene abriéndose en el sindicalismo no es nuevo, se remonta a los orígenes de la lucha del feminismo. Pero ese lugar ha sido ocupado por la presencia masculina. Hoy la presencia femenina está disminuida y se enfrenta a nuevos desafíos. Como representante de la Asociación Trabajadores del Estado en el CONICET, ¿cómo ves hoy la tarea?

Foto de la marcha para los derechos de la mujer, el 8 de marzo 2023, en Buenos Aires, por Maria Paz Ismael PH.

AM: Si bien la mujer siempre tuvo un rol fundamental en el mundo del trabajo, su representación política y sindical es más reciente. Si repasamos la historia del sindicalismo se verá que, como en todos los espacios que representan un poco de poder, la mujer ha estado prácticamente ausente. Y eso ha delineado un sindicalismo con reivindicaciones que no contemplan las particularidades del trabajo femenino en su mayoría. La ausencia de mujeres en paneles, programas curriculares, cargos, etc., se nota a simple vista.

PL: Para finalizar, ¿qué reivindicaciones quedan pendientes hoy en el campo laboral en Argentina? ¿Qué camino queda por recorrer?

AM: Es con el impulso y el empuje del movimiento feminista como movimiento revolucionario, transformador, en articulación con organizaciones sociales, políticas y sindicales, que se podrá lograr que las reivindicaciones por las que luchamos dejen de ser consignas y se transformen en leyes, regulaciones y convenios colectivos de trabajo, como lograr que se reconozcan las tareas de cuidado como un trabajo efectivo, erradicar la desigualdad imperante en el mundo del trabajo, ocupar los lugares que nos corresponden en la conducción y la decisión política tanto en nuestros trabajos como en los espacios sindicales.

No solo como mujeres, sino también como lesbianas, trans y todas las identidades en la mayoría de los casos aún más perjudicadas en materia de derechos, dada la mirada hegemónica absolutamente binaria y heterosexual que impera en la política, el sindicalismo, la ciencia y los espacios de poder todos.

Si hoy podemos decir «El sindicalismo es con nosotras» ha sido por la fortaleza que el feminismo ha construido. Nuestra participación en el sindicalismo hoy es clave para poner una limitación a la doble opresión que mencionábamos antes, ya que nos permiten avanzar en nuestros trabajos, mejorar nuestras condiciones, nuestros derechos, como mujeres, lesbianas, no binaries, trans, madres, compañeras, como todo lo que decidamos ser.

Artículo publicado en Global Voices en Españolhttps://es.globalvoices.org

URL del artículo: https://es.globalvoices.org/2023/03/30/nuestra-participacion-en-el-sindicalismo-hoy-es-clave-sostiene-una-investigadora-argentina/

URLs en este posteo:

[1] dominio público: https://es.wikipedia.org/wiki/Huelga_de_las_camiseras_de_Nueva_York_de_1909#/media/Archivo:Ladies_tailors_strikers.jpg

[2] fábricas de textil: https://es.wikipedia.org/wiki/Huelga_de_las_camiseras_de_Nueva_York_de_1909https://es.wikipedia.org/wiki/Huelga_de_las_camiseras_de_Nueva_York_de_1909

[3] el 18% de las mujeres: https://revistamovimiento.com/genero/mujeres-sindicalistas-una-historia-de-lucha-que-continua

[4] una mujer: https://es.wikipedia.org/wiki/Susana_Stochero

[5] CGT): https://es.wikipedia.org/wiki/Confederaci%C3%B3n_General_del_Trabajo_de_la_Rep%C3%BAblica_Argentina

[6] la primera huelga masiva: https://es.wikipedia.org/wiki/Huelga_de_las_camiseras_de_Nueva_York_de_1909

[7] incendio fatal: https://es.wikipedia.org/wiki/Incendio_en_la_f%C3%A1brica_Triangle_Shirtwaist_de_Nueva_York

