La felicidad ha sido tal vez el modo occidental de discutir sobre lo que hoy se llama “el buen vivir” o “el vivir sabroso”. Es decir, de discutir sobre la definición misma de la buena vida

Escrito por Amador Fernández-Savater 

“Pueblos felices no tienen Historia”

La felicidad tiene hoy muy mala prensa para el pensamiento crítico. Se considera una ilusión, otro mandato obligatorio más, un sueño tramposo de clase media.

Publico en Facebook una cita de Pasolini a favor de la felicidad y alguien responde de inmediato: “¡Pasolini capacitista!”. La felicidad cancelada.

Sin embargo, la relación entre felicidad y revolución ha sido muy estrecha hasta hace poco. La una ligaba su destino a la otra, como venía a decir precisamente Pasolini en la cita contestada.

La felicidad ha sido tal vez el modo europeo y occidental de discutir sobre lo que hoy, en la América Latina más influida por las tradiciones indígenas, se llama “el buen vivir” o “el vivir sabroso” (en hermosas palabras de Francia Márquez). Es decir, de discutir sobre la definición misma de la buena vida.

Los grupos subalternos tenían sus propias imágenes de felicidad, desde las que disputaban con la concepción hegemónica. Imágenes no solo de futuro, de una felicidad posible luego o más tarde, sino aquí y ahora, relativa a experiencias vividas en el presente.

¿Acaso se agotó ese potencial? ¿Es ya solo la idea de felicidad algo que desmontar, denunciar y deconstruir? ¿No existen imágenes de plenitud y dicha por fuera de las concepciones hegemónicas? ¿Se apagaron definitivamente las chispas de felicidad subversiva?

Felicidad y revolución 

El primer nexo entre felicidad y revolución lo encontramos nítido en los discursos públicos –Robespierre, Saint-Just o Babeuf– durante la Revolución Francesa.

Si el ser humano es esclavo y desgraciado no se debe a ninguna fatalidad inscrita en marcas de nacimiento, sino a la “corrupción del poder”

“El ser humano ha nacido para la felicidad y la libertad, por todas partes es esclavo y desgraciado”, afirma Robespierre. Si el ser humano es esclavo y desgraciado no se debe a ninguna fatalidad inscrita en marcas de nacimiento, sino a la “corrupción del poder”. Al poder mismo como corrupción.

¿Corrupción de qué? Del “estado de naturaleza” conforme al cual se debería legislar para devolver al pueblo la libertad, la virtud y la felicidad. Contra la promesa compensatoria de una felicidad solamente posible en el otro mundo, la revolución difunde por todos lados la idea de una felicidad terrestre y accesible a todos.

“La felicidad es una idea nueva en Europa”, escribe Saint-Just como colofón a un texto-decreto sobre la confiscación de bienes a los enemigos de la revolución y la indemnización de los indigentes. La felicidad es posible y su herramienta es la política.

“Pertenece a las grandes asambleas crear la felicidad común”. Una legislación revolucionaria según el estado de naturaleza puede hacer efectiva esa aspiración humana, disolviendo las desigualdades sociales y promoviendo los derechos necesarios a la asistencia, al trabajo, la instrucción. Es la idea del Estado social natural.

Los jacobinos apuestan por la revolución permanente “mientras quede un solo pobre o un desgraciado sobre la tierra”, pero el proceso se cierra el año II con la reacción de Termidor. “La revolución se ha congelado” constata entonces Saint-Just antes de enmudecer para siempre.

El fracaso de las revoluciones comunistas del siglo XX 

En los años 70 del siglo XX, el filósofo alemán Herbert Marcuse reflexiona junto a Jürgen Habermas y otros sobre su propia trayectoria política e intelectual. Todo comenzó con un fracaso, dice, la derrota de la revolución espartaquista de 1918-19 en Alemania.

La derrota de 1918-19 anticipa otro fracaso: el de las revoluciones comunistas victoriosas del siglo XX

“Yo formé parte en la última concentración de masas en la que habló Rosa Luxemburgo; yo estaba en Berlín cuando Karl Liebknecht y ella fueron asesinados. Lo que quería comprender era cómo, con la presencia de unas masas auténticamente revolucionarias, pudo ser derrotada la revolución. ¿Por qué el potencial revolucionario de entonces, históricamente fuera de lo común, no solo no se utilizó, sino que se echó a perder por décadas? ¿Por qué fue directamente inutilizado? Significativamente empecé estudiando a Freud”.

La derrota de 1918-19 anticipa otro fracaso: el de las revoluciones comunistas victoriosas del siglo XX. También en ellas el potencial revolucionario de masas queda inutilizado, y el sueño colectivo de libertad y felicidad se convierte en una pesadilla de terror y esclavitud. ¿Cómo es posible?

Lo que piensa Marcuse es que las revoluciones no solo son derrotadas por fuerzas exteriores, como la represión o la cooptación de los revolucionarios, sino también por dinámicas interiores, inconscientes. Al Termidor histórico-social se le añade un “Termidor psíquico” en cuyo misterio hay que penetrar para comprender algo de la maldición de las contrarrevoluciones.

Las revoluciones comunistas del siglo XX retoman sin cuestionar el imaginario del progreso: despliegue de las fuerzas productivas, dominio de la naturaleza y la fabricación de bienes de consumo. El socialismo se define como la redistribución igualitaria del progreso industrial, lo que Lenin resume en su famosa fórmula: “el comunismo son los soviets más la electricidad”.

El problema, dice Marcuse, es que ese imaginario presupone ya un tipo de cuerpo. Solo el cuerpo reprimido e insatisfecho, que ha aprendido a posponer el placer y a sublimar en ideales futuros, es capaz de empujar el progreso infinito cuantitativo. Solo ese tipo de cuerpo puede experimentar la vida como trabajo sin disfrute en función de la productividad y su promesa de porvenir.

