Archives des articles tagués Refranes y expresiones

Mezcla de documental y ficción, este film argentino se centra en el viaje de los directores al Este de Europa a buscar intérpretes actuales de la música klezmer y conocer más acerca de su historia.

Escrito por Diego Lerer

«Una lengua es un dialecto con un ejército detrás». Algo así dice la frase que abre esta curiosa película, mezcla de documental, autoficción y ficción. La expresión puede sonar lejana a lo que uno supone que verá, pero de a poco ADENTRO MIO ESTOY BAILANDO (THE KLEZMER PROJECT) irá yendo hacia ese terreno, llevando su propuesta inicial (una investigación sobre la historia y el presente de la música klezmer) hacia escenarios un poco más amplios en lo temático. Un dialecto, una música, una cultura que se pierde es una que no ha tenido un territorio que la cobije, un ejército que la defienda o que fue obligada a una diáspora tan enorme que se hizo muy difícil sostenerla.

La película de Koch y Schachmann son varias en una, una suerte de puesta en abismo que empieza por un lado y termina en otro, que apuesta por un formato y se va yendo a otro, que combina tres o cuatro hilos narrativos paralelos y cruzados en prácticamente todas sus escenas. La parte «documental» (va esto entre comillas porque parece tener muchos elementos de autoficción) arranca con Leandro, uno de los directores, filmando bandas y solistas de música klezmer para un proyecto sobre el tema. En una boda judía conoce a Paloma, la codirectora, que toca el clarinete en una banda de este estilo. Los dos conectan rápidamente y ella le comenta que viajará al Este de Europa a visitar a un famoso músico estadounidense que estudia la historia del klezmer. Más interesado en seguir a la chica que en cuestiones estrictamente musicales, Koch decide viajar después y buscarla.

La película seguirá más que nada su recorrido. Koch empieza filmando giras y show (entre los que se escucha a la dupla argentina Lerner & Moguillevsky) y luego se va yendo hacia el Este. Primero a Viena, donde con la ayuda del realizador austríaco radicado en Argentina Lukas Rinner, consigue financiación para un documental más periodístico e informativo sobre la música klezmer para la TV de ese país. Y con él marcha a Ucrania, Rumania y Moldavia tratando de encontrar intérpretes de una música que fue desapareciendo del mapa (a causa del exterminio del pueblo judío durante la Segunda Guerra o por la posterior migración a Israel) y que hoy casi nadie practica.

El recorrido trata de combinar varios ejes a la vez, demasiados quizás. Está el análisis musical, que trata de entender qué sobrevive de esa música en otros géneros folclóricos de la zona. Está el citado comentario histórico, que liga también lo que pasó con la música klezmer con la creciente desaparición del idioma ídishe, que fue siendo dejado de lado por nuevas generaciones judías más conectadas con el hebreo e Israel. Está el ¿falso? documental sobre la película que no consiguen hacer y el dinero que se les acaba. Está la complicada historia de amor entre los codirectores, manejada con cartas y mensajes. Está el retrato amoroso de los pueblerinos de todos los lugares por los que ellos pasan con sus consiguientes números musicales. Y, englobándolo todo, una intermitente voz en off en ídishe que lee historias del pasado judío en los pueblos de esa zona de lo que antes se conocía como Besarabia.

Cándido, humanista, inteligente y visualmente bello –especialmente en su parte ucraniana, rumana y moldava–, ADENTRO MIO ESTOY BAILANDO propone una búsqueda hacia la cuna de la dispersa identidad judía de parte de los realizadores, que usan como excusa la música en cuestión. Eso se nota en los textos familiares que son leídos y en esa búsqueda un tanto frustrante de tratar de encontrar las raíces precisas de una historia que se extiende por varias generaciones. Puede no encontrarse la referencia exacta, el lugar, el idioma o la persona buscada, pero el aire está habitado por esos fantasmas del pasado.

La variedad de formatos y giros casi a modo de collage que proponen los realizadores por momentos conspira contra su potencia. Los textos leídos en ídishe –quizás el único problema real de la película– son difíciles de seguir, ya que compiten por nuestra atención con imágenes y situaciones que no tienen que ver con lo que se dice, salvo metafóricamente. Y por momentos la propia película parece saltar de un lado a otro, dejar de lado cosas y no retomarlas, como alguien que va descubriendo qué película quiere hacer mientras la edita, una road movie que lo siguió siendo una vez terminado el viaje.

Lo más curioso de todo es que, aun con esas imperfecciones (o quizás gracias a ellas), ADENTRO MIO… termina siendo muy representativa de ese espíritu curioso, pero un poco perdido con el que los descendientes de inmigrantes judíos a la Argentina tratamos de entender o capturar las experiencias de nuestros padres y abuelos. Hemos escuchado las historias, el lenguaje y las canciones –mi madre solía cantar una que se escucha en la película–, hemos imaginado los escenarios por donde pasaron nuestros antepasados y lo que tuvieron que vivir, pero no tenemos muy en claro cómo ni dónde encontrar esos lugares, esas músicas, esas historias. No hay una casa familiar, un terruño al que regresar como les sucede a muchos hijos o nietos de inmigrantes españoles o italianos: todo aquello fue violentado, destruido, aniquilado. Lo que queda es un aire de familia que, como pasa con los dialectos perdidos, está en todas partes y a la vez en ningún lado.

 

[Fuente: http://www.micropsiacine.com]

 

La editorial Cabaret Voltaire publica la primera novela de la autora marroquí que, en 2018, fue candidata al Premio Goncourt.

Meryem Alaoui

Publicado por Jacinta Cremades

La novela De la boca del caballo sale la verdad grita, huele, suena y se ríe de forma estruendosa como la mismísima ciudad de Casablanca, donde la autora marroquí Meryem Alaoui (Rabat, 1977) creció, trabajó y desarrolló ese mundo literario que ahora la ha lanzado a la fama. Publicada por Cabaret Voltaire en su versión al español, esta primera novela salió en Francia como un bombazo en 2018, captando la atención de la crítica. Fue, a su vez, seleccionada al Premio Goncourt, al premio Flore y se llevó el premio Beur FM-Mediterraneo TV5 Monde.

La novela cuenta en primera persona la vida cotidiana de Yemía, una prostituta de unos treinta años que vive en un cuarto con su hija. De carácter positivo y una encantadora claridad al hablar, escribe en su diario las conversaciones que mantiene con sus compañeras, en la calle o tomando cervezas, los encuentros con clientes, entre seis y ocho al día, hasta que el destino decide brindarle una extraña segunda oportunidad: la llegada al barrio de una joven de aspecto corpulento que se hace llamar Bocacaballo por los rasgos de su cara, una cineasta en busca de una actriz.

Pregunta. Es un poco fuerte describir a alguien por su semblante de animal, ¿no le parece?

Respuesta. Es cierto. Pero esa era la verdad. Este personaje tenía unos dientes enormes y una gran sonrisa de caballo y, como era esquelético, solo se le veían esos rasgos. En Marruecos, como muchos de nosotros venimos del campo, usamos vocabulario proveniente de los animales. Las comparaciones se inspiran del mundo animal: del caballo, pero también de la vaca, de las gacelas, de los insectos. Una persona delgada es un mosquito. Las referencias son infinitas. El título me vino por el proverbio que dice que “la verdad sale de la boca de los niños” y pensé en un caballo y acabé formulando “la verdad sale de la boca del caballo”.

« En Marruecos, como muchos de nosotros venimos del campo, usamos vocabulario proveniente de los animales »

P. ¿Y esa historia de bullicio callejero en la que se escucha el mundo de la prostitución? ¿Cómo entró en contacto con él una socióloga editora, hija de un poeta?

R. La novela nace del barrio en el que viví en Casablanca durante siete años, un lugar en el que trabajaban prostitutas, cerca del mercado. Me fascinaba observar y sentir su actividad, verlas todos los días, siempre quería saber más de ellas, de sus vidas, por pura curiosidad personal para saber dónde iban, cómo conseguían a los clientes y me paseaba a su alrededor para saber cómo se las arreglaban. Nunca pensé en escribir una novela, hasta que me di cuenta, un buen día, de que estaba escribiendo sobre ellas.

P. Me pregunto si la novela es Yemia o Casablanca. Traza usted una pintura absolutamente alucinante, realista y detallista de una ciudad que parece conocer como la palma de su mano. ¿Esa energía que describe en la ciudad, es la que ha trasladado a su protagonista?

R. Yemia es la pura vitalidad de una mujer positiva, igual que Casablanca lo es como ciudad. Es imposible no dejarse llevar por su energía. Casablanca es la ciudad en la que crecí, trabajé, pasé los mejores años de mi vida y a la que ahora regreso después de diez años viviendo en Estados Unidos. Adoro Casablanca por ser caótica, desordenada, una ciudad difícil para vivir pero sorprendente justamente por este fabuloso caos.

« Casablanca es desordenada, una ciudad difícil para vivir pero sorprendente por este fabuloso caos »

P. Un caos en el que, en su novela, parece que viven también los marroquís o, mejor dicho, sus ideas. A pesar de ser una historia que se acerca a la fábula, consigue dar una imagen muy real de sus cambios y sus locuras. De hecho, lo que más sorprende y hasta choca son los enormes contrastes: prostitución con prácticas religiosas, alcohol con prohibiciones, la diferencia entre ser mujer u hombre en un matrimonio. ¡La línea de separación entre los dos mundos parece a veces imperceptible! ¿Todos los marroquís se bañan entre estos dos mundos continuamente?

R. ¡Me imagino que sí! Y la prueba son estos contrastes que usted señala. Existe la presión social, las prohibiciones, pero no por eso se deja de vivir. Todo el mundo se acaba saliendo con la suya. No se puede vender alcohol a los marroquís musulmanes, pero es fácil hacerse con él. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio están prohibidas pero la gente tiene relaciones antes del matrimonio. Siendo marroquí, uno integra las prohibiciones, vive como puede pero sin complacerlas.

P. Hasta que el destino o la suerte llama a tu puerta… Yemia se encuentra por casualidad con Bocacaballo, que le cambiará la vida de la noche a la mañana. En una novela en la que oscila entre estos dos mundos tan distintos, ¿es usted más partidaria de la suerte o del destino?

R. Un poco los dos. ¿Existe la suerte? Por supuesto. Pienso que la suerte es uno de los elementos que permite que nuestros proyectos se concreten, que nuestros deseos se hagan realidad. Sin suerte, no se llega a nada. La cuestión del destino es más compleja. Se supone que todo está ya escrito de antemano, en vez de que las vidas se escriban, a medida que una avanza.

P. Y para usted, ¿la literatura era su destino o, más bien, es una forma de denuncia, un grito de libertad? ¿Escribe por placer? ¿Qué representa escribir literatura para usted?

R. Pienso que la palabra placer sería la más acertada. Luego, la escritura es una evasión, una apertura al mundo y en eso también me refiero a la lectura. Para mí, están íntimamente entrelazadas. Me gusta leer y escribir por diversión, por placer como usted dice. Me permite familiarizarme con otras vidas, otras culturas, otros lugares que me hacen soñar, viajar. Cuando escribo, me olvido de quién soy, y es un olvido que me sienta bien. Como si hiciera una pausa en mi vida. Los momentos en los que uno puede experimentar esa pausa son raros en el día a día que nos absorbe.

« Cuando vi publicada la novela en la editorial Gallimard pensé que ya me podía morir tranquila »

P. Tras el éxito fulgurante de esta primera novela, ¿en que ha cambiado su vida?

R. Es verdad que la publicación de esta novela ha sido un momento importante en mi vida. Siempre he llevado la escritura dentro de mí, sabía que acabaría escribiendo, pero no sabía ni cuándo ni cómo. Cuando por fin salió, tuve la sensación de que algo verdaderamente importante acababa de suceder. Al ver De la boca del caballo sale la verdad publicado en la colección Blanche de la editorial Gallimard, pensé: « Ya está. Ya me puedo morir tranquila »

P. En su libro incorpora lenguaje animal, palabras y expresiones de lugares calientes como Casablanca. ¿Piensa que la lengua francesa debe aceptar reformas culturales para expresar la sociedad moderna y multicultural en la que se desarrolla?

R. Al ser una lengua viva, lo queramos o no, el francés se transforma y hoy más que nunca también por la revolución numérica. Todo el mundo tiene acceso a nuevos lenguajes, nuevas formas de hablar. El inglés, por ejemplo, ha hecho irrupción en el idioma francés. Su evolución es inevitable. Vemos cómo el árabe entra en el francés. Desde el momento en que hay proximidad de culturas y de formas de expresión, hay incorporación, energía y vitalidad, sin seísmos ni desgarros.

[Foto: Cabaret Voltaire – fuente: http://www.elespanol.com]

Dans Tenir sa langue, Polina Panassenko évoque son enfance déchirée entre la Russie et la France mais aussi la perte de son prénom soudain francisé à son arrivée à Saint-Étienne. Polina change de lieu, de langue et devient Pauline. Avec la chute de l’URSS, l’exil, tout un monde s’effondre. Polina Panassenko le ravive avec force dans un premier roman où elle se place avec justesse et humour à hauteur de l’enfant qu’elle était.

Tenir sa langue, le premier roman de Polina Panassenko

Polina Panassenko


Polina Panassenko, Tenir sa langue. L’Olivier, 186 p., 18 €

Écrit par par Jeanne Bacharach

De Pauline à Polina, à l’oral, une seule lettre change. Pourtant, soudain, le « nom propre » n’est plus à soi. Une lettre n’est jamais un détail dans un prénom : elle porte, sous sa légèreté apparente, le poids d’une histoire. Dans Tenir sa langue, récit d’un prénom amputé de son a russe pour un e muet et pourtant si parlant, la lettre imposée exprime la violence de l’exil, l’injonction institutionnelle à l’intégration. Plus encore, le prénom de la narratrice, qui était aussi celui de sa grand-mère juive, Pessah, victime des pogroms et condamnée à prendre le prénom russe de Paulina pour cacher sa judéité, porte le poids de l’antisémitisme et de la honte d’être juive. Pauline vient redoubler la honte et symbolise sa transmission entre les générations de femmes d’une même famille. La narratrice, en portant son désir de retrouver son prénom d’origine au tribunal comme dans l’écriture de ce premier roman, cherche à rompre cette chaîne et à affirmer, en liberté, son passé, sa langue et son histoire.

Il s’agit donc bien là de Tenir sa langue – merveilleux titre pour ce premier roman de grande tenue. Tenir sa langue et la maintenir face à ceux qui voudraient qu’elle s’efface. Cette affirmation de soi apparaît avec force à travers la scène inaugurale du roman, au tribunal de Bobigny, face à la procureure opposée à ce changement de nom : « Ça l’écorche ? Ça lui fait une saignée ? Ou alors elle a peur que je me glisse dans sa langue de procureure. Le prénom comme cheval de Troie. Et une fois à l’intérieur, schlick. Un jaune d’œuf qui coule. Poc. Une fusée dans l’œil. Elle a peur que je lui mette ma langue dans la sienne et de ce que ça ferait. Elle a peur de ses propres enfants en fait. » La narratrice, avec courage, tient tête au passé et à celles et ceux qui semblent craindre le mélange des langues, l’immixtion d’un « Polina » russe au beau milieu des « Pauline » bien français.

Tenir sa langue peut ainsi se lire comme le geste inaugural d’une écrivaine (même si on rappellera la parution en 2015 d’une enquête intitulée Polina Grigorievna aux éditions de L’Objet Livre) qui cherche et revendique un nom. On y perçoit également un geste politique particulièrement fort. Les saillies de la narratrice formulées à l’encontre de la politique d’intégration française sont des plus saisissantes, à l’image de l’évocation de Jallal Hami, camarade rencontré sur les bancs de Sciences Po. La narratrice évoque sa noyade en 2012 au cours d’un week-end de bizutage à Saint-Cyr. Elle se souvient du discours du chef d’état-major des armées évoquant le sens de l’engagement du jeune homme, manière selon lui de « rendre à la France un peu de ce qu’elle lui avait donné ». Alors que le procès a lieu au moment où la narratrice tente de récupérer son prénom au tribunal, elle évoque ce drame devant son avocate : « mon avocate dit Il ne faut pas faire d’amalgames. S’il ne s’appelait pas Jallal, il se serait noyé quand même. […] Elle a raison mon avocate. N’importe qui aurait pu se noyer. Mais est-ce que pour n’importe qui on aurait parlé de dette ? Ah oui, dit l’avocate, mais ça c’est un peu le cas de tous les émigrés, non ? ». Alors que Polina est sur le point de retrouver son prénom, celui de Jallal est nié, de même que son histoire et son individualité. Le combat pour la reconnaissance du prénom porte en lui celui de la reconnaissance d’une personne.

Polina Panassenko souligne ainsi la puissance politique et symbolique de la lettre. « À la fin de l’année je passe de Polina à Poline. J’adopte un en feuille de vigne. Polina à la maison, Poline à l’école. Dedans, dehors, dedans, dehors ». La lettre changée bouleverse le « je » le plus intime qui, soudain, ne s’appartient plus tout à fait, se dédouble. Elle devient la métaphore de l’exil et de la séparation brutale entre l’intérieur et l’extérieur. La lettre traduite renvoie au changement de place que la narratrice occupe dans le monde, au dehors comme en dedans. Marquant la séparation d’avec la Russie, sa langue, la datcha, l’appartement familial et les grands-parents restés là-bas, elle porte en elle la violence de la frontière et ouvre un espace intérieur instable et angoissant, cet « horrible en dedans en dehors » selon l’expression d’Henri Michaux.

Tenir sa langue, le premier roman de Polina Panassenko

L’évocation de l’entrée en maternelle, qui coïncide avec le changement de prénom, se distingue dans le roman par l’émotion qu’elle suscite. Polina évoque l’exclusion géographique dont elle est victime dans la cour de récréation décrite comme un « enclos » triangulaire. L’expression « à hauteur d’enfant » prend ici tout son sens. Polina Panassenko parvient à nous faire voir l’espace de l’école tel que se le représente la narratrice enfant. Nous voyons avec ses yeux d’enfant lorsque, pénétrant dans l’école, elle évoque le « trou noir » : « À l’intérieur ça sent le parapluie mal séché et la peau de lait bouilli. » À l’extérieur, jouant derrière les buissons de la cour, Polina rencontre le petit Philippe, bègue, avec qui elle occupe « la pointe la plus étriquée et silencieuse du triangle ».