[8] Pan y Paz: https://www.bbc.com/mundo/noticias-47489747

[9] Olympe de Gouges: https://es.wikipedia.org/wiki/Olympe_de_Gouges

[10] Mary Wollstonecraft: https://es.wikipedia.org/wiki/Mary_Wollstonecraft

[11] Flora Tristán: https://es.wikipedia.org/wiki/Flora_Tristan

[12] Clara Zetkin: https://es.wikipedia.org/wiki/Clara_Zetkin

[13] Aleksandra Kolontái: https://es.wikipedia.org/wiki/Aleksandra_Kolont%C3%A1i

[14] Inessa Armand: https://es.wikipedia.org/wiki/Inessa_Armand

O presidente da Real Academia Galega participa no IX Congreso Internacional de la Lengua Española que reúne dende hoxe en Cádiz máis de 300 congresistas de todo o mundo hispánico. Víctor F. Freixanes intervirá, canda os responsables das academias vasca, catalá e española, nun encontro no que defenderá a pluralidade lingüística e cultural como unha riqueza que debe ser apoiada por unha política común dende o Estado e dende as comunidades autónomas. O presidente da RAG reivindica o desenvolvemento de iniciativas que abrangan dende os medios de comunicación e o sistema educativo –con especial atención aos primeiros niveis­ ata o comercio, a administración ou a representación internacional, chama a atención sobre o desafío que significa combater os modelos uniformadores que entraña a globalización, e reclama o fortalecemento dos recursos económicos e técnicos para facer efectivas as actuacións necesarias.

Víctor F. Freixanes intervén no foro ‘Lenguas y culturas, un patrimonio común del Estado español’ xunto ao director da RAE e a presidenta do IEC

Víctor F. Freixanes tomará a palabra no foro titulado Lenguas y culturas, un patrimonio común del Estado español, que terá lugar o martes 28 de marzo (16:30 horas) no marco do congreso organizado pola Real Academia Española (RAE), a Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), o Instituto Cervantes, o Ministerio de Asuntos Exteriores e o Ayuntamiento de Cádiz. Compartirá foro coa presidenta do Institut d’Estudis Catalans, Teresa Cabré; o secretario de Euskaltzaindia, Adolfo Arejita, e o director da RAE, Santiago Muñoz Machado. A sesión poderá seguirse en directo dende a páxina web do congreso.

O presidente da RAG afondará na súa intervención no espírito da declaración institucional que a propia Real Academia Galega, Euskaltzaindia e o Institut d’Estudis Catalans fixeron pública en 2021 arredor do debate público sobre a presenza das linguas cooficiais no sistema educativo. As tres institucións salientan en dito documento que a diversidade lingüística é unha riqueza que cómpre preservar e avogan polo respecto mutuo e a convivencia entre as comunidades lingüísticas e os/as falantes das diversas linguas do Estado español. “Éuscaro, catalán, castelán e galego forman parte da pluralidade cultural e institucional que nos define, e a pluralidade nunca pode ser un problema. Debemos considerala unha riqueza da cal todos nos sintamos orgullosos”, reitera Víctor F. Freixanes.

O responsable da RAG asistirá este mediodía á apertura do congreso, que contará coa presenza dos reis de España no Gran Teatro Falla. Durante a súa estadía na capital gaditana, acudirá tamén, entre outros encontros, á inauguración da exposición do Consello da Cultura Galega Inventio Mundi. Galicia nas viaxes transoceánicas, séculos XVI-XVII na Universidad de Cádiz, que será presentada hoxe ás 10:00 horas pola súa presidenta, a académica Rosario Álvarez, que participa tamén no congreso.

O programa conta ademais coa participación do académico correspondente Luciano Rodríguez, que protagonizará xunto aos directores do Instituto Cervantes, Luis García Montero; do Ramon Llull, Pere Almeda; e do Etxepare, Irene Larraza Aizpurua, un tributo á diversidade lingüística.

 

 

[Fonte: http://www.academia.gal]

Escrito por Connectas

Este artículo fue escrito por Grisha Vera para Connectas [1], luego republicado y editado en Global Voices bajo un convenio entre los medios.

Acceder a la foto de portada de la revista Time es algo que logran muy pocas figuras públicas de cualquier campo. Mucho menos en un idioma diferente del inglés, y desde un género musical latino. Pero eso fue exactamente lo que logró Bad Bunny en la anterior edición de la revista, destinada al público anglosajón. Un mes antes, en febrero de 2023, el artista puertorriqueño había protagonizado el acto inaugural de los premios Grammy.

‘El conejo malo’ fue el artista latinoamericano que recaudó más dinero en el mundo en 2022 y se ha posicionado como el artista más escuchado en Spotify durante tres años consecutivos. Todo esto cantando en español y mayormente reggaetón.