¿Cómo se “educa” ese cuerpo? Por supuesto a partir de todo tipo de violencias exteriores: las conocemos bien gracias a los trabajos de Marx, Foucault o Silvia Federici. Pero no solo. Lo que Freud le permite a Marcuse es pensar la “interiorización del poder” a través del hecho cultural mismo.

El acceso a la cultura y el lenguaje impone a cada ser humano el sacrificio del cuerpo pulsional en favor del principio de realidad. El delegado del principio de realidad en el interior de cada uno de nosotros se llama superyó. Ese vigilante interno, que tomamos como voz de la conciencia moral, trabaja por el mantenimiento del orden con las armas más eficaces que existen: el sentimiento de culpa y deuda, la angustia ante la más mínima transgresión, el deseo de castigo como redención.

En esa estructura (ontológica) arraigan luego los distintos poderes histórico-sociales.

El acceso a la cultura nos predispone más bien a la alienación y la infelicidad

En el caso del principio de realidad capitalista, el mandato que vehicula el superyó es primero la renuncia pulsional a favor de la productividad. La pulsión amorosa (Eros) quedará reducida a la sexualidad genital-reproductiva. Y la pulsión destructiva (Tánatos) se instrumentalizará contra “los enemigos del progreso” tanto externos como internos: las pasiones inútiles, las inclinaciones al vagabundeo y la pereza, todo lo que se resiste a sacrificar la felicidad del presente a la productividad.

Ahora podemos entender mejor el fracaso de las revoluciones comunistas del siglo XX: al copiar tal cual el imaginario burgués del progreso, queriendo simplemente ponerlo al servicio de otras finalidades, reprodujeron el mismo “tipo humano”, el cuerpo de la renuncia pulsional y la sublimación a futuro, el cuerpo siempre insatisfecho e infeliz.

Ese cuerpo se encarna en la subjetividad que concibe la revolución como “trabajo”, la militancia como “sacrificio”, el tiempo como “espera” y el comunismo como sociedad de la productividad total. La lucha por el socialismo –y luego el socialismo mismo– se objetiva y reifica. El potencial pulsional y creativo de las masas queda inutilizado. La revolución es vencida desde dentro.

La liberación de Eros

No hemos nacido, contra Robespierre, para la libertad y la felicidad. El acceso a la cultura nos predispone más bien a la alienación y la infelicidad. La revolución política no alcanza, piensa Marcuse, es precisa una revolución cultural. Un cambio radical en la estructura de las necesidades pulsionales, invariante y a la vez abierta a la modificación histórica.

La liberación de Eros es en primer lugar una protesta: contra el mundo de la productividad autopropulsada

Esta revolución cultural consiste en reactivar las fuerzas eróticas reprimidas. La liberación como felicidad. ¿Qué es Eros? El impulso a proteger, enriquecer y embellecer la vida, el instinto de cooperación, la energía capaz de componer colectivos basados en una solidaridad sentida (y no solo obligada), la única fuerza capaz de frenar la destrucción.

La liberación de Eros es en primer lugar una protesta: contra el mundo de la productividad autopropulsada, de la agresividad permanente y la instrumentalización de todo. Sin ese filo negativo, sin esa potencia de rechazo, Eros corre el peligro de ser reducido a mera compensación tolerada.

Y es también una afirmación. La aparición de un nuevo tipo de vínculo entre los seres, las cosas y el mundo. Un vínculo sensible y afectivo capaz de cuidar cada cosa viviente como una potencia singular, como un sujeto y no como un objeto. Una nueva sublimación de la energía libidinal, ya no represiva o compensatoria, sino creadora.

La fuerza de Eros, anticipada y reservada antes al campo de la estética, debe ahora impregnar la vida entera: organizar el trabajo, orientar la construcción de entornos habitables, determinar las relaciones con la naturaleza, empapar los espacios educativos.

Esta liberación implica otra temporalidad, ya no el tiempo de la espera infinita, sino el de los procesos que llevan la recompensa en sí mismos. El tiempo de maduración, crecimiento y despliegue de lo que ya está ahí, como semilla y potencia. El tiempo del proceso y no del progreso.

Implica otro cuerpo, ya no el del militante siempre insatisfecho y en guerra contra el mundo, sin nada que perder excepto sus cadenas, sino un cuerpo que extrae su fuerza de los mil vínculos amorosos que le amarran ya al mundo: las formas de vida deseables, los territorios que habitamos, los recuerdos e historias que nos constituyen.

Implica, en definitiva, una nueva concepción de la revolución, como mutación antropológica, cambio de piel y aparición de una nueva sensibilidad. Esta nueva concepción, reclamada teóricamente por Marcuse desde los años cincuenta, se concretará prácticamente en los movimientos de los años 60: los estudiantes pacifistas contra la guerra de Vietnam, el feminismo y el primer ecologismo, las luchas anticoloniales y raciales. Los distintos actores de lo que Marcuse llamó el Gran Rechazo.

El mandato de rendimiento 

El Gran Rechazo no logra tumbar al capitalismo, pero le obliga a una reorganización general como respuesta. Es lo que se conoce como pasaje entre fordismo y posfordismo, o sociedad industrial y neoliberalismo; e implica también un cambio profundo en el nivel psíquico y subjetivo que es lo que nos interesa ahora.

El sujeto industrial se transforma en el sujeto de rendimiento de nuestros días. No definido ya por la renuncia pulsional, sino por la implicación total en la guerra económica: entrega, motivación, participación. No ya por la obediencia y el conformismo, sino por el desarraigo y la autosuperación constante. No ya por el ascetismo puritano, el ahorro o la moderación, sino por el exceso: hiperactividad, hiperexpresividad, hiperestimulación.