L’écriture à hauteur d’enfant prend corps de manière plus délicate encore à travers la langue que l’on entend dans tout le roman. Polina Panassenko fait résonner les mots français mâtinés de russe pour les adoucir (comme Philippe qui devient « Philiptchik ») et surtout les mots français déformés, incompris, les sons les plus étranges qu’il faut décrypter par-delà l’accent qui devient « [sa] langue maternelle » : « « Tian« , il tend quelque chose. « Vian« , il se déplace. » La narratrice évoque avec humour l’état de confusion dans lequel elle se trouve : « Il semblerait que si je dis Sava ?, l’autre va comprendre que je demande comment il se porte. Et si je dis Sava ! on comprendra que je vais bien. Je ne sais pas pourquoi. À Moscou, « sava » veut dire « hibou ». Je ne sais pas pourquoi ici il faut dire « hibou » pour se donner des nouvelles. » Polina Panassenko tient sa promesse initiale : tenir sa langue, jusque dans sa plus profonde étrangeté.

 

[Photo : Patrice Normand – source : http://www.en-attendant-nadeau.fr]

um jantar a portuguesa.png

Eu prometi que voltaria a Camilo Castelo Branco e aqui regresso ao rico mundo dos seus fantasmas. Ele bem merece. Ajuda-me o José Viale Moutinho, incansável na busca literária das melhores referências à comezaina.

Lembrava-me há dias que a frase tantas vezes ouvida às nossas mesas “Comi como um abade” é uma citação ipsis verbis do João Semana, nas “Pupilas do Senhor Reitor”, que se lamentava por ter ainda de ver uma doente, D. Leocácia, depois daquele opíparo ágape… E já repararam que um bom cozinhado é como um bom texto, com as palavras certas nos lugares certos, os condimentos adequados com boa sintaxe e riqueza vocabular… Lembram-se o que disse o bispo de Viseu sobre a religião?

Camilo dava tudo por um bom caldo verde e tripas. Fialho de Almeida perdia-se por umas perdizes bem temperadas. Ramalho orgulhava-se de fazer as melhores batatas fritas do orbe. João Penha fazia sonetos ao presunto e ao salpicão. Paulo Plantier reuniu as melhores receitas de escritores. João da Matta fez as ameijoas que levam o nome de Bulhão Pato, sendo este um dos maiores fazedores de pratos com a melhor caça e não com ameijoas.

Mas vamos ao nosso mestre de Seide, num livro menos conhecido, mas não menos importante. Falo de “Quatro Horas Inocentes” (1872). A descrição é, a todos os títulos deliciosa, e poderia passar-se em qualquer das nossas casas, desde que se mantenha o bom hábito de comer à mesa, a horas, com o vagar necessário e os bons manjares. Vou, por isso dar a palavra ao nosso querido Camilo, para deleite dos nossos sentidos, dos nossos ouvidos e do nosso espírito.

Um breve conselho, a humanidade fez-se não para comer alimento em manjedoura nem para a comida rápida e cheia de ingredientes de má catadura. E já agora, mais duas notas: comer vem de cum e edere, que significa alimentar-se em companhia. E não se esqueça o ditado popular, que à mesa não se envelhece, porque a conversa e o encontro significam a memória viva que nos eterniza.

“Ao domingo, depois de ouvirem a missa, cuidavam do jantar à portuguesa, d’arroz, sopa e cozido: depois, para ajudar a natureza iam dar um passeio impando o bucho grávido e estoirido. Ao lusco-fusco, as portas se trancavam, e marido e mulher, numa só alma, e numa cama só, ressonavam em sorna e doce calma, e tinham sonhos doces qual toicinho do céu ou pão de ló. Ao romper da manhã, subtil e lesta, desvelada se erguia a esposa meiga, e o almoço fazia. A xícara de chá, pão com manteiga lobrigava o marido se o olho crasso e ramelado abria, em dias festivais, em dias d’anos era a pitança mais choruda e gorda: os anjos invejavam aquela e pingue sorda que os cônjuges radiosos nas festivas barricas emborcavam (…) São moda agora uns fofos vaporosos omelettes soufflés denominados, e omelettes sucrées. São etéreos de mais estes bocados, e mesmo incompatíveis c’o estomago sincero português”.

No fundo, o sábio de Seide tinha razão – “ao pé de um bom estomago coexistiu sempre uma boa alma”…

É um problema eterno de “Coração, Cabeça e Estômago”…

Agostinho de Morais

 

[Fonte: e-cultura.blogs.sapo.pt]

Guía de nomes galegos, un recurso en liña coa forma estándar de máis de 1500 antropónimos que forman parte da tradición galega, moitos deles dende a Idade Media, xa pode consultarse en liña nesta mesma páxina web. Cada entrada explica a orixe e o significado do antropónimo, achega a historia ou as lendas dos personaxes que primeiro o levaron ou que o fixeron popular e recompila as correspondencias con outras linguas, entre outra información. O recurso complétase cunha listaxe de nomes femininos e outra de masculinos descargables.

A Guía de nomes galegos é un traballo do Seminario de Onomástica da Real Academia Galega coordinado por Ana Boullón Agrelo. “A finalidade principal desta obra é dar a coñecer á comunidade galega as formas estándares dos nomes persoais; esta ferramenta permitiralle galeguizalos ou escollerlles nomes ben xeitosos para as fillas ou fillos”, explica a académica de número.

Ana Boullón, o coordinador do Seminario de Onomástica, Antón Santamarina, e o presidente da Academia, Víctor F. Freixanes, presentaron esta mañá na sede da institución este novo recurso. “Con el a Academia culmina un proceso que responde a unha demanda que dende hai tempo viñan facendo os nosos usuarios: unha guía de nomes actualizada, documentada, que serve de orientación para pais e nais que queren para os seus fillos e fillas nomes propios da nosa cultura, da nosa tradición e da nosa memoria histórica. Un servizo máis da RAG á sociedade galega”, salienta o presidente.

A Academia agarda ofrecer tamén proximamente unha guía de apelidos, na que vén traballando dende hai tempo o Seminario de Onomástica, ”igual que traballa na actualización permanente do Nomenclátor”, engade Víctor F. Freixanes, en referencia ao labor de estudo e preservación dos nomes da terra que desenvolve a RAG.

Nomes silenciados nos rexistros e transmitidos oralmente
O repertorio antroponímico do galego, como acontece en todas as linguas, foise compoñendo ao longo do tempo con elementos culturais de moi diverso signo. “A relixión, a literatura, a política ou préstamos doutras linguas son parte deles. No caso dos nomes galegos, a partir do século XVI non se pode obviar o proceso de substitución polos seus correspondentes casteláns nos textos escritos, pero cómpre ter en conta que moitos seguiron a existir ata a actualidade fóra dos rexistros oficiais mais con moita vitalidade oral”, apunta Ana Boullón.

Estes nomes silenciados nos documentos escritos nalgúns casos seguiron a empregarse como nomes de casas (casa de Lourenzo) ou mantivéronse como apelidos, continuando co antigo uso patronímico (Lois) ou como haxiotopónimos, é dicir, nomes de lugar baseados en nomes de santos (Uxía, Tomé); e outro grupo conservouse nos refráns, a partir das calidades atribuídas ao santo portador (Brais). O elenco recólleos xunto a nomes galegos que non teñen unha forma diferencial con respecto ao castelán ou outras linguas da Península Ibérica, como María (nome feminino máis frecuente dende que se conservan rexistros escritos) ou Manuel. Todos eles son antropónimos con presenza significativa en Galicia –en calquera momento dende a Idade Media–, un dos criterios que se tivo en conta para a confección da guía.

Os novos nomes: dos hipocorísticos aos nomes de lugar
O repertorio tamén inclúe, xunto ás formas tradicionais, moitos nomes novos que irromperon nos rexistros dende a eliminación legal da prohibición de escoller antropónimos galegos para as nenas e os nenos (1977). É o caso de numerosos nomes de lugar (Ézaro, Deva, Aldán, Xalo, Sarela, Eume…) ou formas do léxico común (Area, Eira, Dorna), que ata daquela non foran empregados para nomear persoas.

Outra fonte importante foron as variantes familiares (hipocorísticos) que apareceron nas últimas décadas nos rexistros (Catuxa, Maruxa, Xandre, Xela). Algúns deles, dado o considerable número de concorrencias que suman, segundo o Instituto Galego de Estatística, entran na guía como lemas propios.

Finalmente, o Seminario de Onomástica tamén considerou os nomes que, procedentes doutras linguas, se acomodan ás características do galego (Xeila ou Aixa). O repertorio é, en calquera caso, un elenco aberto, porque a creatividade segue a mostrarse en novos nomes que van aparecendo nos rexistros oficiais. Cóntase tamén coa participación da cidadanía para suxerir novas incorporacións, emendar deficiencias e incrementar a información das entradas.

Unha fonte de divulgación da historia e das lendas
A entrada de cada nome ofrece información etimolóxica, as equivalencias noutras linguas, variantes e hipocorísticos, un mapa da distribución municipal proporcionado polo Instituto Galego de Estatística e un apartado de motivación que procura satisfacer a curiosidade sobre a historia ou a lenda de personaxes que se chamaron así.

O Seminario de Onomástica prestoulles especial atención aos nomes de figuras importantes da historia e da mitoloxía galegas. “Consideramos que esta guía tamén debe contribuír a un maior coñecemento da historia de Galicia, a medieval en particular, tan esquecida, agochada e mesmo negada, pois poucas veces aparece na historiografía oficial peninsular -española ou portuguesa- coa importancia que tivo o reino medieval de Galicia”, sinala o equipo na presentación da obra. E canda reis e raíñas como Afonso e Orraca, tamén abondan as referencias a persoeiros da cultura galega e universal (Rosalía, Begoña Caamaño, Xela Arias, Celso Emilio Ferreiro, Gabriela Mistral ou Óscar Wilde) e mais a autores que falaron de Galicia nas súas obras, como Isidoro de Sevilla ou Gregorio de Tours.

O equipo
A comisión académica do Seminario de Onomástica encargada da redacción e actualización da Guía de nomes galegos está formada por Xesús Ferro Ruibal, Xosé María Lema, Gonzalo Navaza, Luz Méndez, Xosé Antón Palacio, Ramón Lorenzo, Vicente Feijoo, Ana Boullón e Antón Santamarina. A obra contou ademais coa contribución de María Teresa Amado. na revisión das etimoloxías dos nomes de orixe grega, e de Patxi Salaberri, para os nomes de orixe éuscara. A edición correu a cargo de Nélida Cosme, que tamén traballou na revisión textual xunto a Carme Cambre e Adrián Estévez.

O repertorio partiu do Diccionario dos nomes galegos (Ir Indo, 1992), dirixido polo académico Xesús Ferro Ruibal e redactado no seu día por un equipo do que formaron tamén parte a académica de número Ana Boullón, o académico correspondente Xosé María Lema, Fernando Tato Plaza e Xosé María García, lembra Antón Santamarina. A Guía de nomes galegos actualiza e amplía a información daquela obra, esgotada na actualidade, e pona a disposición de toda a cidadanía na Rede, facilitando así a súa consulta e a interacción coas persoas usuarias de cara á introdución de novas entradas e a corrección de posibles erros.

 

[Fonte: http://www.academia.gal]

Ex-ministro preocupou-se em ser fiel ao Bolsonaro e deixou de lado administração do ministério da Educação.

Escrito por Carlos Wagner

Se um dia forem feitos os perfis dos ministros do governo do presidente Jair Bolsonaro (PL) certamente o ex-ministro da Educação Milton Ribeiro, 64 anos, vai merecer uma atenção especial pelo seu deslumbramento com o cargo. Para quem não é um velho jornalista como eu, uma explicação. Nos tempos das máquinas de escrever nas redações era usual, na conversa entre os repórteres, dizermos que “fulano de tal ficou deslumbrado com o cargo e acabou enfiando os pés pelas mãos”. Até ser ministro de Bolsonaro, Ribeiro, apesar de empilhar títulos como os de pastor presbiteriano, teólogo, advogado e professor, era um ilustre desconhecido.

Ao se tornar ministro, por influência da primeira-dama Michelle Bolsonaro, ele começou a “botar as unhas à mostra”, um dito popular usado para dizer que uma pessoa está mostrando quem é realmente. E ele é uma pessoa preconceituosa. Afirmou, em uma entrevista ao Estadão, que “filhos gays algumas vezes vêm de famílias desajustadas”. E foi arrogante na mesma entrevista, ao dizer que as desigualdades sociais que limitaram o acesso à internet dos alunos pobres durante a pandemia não tinham sido criadas pelo seu ministério. Citei esses dois casos. Mas há muitos outros documentados pela imprensa.

Na visão do então ministro da Educação, que ocupou o cargo de julho de 2020 a março de 2022, o seu desempenho na pasta era medido pelo grau da sua obediência às determinações e crenças políticas e sociais do presidente Bolsonaro. Isso não é opinião. São fatos que relatamos nos jornais. Tanto que quando os pastores da Assembleia de Deus Arilton Moura e Gilmar Santos começaram a cometer ilegalidades na Educação, achacando prefeitos com a promessa de liberação de verbas oficiais, Ribeiro apenas disse que eles tinham sido enviados pelo presidente. No dia 19 de abril de 2022, publiquei o post Imprensa erra ao chamar os “pastores do MEC” de lobistas. Eles são vigaristas. Não deu outra.

Na semana passada, quarta-feira (22), a casa do ex-ministro da Educação caiu. Ele e outros quatro foram presos preventivamente pela Polícia Federal (PF) na Operação Acesso Pago. Foram soltos no dia seguinte. E, pelas matérias que temos publicado, Ribeiro acredita que foi preso porque querem prejudicar Bolsonaro. Ora, ele é advogado e sabe que os “pastores do MEC” estão enfiados até o pescoço em ilegalidades. E que os “15 minutos de fama” que teve ao ser ministro da Educação vão lhe custar muito caro. Isso fica claro pelo conteúdo das escutas da PF que vem sendo publicado nos noticiários. Ainda é cedo para tirar conclusões sobre o caso do ministro.

Agora, podemos usar os conteúdos que conhecemos sobre esse caso para fazer uma reflexão. Ribeiro não foi o único deslumbrado no governo do presidente Bolsonaro. A maioria dos ocupantes de cargos importantes até então eram ilustres desconhecidos que se deslumbraram com o poder e hoje estão enfrentando problemas com a Justiça. Vou citar um deles: o general da ativa do Exército Eduardo Pazuello, que foi ministro da Saúde entre 2020 e 2021, no auge da pandemia causada pela Covid-19. Foi ele que tornou em política de governo o negacionismo do presidente da República sobre o poder de contágio e letalidade do vírus. É dele a frase referindo-se a Bolsonaro: “Um manda e outro obedece”.

Nos dias atuais, o general ocupa o cargo de secretário de Assuntos Estratégicos. À sua espera, quando sair do governo, existe uma imensidão de provas nas 1,3 mil páginas do relatório final da Comissão Parlamentar de Inquérito da Covid-19 do Senado, a CPI da Covid, de crimes praticados durante a sua gestão na Saúde, que colocam as digitais do governo federal nas mais 600 mil mortes de brasileiros pelo vírus. É regra no governo de Bolsonaro que só ocupam cargos pessoas que obedecem às suas ordens. Incluído aí o ministro da Economia, Paulo Guedes, apelidado pelo presidente de “Posto Ipiranga”. Até se aliar a Bolsonaro, Guedes era mais um economista do mercado. Por sinal, marginalizado pelos seus colegas. Não tenho os números. Mas, sem medo de cometer um excesso, há um número considerável de aliados do presidente da República que hoje estão com problemas na Justiça porque se deslumbraram com os cargos e acabaram enfiando os pés pelas mãos.

Lembro que, logo que o presidente assumiu o mandato, a grande dificuldade que nós jornalistas tínhamos era saber como o governo funcionava entre as quatro paredes. Não precisa ser um gênio para perceber que havia muita fantasia por parte do presidente e seus ministros. Com o correr do tempo algumas coisas foram ficando claras, como por exemplo: Bolsonaro sempre tem alguém que faz o “serviço sujo” por ele, incluindo os seus três filhos parlamentares Carlos, vereador do Rio, Flávio, senador do Rio de Janeiro, e Eduardo, deputado federal por São Paulo. Uns raros se deram conta e entregaram o cargo antes de se meter em fria, como o então ministro Saúde e médico Nelson Teich, que pediu demissão um mês depois de assumir o cargo em 2020.

Ele “sentiu a maldade” no ar e caiu fora. A bem da verdade, é bom que se diga que o presidente da República não colocou a faca no pescoço de ninguém, forçando a pessoa a assumir um cargo no seu governo. Muito pelo contrário, ele ofereceu a oportunidade para pessoas que jamais sonharam que seriam ministro do Brasil. E elas não só aproveitaram a oportunidade como também se deslumbraram com o cargo. Afinal, ser ex-ministro também é status. Já os problemas com a Justiça é outra história.

***

Carlos Wagner é repórter, graduado em Comunicação Social — habilitação em Jornalismo, pela Universidade Federal do Rio Grande do Sul — Ufrgs. Trabalhou como repórter investigativo no jornal Zero Hora (RS, Brasil) de 1983 a 2014. Recebeu 38 prêmios de Jornalismo, entre eles, sete Prêmios Esso regionais. Tem 17 livros publicados, como “País Bandido”. Aos 67 anos, foi homenageado no 12º encontro da Associação Brasileira de Jornalismo Investigativo (ABRAJI), em 2017, SP.