Las críticas contra ese género urbano han proliferado desde su nacimiento, hace ya más de 20 años. Entre ellas se destaca la de quienes opinan que es un mal ejemplo para las nuevas generaciones. Sin embargo, es un género cada vez más influyente en distintos aspectos sociales, como los roles de género o la política. Además, su presencia —como la de varios artistas latinos— tiene un innegable crecimiento en otras latitudes.

Mientras la región pierde peso económico y político en el ámbito global, conquista al mundo en los escenarios. La importancia de esa penetración cultural, que muchas veces pasa desapercibida, puede representar una oportunidad de oro para posicionar los temas que le interesan a la región en el mundo entero.

“Empezó la gozadera”

Marco Antonio Chávez Aguayo, investigador del Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara (Jalisco), explica que en el siglo XX, con el surgimiento de la industria, de las grabaciones y de otros ritmos, “cambió el polo de Europa a Estados Unidos. Entonces, los productos estadounidenses como el pop, el rap, el hip hop empezaron a dominar. Yo pienso que ahora, no sé si sea pronto para decirlo, nosotros, los latinos, estamos siendo el polo”.

Víctor Lenore, periodista español especializado, escribió en 2020 que Bad Bunny era el nuevo Bob Dylan [4]. Hoy advierte de una mayor influencia de la cultura popular latinoamericana en Estados Unidos y en el mundo en general. “Por ejemplo, en España hay un prejuicio colonial, casi inconsciente, de pensar que las cosas que hacen en América Latina no son tan importantes como lo que nos viene de Londres, Nueva York y Los Ángeles. Afortunadamente los jóvenes que ahora tienen 15, 25 o 30 años ya no lo tienen, escuchan la música latina con mucha mayor naturalidad y este es uno de los factores más decisivos”.

Lo mismo ocurre con los artistas, hoy no tienen complejos y respetan sus raíces culturales, explica Lenore. “Por ejemplo, Julio Iglesias, que era un artista enorme, con muchísima popularidad, cuando quiere conquistar el mercado latinoamericano, se va a vivir a Los Ángeles y graba un disco en inglés y pensando en los oyentes estadounidenses. Esto ya ha cambiado, hubo precedentes muy importantes sobre todo en México como Luis Miguel y Juan Gabriel, que se negaron a grabar un disco en inglés”.

Y apunta una razón más del éxito del reggaetón: las redes sociales. “La industria anglosajona siempre prefiere promocionar a sus artistas. Pero de repente, por las escuchas en YouTube, el algoritmo te lleva a otra canción latina. Eso ha sido fundamental en el cambio de paradigma y en el hecho de que ahora los artistas latinoamericanos pueden competir con los anglosajones cara a cara, de tú a tú”, dijo a CONNECTAS.

“La capital del perreo, ahora todos quieren ser latinos”

De los pioneros del reggaetón, a finales de los años noventa, al boom de Bad Bunny mucho ha cambiado, e incluso ahora promueven valores como el feminismo. Para Chávez, también conocido como Dr. Reggaeton, esta evolución le ha permitido ser uno de los centros de la música en este siglo. “Tanto los artistas ‘underground’ como los ‘mainstream’ han hecho del reggaetón un vehículo de mensajes que precisamente van en contra del machismo, del colonialismo y de muchas otras cosas”.

En conversación con CONNECTAS, Chávez apunta a otro cambio: el empoderamiento de las mujeres. “Bichota (uno de los éxitos de la reguetonera colombiana Karol G) viene de ‘bitch’. Es decir, soy la más perra. Soy la cabrona. Soy la que toma las decisiones. Yo tengo el control sobre mi cuerpo, sobre mis relaciones, sobre mis emociones… O sea, discursos que no se oían al principio del reggaetón ni en otros géneros”.

Las alianzas entre artistas y la mezcla de ritmos latinos también son recursos muy explotados de este género, agrega el investigador. “No todas las canciones tienen reggaetón de principio a fin; muchas de ellas se mezclan con otras tradiciones rítmicas como la salsa, la cumbia, la samba, el tango, la bachata y el flamenco”. Las mezclas permiten mostrar al mundo la variedad musical de la región, mientras que las alianzas entre cantantes les permite expandir sus mercados.