La acumulación como característica principal del capitalismo pasa adentro, convirtiéndose en modalidad subjetiva y modo de vida. Más allá del propio trabajo incluso, afectando a toda la existencia.

El nuevo mandato superyoico dicta: “debes aprovechar siempre, sacar el máximo partido a cada situación”. La energía amorosa de Eros queda sometida bajo todas las formas de la hipersexualización. La energía destructiva de Tánatos es instrumentalizada para la competencia general y la guerra de todos contra todos.

¿Y el malestar? ¿Cómo es el sufrimiento psíquico en esta época de rendimiento obligatorio?

Somos nosotros mismos quienes aceleramos la rueda del hámster, quienes exigimos un resultado inmediato a todos y a todo

Es la sensación constante de que el tiempo se acelera, de que “no llego” o “no me da la vida”. La sensación de estar siempre en falta, siempre en déficit, de no ser lo suficiente, no hacer lo suficiente, de no tener lo suficiente. La dificultad experimentada en la relación con el otro, siempre rival y nunca cómplice, un constante medirse atravesado de envidias y frustraciones, una demanda asfixiante.

Si Freud ofrecía a Marcuse un esquema para pensar la interiorización del poder, el psicoanalista Jacques Lacan añade posteriormente un elemento más, bien inquietante: el mandato superyoico se goza. Somos nosotros mismos quienes aceleramos la rueda del hámster, quienes entramos en la competencia con el otro, quienes exigimos un resultado inmediato a todos y a todo.

Hay en todo ello un goce, una satisfacción en la insatisfacción, un cierto enganche afectivo, una suerte de adicción. La queja en el fondo no quiere cambiar nada, la víctima se complace en su posición.

Sin pensar a fondo en todas estas cuestiones, sin entrar en serio en el “nido de víboras” de la subjetividad, las apelaciones a la transformación social se quedan en un mero discurso, un cadáver en la boca, la preparación de un nuevo Termidor psíquico.

La felicidad del desertor 

¿Y entonces, hoy, la felicidad? No por supuesto la felicidad obligatoria del mandato de rendimiento (“¡sé feliz, goza!”), sino la felicidad de deshacer precisamente todos los mandatos, la felicidad que subvierte, la felicidad de Eros.

Ensayemos un poco, sin negar otras líneas de interpretación posibles, ni tenerlas todas consigo.

Hoy están los que abandonan el puesto de trabajo, los que rechazan el consumo como relación privilegiada con el mundo, los que dan la espalda a la política y los medios de comunicación, los que se van, los que se desaparecen. Gran Dimisión, decrecimiento, éxodo de las ciudades, nuevos comunalismos, mil tentativas de desconexión y ralentización de la vida, desafección libidinal.

El telón de fondo de la época, al menos en el Norte global, es este vasto movimiento de retirada de los mecanismos ansiógenos. A veces en solitario y otras en colectivo, a veces cambiando de lugar y a veces sin moverse del sitio, a veces con discurso y otras solo por instinto.

No se trata exactamente de luchas o movimientos sociales, sino de una especie de desplazamiento de placas tectónicas, en el que nuevas luchas y movimientos podrían surgir. Pienso por ejemplo en la actual des-identificación general con respecto al trabajo, considerado durante décadas como la fuente principal de la autorrealización y la felicidad. No se puede pasar del trabajo, porque es dinero y renta, pero se toma distancia.

Franco Berardi (Bifo) propone la imagen de la deserción para pensar este movimiento de retirada. La deserción va más allá de la simple desconexión momentánea: una baja por enfermedad, una escapada, un verano. Porque implica precisamente un gesto de dimisión: de sustracción y desasimiento del nudo que nos tenía asidos, de elaboración de la trampa en la que estamos cogidos, de apertura a nuevos ritmos y respiraciones.

La deserción implica una ruptura subjetiva. Un corte con el goce del rendimiento. Una pérdida de ciertas seguridades a las que nos aferrábamos y el atravesamiento de esa angustia.

El loser es la figura más devaluada en el neoliberalismo, el espantajo con el que se nos asusta y normaliza

Atrevernos a perder. Esa es la prohibición por excelencia bajo el imperativo de rendimiento: perder el tiempo y no hacerlo rendir, perder el rostro en la disputa por la visibilidad, perder posiciones en la guerra económica. El famoso síndrome FOMO (fear of missing out), el miedo constante a estar perdiéndose algo, expresa esta terrible ansiedad.

El perdedor (el loser) es la figura más devaluada en el neoliberalismo, el espantajo con el que se nos asusta y normaliza. Pero solo atreviéndonos a perder podemos debilitar ese mandato superyoico que nos mortifica. Perder, como dice Jorge Alemán, sin identificarnos con lo perdido, sin melancolía.

Se pierde, también, por amor. Como ha ocurrido en la historia excepcional del “Loco” Pérez, el jugador que renunció a un contrato de dos millones de euros y bajó a Tercera División por su amor de infancia a La Coruña. Perder como una forma de dar y de darse sin cálculo, en fidelidad con lo que sostiene verdaderamente la vida.

Perder, no para después mejor ganar, como dicen tanto los deportistas de élite y los empresarios flipados, sino para aprender a vivir a pérdida, en el sentido de que el deseo –a diferencia del goce– no acumula, se desvía todo el tiempo, tiene mareas altas y bajas, se disipa, construye laberintos sin salida.