[Foto: Brasil de Fato – fonte: http://www.observatoriodaimprensa.com.br]

la calomnie la plus vile ne peut ternir une réputation sans tache

Origine et définition

Ce proverbe s’emploie généralement par ironie pour rejeter une calomnie ou une insulte par le mépris.
À la droite du ring, en le regardant depuis les tribunes sud, nous avons le crapaud (), pataud, pustuleux et laid, dégoulinant de bave, qui ne sait que se traîner à terre.
À la gauche du ring, nous trouvons la colombe, symbole biblique du Saint-Esprit, donc pure et gracieuse, parfaitement capable de s’élancer dans les airs pour passer très loin de la portée du crapaud.
Comment voulez-vous que la bave du crapaud, symbole du vice et de la laideur, puisse atteindre la blanche colombe (même si toutes les colombes ne sont pas blanches), symbole de la pureté et de la beauté puisque, même s’il est capable de sauter, jamais l’horrible animal ne pourra s’approcher suffisamment de l’oiseau pour l’atteindre de ses postillons verts et gluants ?
Depuis 1840, la « bave du crapaud » est une métaphore désignant des propos médisants. Autrement dit, de tels propos ne peuvent atteindre celui qui n’a rien à se reprocher (la colombe).

Exemples

« [La bave du crapaud n’atteint pas la blanche colombe]. » – C’est pas un proverbe chinois.
[La bave du crapaud n’atteint pas la blanche colombe], Vicki !
[La bave du crapaud n’atteint pas la blanche colombe], Ms. Reed.

Comment dit-on ailleurs ?

Langue Expression équivalente Traduction littérale
Allemand

Was kümmert’s die Eiche wenn die Sau dran schabt

Le chêne ne se soucie pas du cochon qui se frotte contre lui
Anglais

sticks and stones may break my bones

les bâtons et les pierres peuvent briser mes os

Anglais

sticks and stones may break my bones, but words will never hurt me

les bâtons et les pierres peuvent casser mes os, mais les mots ne me blesseront jamais

Anglais (USA)

Never wrestle with a pig. You’ll only get dirty and the pig likes it

Ne fais jamais du catch avec un cochon. Tu ne feras que te salir et ça fait plaisir au cochon

Autre els brams de l’ase no arriben al cel Les cris de l’âne n’ arrivent pas au ciel
Espagnol (Espagne)

¡No ofende quien quiere sino quien puede!

N’offense pas celui qui veut, mais celui qui peut !

Espagnol (Espagne) ¡Perro ladrador, poco mordedor! Chien qui aboie ne mord pas !
Espagnol (Espagne)

No ofende quien quiere sino quien puede

N’offense pas celui qui veut, mais celui qui peut

Français (Canada)

La pluie de tes insultes n’atteint pas le parapluie de mon indifférence

Je me fous de tes commentaires arrogants

Gallois gall carreg neu ffon roi briw i’m bron, ond anair ni’m niweidia

une pierre ou un bâton peut me blesser la poitrine, mais il n’en est pas ainsi de la calomnie

Grec

καθαρός ουρανός αστραπές δε φοβάται

le ciel clair ne craint pas les éclairs
Hébreu

klalot mipive chel adam moushhat einan pogot bemi chehamonitine shelo lelo revave

les insultes d’un corrompu ne portent pas atteinte a la personne connue pour son integrite

Hébreu הבאת ביכורים בחג השבועות (habaott bikourim bakhag hachavouott)

apportez la première semaine de vacances de la semaine

Italien i cani abbaiano alla luna les chiens aboient à la lune
Portugais (Brésil) O que vem de baixo não me atinge Ce qui vient de dessous ne m’atteint pas
Roumain câinii latra, caravana trece les chiens aboient, la charrette passe
Wallon (Belgique) liégeois : li ci qu’ disfêt s’ narène gåte si vizèdje médire c’est ce ravaler soi-même
Wallon (Belgique)

wallon liégeois : Quî djåse po-drî mi djåse a m’ cou

qui me décause parle à mon derrière
Ajouter une traduction

Si vous souhaitez savoir comment on dit « la bave du crapaud n’atteint pas la blanche colombe » en anglais, en espagnol, en portugais, en italien ou en allemandcliquez ici.

Ci-dessus vous trouverez des propositions de traduction soumises par notre communauté d’utilisateurs et non vérifiées par notre équipe. En étant enregistré, vous pourrez également en ajouter vous-même. En cas d’erreur, signalez-les nous dans le formulaire de contact.

[Source : www.expressio.fr]

Sexto Piso publica por primera vez en castellano estos veintiséis textos de Milorad Pavic sobre la tarea literaria como experimento. El autor serbio no persigue ni consigue la emoción

Milorad Pavic, autor de 'Los espejos venenosos' (Sexto Piso). Foto: Sexto Piso

Escrito por Ernesto Calabuig

Los espejos venenosos. Milorad Pavic. Traducción de Dubravka Suznjevic Sexto Piso. Madrid, 2022. 264 páginas. 22,90 euros

 

Se publican en castellano, por vez primera, estos veintiséis textos del autor serbio Milorad Pavic (1929-2009), escritor y profesor erudito, historiador de la literatura, traductor, miembro de la Academia Serbia… en su día candidato al Nobel. El prólogo de su compatriota Goran Petrovic resalta la concepción que su admirado Pavic tenía de la tarea literaria como experimento y juego con mil lecturas, del cuento como prodigiosa totalidad entre lo imaginario y lo real, borrando fronteras, inicios, finales, pasados o futuros…

El campo de acción de Pavic no es el texto personal, cercano, directo, sino la construcción consciente de arquitecturas desbordantes, el entramado culto de espejos y resonancias, de significados que vienen de atrás y que se extienden a través de los espacios y los tiempos. No persigue ni consigue la emoción, sino el alarde “borgiano” del sesudo experto en combinatorias.

Lo comprobamos ya en el primer cuento, “Juego de té de Wedgwood”, donde una pareja de estudiantes de Ingeniería que prepara exámenes de matemáticas en el domicilio de ella, conduce a una peripecia cruzada de referencias, objetos, animales mitológicos, sexo, señales por descifrar… Lo racional y lo irracional, lo real y lo onírico operan a un tiempo.

Se disfruta de la excelente prosa, la conciencia desemboca en sorprendentes y poéticos hallazgos, pero se tiene la sensación de que bajo el caos y el delirio hay mucha estructura y cálculo de orfebre, incluso cuando el propio texto nos invita a sentir y a escapar de “enfoques cuantitativos”. No en vano, todo termina en un simbolismo geográfico/geopolítico.

Inevitable la comparación con Borges cuando en muchas historias, como en “Cena en Dubrovnik”, se nos habla de un joven fraile del siglo XVII que se afana en sacar copias de las llaves de todas las viviendas de la ciudad en un molde de cera y la trama conduce hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, con un juego de espejos/paralelismos entre aquel hombre y un joven maestro escolar del siglo XX.

El autor padeció como pocos las guerras (y casi hasta el final de sus días), de ahí que muchos textos aludan a conflictos bélicos, relatos de familiares serbios que combatieron contra austriacos, rusos cosacos… siempre en una madeja de simbolismos, secretos y casualidades.

Cuentos fríos

Gran peso tiene también la tradición campesina, expresada en decenas de rituales, refranes y dichos. El hambre, la pobreza, el frío, la brutalidad ambiental y las muchas penalidades son también elementos que se retratan con frecuencia (“Pan y vino”, “Ojos multicolores…”).

Pavic extrae gran partido del asunto de las identidades, los parecidos, las coincidencias, las señales que nos llegan desde otro tiempo. Son cuentos fríos, de lento desarrollo, que muestran, sobre todo, la capacidad del autor para armar estructuras, entramados complejos, hileras de significados, secuencias de elementos y referencias culturales.

Obreros que relatan junto al fuego con aire de leyenda, asesinatos por celos, carruajes cuyos caballos se mueven al son de un violín, trastornos de hermanas, visitas de ultratumba de combatientes caídos, traiciones, herencias, codicias, premoniciones, personajes esnobs de alta sociedad que se expresan en cuatro idiomas, según la estación del año, destierros del Paraíso junto al Danubio… Quizá lo más personal, cercano, cálido y bienhumorado sea el último texto, “Autobiografía”, donde se define como “el escritor más conocido del pueblo más odiado del mundo. El pueblo serbio”.

 

[Fuente: http://www.elespanol.com]

un vieux soldat ; une personne très âgée ayant acquis une sérieuse expérience dans un domaine précis

Origine et définition

Un vieux, on sait ce que c’est, même si l’âge à partir duquel on le devient reste imprécis[1]
On peut assez logiquement supposer qu’un vieux est marié avec une vieille[2].
Mais s’agit-il bien de la vieille du vieux dont il est question dans cette expression ?
Eh bien s’il n’y a aucun doute sur le ‘vieux’, il est certain que la ‘vieille’ ne désigne pas ici sa moitié.
Cette locution, qui date du XIXe siècle, est en effet une version courte de « un vieux de la vieille garde », car c’est bien de soldats d’une garde qu’il est question ici.
Mais quelle garde, me dira à juste titre celui qui a suivi jusqu’ici ? Car la France en a connu de nombreuses.
Il s’agit en fait de la garde impériale créée par Napoléon Ier en 1804 (). Composée d’environ 100 000 hommes, c’était une troupe d’élite divisée en une vieille, une moyenne et une jeune garde.
Vous souvenez-vous de Waterloo et de son fameux « la garde meurt mais ne se rend pas », attribué à Cambronne ? Eh bien c’était à propos de cette garde-là que cette phrase avait été prononcée.
Une fois l’empereur déchu, les anciens qui racontaient leurs exploits aux plus jeunes étaient appelés « les vieux de la vieille (garde) ».
Avec le temps, ces soldats ayant été oubliés, les vieux de la vieille a fini par désigner des vétérans ayant beaucoup d’expérience dans leur profession ou un domaine particulier.
[1] D’autant plus que, comme l’a dit John Barrymore () si justement : « Un homme n’est vieux que lorsque ses regrets prennent la place de ses rêves ».
[2] Sauf, éventuellement, s’il s’agit d’un milliardaire ou d’une personnalité du show-biz (gens qui ont la fâcheuse habitude d’échanger leur femme de 70 ans contre deux de 35, voire contre trois de 23 ans et 4 mois, s’ils sont un peu présomptueux à propos de leur résistance physique).

Exemples

« (…) on le nomme le capitaine d’Herbigny, un vieux de la vieille qui n’a pour toute fortune que sa croix d’honneur et sa pension (…) »
Gustave Flaubert – L’éducation sentimentale
« Vous voilà plus couturé de blessures qu’un vieux de la vieille. »
Romain Rolland – Deux hommes se rencontrent

Comment dit-on ailleurs ?

Langue

Expression équivalente

Traduction littérale

Allemand einer vom alten Schlag un comme on n’en fait plus
Allemand von der alten Garde sein être de la vieille garde
Anglais a stager un vétéran, vieux de la vieille
Anglais one of the old guard un de la vieille garde
Anglais one of the old timers un de la vieille époque
Anglais (USA)

an OG (= original gangster)

un GO (= gangster original) [expression assez récente de longévité imprévisible ; emploi plutôt humoristique ou ironique hors du contexte des gangs proprement dits]

Danois en gammel rotte un vieux rat
Espagnol (Espagne) veterano, viejo zorro vétéran, vieux renard
Espagnol (Espagne) una gran figura une grande figure
Espagnol (Espagne) un artista consumado un artiste consommé
Espagnol (Argentine) zorro viejo vieux renard
Français (Canada) il a déjà vu neiger
Grec παλιά καραβάνα vieux pannikin
Hongrois öreg ròka un vieux renard
Hébreu ותיק שבוותיקים ancien des plus anciens
Hébreu מהגוורדיה הישנה de l’ancienne garde
Hébreu

מקרן שקופיות (makrènn chkoufiyott)

projecteur de diapositives
Italien veterano, vecchio lupo vétéran, vieux loup
Italien vecchio lupo vieux loup
Italien esperto expert
Néerlandais een ‘routinier’ zijn être un vieux de la vieille
Néerlandais

het is er nog één van de oude garde

c’est encore quelqu’un de la vieille garde

Néerlandais door de wol geverfd zijn

avoir beaucoup d’expérience être paint par la laine

Néerlandais « ouwe hap » vieille bouchée
Portugais (Brésil) experimentado celui qui a de l’expérience
Portugais (Brésil) ser macaco velho un vieux singe
Portugais (Brésil) velha guarda la vieille garde
Roumain un vulpoi bătrân un vieux grand renard
Roumain

un batran din vechea generatie

un vieux de la vieilli génération
Roumain cătană bătrână vieux soldat
Roumain

trecut prin ciur şi prin dârmon

passé par passoire et tamis
Roumain spălat cu toate apele lavé avec toutes les eaux
Roumain din vechea gardă de la vieille garde
Russe это – старая гвардия c’est la vielle garde
Suédois av gamla gardet de la vieille garde
Wallon (Belgique) passer po tos les nouks passer par tous les nœuds

Si vous souhaitez savoir comment on dit « un vieux de la vieille » en anglais, en espagnol, en portugais, en italien ou en allemandcliquez ici.

Ci-dessus vous trouverez des propositions de traduction soumises par notre communauté d’utilisateurs et non vérifiées par notre équipe. En étant enregistré, vous pourrez également en ajouter vous-même. En cas d’erreur, signalez-les nous dans le formulaire de contact.

[Source : www.expressio.fr]

Carballeira de Castro Ribeiras de Lea

Escrito por BIEITO ROMERO

Sempre me pareceron seres vivos fascinantes e marabillosos. Con eles convivín e interactuei, sobre todo na miña aldea de Niñodaguia (Ourense), onde seguen a ser na actualidade a especie predominante. Sen dúbida é a árbore por excelencia de Galicia, que ademais de inzar todo o territorio de topónimos como Carballo, Carballiño, Carballal ou Carballedo tamén se estende a moitos dos nosos apelidos.

O carballo en Galicia é un símbolo sagrado que transcende e co que os galegos nos identificamos igual que sucede no resto dos pobos celtas e dalgunhas outras culturas europeas como a vasca ou a xermánica. As referencias aos carballos son destacadas tanto na historia como na nosa literatura e por suposto no folclore. Estás forte como un carballo é un dito moi popular en toda Galicia ao tempo que no refraneiro popular hai gran cantidade de referencias como «Cando a carballeira zoa sabe ben a broa». Non obstante é quizais na parte musical da nosa tradición onde temos máis cantidade de variantes e riqueza, como o berro de «Ei carballeira», que simboliza un momento de exaltación da festa ou en cantigas moi coñecidas como «O carballo da Portela ten a folla revirada, que lla revirou o vento nunha noite de xeada» ou «Carballeira de San Xusto, carballeiriña enramada, naquela carballeiriña perdín a miña navalla entre moitas máis».

Neste punto aparecen as árbores centenarias desta especie, como algunha das aínda existentes en lugares como a referida carballeira de San Xusto en San Xurxo de Sacos, Cerdedo, Cotobade, Pontevedra. Nalgúns casos tamén se denominan coa forma feminina carballa por ser carballos antigos máis voluminosos e de maior torada, e aí está o impresionante monumento natural que é a carballa da Rocha no concello de Rairiz de Veiga na Limia ourensá, con máis de 500 anos de antigüidade.

Difícil é abarcar neste pequeno texto a importancia desta árbore tan nosa, mais creo que é preciso salientar o seu significado, por historia, por sacralidade e porque vivimos nun tempo no que moitas carballeiras están sendo sacrificadas e substituídas por outras especies alóctonas a favor dunha suposta rendibilidade cortopracista.

O meu absoluto respecto ao señor/señora dos bosques galegos.

 

[Imaxe: ALBERTO LÓPEZ – fonte: http://www.lavozdegalicia.es]

El brahmán bohemio Tom Waits ha hecho carrera difuminando fronteras artísticas. Mark Richard explora los métodos de su genial locura en un vistazo inédito a su proceso creativo.

tom-waits-164292.jpg

Estoy sentado en el asiento de atrás del Cadillac de Tom Waits. Un Sedan Deville de 1964 color oro. El tapizado tiene rotos, el suelo está repleto de comics de superhéroes, libros de proverbios y citas, mantas de ponis, cosas de comida. Huele a niños y gasolina. Waits se olvidó la tapa del depósito en una gasolinera la noche anterior.

En el asiento delantero, Biff Dawes (1), principal ingeniero de la Sunset Sound Factory (2), trastea con el reproductor de música. Waits —sombrero porkpie roto, vaqueros negros y una camiseta que llevará casi todos los días durante las próximas tres semanas— enciende el motor. Esta noche la luna azulada brilla con tal intensidad que hay gente que ha salido de marcha sin encender los faros delanteros. Waits no ha salido de marcha. Esta noche Waits está trabajando, mezclando su último álbum, y no se fía de los altavoces de gama baja del estudio de Sound Factory. Han pasado parte del máster a una casete, y Dawes la pone en el coche del Waits. Waits le dice a Dawes que no, que no sabe exactamente qué equipo de música lleva el coche, tan solo sabe que es de los que llevas el coche a un sitio y te lo instalan. Waits escucha casi todo en su coche, tiene plena confianza en su coche: le dice a Dawes que el coche escuchó Bone Machine, el último álbum de Waits, y al coche le gustó muchísimo.

«Me alegro», dice Dawes.

Dawes pone un corte y Waits lo sube a todo volumen. Waits dice que el equipo del coche siempre está apagado o tan alto que sus hijos se ponen a botar en los asientos de atrás como si se hubieran vuelto locos. «Les encanta», dice. Mientras escucha el tema, Waits se mueve hacia detrás y hacia delante, contra el volante, con esa intensidad de los niños especiales cuando están concentrados en los sonidos de un mundo interior. Waits dice que le gusta cómo suena ahora la canción, pero, solo para asegurarse, nos salimos todos del Cadillac por el lado del pasajero porque la puerta del conductor no funciona bien, y nos metemos en el BMW de Dawes para escucharlo allí. «Tenemos que hacer esto de vez en cuando», dice Waits, y todos estamos de acuerdo.

caddy-BeautifulMaladies.jpg

De regreso al estudio, Waits se para y mira su coche. «Se me ocurrió el otro día», dice, «que lo que de verdad me gustaría conducir es un Electra Glide Harley del 66 con las palabras « Policía de San Francisco » escritas por los laterales. Y yo me pondría unos guantes y un casco blancos. No sé por qué, pero es lo que me apetece».