Y como si fuera poco, Chávez advierte que fuera del mundo latino también se produce reggaetón. “He visto buenos reggaetones de India, Reino Unido, Francia, Italia, Polonia, Finlandia, Corea, Japón, China, Australia… Bueno, la cantidad es enorme”. Las canciones de su lista cuentan con al menos una frase en español y se mezclan con ritmos locales.

“Soy bandolero como el mister politiquero”

Mientras las industrias musicales de la región no hacen más que crecer en el ámbito mundial, los temas de interés para América Latina aún están muy lejos de la agenda política internacional. En la actualidad ningún dirigente latinoamericano goza de la influencia que sí tienen muchos reguetoneros.

Eduardo Torres Arancivia, historiador peruano, explica que la discusión política sobre ideologías y su relación con el poder no interesan como antes a los más jóvenes. “Pero aparece el arte para sacarlos de esa realidad que les parece tan compleja o tan frustrante, porque el arte también es un modo de escape. El arte en su catarsis genera un universo alterno donde se puede lograr lo que no se puede en la realidad política”.

Lenore además agrega que el problema del liderazgo político es global. “Simplemente los líderes políticos, los partidos, los sindicatos cada vez tienen menos poder. Entonces pueden cambiar menos las cosas y confiamos menos en ellos”.

Y advierte que los artistas, en cambio, tienen mucha influencia como líderes sociales. “Se critica al reggaetón porque promociona un estilo de vida de delincuencia, y eso tiene parte de razón, pero por otro lado, como dice el propio Daddy Yankee, antes de que yo apareciese los chicos de mi barrio querían ser narcotraficantes, después todos quieren ser cantantes”.

También recuerda cómo Ricky Martin, Residente y Bad Bunny participaron en las protestas en 2019 contra el gobernador de Puerto Rico Ricardo Rosselló, luego de que se filtraron audios que delataban sus actitudes corruptas y homofóbicas. “Bad Bunny hizo lo que creo es el mayor acto político posible: rechazar dinero para unirte a una protesta popular. Él estaba de gira en Europa cobrando medio millón y un millón de euros por concierto y regresó a San Juan a impulsar estas protestas populares”.

Bad Bunny y Residente están encabezando las protestas en contra del gobernador de Puerto Rico. Su papel es fundamental en las revueltas. Vivimos tiempos en donde las manifestaciones no las encabezan sindicalistas, sino referentes culturales. Y esto no es ni mejor, ni peor. pic.twitter.com/yLRfAL4iGg [5]

— Isabel Serrano (@isabelsd99) July 18, 2019 [6]

Para Torres lo anterior no es más que un hecho puntual. Explica que la participación política de muchos artistas es prácticamente nula, al menos de la manera tradicional. Y es cierto. Pero no todo queda allí, en marcar una postura frente a un dirigente o ideología en particular, pues existen muchas maneras de influir en el debate público, en cómo se percibe al mundo y cómo se puede transformar.

Por ejemplo, para Lenore es curioso que en sociedades que llevan la bandera contra el imperialismo no se entienda la potencia antiimperialista del reggaetón. “Esa intuición y ese trabajo para hacer un rap festivo, bailable y más hedonista es lo más antiimperialista que se puede hacer, porque en el fondo es rechazar los productos culturales que intenta venderte tu potencia dominadora”. Bad Bunny lo tiene claro, como quedó reflejado en la entrevista con El País: “Hay que romper eso de que los gringos son dioses… No, papi”.

Además, los éxitos que los latinos cosechan en las otras ramas de las industrias culturales, como la de Hollywood, son muy importantes pero no comparables con la influencia de la música popular o la de la literatura latinoamericana en los años del ‘boom’ de la segunda mitad del siglo XX.

Chávez es optimista: “Creo que todo ello nos puede servir de referencia para entender la importancia o el impulso que está teniendo el reggaetón. El papel que está asumiendo a la hora de generar ese gran interés en algo nuestro, que no es una creación de laboratorio, sino muy orgánica. Empezó a impulsar nuestras otras tradiciones para que también se conozcan y con eso, nuestra lengua, nuestra forma de pensar, de celebrar, de ser”.