La felicidad del desertor pasaría por este abandono de la obligación-goce de rendir, de acumular, de controlar

La felicidad del desertor pasaría por este abandono de la obligación-goce de rendir, de acumular, de controlar. ¿Puede esta deserción tornarse movimiento colectivo, estratégico, organizado? Un movimiento de ingenieros, técnicos e investigadores franceses, unidos en su rechazo a “robotizar, mecanizar, optimizar, acelerar y deshumanizar el mundo”, se han bautizado recientemente con el nombre de “los desertores felices” y llaman a pasar a una gran dimisión constructiva, creativa, ofensiva.

Marcuse habla en algún lugar de la “felicidad sin mérito”. No la que se alcanza con esfuerzo, la que se adquiere o se conquista, la que es un premio o se decreta, sino la que puede irrumpir, sin garantías y de improviso, precisamente si nos atrevemos a perder.

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Referencias: 

Filosofía radical: conversaciones con Herbert Marcuse, Jürgen Habermas y otros, Gedisa (2018).

“La idea del progreso a la luz del psicoanálisis”, Herbert Marcuse (1969).

La nueva razón del mundo, Pierre Dardot y Christian Laval, Gedisa (2013).

 

 

[Ilustración: Acacio Puig – fuente: http://www.ctxt.es]

El 27 de mayo, Henry Kissinger cumple un siglo de vida, cuando se cumple medio siglo de algunos de los crímenes más infames en distintas partes del mundo, los cuales llevan su firma. Momento para recordar algunos de los impresionantes logros de una mente psicópata.

Escrito por Jorge Majfud

Kissinger no inventó nada en materia de manipulación mediática y de masacres preventivas en nombre de la libertad y en procura de más poder. No lo distingue nada de otros psicópatas que actuaron en el siglo XIX y antes de la Guerra Fría, sino su longevidad. De hecho, repitió hasta el hastío, por todo el mundo, el modelo aplicado a Guatemala en 1954.

En su penúltimo mensaje radial, Árbenz había declarado: “Nuestro único delito ha sido el darnos nuestras propias leyes; nuestro crimen ha sido el aplicarlas a la United Fruit… No es verdad que los comunistas están tomando el poder en nuestro gobierno… No hemos impuesto ningún régimen del terror; por el contrario, los amigos guatemaltecos del Sr. John Foster Dulles son quienes desean imponer el terror entre los guatemaltecos atacando a niños y mujeres desde aviones piratas”.

Cuando Guatemala solicitó una comisión investigadora de la ONU, el embajador de Estados Unidos, Henry Cabot Lodge, vetó la resolución. La CIA continuó bombardeando por tres días los abastecimientos de petróleo y arrojando bombas NTN sobre Chiquimula, Gavilán y Zacapa. El 27 de junio, Árbenz leyó su último mensaje por la radio pública: “Les digo adiós, amigos míos, con amargo dolor, pero manteniendo firme mis convicciones. Cuiden lo que tanto ha costado. Diez años de lucha, de lágrimas, de sacrificios y de conquistas democráticas ”.

Estas palabras de despedida de Árbenz se repetirán casi veinte años después cuando en Chile, 1973, Salvador Allende deba hacer lo mismo. De la misma forma, la declaración de inocencia de los secretarios John Foster Dulles en 1954 y la de Henry Kissinger en 1973 se repetirán como si fuesen escritas en papel calco, como otra prueba de la paranoia sistemática de quienes necesitan controlar el mundo.

También como lo hizo Kissinger horas después del golpe de Estado en Chile en 1973, en 1954 el secretario de Estado, John Foster Dulles, informó que “el Departamento de Estado no tiene ni el más mínimo indicio de que se haya tratado de otra cosa que de una rebelión de los guatemaltecos contra su gobierno”. Una vez consumado el golpe, el mismo Dulles, el fanático religioso que se guiaba por la rectitud moral de las Escrituras, después de organizar el complot en base a repetidas mentiras, anunció en cadena de radio: “El gobierno de Guatemala y sus agentes comunistas de todo el mundo han insistido en oscurecer la verdad —la del imperialismo comunista— denunciando que el interés de Estados Unidos era proteger los intereses económicos de las empresas estadounidenses… Liderados por el coronel Castillo Armas, el pueblo guatemalteco ha decidido derrocar al gobierno comunista. Ha sido un asunto interno de los guatemaltecos”.

Con el golpe de Estado de 1954, la UFCo no solo recuperó sus tierras nacionalizadas sino que se privatizaron varias áreas de propiedad pública. Los generales del ejército participantes del golpe también recibieron tierras, una especie de reforma agraria inversa. Washington invirtió millones de dólares en Guatemala bajo dictadura para demostrarle al mundo la eficacia de la obediencia a la que llamará, por alguna misteriosa razón, democracia.

Miles de campesinos que se negaron a abandonar las tierras otorgadas por Árbenz fueron desplazados por la fuerza o, simplemente, ejecutados. Otros 200.000 guatemaltecos serán asesinados o masacrados por las dictaduras militares que seguirán hasta los años 90. El presidente Ronald Reagan las llamará “dictaduras amigas” y las pondrá como modelos de libertad y democracia.

El 11 de mayo de 1967, Richard Nixon repitió su tour latinoamericano de una década atrás. Esta vez no encontró ni críticas, ni manifestaciones de estudiantes ni escupitajos como en 1958. Claro, tampoco tantas democracias. Desde el golpe contra Rómulo Gallegos en Venezuela en 1948, América latina perdió una decena de democracias, gracias a la ayuda económica, estratégica y moral de Washington.

Al día siguiente, el New York Times reprodujo un cable de UPI con las declaraciones de Nixon en Buenos Aires: el general Onganía “es uno de los mejores líderes que conocí en mi vida”. Al igual que su amigo Henry Kissinger, sabe y dice la verdad: nada importante ocurre en América del sur o a nadie en el norte debe importarle.