Estamos en Los Ángeles para hablar con Waits sobre su proceso creativo. Waits aquí mezclando la música para The Black Rider, una ópera en la que ha colaborado con Robert Wilson y William S. Burroughs, que ha sido un éxito en Europa y, recientemente, en Nueva York. (3)

En un principio Waits se niega a dejar que entre cualquiera en el estudio mientras está trabajando. «Sería como ver a alguien en la bañera», dice. Y sin embargo, aquí estamos, en la sala de control donde Mike Kloster, el segundo ingeniero, está arreglando el Chamberlain Music Master 600 de Waits, un artilugio con la tapa rota parecido a un órgano que tiene más de 70 sonidos y voces pregrabados en una cinta magnética. Waits se lo compró a unos surferos en Westwood que estaban pitorreándose del instrumento. «Lo vi y me dije: « Te llevo ahora mismo a casa, mi amor »», recuerda Waits. Waits tiene la esperanza de sacarle una voz de mujer a la máquina, pero las piezas de madera, los mecanismos giratorios accionados por cadenas y los cabezales de las cintas están llenos de polvo y en un estadio muy precario. La noche anterior Waits sacó de la nada el sonido de un saxo salvaje que luego se perdió entre relinchos de caballo y silbatos de tren.

Esta noche hay un problema más urgente: hay una toma de tierra caprichosa que está provocando un zumbido y después un ruido en el equipo. Kloster dice que hay que elegir: o zumbido o ruido.

«Me gusta el ruido», dice Waits, «es menos ofensivo. Pero guárdate el zumbido, quizá nos haga falta más adelante».

Waits se pone a tocar el Chamberlain pese a que todavía no se ha calentado, meciéndose hacia delante y hacia detrás, al ritmo sordo de las teclas mudas.

«A esto lo llamamos la sala de control porque vamos a traer todas estas cosas aquí para controlar su evolución», dice. «Algunas cosas las aislaremos y no dejaremos que se oigan. A otras les daremos el tamaño de Godzilla. El Empire State Building lo reduciremos hasta el tamaño de un dominó. Esa silla desaparecerá. Emergerán cosas, da igual lo que hagamos».

Waits enciende un cigarrillo y trata de explicar la paradoja del control en el proceso creativo.

«Tienes que andarte con cuidado con el control», dice Waits. «Es como cuando llevas unos pollos al parque e intentas que se queden todos juntos y les gritas: « ¡Eh, pollos! ¡Venid todos aquí! », y después los juntas a todos y se mueren de un golpe de calor por estar apelotonados».

Waits evoca la voz de una mujer en la máquina y la toca en una escala menor que aprendió de un amigo que vivía en un tráiler cerca de un campamento de vagabundos. «Allí les gustan las escalas menores», dice Waits. «La luz es diferente». Waits le pregunta a Dawes si es posible que la voz de la mujer suene más «fantasmal». A menudo los intercambios entre Waits y Dawes son más evocativos que técnicos. «Métele más pelo a eso, ¿vale, Biff?». «¿Quieres cortarle la cabeza a ese trozo y ver si es posible meterle más improvisación, montarlo por separado y añadirle el batallón de ayer?». «Mira a ver si podemos meter una sombra en el lado izquierdo y me das un azul pálido en medio… ¿y quizá le quitamos el resplandor a ese violín?».

Los dedos romos de Waits se retuercen sobre las teclas, con unos movimientos que tratan de olvidar sus conocimientos previos. «Las manos son como los perros», dice, «van a los mismos sitios en los que han estado. Tienes que tener cuidado cuando quien dirige la música no es la cabeza sino los dedos, que van a los sitios fáciles. Tienes que romperles sus hábitos o, de lo contrario, dejas de explorar, solo tocas lo que te resulta cómodo y agradable. Estoy aprendiendo a romper estos hábitos tocando instrumentos de los que no sé nada de nada, como un fagot o un waterphone (4)».

El waterphone pertenece a la colección de instrumentos exóticos de Waits. Parece como si hubieran soldado dos bandejas de pizza y les hubieran enganchado en el centro un tubo de escape con una cuerda enrollada. En los bordes lleva clavadas unas varas de acero de diversos tamaños. Cuando el agua entra por el tubo de escape en las bandejas de pizza, se tamborilean las varillas con un mazo o frotando un arco para lograr un efecto parcido al fondo de mar en una película de ciencia ficción.

«Prueba a tocarlo», dice Waits. «No hay expertos ni principiantes». Dice que cuando agarras un instrumento estás en la misma posición que todo el mundo. «En la música, me encantan los lugares donde no metes tu ego en el proceso, simplemente saludas al instrumento. A veces a la música le gustarás más si eres más inocente, y querrá quedarse más tiempo contigo. Soy despistado, a veces pierdo las letras, y pienso: « Bueno, tal vez hacía falta que perdiera la letra para tener que escribir otra ». Por eso que me encanta traer nuevos instrumentos que me encuentro por ahí, me encantan los fantasmas en la máquina. A veces pierdes cosas, por ejemplo, « ¿Qué le ha pasado a esa trompeta? ¡Pensé que teníamos esa trompeta! ¿Tenemos que hacerlo de nuevo? No podemos, el trompetista ya no está. Está en Viena, no podemos localizarlo. Entonces será que no hace falta que metamos la trompeta. Tal vez sea mejor sin la trompeta. ¡Y es que lo es! En el fondo, nunca me gustó mucho la trompeta. En el fondo, me alegro de no haber encontrado al trompetista porque entonces nos habríamos sentido obligados a meter la trompeta. Ahora puedo decirle al trompetista que no es que quitáramos la trompeta, no te sientas ofendido, tío, es que la perdimos, sin más »».

De pequeño, a Waits le gustaba balancearse en una gran mecedora con forma de caballo en la sala de estar. A los ocho años, su libro favorito era un cuento en plan «niño con su caballo», pero con un giro inesperado: una chica. Waits recuerda el «párrafo adolescente en el que el niño se tumba junto a la chica, junto a un arroyo, mientras zumban abejas por todos lados». Waits dice que puedes imaginarte el salto que viene a continuación. Dice que sacó el libro de la biblioteca y nunca lo devolvió, lo envolvió en plástico y lo enterró junto a un árbol.

A los 11 años, construyó radios Heathknit con la ayuda de su padre Frank, técnico de radio en la Segunda Guerra Mundial; puso en el tejado una antena hecha con el mango de una escoba, que había conectado a un equipo de radio, para escuchar a Wolfman Jack y al evangelista de Oklahoma City Brother Springer.

A los 14, Waits pasó por un período en el que estaba seguro de que tenía una enfermedad que nadie más tenía. Por la noche, justo cuando su corazón se ralentizaba para dormir, todos los sonidos de su habitación, de su casa, de la calle, subían de volumen y tamaño, como si fueran monstruos.

«Mi mano al frotar las sábanas sonaba como si estuviera manoseando un micrófono en directo», dice Waits. «Mis dedos rugían alrededor de mi cara, en el aire, tratando de pararlo. Los arañazos y los zarpazos en mi cara eran desesperantes, provocaban un ruido atronador. Era algo violento y aterrador para mí de pequeño. Sabía que, fuera lo que fuera, los médicos no podían ayudarme, y que seguramente iba a morirme».

Waits no se lo dijo a nadie, ni siquiera a sus padres, y poco a poco desarrolló sus propias técnicas de meditación para aislar los sonidos y disminuir su volumen. Después de curarse, Waits empezó a grabar sonidos y a estudiarlos, grabándolos en cintas de magnetófonos, amplificando el sonido de su guitarra con un estetoscopio de conductor de ambulancia pegado al cuerpo mientras tocaba.

El padre de Waits, entonces profesor de español de secundaria que también tocaba en una banda de mariachis, enseñó a su hijo a tocar la guitarra. Su padre traía a casa guitarras mexicanas baratas que costaban 9 dólares y duraban dos semanas, se doblaban de manera que las cuerdas se alejaban un par de centímetros del cuello y tenías que tocar con guantes de soldar.

«Acabo de ver a mi padre hoy», dice Waits. «Estábamos leyendo un menú en un restaurante y me dijo, « Vaya, aquí tienen un pollo sin piel, Tom, imagínate lo doloroso que tiene que haber sido para él crecer así », y yo le dije, « Sí, ¿pero y este pollo sin huesos?, eso sí tiene que haber sido una vida complicada”».

tom_waits_the_black_rider.jpg

Es casi medianoche en el Sound Factory. A Waits le gustaría añadir una pista de guitarra a la canción «Crossroads». Le gusta el ambiente en el pasillo fuera del estudio, así que Kloster y Dawes le preparan todo el equipo para grabarlo allí. Waits no obtiene exactamente el sonido que quiere, así que Dawes pregunta si le gustaría probar algo llamado «distorsión transitoria de un efecto de micrófono con el condensador sobrecargado».  Traducido, esto significa que Waits tocará la guitarra en el pasillo con un viejo amplificador Fender y lo grabarán a través de unos diminutos micrófonos en un maltrecho radiocasete de 20 años de edad.

Dawes le dice a Waits que puede oír el chirrido de la silla cuando Waits se mueve. Waits le pregunta a Dawes que cómo suena. «Como los frenos de un autobús», dice Dawes. Waits dice que entonces es perfecto, que en todo caso tratará de mecerse al ritmo de la música.

Suena un teléfono en una oficina cercana cuando Waits acaba de doblar la voz para «I’ll Shoot the Moon», cantando por las manos ahuecadas. Dawes hace un gesto de dolor cuando suena el teléfono de nuevo, ya que se oye en la mezcla. «Déjalo, déjalo», dice Waits. «Las canciones dicen « ¡Llámame! »».

Escuchamos tres versiones de una canción antes de que Waits decida en cuál quiere meter una pequeña cantidad de percusión. Está la «versión de crucero», la «versión latina», y la «versión experimental». «Esta es mi Jimmy Durante, esa mi Bar Harbor, esa mi Ethel Merman!», dice Waits. «Sueno tan… ¡continental!».

A la 1:00 am escuchamos la cinta de «Gospel Train», una pieza problemática para orquesta. Dawes le pregunta a Waits si quiere añadir una pista de silbato de tren (5), y Waits dice que no, que le había soltado a la orquesta toda una charla para que tocaran como si la orquesta fuera un tren, y se habían esforzado tanto en ser un tren que si ahora le añadía un silbato de tren se sentirían frustrados. Pero le gustaría que Dawes se esforzara para que el corte tuviera el ambiente de un barco de esclavos de Salvador de Bahía que sale del Amazonas cargado con melaza y caña de azúcar.

«Vale», dice Dawes.

Waits llega tarde a una sesión a mitad de semana. Ha pasado el día con sus hijos, los ha llevado a montar a caballo. Se sienta en la mesa de mezclas, un poco preocupado e incapaz de ponerse cómodo en su silla, hasta que se da cuenta de que está sentado en un biberón que había olvidado en un bolsillo trasero de su pantalón. No habla de su esposa Kathleen o sus tres hijos, pero siempre da la sensación de que sus fotos andan cerca, fotos de recién nacidos en el teclado del Chamberlain, fotos enganchadas en una visera, o entremetidas en un libro.

Es una noche lenta en Sound Factory. Hay pausas largas entre las canciones. Waits y Dawes hablan de un programa de radio sobre jardinería, luego se habla sobre amianto en cohetes enviados al sol. Todos se arremolinan alrededor de un mapa de California en la pared buscando un lago de nombre divertido (6).

En el viaje a casa Waits sigue pensando en la tarde que ha pasado con sus hijos y los caballos.

«Escuché a un mexicano que trabajaba con los caballos hoy y la manera en que hablaba con los caballos era tan musical, tan hermosa… hasta la forma que adoptaba su cuerpo para obtener los sonidos adecuados».

«Siempre he pensado que en la cultura mexicana las canciones viven en el aire, la música es menos preciosista y está más entretejida con la vida», dice Waits. «Hay una manera de incorporar música en nuestras vidas que tiene significado: canciones para celebrar, canciones para enseñar cosas a los niños, canciones de oración, canciones para que crezcan las plantas, canciones para mantener lejos al diablo, canciones para que una chica se enamore de ti. Mis hijos cantan canciones que se inventan, yo las escucho y me las sé de memoria, y estas canciones se han convertido en parte de nuestra vida familiar. Tienes que mantener la música viva en tu vida o la música se convierte en una cosa aislada, como una pastilla que te tomas».

Nos dirigimos a casa en un silencio casi total. «Los niños no tienen conocimientos de música y sin embargo, inventan canciones y cantan todo el día», dice Waits. «¿Quién puede decir que mis melodías son mejores que las suyas?».

Waits es un artista en una cultura que no siempre celebra el viaje del artista, una cultura más preocupada por empaquetar la imagen, más preocupada por saber dónde se encuentra el artista en este mismo instante. Waits no ha estado de gira en seis años. Dice que no está seguro de quién es su público o que es lo que queda de su imagen, aunque sabe que tiene una imagen. Un amigo mío dice con ironía: «Poeta de la noche, bardo de la barra», un lugar que Waits ya no frecuenta. Waits conoce los intríngulis de la imagen: o tienes una que estás tratando de cambiar, o no tienes una y darías cualquier cosa para tenerla. Waits dice que mucha gente ha muerto a causa de las ideas que otras personas tienen sobre ellos. Estas reflexiones están madurando de manera sutil su proceso creativo.

«Antes me ponía como loco cuando estaba de gira, agarraba el banco del piano con los dientes y lo arrojaba, arrancaba trozos de mi americana a mordiscos y se los escupía al público. Me encontraba en algunas situaciones realmente inspiradoras, pero yo estaba tan enfadado —con el equipo de sonido, la banda, el público, por no haber comido— que no me llegaba nada. Ahora tengo que asegurarme de que no me estoy metiendo un chute de público para sentirme como si fuera una gran estrella. Ya lo he hecho antes, todos lo hemos hecho, tratar de llamar la atención del mundo. Siempre me ha dado miedo que de repente el mundo me haga caso, me preste atención y entonces yo me olvide de lo que tenía que decir. Me da miedo que mi único objetivo sea querer llamar la atención».

«Ahora veo que todo se reduce a esos pequeños momentos en que lo que haces aporta algo diferente en algún sentido, como en la película de Hitchcock Lifeboat. El ingeniero, la prostituta, el chico de Brooklyn, cada uno tiene algo que saben hacer para intentar llegar adonde se dirigen. Yo hago pequeñas canciones, tranvías con cerillas. Estoy más interesado en aprender a hacer cosas que no sé cómo hacer. Pocas veces las cosas que sabes hacer te salvan el culo a ti o a otra persona».

Damas y caballeros, Harry’s Harbor Bizarre se enorgullece al presentar, bajo la Gran Carpa esta noche, a las Rarezas Humanas. Así es, verán al Bebé de Tres Cabezas, verán el cerebro de Hitler, verán a Lea Graff, la enana alemana que se sentó en el regazo de J.P. Morgan. Verán a Priscilla Bajano, la mujer mono, a Jo-Jo, el chico con cara de perro. Soy Milton Malone, el esqueleto humano. Vean a Grace McDaniels, la mujer con cara de mula, que además es la mujer más hogareña del mundo.

Estamos escuchando «Lucky Day Overture», la apertura de The Black Rider. Waits está añadiendo risas histéricas de una película japonesa doblada en alemán que grabó de una televisión en Hamburgo a altas horas de la noche. Waits dice que siempre le han fascinado las rarezas humanas, y ha recopilado libros como Believe It or Not (Aunque usted no lo crea) de Ripley, libros de hechos extraños e increíbles.

«A algunos quizá les parezca perturbado o degradante, pero estas personas tenían grandes carreras y eran muy respetadas en el mundo del espectáculo», dice Waits. «Todo el mundo que conozco en el mundo del espectáculo tiene algo sobre ellos, ya sea mental, espiritual o físico, que los convierte en un bicho raro».

Actualmente, entre los libros favoritos de Waits se cuentan Delta de Venus de Anaïs Nin, las historias de Breece D.J. Pancake, y libros de brindis y proverbios. Hace poco leyó el testamento de Napoleón, para averiguar a quién le dio sus calcetines y su ropa interior el pequeño emperador. «A mí siempre me gustaban los libros más raros de la librería», dice Waits. «Carpinteras lesbianas sadomasoquistas con estudios de medicina cuyos padres eran enanos, cosas así».

Kloster termina «Lucky Day Overture» con la grabación de un rugido de león, y después descubre que ha desaparecido una de las cintas enviadas de las sesiones de grabación en Alemania. Después de una búsqueda minuciosa por el estudio y un par de llamadas al extranjero, confieso que tengo una copia pirata de las cintas de trabajo de Waits. Waits parece más complacido que preocupado. Me disculpo y digo que la cinta tiene un sonido crudo ultraínfimo. Él dice que está bien, que algunos de los otros cortes de la nueva versión son también de cintas de trabajo, que después les agregará cosas para que suenen más crudos.

Las cintas de trabajo se hicieron cuando Waits estaba desarrollando ideas. Son cintas grabadas a la mitad de la noche, sin presión, cintas que él estaba seguro de que nunca escucharía nadie.

«Se hicieron en el contexto de dónde quiero posicionarme en términos creativos, en un lugar donde me digo a mí mismo, « Esto no es gran cosa, no es el himno nacional, si no funciona, pues ya está »».