Ilustración de Connectas

Artículo publicado en Global Voices en Español: https://es.globalvoices.org

URL del artículo: https://es.globalvoices.org/2023/04/22/reggaeton-el-embajador-latinoamericano-para-el-mundo/

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[1] Connectas: https://www.connectas.org/analisis/por-el-mundo-al-ritmo-del-reg

[2] pic.twitter.com/HAA8cXY1Vn: https://t.co/HAA8cXY1Vn

[3] February 6, 2023: https://twitter.com/nom0leste/status/1622402700204703744?ref_src=twsrc%5Etfw

[4] escribió en 2020 que Bad Bunny era el nuevo Bob Dylan: https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/badbunny-bobdylan-yhlqmdlg-musica-daddyyankee_0_1332767170.html

[5] pic.twitter.com/yLRfAL4iGg: https://t.co/yLRfAL4iGg

[6] July 18, 2019: https://twitter.com/isabelsd99/status/1151826141944172544?ref_src=twsrc%5Etfw

Domènech i Montaner és considerat per molts el pare del Modernisme a Catalunya i un dels màxims exponents del catalanisme polític. És l’autor d’obres com l’Hospital de Sant Pau o el Palau de la Música, a Barcelona. Enguany es compleix el centenari de la seua mort.

Lluís Domènech i Montaner

Enguany se celebra el centenari de la mort de l’arquitecte català Lluís Domènech i Montaner. Nascut a Barcelona l’any 1849, va ser el quart fill del matrimoni burgès entre l’editor i enquadernador Pere Domènechi Saló i Maria Montaner Vila, que pertanyia a una família acomodada de Canet de Mar (Maresme).

A més d’arquitecte, la figura de Montaner també va destacar en altres disciplines com ara la història, la política i les arts gràfiques, sent considerat un dels pares del catalanisme polític i el precursor del Modernisme a Catalunya.

Obres com l’Hospital de Sant Pau de Barcelona o el Palau de la Música Catalana —ambdues considerades patrimoni de la humanitat per la UNESCO— són alguns dels vestigis per on encara avui suren les despulles de l’artista de Canet de Mar.

El llegat de Domènech és extens. Passejant pels carrers de Reus o de Barcelona és fàcil reconèixer les estructures diàfanes i l’ús modern dels bastiments de ferro i de maó vist, conceptes i tècniques arquitectòniques que va introduir l’autor trencant amb les tendències historicistes de l’època.

Les obres del geni modernista s’han d’abordar amb una mirada multidisciplinària, analitzant totes les cares de l’autor

El modernisme de Domènech també el trobem a la Casa Solà-Morales, a Olot (Osona), així com a la Casa Navàs de Reus (Baix Camp) o a la Casa Rull, també a Reus.

Altres edificis emblemàtics a Barcelona, on va desenvolupar la major part de la seva obra arquitectònica, són la Casa Fuster, la Casa Lleó i Morera o el Castell dels Tres Dragons. A Canet de Mar hi podem trobar la casa de la família Domènech i Montaner, un conjunt convertit en museu que agrupa la masia Rocosa, del segle XVI, i la casa Domènech, del 1910.

Casa Fuster / Josep Panadero, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

Però les obres del geni modernista s’han d’abordar amb una mirada multidisciplinària, analitzant totes les cares de l’autor: « Estudiar a Domènech només com a arquitecte empobreix del tot la seva figura », explica Carles Sàiz, president del Centre d’Estudis Domènech i Montaner, « perquè ell és un personatge complet, en el sentit que utilitza altres camps per intentar complementar l’arquitectura. Quan aprofundim en la seva arquitectura, ens adonem que la segona pell que vesteix els seus edificis, que es conforma de la decoració, segurament no l’entendríem sense aprofundir abans en la seva vessant política, o en la del món de les arts gràfiques o en l’intel·lectual. Tant és així que, ignorant la seva faceta editorial, no comprendríem que les façanes dels seus edificis són com un llibre obert, que ens conviden a llegir-lo ».

Els seus deixebles (Antoni Gaudí, Josep Puig i Cadafalch, Manuel Joaquim Raspall…) han deixat una forta empremta en l’imaginari històric del modernisme català. Però, què va fer que un geni polifacètic com Domènech i Montaner, visqués a l’ombra sense rebre el reconeixement que mereixia?