El 8 de setiembre de 1970, en una reunión secreta de la Comisión 40 para impedir que Allende asuma como presidente electo en Chile, se encontraban presentes el asesor de Seguridad Nacional, Henry Kissinger, el fiscal general John Newton Mitchell y el director de la CIA, Richard Helms, entre otros. Según Henry Kissinger, Allende, como Árbenz en Guatemala dos décadas atrás, era un peligro mayor que Fidel Castro por haber llegado a la presidencia a través del voto, lo cual serviría no solo como ejemplo para otros países de la región sino, incluso, para Europa, como era el caso inminente de Italia.

El 12 de setiembre, Kissinger le comunicó a Richard Helms la decisión de impedir que Allende tome posesión del cargo a cualquier precio. Más tarde, con su arrogancia clásica, confirmó la filosofía fundacional del proyecto: “No veo por qué razón deberíamos limitarnos a ver cómo un país se convierte en comunista por la irresponsabilidad de su propia gente”. El director de la CIA, Richard Helms, le escribió a Kissinger con la solución, por cierto, nada creativa: “Un repentino desastre económico será el pretexto lógico para justificar una acción militar”.

Tres días después, el martes 15, en reunión secreta con Kissinger, Helms tomó nota de las palabras del presidente Nixon. Con letra apurada, escribió en forma de verso: “Cualquier gasto vale la pena / ningún riesgo que pueda preocuparnos / mantener la embajada por fuera / diez millones de dólares o más, si es necesario / haremos que la economía chilena grite de dolor”. El 25 de noviembre, Henry Kissinger le envió un memorándum al presidente Nixon para la actuación en Chile con el título “Acción encubierta en Chile”, en el cual resume la estrategia a seguir:

1) Fracturar la coalición de Allende;

2) Mantener y extender los contactos con el ejército chileno;

3) Proveer de ayuda a los grupos no marxistas;

4) Darle visibilidad a los diarios y los medios contrarios a Allende;

5) Apoyar a los medios como [censurado] para que inventen que Cuba y los soviéticos están detrás de su gobierno.

El Comité ha aprobado las medidas de actuación de la CIA y el presupuesto necesario”.

Nixon reemplazó al embajador Korry por Nathaniel Davis y al director de la CIA, Richard Helms, por James Schlesinger, en procura de una mayor agresividad en la ejecución del plan. La CIA canalizó millones de dólares, esta vez no para los políticos amigos sino para crear rabia e insatisfacción popular contra el gobierno que apenas había asumido y para torcer el ejército chileno en contra del orden constitucional, alegando razones morales y patrióticas. El Plan B funcionó a la perfección. La estrategia fue efectiva: continuar la guerra económica y psicológica antes de la solución final. El 21 de setiembre, el embajador Edward Korry le envió a Kissinger un reporte oficial : “No permitiremos que ni una tuerca ni un tornillo llegue a Chile mientras Allende sea presidente. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para condenar a Chile y a todos los chilenos a la mayor miseria que sea posible”.

Para facilitar el plan, Kissinger solicitó colaboración a su viejo amigo, David Rockefeller, director general del banco de la familia, el Chase Manhattan Bank (luego JPMorgan Chase), y uno de los principales bancos en Chile. Nixon cortó los créditos de aquel país, pero no las ayudas millonarias a la oposición. El gerente de ITT en Chile, John McCone (exdirector de la CIA, dueño del 70 por ciento de las telefónicas en ese país y distinguido en 1987 por Ronald Reagan con la Medalla Presidencial de la Libertad) ya había informado de su disposición de poner un millón de dólares para desestabilizar a Allende. Su primera donación había sido de 350.000 dólares para la campaña política del rival de Allende, Jorge Alessandri, la cual había sido igualada por múltiples donaciones de otras grandes corporaciones estadounidenses en Chile.

Aunque el 3 de julio de 1972 el New York Times había publicado el informe de uno de sus enviados identificado como Mr. Merriam filtrando los sobornos de ITT en Chile, ni a Nixon ni a Kissinger les importó, como alguna vez les importó a sus predecesores. Años antes, el Pentágono había financiado y organizado diferentes infiltraciones en la academia sudamericana con programas como el Proyecto Camelot en Chile, el que debió ser suspendido por el secretario de Defensa de entonces, Robert McNamara, el 8 de julio de 1965, “debido a la mala publicidad de la que ha sido objeto”.

En Washington, Henry Kissinger dio una conferencia de prensa y, como copia del discurso exculpatorio del secretario de Estado, John Foster Dulles, luego de destruir la democracia en Guatemala en 1954 negó cualquier participación del gobierno de Estados Unidos en el golpe militar de Chile. Kissinger sigue, letra por letra, el manual de la CIA que, por décadas, exige que todo lo que sea hecho debe ser hecho “permitiendo una negación plausible” y, bajo cualquier circunstancia, “nunca se debe admitir alguna participación en ningún hecho, aunque todas las pruebas indiquen lo contrario”.

El 6 de julio de 1971, Kissinger informó al mismo comité de que la Casa Blanca le había encomendado eliminar al nuevo gobierno de Bolivia, liderado por un militar con tendencias izquierdistas llamado Juan José Torres. Kissinger considera que la nueva Asamblea del Pueblo donde obreros, mineros, campesinos y universitarios participan por igual es una de las mayores amenazas inspiradas por los soviéticos, por lo cual era necesario ayudar a la oposición con dinero y propaganda. En el comité se concluye que antes “teníamos un líder a quien apoyar [general René Barrientos] y ahora tenemos un auto en marcha y estamos en la búsqueda del conductor”.