«No importa lo que estés haciendo con tal de que funcione», dice Waits. «A veces entras en el estudio con el puño apretado, en busca de la tensión creativa, y tienes que cambiar de actitud, porque a menudo (la inspiración) te llega cuando no tienes ganas de trabajar. Vas conduciendo y tienes que aparcar, ponerte el sándwich en el regazo, sacar un trozo de papel y escribir una idea que se te acaba de ocurrir. Y sin embargo, hay otras miles de veces en las que te has sentado con el mismo trozo de papel en blanco en una casa con la ventana abierta y los pajaritos cantando y no se te ocurre una mierda. A veces no te surge nada, y tienes que cambiar de actitud, porque no se trata de apretar el puño, sino de abrir la mano».

 

Notas:

(1) Biff Dawes: ingeniero que ha colaborado a menudo con Waits desde Swordfishtrombones (1983). Ingeniero de: Van Morrison, John Stewart, Bob Dylan (Street Legal), Woody Herman, Eagles, Fleetwood Mac, Percussion Profiles, Frank Sinatra, USA For Africa, Blondie, Richard Pryor, Rollins band, Huey Lewis & The News, Pat Benatar, Motley Crue, Mitch Hedberg, Megadeth, John Lee Hooker, Great White, Matthew Sweet, YES, Devo, Loverboy. Ingeniero jefe de Westwood One (Design FX Audio). Más información: Who’s Who?

(2) Sunset Sound Factory: a principios de los noventa Waits había estado grabando en el estudio Prairie Sun en Cotati/ California (Night On Earth, Bone Machine, The Black Rider (Tchad Blacke tracks) y Mule Variations), pero por razones desconocidos cambió a Sunset Sound. Sunset Sound (en Sunset Boulevard, en Hollywood) lo fundó en 1958 el director musical de Walt Disney, Tutti Camarata. En 1981 el estudio cambió de nombre a Sunset Sound factory. Más información: Web de Sunset Sound

(3) Brooklyn Academy of Music (Next Wave Festival), New York City/ USA, 20 nov- 1 dic, 1993 (producción de Wilson).

(4) Definición en Wikipedia.

(5) La versión publicada (The Black Rider, 1993) sí tiene el silbato de tren. Esta es la letra: Gospel Train

(6) No se menciona ningún lago en ninguna canción de Black Rider. Quizá se haya convertido en «Brennan’s Glenn» (The Briar And The Rose, 1993): “Y junto a Brennan’s Glenn crecen una zarza y una rosa”. Letras: The Briar And The Rose

 

 

[Publicado originariamente en Spin (EE.UU.), junio, 1994 – traducción de Tomás Cobos – reproducido en http://www.dirtyworkseditorial.com]

De Platão a John Locke, de Santo Agostinho aos povos originários, um breve passeio pela busca da felicidade. Se modernidade reduziu-a ao consumismo vazio, é hora de desmercantilizar o ideal de prosperidade – e celebrar o equilíbrio, os afetos e a vida coletiva

 

Escrito por por Serge Latouche

Uma intolerância insana nos cerca. Seu cavalo de Troia é a palavra felicidade. E eu acho que isso é mortal.” René Char [1]

Embora a felicidade geralmente esteja associada à abundância, ela nunca foi associada à frugalidade. A ideologia da felicidade desenvolveu-se, efetivamente, junto com o progresso, com a modernidade. “Nadar em abundância”, segundo esta expressão popular, seria viver no conforto e nas riquezas materiais, em meio a um acúmulo de objetos que supostamente geram bem-estar. Ao contrário, a frugalidade, sem necessariamente ser austera, pode ser feliz, apesar de tornar a economia de consumo desnecessária. A frugalidade implica apenas uma autolimitação voluntária de nossas necessidades, mas não exclui o convívio ou uma certa forma de hedonismo. A gastronomia, entendida como a arte de comer bem graças a uma cozinha saudável e requintada, sem ser ascética ou orgiástica, faz parte dessa arte de viver preconizada pelo decrescimento.[2] É evidente que o decrescimento não se pretende constituir como o único ingrediente da alegria para se viver a frugalidade e a convivência coletiva. A associação do epicurismo com o decrescimento não visa antagonizar aqueles “opositores do crescimento” – Epicuro é considerado, com efeito, um precursor. [3] Em qualquer caso, é uma referência à sua filosofia autêntica e não à deformação vulgar que foi feita dela …

Os paradoxos da felicidade surgem de forma surpreendente, se refletirmos sobre o contraste entre as ambiguidades da expressão “decrescimento feliz” que me foi atribuída erroneamente, que na verdade foi proposta por Maurizio Pallante como título de um manifesto, e a famosa expressão de Saint-Just (1767-1794): “a felicidade é uma ideia nova na Europa”. É claro que se Pallante lançou seu manifesto com esse título, não foi porque a felicidade seria uma ideia nova ligada ao programa da modernidade, que dará origem à sociedade do crescimento, ou seja, a maior felicidade para o maior número de pessoas, mas porque a felicidade parece uma aspiração compartilhada por todos: ela é universal e transhistórica. [4]

Temos, especificamente, uma infinidade de testemunhos segundo os quais a felicidade seria uma aspiração congênita da natureza humana, se aceitarmos sem crítica as traduções de autores antigos ou estrangeiros. Sêneca, em seu De vita beata, escreveu, por exemplo: “Todo mundo quer viver feliz, mas não sabe o que faz a vida feliz”. Agostinho, num texto com o mesmo título, apesar de defender a austeridade, compartilhava a mesma linha: “O desejo da felicidade é essencial no homem; é o motivo de todas as nossas ações”. Também Spinoza em Ética (1677): “O desejo de viver feliz ou de bem viver, de bem agir, é a própria essência do homem”. E Pascal (1670) diz ainda mais explicitamente: “Todos os homens procuram a felicidade. É assim, sem exceção, mesmo que usem meios diferentes. Todo mundo tende a esse objetivo. O que faz com que alguns vão para a guerra e outros não é o mesmo desejo que está em ambos, acompanhado por diferentes pontos de vista. A vontade nunca fez qualquer outra ação senão dirigir-se a esse objetivo. É o motivo de todas as ações dos homens, mesmo daqueles que se enforcam”. (Texto “A boa soberana”, em Pensamentos). John Locke, em seu ensaio sobre a compreensão humana, fala do instinto de “busca da felicidade”. “A suprema perfeição de uma natureza razoável” – escreveu ele – “reside na busca cuidadosa e constante da felicidade autêntica e firme, bem como na preocupação de que não tomemos uma felicidade imaginária por uma felicidade real, que é o fundamento necessário de nossa liberdade”. Em qualquer caso, é importante frisar, nas teologias medievais, de acordo com Santo Agostinho, apenas a vida de um asceta e a abstinência defendida pelo cristianismo permitem alcançar “beatitude”, ainda que quase unicamente post-mortem.

Se a declaração de Saint-Just for levada muito a sério, o que emerge, às vésperas da Revolução Francesa, é uma aspiração diferente da felicidade celestial e da felicidade pública das surgidas anteriormente. [5] O conteúdo da felicidade beata mudou profundamente. A partir desse momento, transformou-se em uma questão de bem-estar material e individual, antecâmara do PIB (Produto Interno Bruto) per capita dos economistas cuja dimensão ética é fraca, e até nula. Portanto, é preciso questionar o escândalo semântico: as palavras, ao mesmo tempo que nos permitem comunicar e compreendermo-nos uns aos outros, são também armadilhas, fontes de mal-entendidos. Se é difícil, em uma primeira aproximação, sustentar que a busca pela felicidade não apareceu até os séculos XVII e XVIII, é claro que a eudaimonia buscada pelos gregos, algo como a vida boa e a cidade feliz, não tem muito a ver com a felicidade (happiness) de Locke e Bentham. Seria conveniente, no mínimo, falar de uma felicidade antiga e de uma felicidade moderna, como Benjamin Constant fala de uma liberdade dos Antigos e de uma liberdade dos Modernos.

Podemos fazer a hipótese de que existe em todas as comunidades humanas e para cada um de seus membros o anseio por uma vida “boa”. Podemos supor, pelas necessidades da pesquisa (e certamente erradamente), que a expressão “boa vida” constitui um termo neutro e sem conotação para designar aquele anseio pluriversal e transhistórico que se traduz em diferentes línguas, culturas e épocas, através de diferentes conceitos como: felicidade, Glück, bonheur, felicità, happiness, etc… e também como bamtaare (pular), sumak kawsay (quíchua), etc. Manteremos todas essas expressões para aquilo que o filósofo e teólogo indo-catalão Raimon Panikkar chamou de equivalentes homeomórficos da “vida boa”. [6] A “felicidade”, em suas diferentes variantes linguísticas europeias, mas especialmente no sentido francês do termo bonheur, certamente constituiu a forma de “boa vida” da modernidade nascente.

Apesar do grande interesse de tal investigação, aqui não nos interessa saber como a vida boa foi personificada pela primeira vez em beatitude medieval, mas apenas no duplo movimento de redução e involução que ocorreu a partir do Iluminismo até os dias de hoje: do surgimento de felicidade reduzida a um viés econômico como o do Produto Interno Bruto per capita e, depois, a crítica dos indicadores de riqueza para o nascimento do desejo redescoberto para o bem-estar, a abundância frugal para a sobriedade feliz, em um contexto de prosperidade sem crescimento, como expressou Tim Jackson. [7] Finalmente, se tomarmos ao pé da letra a frase de René Char citada como uma introdução ao texto, a palavra “felicidade” deve ser adicionado à lista de “palavras tóxicas” feitas por Ivan Illich, ao lado do desenvolvimento, meio ambiente, igualdade, ajuda, mercado, necessidade, etc, devido à confusão que ela gera e os enganos que transmite. [8]

__________

Notas:

[1] René Char, Inquérito da base e do topo , tradução de Jorge Riechmann, Ardora Editorial, Madrid, 1999.

[2] Ao me conceder o prêmio Pelegrino Artusi, em homenagem ao famoso gastrônomo italiano (1820-1911), autor do mais famoso tratado sobre cozinha italiana, o júri de Forlimpopoli, sua cidade natal, não se enganou. Esse júri compreendeu a relação entre a Ciência na cozinha e a Arte de comer bem [ Ciência na cozinha e a arte de comer bem, livro de Pelegrino Artusi, editora Alba, Barcelona, ​​2010] e o decrescimento. Esse livro, que, mesmo durante a vida de seu autor, teve inúmeras reedições, foi por muito tempo o único livro que os pobres possuíam, com o qual gerações de italianos aprenderam a ler. Com efeito, oferece receitas úteis para todas as classes sociais e participa, sem dúvida, sem ter consciência de uma arte de viver frugal.

[3] Ver Étienne Helmer, Épicure ou l’économie du bonheur, Le Passager clandestin, col. « Les précurseurs de la décroissance », Neuvy-en-Champagne, 2013.

[4] Maurizio Pallante, La decrescita happy. A qualità della vita não depende do PIL . Mondadori, Ediz. por la Descrecita Felice, 2011.

[5] Beatus expressa o estado de imaginação de quem tem o que deseja, enquanto felix expressa o estado de coração pronto para o prazer. Beatitudo, latim, em beatitud castelhana, também traduzido por felicidade (bonheur, dicionário De Wailly), o termo latino é usado em francês para designar felicidade no sentido religioso, em beatitudine italiana : godimento interiore (alegria interior).

[6] «Os equivalentes homeomórficos não são simples traduções literais, nem simplesmente traduzem o papel que a palavra original pretende ter, mas visam uma função equivalente (análoga) ao papel assumido pela filosofia. Portanto, é um equivalente não conceitual, mas funcional, ou seja, uma analogia de terceiro grau. Não se busca a mesma função, mas a função equivalente à exercida pela noção original na cosmovisão correspondente (Raimon Panikkar, «Religião, filosofia e cultura», in Illus. Revista de Ciencias de las Religiones , nº 1, 1996, pp 125-148.

[7] Tim Jackson, Prosperidade sem crescimento: economia para um planeta finito, Icaria Editorial, Barcelona, ​​2011.

[8] Wolfgang Sachs, ed. Dicionário de Desenvolvimento, um guia do conhecimento como poder. Editado por Wolfgang Sachs, PRATEC. Projeto Andino de Tecnologias Camponesas, 1996 para a presente edição. Baixe em: Presentacion.p65 (Estudioscriticosdesarrollo.com) .

 

 

[Tradução: Rôney Rodrigues | Imagem: Rui Palha – fonte: http://www.outraspalavras.net]

António Lobo Antunes, 2010

Publié par CLAUDIOFZA

(merci à Colette Weibel et à Léon-Marc Lévy)

http://www.lacauselitteraire.fr/le-cul-de-judas-antonio-lobo-antunes-par-leon-marc-levy?fbclid=IwAR0cGLIlED3Io_GczgEweASEmFgYWfokCIQG_Crdle2LhMGfHmh_Qo_ezzo

António Lobo Antunes est né le 1 septembre 1942 à Lisbonne, dans le quartier de Benfica. Il est issu d’une famille de la grande bourgeoisie portugaise. Son père était neurologue. Il avait cinq frères. Il fait des études de médecine et participe en tant que médecin militaire à la guerre d’Angola de janvier 1971 à avril 1973. Cette expérience est centrale dans ses trois premiers romans : Mémoire d’éléphant (1979), Le Cul de Judas (1979) et Connaissance de l’enfer (1980). À son retour d’Angola, il se spécialise en psychiatrie. Il exerce à l’hôpital Miguel Lombarda de Lisbonne jusqu’en 1985. Il obtient le prix Camões en 2007. En France, il est publié chez Christian Bourgois et aux Éditions Métailié.

J’ai lu, il y a longtemps, le livre d’entretiens de Maria Luisa Blanco, Conversation avec António Lobo Antunes (Christian Bourgois éditeur, 2004). Je suis allé le rechercher dans ma bibliothèque ainsi que Le cul de Judas.

Quelques citations:

“En ce qui concerne les livres, c’est ceux qui sont les plus simples en apparence qui s’avèrent être les plus difficiles, comme le Quichotte, par exemple. Cervantes est un des écrivains qui me transportent le plus, qui me laissent toujours bouche bée. Sterne, avec son Tristam Shandy, ce roman extraordinaire, est de ceux-là également.” “Les personnages de mes livres me poursuivent, c’est comme si je vivais entouré de fantômes.”

“Les personnages de mes livres me poursuivent, c’est comme si je vivais entouré de fantômes.”

“Quand j’écris, je dois prendre du valium.”

“Je me souviens de l’écrivain Thomas Wolfe : quand il a fait paraître son premier roman, qui était autobiographique, on lui a demandé comment il pouvait présenter ses parents d’une façon aussi brutale. Il a été déconcerté parce qu’il disait qu’à ses yeux c’étaient des gens de valeur, que c’était ce qu’il s’était efforcé de transmettre, et qu’il ne comprenait pas pourquoi les autres l’avaient interprété autrement. Il était réellement déconcerté. C’est un peu la même chose qui se passe pour moi.”

“Pour moi, la guerre a signifié une très grande souffrance, mais elle m’a beaucoup apporté.”

“Vivre, c’est comme écrire, mais sans pouvoir corriger.”

“Dans mon roman Le Cul de Judas, je raconte beaucoup de choses de ma vie en Afrique. je parle d’un missionnaire basque qui s’est présenté en disant : “Je suis basque, et je suis un ami intime de ce salaud de Francisco Franco” et j’ai reproduit la phrase exactement comme il l’avait dite. Il passait son temps à compiler des proverbes et des poèmes oraux qui étaient d’une beauté extraordinaire, et la police politique l’a tué. il appartenait à un ordre missionnaire, et moi j’ai été impressionné, parce que c’était la première fois que j’entendais un curé dire “salaud”. Cet homme était seulement venu pour tenter d’évangéliser les gens de là-bas.”

“Je me sens terriblement orphelin…”

“Je sens que je ne suis de nulle part…”

“…Quand l’inspiration est très abondante, on ne peut pas tout mettre dans un petit récit. Et quand on a lu Tchékhov, Cortázar, Katherine Mansfield, qu’est-ce qu’on peut écrire après avoir lu ce qu’ils ont fait ? Ils ont la concision qu’il me manque.”

“Écrire c’est une drogue dure.”

“…mais le lyrisme ibérique est très difficile à traduire. il est très dionysiaque. Comment traduire Lorca ? et certains poèmes de Machado ? il y a de très bons poètes en langue espagnole. Quevedo, par exemple, saint Jean de la Croix. Quels grand poètes ! Il nous laissent sans voix. Moi, au fond, j’aimerais écrire des romans qui soient comme leurs poèmes.”

“Je continue à aller dans les librairies et à en ressortir chargé de livres parce que j’aime tous les livres, même les mauvais. Je lis tout ce qui est imprimé. C’est une boulimie qui m’a accompagné toute ma vie et qui me tient encore.”

Os Cus de Judas est une phrase toute faite qui pourrait se traduire par quelque chose comme “au diable-vauvert”.

“Le suicide est une présence constante. Je suis conscient qu’il existe en moi une dimension autodestructrice.”

“Moi, au fond, je suis un puritain.”

“Je me rappelle quels ont été les vainqueurs du Tour de France d’il y a très longtemps…les équipes de foot. Je me dis parfois que j’emmagasine des choses inutiles, mais c’est bon pour écrire parce que c’est avec la mémoire qu’on écrit.”

“J’envie énormément les poètes. Si j’étais capable d’écrire comme Lorca… Personne n’écrit de romans comme moi, mais je suis un poète raté. J’aime Salinas, Cernuda , j’aime les poètes solaires, lyriques, dionysiaques…Mais surtout Federico García Lorca; il m’émeut: “Cómo canta la noche, cómo canta…/ qué espesura de anémonas levanta…” Vous croyez qu’on peut mieux écrire ? Je n’ai pas la veine poétique. Pour moi, la vie, c’est ça : “Je t’aime tant que l’air me fait mal, et mon cœur, et mon chapeau… ” C’est si vrai, c’est si fort… Il me semble que Lorca est un poète dont on ne reconnaît pas la valeur. Peut-être parce qu’il est trop connu et que nous, les intellectuels, comme vous le savez, nous sommes plus attirés par des poètes plus nobles, plus hermétiques. Mais il y a chez Lorca une pureté, une force… “Solo el misterio te hace vivir…” J’aurais dû écrire ça, mais je n’ai aucun talent dans ce domaine. Peut-être que les bons romanciers sont des poètes ratés. Je ne sais pas.”