Com a polític tampoc no es mourà dels seus posicionaments inicials, fet que farà que els seus mateixos companys acabin sent-ne detractors i li surtin enemics dins del seu partit

Aquesta manca d’apreciació cap a l’autor català es deu, principalment, a dos aspectes. Domènech es va resistir a abraçar el Noucentisme, aferrant-se amb força a l’estil que va forjar, indiferent als nous corrents noucentistes que començaven a gestar-se a principis del segle XX: « Mentre els seus coetanis assassinen l’estil anterior, i es declaren noucentistes, Montaner, gràcies a tenir l’oportunitat de fer obres de llarga duració com l’Hospital de Sant Pau, no sacrifica el que funda i segueix amb l’estil que creu que millor defineix i dona identitat al país », explica Carles Sàiz.

A més, com a polític tampoc no es mourà dels seus posicionaments inicials, fet que farà que els seus mateixos companys acabin sent-ne detractors i li surtin enemics dins del seu partit: « La poca evolució cap al liberalisme republicà incomodarà fins i tot els republicans. Amb l’arribada de la Segona República, l’any 1931, no reivindicarà ni el catalanisme conservador ni el republicà. El que sí que tindrà seran molts deixebles, que alguns l’acompanyaran i altres l’abandonaran. Puig i Cadafalch serà deixeble directe de Domènech i Montaner, però acabarà secundant les tesis de Francesc Cambó en la política, i hi haurà un trencament », assenyala Sàiz.

A més, el franquisme va tenir un paper cabdal en l’ocultació i extirpació de la figura de l’arquitecte, que veia l’herència de Montaner com la precursora del catalanisme i, per tant, responsable d’estendre aquestes idees entre la societat.

Casa Rull / Thierry Llansades

Rupturista

Com a arquitecte, Domènech i Montaner es va posicionar com el creador d’un corrent artístic estrictament vinculat a Catalunya. El 1878 publica l’article « En busca d’una arquitectura nacional », en el qual defineix les bases d’un nou estil eclèctic, que absorbeix tots els estils del passat per crear-ne un de nou. Però aquest estil té tanta força que agafa identitat pròpia i fa néixer el Modernisme català. En comptes de continuar amb la tendència arquitectònica de l’època, que es fonamentava en una arquitectura historicista basada en els estils del passat, Domènech i Montaner crea un nou estil com a síntesi de tots aquells gèneres identitaris catalans. Pel que fa a les arts decoratives, revoluciona el tractament decoratiu arquitectònic, tot impulsant i recuperant antigues tècniques com ara la vitralleria emplomada o l’esgrafiat.

Teòric i visionari

Domènech i Montaner va esdevenir un gran teòric de la política i l’arquitectura. L’any 1892 va presidir les Bases de Manresa, i ja teoritzava com havia de ser la Catalunya del futur: amb un autogovern, institucions i lleis pròpies. « Avui podríem dir que tots els partits polítics nacionalistes serien tributaris del seu passat, perquè va ajudar a fundar el catalanisme conservador i va posar els fonaments del catalanisme republicà o progressista », explica Sàiz.

Va iniciar la seva vida política molt jove, i el 1888 presidia la Lliga de Catalunya, sempre tenint present el catalanisme com a eix central de la seva vida i obra. També va fundar la Unió Catalanista, partit del qual va ser-ne el primer president, amb Enric Prat de la Riba com a secretari, i també va ser un dels signants del Manifest a la reina regent, del 1898. Va ser elegit tres vegades president de l’Ateneu Barcelonès, i també va presidir els Jocs Florals de Barcelona l’any 1895.

Intel·lectual

Després d’estudiar ciències fisicomatemàtiques, Domènech i Montaner va estudiar la carrera d’arquitectura a Barcelona, i ja des de petit la biblioteca immensa del seu pare es convertí en el santuari on Domènech passaria llargues hores llegint, fet que li permetria adquirir els coneixements necessaris per generar una estètica simbòlica en els seus edificis. A partir dels estudis sobre mitologia grega i romana, vesteix de simbolismes les seves obres. També va fer moltes aportacions en el camp de l’arqueologia romana i tardoromana a les comarques tarragonines, i és l’autor d’estudis molt pioners, com ara el de la « Barcelona Romana » o l’estudi sobre Tàrraco. Amb aquests elements patrimonials l’arquitecte buscava reivindicar el patrimoni català per intentar justificar la seva acció política.

 

[Font: http://www.eltemps.cat]

 

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