Casi al mismo tiempo, el secretario ejecutivo del Departamento de Estado, Theodore Eliot, comunicaba de forma confidencial que Washington estaba preocupado por la posibilidad de que el nuevo partido de izquierda, el Frente Amplio, pudiera ganar la intendencia de Montevideo y no quería un nuevo Allende, aunque fuera en una alcaldía. Echando recurso a una estrategia más indirecta que la usada en Chile, Washington intervino en el proceso electoral, como lo había hecho a lo largo de las décadas anteriores, propagando información conveniente, plantando editoriales en “diarios prestigiosos” e infiltrando las fuerzas de represión locales. Aunque lejos de la violencia desatada por generaciones en las repúblicas tropicales, en Uruguay también se contaba con la excusa perfecta del combate a un grupo subversivo llamado Tupamaros, surgido años después de la intervención de la CIA en uno de los países más independientes y democráticos del continente. El memorándum a Henry Kissinger informaba sobre las buenas posibilidades de su candidato preferido, Juan María Bordaberry, aunque también advertía que en Uruguay “el fenómeno de los Tupamaros es básicamente una revolución de la clase media en contra de un sistema que no ofrece oportunidades de participación”.

Para las cruciales elecciones de 1971, Washington y Brasilia ya se habían encargado de que el Frente Amplio obtenga una mala votación y que el Partido Blanco (el partido de Nardone, ayudado por la CIA una década atrás, pero ahora posicionado unos pasos hacia la izquierda con su candidato Wilson Ferreira Aldunate) pierda las elecciones. Luego de meses de recuento y de denuncias de fraude, el candidato del Partido Colorado, ahora en manos de la derecha militarista, resultará vencedor. Juan María Bordaberry obtendrá unos pocos miles de votos más que Wilson Ferreira y se encargará de entregar el país a la dictadura militar dos meses antes del golpe en Chile. Este mismo año, en la Casa Blanca, Richard Nixon, Henry Kissinger, Vernon Walters y otros funcionarios de Washington le agradecen personalmente al dictador brasileño Emílio Garrastazu Médici por su intervención en las elecciones en Uruguay, por su liderazgo en la represión de los movimientos sociales de América Latina y por el bloqueo de Cuba como miembro de la OEA.

También de forma simultánea, entre 1969 y 1973, caían sobre Camboya más bombas (500.000 toneladas) que las que cayeron sobre Alemania y Japón durante la Segunda Guerra. Lo mismo les ocurrió a Corea del Norte y a Laos. En 1972, el presidente Nixon preguntó: “¿Cuántos matamos en Laos?”, a lo que su secretario de Estado, Ron Ziegler, contestó: “Como unos diez mil, o tal vez quince mil”. Henry Kissinger agregó: “En Laos también matamos unos diez mil, tal vez quince mil”. En realidad, estas cifras son apenas la sombra del genocidio perpetrado en la región.

Luego de que la Comisión Church del Senado revelara varias operaciones de la CIA, como la manipulación de la prensa y la cultura en decenas de países, el apoyo con dinero y  logística a políticos obedientes en múltiples elecciones, la organización de golpes de Estado y el asesinato de líderes populares por todo el mundo, Henry Kissinger propuso radicalizar las medidas que impidieron futuras acusaciones bajo nuevos estándares de “secreto incondicional”. Las estrategias fueron y son infinitas. Según el National Security Archive, el mismo Kissinger había filtrado documentos secretos por lo cual se intentaba castigar a las comisiones investigadoras y, según uno de los periodistas que destaparon el escándalo que terminó con la renuncia de Nixon, Carl Bernstein, la misma comisión Church omitió información más comprometedora.

En 1976, Henry Kissinger llegó a Santiago y le entregó al general Pinochet el discurso que pensaba leer al día siguiente, asegurándole que no habría ninguna mención a los derechos humanos referidos a Chile sino a los regímenes comunistas. “Usted es una víctima de la izquierda internacional”, dice el poderoso Kissinger, como forma de consuelo. Luego agrega: “Queremos ayudarlo. Usted ha hecho un gran servicio a Occidente derrocando a Allende”. Chile fue el primer laboratorio del neoliberalismo diseñado por Friedrich von Hayek y Milton Friedman y, como siempre, impuesto a fuerza de sangre y acoso.

Poco después Kissinger aterrizó en Argentina para ayudar a otro de sus regímenes favoritos. Aunque la Junta Militar justificaba el golpe en la violencia de los grupos subversivos de izquierda, los registros de la Embajada de Estados Unidos muestran que la violencia del terrorismo paramilitar era muy superior. Solo durante el primer año del gobierno de Isabel Perón, los asesinatos de la Alianza Anticomunista Argentina (la Triple A creada por José López Rega, la mano derecha de la presidenta) sumaron 503 víctimas, más que todas las víctimas de los atentados de los grupos de izquierda. El mismo embajador Robert Charles Hill, el 24 de marzo de 1975 había reportado al secretario de Estado, Henry Kissinger, sobre 25 ejecuciones políticas en solo 48 horas, de las cuales dos tercios eran víctimas del paramilitarismo de extrema derecha. “El mayor incidente —escribió el embajador en un memorándum— ocurrió el pasado viernes cuando 15 terroristas (de la Triple A) secuestraron a jóvenes de la izquierda peronista en ocho Ford Falcon. Una mujer fue asesinada cuando intentaba evitar que se llevasen a su esposo. Más tarde, aparecieron otros seis cuerpos… En Mar del Plata, como represalia por la muerte de un abogado de la derecha peronista a manos de un grupo de montoneros, otros cinco izquierdistas fueron asesinados, los que suman más de cien asesinatos políticos en lo que va del año”.