 

[Source : http://www.lesvraisvoyageurs.com]

 

 

Laura e Cristina son dúas rapazas que comezaron a divulgar contido gastronómico en galego a principios de ano. A través dunha conta chamada “Como arrecende”, comparten receitas e consellos sobre cociña nas redes sociais Instagram e Twitter. Buscan que existan máis publicacións sobre gastronomía nas redes sociais en lingua galega, para achegar o seu gran de area ao proceso de normalización da lingua en ámbitos menos habituais, como é o mundo culinario nas novas redes.

Laura, á esquerda, e Cristina comezaron en febreiro con “Como arrecende”.

Por Xosé Barros Blanco

-En que consiste “Como arrecende”? Por que decidiron poñelo en funcionamento?

“Como arrecende” é unha conta de cociña e de difusión de fraseoloxía galega relacionada coa gastronomía. Botamos a andar o proxecto en febreiro, nun momento no que a tónica do día a día era a de fechamentos perimetrais e prohibición de quedar con persoas non conviventes. Nesta aventura atopamos a forma de conxugar dúas das nosas paixóns: a cociña e as redes sociais, ademais de mantérmonos unidas e distraídas nun momento anímico difícil para ambas, lonxe dos nosos fogares e familias. Decidimos creala porque botabamos en falta na rede contido en galego como o que nós consumiamos habitualmente, aínda que hai que dicir que polo camiño descubrimos unha pequena e acolledora comunidade de contas de cociña na nosa lingua. Oxalá cada día sexamos máis.

-Cal é o obxectivo do proxecto?

Penso que continuar aprendendo día a día para mellorar a calidade das nosas publicacións e, sobre todo, pasalo ben, achegando a cociña e o galego a quen queira que lle interese pasarse pola nosa conta.

-Que tipo de receitas comparten?

En xeral son receitas fáciles, rápidas e accesíbeis para calquera persoa. Están pensadas para xente que non dispón de moito tempo, orzamento ou experiencia na cociña, pero que gustan de comer ben e de probar cousas novas de todo tipo: compartimos receitas de entrantes, acompañantes, pratos principais e sobremesas. Intentamos tamén buscar certo equilibrio e que boa parte das nosas receitas sexan aptas, ou cando menos adaptábeis, para persoas que manteñen unha alimentación vexetariana e vegana.

-Por que decidiron apostar por ese formato para difundir o seu contido?

Acabamos de aterrar en Twitter, mais os nosos comezos foron en Instagram. Escollemos esta rede porque o formato de fotografía era o que mellor se adecuaba ao que queríamos publicar. Intentamos coidar a estética das publicacións o máximo posíbel e interactuar moito cos nosos seguidores, que son a nosa pequeniña comunidade. En Twitter o noso obxectivo é chegar a un público máis amplo e dar a coñecer o que facemos.

-Que acollida está a ter polo de agora o seu proxecto?

Pódese dicir que desbordou por completo as nosas expectativas, aínda que eran bastante modestas. Pensabamos que nos seguiría simplemente o noso círculo de amizades e familia máis próxima, pero para a nosa sorpresa, comezou a seguirnos e recomendarnos moita outra xente que non temos o pracer de coñecer de xeito presencial.

-Plans de futuro? Gustaríalles probar con outros formatos? 

Neste momento estamos centradas en darlle continuidade ao proxecto actual. Somos conscientes do potencial de formatos como Reels ou Tiktok, pero polo de agora non os contemplamos. Pensamos que familiarizarnos con eles e producir contido para máis plataformas require un tempo que por desgraza non temos. O primordial para nós agora mesmo é gozar do que facemos sen abafarnos.

-Este tipo de proxectos poden axudar a que a xente se anime a falar en galego.

Si, por suposto. Temos constancia de que nos seguen varias persoas de fóra da Galiza que desexan aprender o noso idioma e doutras tantas que cambian a súa lingua á hora de interactuar connosco. En xeral, lonxe de atopar reticencias ou prexuízos absurdos, cremos que o feito de publicar en galego fixo que nos seguise moita máis xente. Hai vontade de cociñar e hai vontade de facelo en galego!

[Fonte: http://www.nosdiario.gal]

Escrito por L. C. Carballal

A palabra latina pra denominar o concepto da estrutura reprodutora das plantas que producen sementes é “flos/floris” e da segunda forma procede a denominación máis estendida entre as linguas romances co mesmo significado: flor (galego-portugués, asturleonés, castelán, aragonés, catalán, occitano), fleur (francés, picardo, valón), flè (haitiano), fiore (italiano, corso), fior (véneto), fiùr (lombardo), flôr (friulano), flu (ladino), flur (romanche), floare (romanés) etc.; e mesmo pasou a linguas non romances como: flower (inglés), flouer (escocés), floro (esperanto), fjura (maltés) ou lore (éuscaro).

Mais a forma culta e estándar presenta dúas variantes –tal como recolle o Atlas Lingüístico Galego (ALGa, vol. VI, 2015) e maila tradición escrita–: unha con rotacismo na forma “fror”, que amais é a forma preferida polo estándar leonés: “fror”, que tamén admite as variantes “flor e frol”, e no estándar sardo: “frore”; e outra con metátese na forma “frol”, que tamén é a forma estándar do mirandés: “frol” e variante, como xa dixen, admitida do leonés. Ámbalas formas aparecen representadas amplamente nos textos medievais xunto coa forma estandarizada, así consultando o TMILG (Tesouro Medieval Informatizado da Lingua Galega) obtemos que a forma singular “frol” (26 rexistros) é a máis usada seguida de “fror” (23 rexistros) e, por último, “flor” (15 rexistros), mentres que en plural a forma máis usada é “flores” (38 rexistros), seguida de “frores” (13 rexistros) e, rematando, “froles” (10 rexistros); mais se xuntamos as palabras en singular e plural a máis frecuente é “flor/flores” (53 rexistros), seguida de “fror/frores” e “frol/froles” (ambas con 36 rexistros). Con todo, hai que matizar que a forma “fror” é a máis usada no s. XIII (30 rexistros contra 19 de “flor” e 9 de “frol”) e a única usada no s. XV (2 rexistros), mentres que “flor” é a máis rexistrada no s. XIV (34 veces contra 27 de “frol” e 4 “fror”).

En definitiva, que as tres variantes forman parte da nosa lingua dende sempre, mais a palabra “flor” atinxiu o seu status de forma estándar por mor de ser a máis conservadora e, sobor todo, coincidir coas formas estándares do castelán e portugués. Secasí, as outras formas sempre tiveron certo uso literario no galego moderno e contemporáneo, tal como se comproba consultando o TILG (Tesouro Informatizado da Lingua Galega), onde a forma “flor/flores” é a máis empregada (1.247 veces en singular e 3.310 en plural) pro non a gran distancia de “frol/froles” (895 en s. e 1.247 en pl.), que rexistra un anómalo plural “frols” en 23 ocasións (usado mesmo por Rosalía en “Follas Novas”: negra e sin frolsabrochan nos campos as frols), nin de “fror/frores” (626 en s. e 1.276 en pl.). No entanto, tanto “frol”, documentada dende 1807, coma “fror”, rexistrada xa en 1612, deixan de se usar no galego literario durante a primeira década do noso século (2006 e 2007 son os derradeiros anos en que se rexistran respectivamente): o estándar impúxose.

A forma “flor” e variantes deron lugar a unha gran “familia léxica” (conforme o dicionario da RAG): flora, floración, floral, floraría/-ería, floreada/-o, floreal, florear, florecemento, florecente, florecer, floreiro, floreo, florete, florícola, floricultor/-ra, floricultura, florida/-o, floridamente, florídeas, florilexio, florín, florista e florón; mais o ALGa (vol VI, 2015) recolle as seguintes variantes prós verbos “florecer, florear”: afloraraflorecerenflorecerfrolearfrolecer e frorecer; o Dicionario Estraviz as seguintes variantes pra “flor”, “florear” e “florescer”: enflorar, florejar, florir, frol, fror e frorecer; e o Gran Dicionario Xerais da Lingua [GDXL] (flor/florear/florecer), sinalando as que considera incorrectas con asterisco: *enfrolecer, *enfrorecer, *florescer, florir, flurir, frol, frolear, frolecer, *frolescer, fror, *frorear, frorecer, frorescer, *frorir.

Con todo, no galego medio (do s. XVI ao s. XVIII) e contemporáneo testemúñanse as formas palatalizadas chor e chur e mais formas derivadas, que presentan a esperábel conversión fonética do galego patrimonial “lat. Fl- > gl. Ch-“ (ex.: afflare > achar, flamma > chama ou inflare > inchar). Os testemuños rexistrados son varios: “chor” (Vegetables de Galicia, 1790c e Ensayo para la historia general botánica de Galicia, 1794, Fr.J. Sobreira); “chorido” (Elementos etymologicos según el methodo de Euclides, ca. 1766, Fr. Martín Sarmiento; Apuntamientos para un discurso apologético sobre etimologías, 1758, Fr. Martín Sarmiento); “chorima”, “chores”, “churida” e “chorir” (Glosario de voces galegas de hoxe, Anexo 27 de Verba, 1985, C. García); “chore” (Contribución al diccionario gallego, 1967, Aníbal Otero) e “chora” e “chore” co significado de “flor do toxo” nalgunhas aldeas do oriente de Lugo (Aníbal Otero); “chore” (Diccionario galego-castelán, 1972, X.L. Franco Grande); “chur” e “churir” (Frampas, contribución al diccionario gallego, 1988, E. Rivas Quintas); “chor/chur” (Beba, San Cristovo, Espiñaredo e Lamea, C; San Cibrao, Meira, Vilarín do Castelo e Rao, LU; Calvos e San Roque, OU) e sinónimos do verbo “florecer, florear”: “chorar” (Ferrol), “chorear” (Lamea, C; San Cibrao e Palas de Rei, LU), “chorrear” (Toques, C), “churir” (Ramirás, Pedrenda e San Roque, OU; Meira, LU) e “churrir” (Meira, LU) (ALGa, vol. III, 1999, e VI, 2015); “churir” [florecer] (C. García González, 1985, e E. Rivas Quintas, 2001); “chor”, “chore” e “chur” [flor], “chorecer”, “choridar”, “churidar” e “churir” [florecer] (Gran Dicionario Xerais da Lingua, 2009); “chor” [flor], “chorecer” [agromar folhas e flores], e “choridar” e “churidar” [florescer] (Dicionario Estraviz); “chor” [flor] (Gran Dicionario Século 21 da Lingua Galega, 2005); e “chor” [literario Flor] (dicionario da RAG).

Esta mudanza fonética tamén se deu nalgunhas linguas italianas como: ciöf (ladino), sciuore (napolitano) ou ciuri (siciliano). Mais no caso galego, segundo o profesor R. Mariño Paz (Fonética e Fonoloxía Históricas da Lingua Falega, 2017), a palatización consonántica de “flore” en “chor” ou “chur” debeuse de dar a partir do modelo verbal “churir”, variante harmonizada de “chorir”, malia que “flor”, a variante conservadora que non cultismo, e os verbos “florecer” e “florear” sempre foron as formas predominantes na nosa lingua dende a época medieval, onde só se rexistra o topónimo “Chorente” (A vida e a fala dos devanceiros, 1967, X. Ferro Couselo), fronte á limitada difusión xeográfica e social das formas palatizadas.

Por veces as formas menos prestixiosas: “chor” e derivados, adoitan usarse pra denominar restritivamente as “flores silvestres e das árbores froiteiras” fronte ás cultivadas: “chora” [flor da oliveira e do castiñeiro] (Anibal Otero, 1967; X.L. Franco Grande, 1972; e GDXL, 2009) e [floración do liño] (Glosario de voces galegas de hoxe, 1985, C. García González), “chur” [flor das árbores froiteiras] (Dicionario Galaxia de Usos e Dificultades da Lingua Galega, 2004), “chures” [flor brava] (Ramirás, OU) (ALGa, vol. VI, 2015), “chorar” [botar flor o liño] (Glosario de voces galegas de hoxe, 1985, C. García González). É fenómeno que tamén coñece o inglés, onde as formas xermánicas: “bloom” e “blossom” (neerlandés “bloem”, frisón “blom”, danés “blomst” etc.), desprazadas polo galicismo “flower”, son a miúdo usadas pras flores bravas e, sobor todo, a última pra denominar as flores das árbores froiteiras, así: “cherry blossom” (flor da cerdeira), “orange blossom” (azar ou flor da laranxeira), “peach blossom” (flor do pexegueiro) etc.

O dicionario da RAG recolle como denominacións específicas pra “flor do toxo ou da xesta”: “chorima”, “chorida” e “churida” –forma menos recomendábel–, aínda que logo na entrada “bouza” empregue como frase de uso: “Na primavera, a flor da xesta pinta as bouzas de amarelo”, nunha clara incoherencia lexicográfica. O Gran Dicionario Xerais da Lingua rexistra “chorida” e “chorima”, coas variantes “churida”, “churima” e “churuma”, pra denominar a “flor do toxo ou da xesta”, pro por extensión pra “calquera tipo de flor”; e o Gran Dicionario Século 21 da Lingua Galega (2005): “chorima” e “chorida” [flor do toxo]. Tamén o dicionario Estraviz incorpora as voces: “chorida” e “chore” [flor/flor do tojo e da gesta] e “chorima” e “churima” [flor do tojo e da gesta]. O ALGa (vol. VI, 2015) recolle tamén os nomes: “churisma” (Cedeira, C) e “chiruma” (A Lama, PO), pra flor do toxo, e “churida” (Cervantes, LU) pra flor da xesta. E a entrada “chorima” ou “chorida” da Wikipedia recolle outras variantes dialectais [sic]: charumacherumiachirumiachourima, churumachusmigo e xorima (fala mindoniense). A etimoloxía de “chorima” remite ao latín “florissima”, mentres que “chorida” provén do participio feminino do verbo “chorir”, do latín tardío “florire < florere”, que deu en portugués e catalán o verbo “florir”. Malia a súa ausencia do dicionario da RAG, este verbo “florir” é recollido polo dicionario Estraviz e polo Gran Dicionario Xerais da Lingua, e rexistrado nas localidades ourensás Ramirás e Viana do Bolo, nas zamoranas de Lubián e Hermisende e nas leonesas de Candín e Corullón no ALGa (vol. VI, 2015), amais da súa variante “frorir” polo Diccionario galego-castelán e Vocabulario castelán-galego (1979) de L. Carré Alvarellos.

Aínda que a maioría das denominacións específicas de flores teñen outras orixes etimolóxicas: candea, candeón ou recandea [inflorescencia en forma de espiga do castiñeiro, bidueiro, millo etc.] e candear ou recandear [botar a candea ou recandea] (GDXL, dRAG), cenceno, pabón, pendón ou pubela [flor dos cereais, en especial do millo] e cencenar [floreceren os cereais] (GDXL, dRAG), galana [flor silvestre en xeral] (Glosario de voces galegas de hoxe, 1985, C. García González; GDXL, 2009) ou [Margarida. Flor] (Dicionario Estraviz), ou marroca [flor da cebola, de forma esférica] (GDXL, dRAG).

Os dicionarios portugueses non adoitan recoller estas verbas como en uso, fóra do Aulete digital que dá “chor” como arcaísmo ou o Wikcionário lusófono que a recolle como dialectalismo trasmontano co significado de “flor” e de “floración das árbores froiteiras”. Xa que logo, hai algunhas referencias dialectais e históricas que aboan a súa existencia na lingua irmá. O Dicionário da Língua Portuguesa (Porto ed., 1987) incorpora os seguintes lemas: “chora” – (prov.) flor da oliveira ou sobreiro; “chorão” – bot. planta herbácea, da fam. das Amarantáceas (de chor, do lat. flore+ão); e “chorina” – bot. planta ornamental da fam. das Umbelíferas (de chor, do lat flore+ina). Na Revista Lusitana (vol. III, 1895), proverbio trasmontano sobor a plantación da oliveira: “No tempo da chor, é cortar e pôr”; e así mesmo a afirmación por Carolina Michaëlis de Vasconcelos de que o poeta Sá de Miranda (1481-1558) emprega unha vez o provincialismo miñoto “chorecer” co significado de “florecer”. Como se comproba son moi escasos os rexistros de “chor” e derivados na lingua portuguesa, vocábulo que xa, en 1899, o dicionario de Cândido de Figueirido sinala como “termo antigo”.

Chama a atención que estas palabras patrimoniais non achen acomodo na literatura galega ou sexan escasamente usadas, malia que estean recollidas e autorizadas por tódolos dicionarios actuais da lingua galega: dicionario da RAG, Gran Dicionario Xerais da Lingua, Dicionário Estraviz ou Gran Dicionario Século 21. Mais se consultamos o TILG (Tesouro Informatizado da Lingua Galega) comprobamos que “chor”, “chorida (subs.)”, “chorear” ou “chorir” non aparecen en ningunha obra contemporánea das rexistradas por este corpus e que “chorima” apenas é empregada por algúns escritores dende a segunda metade do s. XX: E. Blanco-Amor (Cancioneiro, 1956), X. Mª Díaz Castro (Nimbos, 1961), Aquilino Iglesia Alvariño (De día a día, 1060), Manuel Rivas (En salvaxe compaña, 1993), X.Mª Pérez Parallé (Poemas, cantigas, 1995) e Rosa Aneiros (Corazóns amolecidos en salitre, 2002); e os participios “chorida” (Pascua chorida) só aparece na obra Morte de rei (1996) de D.X. Cabana, e “chorido” en Eduardo Pondal (Poemas manuscritos, 1917) e F. Bouza Brey (Seitura, 1955).

Curiosamente, tamén a forma palatalizada deu lugar por derivación a un dos nomes cos que denominamos os lepidópteros diurnos en galego: “choruma”, recollido polo dicionario da RAG xunto cos seus sinónimos: “bolboreta”, “papoia” e “paxarela”.

Mais como digo no título, na nosa lingua unha rosa (dRAG: por extensión, Calquera flor) non sempre é unha rosa, xa que este nome específico do xénero Rosa ampliou o seu significado orixinal pra denominar calquera tipo de flor na lingua popular de zonas da Cruña, Pontevedra e norte de Lugo, como tamén ocorreu coa difundida flor da caraveleira, o caravel (dRAG: por extensión, Calquera flor), que tamén se converteu en sinónimo de flor na fala popular da Cruña, Pontevedra e sur de Ourense, (ALGa, vol. VI, 2015) polo que podemos dicir sen caer en incorrección semántica que “a primavera enche os campos de rosas de moitos tamaños e cores” ou que “os patios cordobeses son soados polos seus abondosos testos con caraveis de moitas especies”. A primeira palabra mesmo deu lugar a un verbo sinónimo de “florecer”: rosear (dRAG: [Planta] botar flores). Esta ampliación semántica dunha denominación específica de flor non é unha excepcionalidade galega porque o friulano, lingua retorrománica oriental no NE de Italia, tamén usa a verba “rose” co significado xeral de “flor”. Estas sinonimias están perfeitamente recollidas polos tres principais dicionarios galegos: dicionario da RAG, Dicionário Estraviz e Gran Dicionario Xerais da Lingua.

Non existe ningún motivo pra non usarmos, ao menos, tódalas palabras sinaladas en vermello, autorizadas como formas estándares, na nosa lingua cotiá, tanto oral coma escrita; evitando un empobrecemento léxico que nos vai arredando do noso idioma enxebre.

 

[Fonte: praza.gal]

 

 

Planta de maguey y botellas de mezcal comercial.

Cuando se habla de bebidas tradicionales mexicanas, la conversación debe pasar invariablemente por el mezcal y el auge que ha recobrado últimamente.

Hace algunas semanas exploramos dos bebidas de antaño que buscan permanecer vigentes en la oferta de bebidas de la capital mexicana: el pulque y el tepache [1]. No obstante, es preciso referirnos a una más, que estuvo a punto de caer en desuso y ahora es protagonista en los menús de todo tipo de establecimientos mexicanos.

En la última década, beber mezcal se ha convertido en una tendencia entre los mexicanos, pero antes de llegar a ese punto responderemos al interrogante: ¿qué es exactamente el mezcal? De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana [2] el mezcal es una:

Bebida alcohólica destilada mexicana, 100 % de maguey o agave, obtenida por destilación de jugos fermentados con microorganismos espontáneos o cultivados, extraídos de cabezas maduras de magueyes o agaves cocidos (…)

El mezcal es usualmente transparente y se obtiene de la planta de maguey [3]. Su origen histórico es incierto ya que algunas versiones [4] sostienen que comenzó a utilizarse en la Época Colonial [5] (después del año 1521, luego de la conquista por parte de los españoles, quienes trajeron las técnicas de destilación), mientras que otras aseveran [6] que se trata de un brebaje prehispánico, utilizado por los indígenas desde siglos antes de la conquista.

Puede confundírsele con la bebida alcohólica más tradicional de México, que es el tequila [7]. Sin embargo, hay diferencias. La principal radica en que el tequila únicamente proviene del agave azul [8] cosechado en la región de Tequila [9], Jalisco  [10](en el oeste del país), lo que le da una denominación de origen [11] – parecido a lo que ocurre con la champaña que únicamente se produce en la homónima región de Francia. Otras diferencias son resaltadas en una pieza de Huffington Post [12] en la que, además, se hace referencia al auge del mezcal en estos días:

Alrededor del mundo ambos elixires simbolizan a México, y si durante décadas el tequila ha sido la bebida mexicana por excelencia, ahora el mezcal está viviendo una auténtica revolución. Después de haber sido considerado como una bebida despreciada, ya por fin lo encontramos en los bares mas chic del planeta y el talento de los bartenders le están dando el lugar que se merece.

Es tal la demanda de este producto que en la capital mexicana existen establecimientos especializados en su venta, llamados mezcalerías. Portales como Hello DF [13] o el de la revista TimeOut [14], se han dado a la tarea de recomendar algunas de las más buscadas por los turistas.

En el portal Qué Rica Vida [15], Silvia Lucero publicó una nota intitulada “El Mezcal: La Bebida de Moda en México”, en el que describió la forma en la que recomienda probar este trago:

Tengo que confesar que, así como me pone un poco nerviosa ver a alguien pedir un tequila y tomarlo en un solo trago, lo mismo me pasa con el mezcal, ya que hay que saber tomarlo y disfrutarlo, sobre todo tratándose de una bebida ancestral.

Existen diferentes tipos; hablando de manera general, sin embargo, está el blanco, el de pechuga y el añejo. En lo personal, me gustan aquellos que tienen un sabor como ahumado. Si lo tomas puro, se acompaña con un gajo de naranja y sal de gusano [16] que mezclan con chile en polvo. Suena extraño, es verdad, pero es delicioso.

Además, dejó esta recomendación para aquellos paladares más sensibles:

Si te parece muy fuerte para beberlo solo, puedes tomarlo en cóctel. Por suerte, cada vez es más común encontrar los típicos margarita, bloody mary, paloma o mojito preparados con mezcal. También puedes experimentar en casa creando algunos refrescantes para el verano como, por ejemplo, con jugo de mango y chile en polvo; ¡te quedará delicioso!

En el sitio Nación Mezcal [17], encontramos esta explicación en la que se abunda sobre las variedades de esta bebida:

Tal vez al leer esto vengan a tu mente un complejo término digno de un “mezcalier” “mezcolatra” o “mezcalero”, la realidad es que hablamos de las cuatro formas de darle un acabado al mezcal.

Joven (blanco): es aquel que es envasado después de terminar la segunda destilación, cuando el destilado ya es considerado mezcal.

Reposado: su nombre lo dice, después de terminar el proceso de producción es reposado en barricas de roble blanco de 6 meses a 1 año.

Añejo: como los mejores whiskys, vinos o coñacs, el mezcal también se añeja por cinco años o más en las mismas barricas de roble blanco canadiense o americano.

Abocado: al terminar el proceso, se le agrega un sabor adicional como alguna hierba o fruta (el mezcal de gusano es un ejemplo de abocado).

El sitio Animal Gourmet [18] tiene una serie de recomendaciones para beber mezcal. La primera de ellas es esta:

Antes de beber, reconoce el mezcal que tienes enfrente. Conócelo. Olfatéalo con una fosa nasal y luego con la otra. Después coloca unas gotitas en las palmas de tus manos y frótalas hasta que el mezcal se seque. Coloca rápidamente tus manos alrededor de tu nariz y respira profundamente. Notarás los verdaderos aromas del mezcal (sin el alcohol interfiriendo). ¿Ahumado? Seguro. ¿Tierra mojada?, ¿tabaco? ¿hierbas? ¿durazno? ¿a qué huele? ¿te gusta? Inténtalo de nuevo. Los expertos incluso pueden identificar qué tipo de agave y de qué región proviene el destilado. No esperamos que logres esto a la primera, pero es una buena forma de empezar a disfrutar tu mezcal.

En redes sociales, como Twitter, la gente aprovecha para presumir con orgullo el mezcal que están a punto de degustar, como es el caso de Carolina Gómez V.:

La cuenta Oaxaca Digital comparte esta fotografía de cómo puede presentarse un trago de esta tradicional bebida:

Carolina Espina recordó ese dicho popular mexicano de que “para todo mal, un mezcal”:

Como se puede ver, esta bebida se encuentra en boga y es pedida tanto por locales como por turistas que viajan a México, buscando llevar un poco de tradición a las papilas gustativas.

Artículo publicado en Global Voices en Españolhttps://es.globalvoices.org

URL del artículo: https://es.globalvoices.org/2017/11/12/mezcal-bebida-tradicional-mexico/

URLs en este posteo:

[1] el pulque y el tepache: https://es.globalvoices.org/2017/08/14/tepache-y-pulque-bebidas-milenarias-cdmx/

[2] Norma Oficial Mexicana: http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5472787&fecha=23/02/2017

[3] maguey: https://es.wikipedia.org/wiki/Agave

[4] algunas versiones: https://www.mexicodesconocido.com.mx/mezcales.html

[5] Época Colonial: https://es.wikipedia.org/wiki/Fundaci%C3%B3n_del_M%C3%A9xico_Colonial

[6] otras aseveran: https://es.wikipedia.org/wiki/Mezcal#Historia

[7] tequila: https://es.wikipedia.org/wiki/Tequila

[8] agave azul: https://es.wikipedia.org/wiki/Agave_tequilana

[9] Tequila: https://es.wikipedia.org/wiki/Tequila_(Jalisco)

[10] Jalisco : https://es.wikipedia.org/wiki/Jalisco

[11] denominación de origen: https://es.wikipedia.org/wiki/Denominaci%C3%B3n_de_Origen_Protegida

[12] Huffington Post: http://www.huffingtonpost.com.mx/sonia-lalanne/mezcal-o-tequila-cual-es-la-diferencia_a_21875794/

[13] Hello DF: http://hellodf.com/top-mezcalerias-de-la-ciudad-de-mexico/

[14] TimeOut: https://www.timeoutmexico.mx/ciudad-de-mexico/bares-cantinas/las-mejores-mezcalerias

[15] Qué Rica Vida: http://www.quericavida.com/que-rico/modas-sabrosas/el-mezcal-la-bebida-de-moda-en-mexico?sc_lang=es

[16] sal de gusano: http://www.animalgourmet.com/2013/08/01/reviviendo-la-milenaria-tradicion-de-la-sal-de-gusano/

[17] Nación Mezcal: https://nacionmezcal.com.mx/2015/12/16/los-10-puntos-basicos-del-que-debes-saber-mezcal/

[18] Animal Gourmet: http://www.animalgourmet.com/2016/09/17/nueve-consejos-beber-mezcal/

[19] #Mezcal: https://twitter.com/hashtag/Mezcal?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw

[20] #sonjarocho: https://twitter.com/hashtag/sonjarocho?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw

[21] pic.twitter.com/Hgt3IG2ewa: https://t.co/Hgt3IG2ewa

[22] 31 de octubre de 2017: https://twitter.com/carovinales/status/925156591141134336?ref_src=twsrc%5Etfw

[23] #Oaxaca: https://twitter.com/hashtag/Oaxaca?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw

[24] pic.twitter.com/mGzMjxzI6p: https://t.co/mGzMjxzI6p

[25] 10 de noviembre de 2017: https://twitter.com/Oaxaca_Digital/status/928835860958556161?ref_src=twsrc%5Etfw

[26] #mezcal: https://twitter.com/hashtag/mezcal?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw

[27] pic.twitter.com/SQUWgKmElg: https://t.co/SQUWgKmElg

[28] 4 de noviembre de 2017: https://twitter.com/espinacarola/status/926677030216744962?ref_src=twsrc%5Etfw

Nos encanta el refranero gallego y las expresiones de tradición oral de nuestra lengua. Existen tantas expresiones típicas gallegas, que nos daría para escribir largo y tendido. De todas las que podríamos haber incluido, nos quedamos con estas 20 expresiones gallegas que a nosotros, personalmente, nos gustan mucho.

1. Amiguiños si, pero a vaquiña polo que vale

(Amiguitos sí, pero la vaquita por lo que vale)

Cómo no, teníamos que empezar este artículo con nuestro eslogan: “Amiguiños si, pero a vaquiña polo que vale”.

¿Qué significa? Pues que por muy buena relación que se tenga, el dinero es el dinero. No vamos a ser flexibles en las negociaciones, por mucha amistad que haya.

 

También se emplean variantes de este refrán como “ Amiguiños si, pero o porco (o porquiño) polo que vale” o “ Amiguiños si, pero a pita polo carto”.

2. Outra vaca no millo

(Otra vaca en el maíz)

Y seguimos con la vaca como protagonista.

La expresión “Outra vaca no millo” se emplea para indicar que una persona actúa igual de mal que otra o que un hecho o acción es igual de inconveniente que otro anterior. Equivale a «Otro que tal baila” o a «¡Éramos pocos y parió la abuela!» (por si ya no hubiese cosas malas hasta el momento, llega otra más).

3. Galiña vella fai bo caldo

(Gallina vieja hace buen caldo)

Es un elogio a la gente mayor, especialmente a las mujeres. La veteranía es un grado. Al igual que una gallina vieja aporta un sabor delicioso al caldo, las mujeres mayores tienen mucho que aportar por su experiencia. Podemos aprender mucho de ellas.

4. A cabra (sempre) tira ao monte

(La cabra (siempre) tira al monte)

Tiene connotaciones negativas. Se refiere a que la conducta inapropiada de una persona es reiterativa. Hace continuamente lo que es innato y está en su naturaleza.

5. Polo pan baila o can

(Por el pan baila el perro)

Por el interés de lograr algo, se hace lo que sea necesario.

Funny Or Die Dancing GIF - Find & Share on GIPHY

6. Caer da burra

(Caer de la burra)

Percatarse del error en el que se estaba. Darse cuenta, por fin, de algo que no se conseguía entender aun siendo evidente.

Los animales próximos al ámbito doméstico son los que aparecen con más frecuencia como referentes de las expresiones figuradas: el perro, el gato, el burro, la oveja, la gallina o la vaca.

7. Nin tanto “arre” que fuxa nin tanto “xo” que pare

(Ni tanto «arre» que huya ni tanto «xo» que pare)

Esta expresión, así como sus variantes “Nin arre nin xo” o “Nin tanto arre que fuxa, nin tanto xo que se deite” equivale a “ni tanto, ni tan poco”. Los extremos nunca son adecuados.

8. No vaia ser o demo

(No vaya a ser el demonio)

Somos previsores y algo supersticiosos. Así que, ¿para qué arriesgarse a algo sin necesidad? Evitémoslo, no vaya a ser que suceda algo malo.

Semejante al significado de “por si acaso” o “más vale prevenir que curar”.

9. Marcho, que teño que marchar

(Marcho, que tengo que marchar)

Frase redundante donde las haya, aclara que no se marcha porque quiere sino porque ha de hacerlo.
Esta expresión incluso se empleó en una esquela con mucha «retranca».

10. Malo será

Se trata de una expresión muy empleada en nuestra tierra, que invita al optimismo. Viene a significar que, aunque haya adversidades, siempre se sale adelante.

11. Nunca choveu que non escampara (en gallego normativo escampase)

(Nunca llovió que no descampase)

En línea con el optimismo de la expresión anterior. Significa que las malas etapas siempre tienen un final. No duran para siempre.

12. Se chove, que chova

(Si llueve, que llueva)

Nos conformamos con lo que hay. Si el tiempo no es bueno, no queda otra opción que aceptarlo.

13. Éche o que hai

(Es lo que hay)

Con connotaciones semejantes a las de la expresión anterior. Los gallegos nos resignamos cuando no queda otra opción.

14. Morra o conto!

(¡Muera el cuento!)

Se trata de una invitación directa a que se acabe un tema de conversación o una discusión.

Es similar a ¡Punto en boca!.

15. Quedar como un Pepe

(Quedar como un Pepe)

Estar satisfecho después de comer. Tiene connotaciones positivas.

16. Chegar e encher

(Llegar y llenar)

Lograr algo a la primera. Por ejemplo, si vamos con el coche a una playa abarrotada en pleno mes de agosto y aparcamos de inmediato, podríamos decir: “Foi chegar e encher».

17. Ser un miñaxoia

(Ser un «miñaxoia»)

Se aplica la una persona que no tiene maldad ni astucia. Es inocente e ingenua.

Japan GIF - Find & Share on GIPHY

18. Tarde piaches!

(Tarde piaste)

Se lo decimos a una persona que ofrece su opinión, desacuerdo o respuesta a algo cuando ya no tiene sentido porque es demasiado tarde. Podría haberlo dicho antes porque ya no se está a tiempo de hacer cambios.

19. O que ten cu, ten medo

(El que tiene culo, tiene miedo)

No hay nadie que no pase miedo en un momento determinado…
Esta expresión incluso es el título de un tema del grupo musical gallego Siniestro Total.

20. Ser máis listo que un allo

(Ser más listo que un ajo)

Los ajos son todo cabeza. De ahí la alusión a este alimento para referirse a alguien inteligente.

[Fuente: http://www.xenera.com]

Psicografia de “Os demônios” no Brasil

Escrito por MARIANA LINS COSTA*

“Embora sejamos provincianos e por isso, é claro, dignos de pena, sabemos entretanto que

por enquanto ainda não aconteceu no mundo nada de tão novo que nos fizesse chorar”

(Dostoiévski, Os demônios).

É verdade que quando Dostoiévski afirmou que a sua época era a mais literária possível, ele justificou esse seu diagnóstico pela constatação de que a divisão interna e externa que então se via na sociedade era na verdade expressão de uma sede generalizada por convicção moral e direção.[i] Noutras palavras: se a sua época era a mais literária possível, isso se devia também às próprias convicções e direção estarem para ser novamente criadas, o que por sua vez implicava em que já estavam sendo efetivamente criadas, naquele momento mesmo, nas ruas. O que, como não poderia ser diferente, abria caminho para todo tipo de vigarice e vigarista.