Apenas un año después, el desprecio del embajador Robert Hill se proyectó sobre Kissinger. Poco antes de dejar este mundo, como una reacción moral al final de su larga carrera imperialista, el embajador intentó resistir la aprobación de Kissinger a la dictadura argentina debido a las obvias violaciones a los derechos humanos. En la reunión de la OEA en Santiago de Chile de junio en el Hotel Carrera, Hill intentó revertir sin éxito la poderosa diplomacia por entonces no oficial del todopoderoso Kissinger. Uno de los hechos que precipitaron la crisis moral del embajador Hill poco antes de su muerte fue cuando el hijo de treinta años de uno de los empleados de su embajadora, Juan de Onis, fue secuestrado y desaparecido por el gobierno de Videla. Cuando en octubre de 1987 The Nation informó sobre este caso, Kissinger se burló de las excesivas preocupaciones del fallecido embajador Hill sobre los derechos humanos.

Kissinger siempre fue intocable y sus objetivos por demás claros. El 25 de marzo de 1976, en el telegrama 72468 del Departamento de Estado, había enviado a la Casa Blanca una copia de la conclusión del Bureau of Intelligence and Research, confirmando los beneficios del nuevo golpe en América Latina, razones que solo repiten otros argumentos usados en el siglo XIX: “Los tres líderes de la Junta son conocidos por sus posiciones en favor de Estados Unidos… y por sus preferencias por las inversiones de los capitales extranjeros. Además, el nuevo gobierno buscará la ayuda de asistencia financiera de Estados Unidos, sea moral o en dólares”. Como es costumbre, la nueva dictadura argentina no fue bloqueada sino lo contrario. El FMI aprobó, en cuestión de pocas horas, un préstamo de 127 millones de dólares (575 millones al valor de 2020) para asegurar el éxito del nuevo régimen terrorista, de la misma forma que habían hecho con Chile y otras dictaduras militares―préstamo que, como fue el caso de otras dictaduras amigas, saltará por las nubes poco después debido a las nuevas tasas de interés de la FED.

El 7 de octubre 1976, luego del golpe, Henry Kissinger, en una reunión en la que se encontraba el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Philip Habib, le dirá personalmente al ministro argentino de Relaciones Exteriores, el almirante César Guzzetti: “Nuestro interés es que tengan éxito. Tengo una visión pasada de moda según la cual a los amigos hay que defenderlos. En Estados Unidos la gente no entiende que ustedes tienen una guerra civil aquí. Leen sobre la necesidad de los derechos humanos pero no entienden el contexto… Así que cuanto antes lo hagan, mejor”.

Un par de años antes, el 24 de marzo de 1977, el nuevo consejero de Seguridad Nacional del presidente Carter, Zbigniew Brzezinski, pecando de un exceso de optimismo, había declarado que la doctrina Monroe “ya no es válida; representa un legado imperialista que ha destruido nuestras relaciones internacionales” y que lo que corresponde es tener una relación más igualitaria con los vecinos del sur. Los idealistas no durarán muchos años. Ni siquiera podrán gobernar cuando les toque gobernar. En un memorando secreto dirigido al mismo Brzezinski con fecha del 11 de julio de 1978, Robert Pastor le informará sobre la visita de Kissinger a la Argentina con motivo de la Copa Mundial de Fútbol. Refiriéndose a la junta militar, Pastor informará que las palabras de reconocimiento del ex secretario de Estado Henry Kissinger “por los logros del gobierno en su lucha contra el terrorismo fueron música para sus oídos, algo que habían estado esperando por mucho tiempo”. Luego: “Sus declaraciones sobre la amenaza soviético-cubana me parecieron desactualizadas, con un retraso de quince o veinte años… Lo que me preocupa es su deseo de atacar las nuevas políticas de la administración Carter sobre los derechos humanos en América Latina. Por otra parte, no queremos una discusión pública sobre esto, sobre todo porque necesitamos su ayuda para el SALT”.

En julio de 1978, el Buenos Aires Herald publicó declaraciones de Henry Kissinger que se parecen a su respuesta ante las cámaras de televisión sobre el desconocimiento del golpe de Estado en Chile cuatro años atrás. Ahora, el intocable Kissinger (su apellido significa “más que un beso”) vuelve a hacer uso de su clásica hipocresía. “Se supone que soy un experto en asuntos internacionales, pero no he tenido mucha información sobre lo que ha ocurrido en Argentina en los últimos diez años”, declara. El embajador Robert Hill, en un momento de crisis de fe, toma un bolígrafo y subraya estas palabras. Al margen del diario, escribe: “Perfecta mierda”.

El poder de Kissinger fue más allá de lo razonable, aun sin un cargo oficial. Poco después, Robert Pastor le solicitó a Brzezinski que trate de preguntarle a Kissinger si no le importaría el hecho de que un miembro de su staff (“yo mismo”) pudiese cuestionar los objetivos de su viaje a Argentina. Con cierta ambigüedad o ingenuidad, Pastor concluye: “Eso podría darme un indicio sobre si a él realmente le interesa algo sobre nuestras políticas de derechos humanos para promover una campaña y darle alguna información sobre la efectividad de nuestra política de derechos humanos para América Latina”.

Cuarenta años después, aparte de la sistemática y masiva violación de los derechos humanos en Argentina, los documentos desclasificados en Washington abundarán en menudencias como la costumbre de las fiestas, los conciertos y las cenas de rigor a los que estaban expuestos los diplomáticos en Argentina; la reunión de Henry Kissinger en abril con Jorge Luis Borges, con Martínez de Hoz (el representante del proyecto neoliberal en ese país) y con el ministro de Exteriores, Cesar Augusto Guzzetti, a quien Kissinger autorizó (“[gave] explicit permission”) para actuar de la forma que fuese necesario para “reprimir el terrorismo”.