“Ainda existem nos jornais muitos vestígios da inesperada falta de firmeza nas convicções, que leva à prática dos atos mais terríveis” – escreveu em carta, na ocasião em que rascunhava Crime e castigo.[ii] Uma falta de firmeza nas convicções que, de um lado, se fazia ver nos próprios fatos relatados nos jornais. E de outro, na forma mesma com que eles, os “fatos”, eram relatados, posto que nem sempre os jornalistas se manteriam fiéis à causa da verdade factual, fosse pela falta de cuidado na verificação das fontes, fosse porque a distorção mesma era o que efetivamente possibilitava uma “boa” história.[iii]

Que a “boa história” pudesse acarretar na destruição de vidas e reputações, tal como os mais atrozes dos fatos relatados, ora, isso era justamente o que se garantia tratar de uma boa história! E o ponto é que foi justamente aí, onde o escritor vislumbrou o “horror real” que então se anunciava na sua época: “A possibilidade de considerar a si mesmo – e algumas vezes ser efetivamente – uma pessoa honrada enquanto comete uma vilania óbvia e inegável”.[iv]

Lido tal paradoxo com as lentes estapafúrdias deste nosso triste ano de 2021, parece deveras surpreendente que Dostoiévski tenha chegado a tais conclusões sem conhecer o Brasil atual. Remetendo-nos a um dos casos mais recentes, o acompanhamento midiático das buscas pelo assassino e estuprador, Lázaro Barbosa, testemunhamos que fatos atrozes moldados em “boas histórias” são capazes não só de transformar um miserável numa espécie de anti-herói digno de Hollywood, como, justamente, por isso, espetacularizar a sua execução – que apesar de ter conseguido furar o cerco da invisibilidade estatística, de outro lado, a cada dia que passa se torna tão banal e pouco memorável quanto um blockbuster. Revelação de uma miséria tão nossa de convicção moral e direção, que faz até pensar com mais benevolência na grotesca declaração do grotesco “Abe” Weintraub de que somente a “pena de morte pode nos devolver a esperança”;[v] benevolência, porque se fosse mesmo o caso de ter de escolher entre um coliseu high-tech estrelado em meio à aula remota das crianças – num tempo em que sequer é mais possível distinguir quem é fera e quem é gladiador – e a assepsia de uma morte indolor, programada e privada, com direito a uma última refeição e um padre ou pastor para arrepender-se dos pecados caso deseje… a verdade é que coisa toda estaria em maus lençóis.

Mas Dostoiévski vai além. Assim, ainda mais surpreendente é que esse magnânimo tenha, já no seu tempo, antevisto que dentre as mais variadas espécimes de vigarista e vigarice, o caos e atrocidade absolutos poderiam ter os caminhos deliberadamente abertos, quando não só os fatos relatados fossem cada vez mais atrozes eles mesmos, mas quando os seus relatos, sob o formato de “boas histórias”, dispusessem dos mecanismos necessários para espraiá-los aos quatro cantos de maneira contraditória suficiente até o ponto de gerar uma descrença e desorientação tão absolutas que se transmutariam em perplexidade, quando não em desespero. Embora as fake news, hoje se apresentem a muitos de nós como uma amarga novidade, os seus métodos já se encontram descritos em Os demônios, há exatos 150 anos. E mais do que seus métodos, lá encontramos também os seus fins: o caos absoluto como preparatório de um regime político de dominação até então inaudito e que, segundo postulado em Os demônios, virá simplesmente por ser “ourivesaria” e “coisa do futuro”.[vi] Quiçá o Brasil seja mesmo o país do futuro! Ainda que num sentido bem outro do vislumbrado por Stefan Zweig que, de todo modo, visto de hoje, como se por vaticínio se suicidou.

Para confirmar o velho ditado apocalíptico “Quem tiver ouvidos para ouvir que ouça”! – é o caso de espiarmos um excerto justamente de Os demônios: “— Até onde pude compreender, […] o senhor mesmo, no início e depois mais de uma vez, desenvolveu […] um quadro da Rússia coberta por uma rede infinita de nós. Por sua vez, cada um dos grupos em ação, ao fazer prosélitos e disseminar-se em seções laterais ao infinito, tem como tarefa desacreditar constantemente, mediante uma propaganda sistemática de denúncias, a importância do poder local, gerar perplexidade nos povoados, engendrar o cinismo e escândalos, a total descrença no que quer que exista, a sede do melhor e, por fim, lançando mão de incêndios como meio predominantemente popular, no momento determinado lançar o país até no desespero em caso de necessidade. São ou não são suas essas palavras que procurei lembrar literalmente? É ou não é seu esse programa de ação, comunicado pelo senhor na qualidade de representante de um tal comitê central, ainda hoje absolutamente desconhecido e quase fantástico para nós?

— Está certo, só que o senhor delonga demais.”[vii]

Não foram poucos os intelectuais e estudiosos, caso de Charles Taylor e Albert Camus, que viram no ideal político prenunciado em Os demônios o que posteriormente veio a se chamar de totalitarismo e nos meios para um tal ideal certa sistematização do que, pouco tempo depois de publicada a obra, veio a ser designado terrorismo. Em Os demônios, testemunhamos a tessitura da relação entre terrorismo e totalitarismo como se passos subsequentes de uma única dança. Como se método e fim. Se o fim não for passível de ser imediatamente atingido não significa que o método não possa causar suficientes estragos, de modo inclusive a abrir caminho para a futura instauração desse fim mesmo.

É surpreendente observar como Dostoiévski estava consciente de que a desestruturação absoluta de uma sociedade era preparatória para o fanatismo e dominação. Conforme ilustrado no excerto acima, as táticas terroristas apresentadas em Os demônios já incluíam além do derramamento de sangue propriamente dito, sobretudo a desestabilização psicológica e social propiciada via a “propaganda sistemática” “por uma rede infinita de nós” com a “tarefa” de “desacreditar constantemente”, como se houvesse aí um esboço da cartilha da guerra híbrida com as suas Opsis, antes mesmo da sua existência.[viii]

E isso quando o escritor vivia numa sociedade czarista e não poderia, segundo os fatos, sequer suspeitar que o terrorismo ao invés de grupos clandestinos de jovens radicais viria a ser levado a cabo pelo próprio Estado – auxiliado quer deliberadamente ou não pelas chamadas big techs – com o fim da ampliação do poder de certos vigaristas até o ponto de tornar necessário reduzir à maioria se não à morte, à condição mais abjeta. É deveras terrível a insistência com que o teórico do totalitarismo do romance ou, segundo as suas palavras, o teórico “da organização social da sociedade do futuro que substituirá a atual”, assegura já não haver mais qualquer outra solução possível para a “fórmula social” – “Ne-nhu-ma!”, soletra.[ix]

Partindo da liberdade ilimitada que todos os vigaristas de todos os tempos buscaram atingir (e não só eles, convenhamos) chegar-se-á, garante-nos, por necessidade lógica, finalmente ao despotismo ilimitado; e se “rebaixar o nível da educação, das ciências e do talento” seria uma das primeiras ações necessárias, a dificuldade real que se lhe apresentava era a de não haver na sua época meios eficazes o suficiente para promover a morte em massa. Afinal, resume um dos seus entusiastas, se “é impossível curar o mundo por mais que tratemos dele”, cortar “cem milhões de cabeça” certamente facilitaria a coisa toda.

Em face de tamanha incurabilidade é que o teórico assegura não estar a propor qualquer infâmia, mas antes “o paraíso terrestre”.[x] Ou ainda, conforme berra aquele que disse saber como dar o primeiro passo para transformar a teoria em plano e ação: “Já sem a ciência há material suficiente para mil anos, mas precisamos organizar a obediência. No mundo só falta uma coisa: obediência”![xi] Sim, sob uma tal perspectiva, o nosso ex-ministro da Educação, a despeito do seu kafta, nem sabe que coisa profunda conseguiu predizer.

Se fosse o caso de não só compreender a vida como literatura, mas interpretá-la à luz da literatura, mesmo uma leitura superficial de Os demônios tornaria difícil, ao vivenciar o governo Bolsonaro, não se juntar às fileiras dos que aclamam Dostoiévski como profeta; uma aclamação que, de todo modo, no nosso caso, implica supor que o grande número do circo dos horrores orquestrado pelo presidente (ou do qual ele é o representante de um quase fantástico partido fardado absolutamente desconhecido para nós) talvez ainda esteja por vir.

Pois, se de um lado, a desestabilização social (acompanhada da morte em massa) tem sido levada a cabo, em múltiplas frentes, com maestria pelo seu governo, recentemente reunido com a CIA,[xii] essa mesma desestabilização é alimentada com ininterruptas ameaças de golpe – como a do dia 19 de março, em que o presidente apresentou ipsi literirs o caminho antevisto em Os demônios ao afirmar que “um terreno fértil para a ditadura é exatamente a miséria, a fome, a pobreza, onde o homem com necessidade perde a razão”.[xiii]

E que Bolsonaro pareça excessivamente tosco ou demasiadamente estúpido para algo como um golpe, talvez um motim, neste nosso país do pós-pré-sal, bem isso também está previsto no romance, na fala daquele que poderia ser compreendido como o seu duplo literário, o personagem Piotr Stiepanovitch Vierkhoviénski: “Pois bem, resolvi em definitivo que o melhor é a gente falar, e precisamente por mediocridade, isto é, muito, muito, muito, apressar-se muito em demonstrar e acabar sempre se enredando em suas próprias demonstrações, de modo que o ouvinte sempre se afaste de você, fique sem saber o que dizer, mas o melhor é que dê de ombros. […] Com licença, depois disso quem vai suspeitar de que você tem intenções misteriosas? Sim, qualquer um deles ficaria ofendido com quem dissesse que eu tenho intenções secretas. Além do mais, às vezes eu faço rir — e isso já é precioso. […] Eles vão me assediar e tornarei a mentir. Todos já me deixaram de lado; “É capaz, dizem, mas caiu da lua”.[xiv]

E eis que, para além dos fatos transmutados em boas histórias, ao olhar para a nossa realidade com as lentes de Os demônios, parece que estamos a nos aproximar do momento determinado em que este nosso país já desesperado será lançado numa outra qualidade de desespero. Pois é confirmado pelo prognóstico oferecido pelo romance que o fenômeno Bolsonaro não se encerrará com a sua tão sonhada derrocada, seja via impeachment ou pela derrota nas próximas eleições. E para o caso de um outro analista político surrealista e mais otimista vir a gritar “Lula presidente em 2022!”, baseando-se para isso, além de nas pesquisas de intenções de voto, inclusive no final mesmo do romance, dado que a cidadezinha em que se passam os terríveis acontecimentos narrados na obra volta aparentemente

, num jantar em Washington: “O Brasil não é um terreno aberto onde nós pretendemos construir coisas para o nosso povo. Nós temos é que desconstruir muita coisa. Desfazer muita coisa. Para depois nós começarmos a fazer. Que eu sirva para que, pelo menos, eu possa ser um ponto de inflexão, já estou muito feliz”[xvii]

*Mariana Lins Costa é pós-doutoranda em Filosofia pela Universidade Federal de Sergipe.

Notas


[i] Dostoiévski apud Moser, C. A. “Dostoevsky and the aesthetics of journalism”. Dostoevsky’s Studies, vol. 3, 1982.

[ii] Dostoiévski apud Frank, J. Dostoiévski: os anos milagrosos, 1865-1871. São Paulo: Edusp, 2003, p. 75.

[iii] Moser, C. A. “Dostoevsky and the aesthetics of journalism”. Dostoevsky’s Studies, vol. 3, 1982.

[iv] Dostoiévski. A writer’s diary. Volume One 1873-1876. Evanston, Illinois: Northwestern University Press, 1994, pp. 286-287.

[v] https://www.correiobraziliense.com.br/politica/2020/08/4871753-weintraub-defende-pena-de-morte—pode-nos-devolver-a-esperanca.html

[vi] Ou como diria Piero Leirner: Reboot. http://www.ihu.unisinos.br/610493-projeto-bolsonaro-e-finito-mas-e-preciso-ficar-atento-aos-militares-entrevista-especial-com-piero-leirner

[vii] Dostoiévski. Os demônios. Trad. Paulo Bezerra. São Paulo: Editora 34, 2004, p. 532-533.

[viii] É inevitável que pensemos aqui sobre quantas “narrativas” giraram – e ainda giram entre smartphones e farmácias –, em torno do fármaco hidroxocloroquina; o que, de outro lado, faz também pensar que para além de Bolsonaro, seus representantes e do follow the money (agora praticamente esquecido com a nova história da Covaxin), não só a Dra. Nise Yamaguchi (até junho deste ano, médica no Hospital Albert Einstein), como parte significativa da significativa classe médica aderiu ativamente (ou autonomamente) à recomendação do “kit”, vide o caso de nada menos do que o Conselho Federal de Medicina. Detalhe que traz alguma perturbação à verdadeiramente inspiradora história da ciência contra o genocídio contada, até outro dia, na CPI da covid, quando as duas coisas na História mesma, a com “H” maiúsculo, digamos assim, de um modo geral, sempre andaram juntas…

(https://www.diariodocentrodomundo.com.br/essencial/cfm-nao-nos-representa-diz-nota-da-rede-de-medicos-populares-e-medicos-pela-democracia/)

[ix] Dostoiévski. Os demônios, p. 391;392.

[x] Idem, p. 395.

[xi] Idem, p. 407.

[xii] https://oglobo.globo.com/mundo/em-visita-ao-brasil-diretor-da-cia-se-encontra-com-ministros-de-bolsonaro-1-25085980

[xiii] https://www.correiobraziliense.com.br/politica/2021/03/4912817-bolsonaro-o-caos-vem-ai–a-fome-vai-tirar-o-pessoal-de-casa.html

[xiv] Dostoiévski. Os demônios, p. 222; 227.

[xv] Idem, p. 649.

[xvi] Idem, p. 392.

[xvii] https://noticias.uol.com.br/colunas/rubens-valente/2020/05/24/reuniao-bolsonaro-governo.htm

[Imagem: Stanislav Kondratiev – fonte: http://www.aterraeredonda.com.br]

 

évoquer devant quelqu’un des défauts pouvant lui être reprochés ; évoquer devant quelqu’un des sujets pouvant réveiller des souvenirs pénibles

Origine et définition

Vous viendrait-il à l’idée de proposer à table du lapin à la moutarde à l’enfant qui vient juste de perdre son lapin nain, d’évoquer la superbe maison que vous venez de vous faire construire avec celui qui vient de perdre la sienne dans un tremblement de terre ou de critiquer la corruption devant un politicien véreux duquel vous attendez des faveurs ? Probablement pas, car ce serait un manque de tact ou une maladresse insigne (à moins qu’il n’y ait volonté manifeste de blesser).
De la même manière, il serait fort inconvenant d’évoquer les nœuds marins et les surtout cordes nécessaires pour les réaliser[1] avec la veuve d’un homme fraîchement pendu, sauf éventuellement si celle-ci vouait une haine féroce à son conjoint.

Les deux sens de cette métaphore devenue proverbe sous la forme « il ne faut pas parler de corde dans la maison d’un pendu » sont ainsi assez évidents.
Cette expression semble dater du début du XVIIe siècle. On la trouve en 1623 dans la version française du Don Quichotte de Cervantès et elle n’apparaît dans le Dictionnaire de l’Académie française qu’en 1694.

[1] Oui, je sais, on ne parle pas de corde à bord d’un bateau, là où l’on trouve des marins et des nœuds, sauf pour celle qui permet de faire sonner la cloche.

Exemples

« (…) je baissai la voix pour dire que je comptais un jour gagner la Grande-Bretagne, car j’étais pilote militaire. C’est alors que la femme de mon hôte éclata en sanglots ; François Lecot ne put retenir ses larmes. Je sentis que j’avais parlé de corde dans la maison d’un pendu. »
Bernard Citroën – La conjuration de Javel – 1996

Comment dit-on ailleurs ?

Langue

Expression équivalente

Traduction littérale

Anglais mention not a halter in the house of him that was hanged

ne parlez point de licou dans la maison d’un pendu

Anglais (USA)

to mention rope in the house of one recently hanged

parler de corde dans la maison d’un homme récemment pendu

Anglais to bring up a sore point réveiller un point douloureux
Espagnol (Argentine)

comer pan delante del que no tiene dientes

manger du pain devant celui qui n’a pas de dents

Espagnol (Argentine)

contar dinero delante de los pobres

compter de l’argent à la face des pauvres

Espagnol (Espagne)

en casa del ahorcado no se mienta la soga

chez le pendu on ne mentionne pas la corde

Espagnol (Espagne)

mencionar la horca en casa del ahorcado

mentionner la corde chez le pendu
Espagnol (Espagne) poner el dedo en la llaga mettre le doigt dans la plaie
Français (Canada) variante similaire

on ne parle pas de corde dans la maison d’un pendu

Gaélique écossais

dinna speak o’ a raip to a chiel whose faither was hanged

ne parlez point de corde à un enfant dont le père fut pendu

Italien

parlare di corda in casa dell’impiccato

parler de corde dans la maison du pendu

Néerlandais (Belgique)

in het huis van de gehangene spreekt men niet van de strop

ne pas parler de corde dans la maison d’un pendu

Néerlandais

in het huis van een gehangene spreekt men niet over de strop

dans la maison d’un pendu on ne parle pas de corde

Néerlandais een pijnlijk onderwerp aanroeren

faire allusion à un sujet douloureux

Néerlandais zout in de wond wrijven remuer le couteau dans la plaie
Néerlandais zich ondiplomatiek uitdrukken

s’exprimer de façon peu diplomatique

Néerlandais

een vinger op de zere plek leggen

mettre le doigt sur le point sensible (la plaie)

Polonais

w domu wisielca nie mówi sie o sznurze

dans la maison d’un pendu on ne parle pas de corde

Portugais (Brésil)

falar de corda em casa de enforcado

parler de corde dans la maison d’un pendu

Portugais (Portugal)

não se fala em corda em casa de enforcado

parler de corde dans la maison d’un pendu

Roumain a pune degetul pe rana mettre le doigt dans la plaie
Roumain

a vorbi de funie în casa spânzuratului

parler de corde dans la maison du pendu
Suédois tala om rep i hängd mans hus

parler de corde dans la maison d’un pendu

Ajouter une traduction

Si vous souhaitez savoir comment on dit « parler de corde dans la maison d’un pendu » en anglais, en espagnol, en portugais, en italien ou en allemandcliquez ici.

Ci-dessus vous trouverez des propositions de traduction soumises par notre communauté d’utilisateurs et non vérifiées par notre équipe. En étant enregistré, vous pourrez également en ajouter vous-même. En cas d’erreur, signalez-les nous dans le formulaire de contact.

 

[Source : www.expressio.fr]

%d blogueurs aiment cette page :