Desde principio de los años 60, como en cualquier otro país de la frontera sur, en África y en Asia, la CIA arma y financia grupos paramilitares que se hacen célebres en la historiografía por sus matanzas y sadismo sin límites contra cualquier indio o pobre que resista los abusos y desalojos de sus tierras apetecidas por las corporaciones. En América Central las dictaduras apoyadas por Washington, por empresarios y pastores como Pat Robertson, dejan cientos de miles de muertos y se las llama “guerra civil”. Desde 1971, Israel también abasteció de armas a las dictaduras centroamericanas, entre otras, pero de 1977 a 1980 (debido al recorte de ayuda militar del presidente Jimmy Carter) se convierte en el principal proveedor junto con el régimen de apartheid de África del Sur. Durante diversos gobiernos militares de la región, y con la venia de Henry Kissinger, Israel también proveyó ayuda técnica y logística en control interno y según la doctrina de la Seguridad Nacional. Como en casi todos los otros casos, la razón de esta doctrina (la existencia de grupos subversivos) es una consecuencia de la misma doctrina. Incluso cuando la resistencia armada existe es, en proporción, irrelevante. La Corte Interamericana de Derechos Humanos insiste que los grupos guerrilleros carecen del armamento y de las fuerzas necesarias para convertirse en una amenaza para el gobierno de Guatemala. Pero el terrorismo de Estado necesita una razón para existir. El ejército y los paramilitares se encargan de casi todas las matanzas y a eso se le llama “guerra civil”. Ametralladoras importadas y penes nacionales son las principales armas del genocidio y la humillación sistemática.

El 21 de julio de 2020, el gobierno de Trump emitirá orden de captura y una recompensa de cinco millones de dólares por el presidente del Tribunal Supremo de Venezuela, Maikel Moreno, acusado de corrupción. El secretario de Estado Mike Pompeo explicó la decisión: Moreno “aceptó sobornos para influir en los resultados de algunos casos criminales en Venezuela; con este anuncio estamos enviando un mensaje claro: Estados Unidos está en contra de la corrupción”.

Casi veinte años antes, en agosto de 2001, como respuesta al requerimiento del juez español Baltasar Garzón para que el ex secretario de Estado Henry Kissinger declare ante los tribunales internacionales por su participación en las dictaduras latinoamericanas, el gobierno de George W. Bush emitió un comunicado protestando: “Es injusto y ridículo que un distinguido servidor de este país sea acosado por cortes extranjeras. El peligro de la Corte Penal Internacional es que un día los ciudadanos estadounidenses puedan ser arrestados en el extranjero por motivaciones políticas, como en este caso”.

En 1968, cuando aún era un desconocido profesor de Harvard, Kissinger, sobreviviente de la persecución nazi en Alemania, había resumido toda la filosofía imperialista con su clásico cinismo: “Existen dos tipos de realistas: aquellos que manipulan los hechos y aquellos que los crean; Occidente necesita hombres capaces de crear su propia realidad”.

Hace cincuenta años, dos meses después del golpe de Estado en Chile, Kissinger fue distinguido con el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos por la paz en Vietnam. Kissinger declaró que recibía el premio “con humildad” y donó el dinero del premio a los niños huérfanos de los soldados estadounidenses caídos en Vietnam, Laos y Camboya.

Dicen que corrieron lágrimas de emoción por tan noble gesto.

Jorge majfud. Extractos del libro La frontera salvaje.

 

 

[Fuente: http://www.majfud.org]

Vicent Enric Belda

Escrit per Josep Cerdà i Ballester

Quan estava a punt d’acabar el segle XIX, Maurice Ravel va compondre la seua coneguda Pavane pour une infante défunte, una peça per a piano curta, sossegada, que imita la pavana o dansa renaixentista que simula les passes d’un paó. Una melodia innocent, com la d’un infant senzill la vida del qual discorre en silenci, sense soroll, fins que acaba de manera tràgica, com la del petit Gabriel.

L’aparició del cadàver del xiquet a la vora d’una séquia, amb evidents signes de violència, hi implica sense voler-ho Eduard Ferragut amb l’inspector Carles Verdú, a qui s’encarrega la resolució del crim.

Bromera (2022)

Eduard és un rendista vidu, vell de cinquanta-sis anys, que viu plàcidament amb la seua filla Caterina a la València de començaments del segle XX. A més, s’ha aficionat a la fotografia i en ocasions col·labora com a cronista del periòdic Las Provincias. La seua vida és còmoda i plaent, amb rutines marcades i una única preocupació: el benestar de Caterina. En contraposició Carles Verdú, un antic guàrdia civil destinat a Manila ascendit a inspector “de segona” recentment, amb poc més de trenta anys, que representaria l’ascens de membres de les classes més desfavorides a llocs de relativa responsabilitat.

El cas es complica quan es troba també el cadàver d’una dona, Carmina Fillol, una vídua jove que resulta ser la mare del xiquet, el malaguanyat Gabriel. Junt amb aquestos protagonistes, un més farà el de víctima innocent, Rafael Feliu, un mestre tímid, poruc, que en un primer moment permetrà la resolució del cas de manera ràpida però errònia. Mentrestant, l’autor ens mostra un Carles Verdú que somnia amb l’afecte de l’elegant Caterina Ferragut, culta i capritxosa, que envoltada de la música de Fauré, Chopin i Satie que ella mateix fa sonar al piano, no rebutja els afalacs que li propina la seua criada.

l’autor ha sabut construir de forma precisa la València de l’època en un any concret, 1901, amb un gust naturalista en la línia dels textos d’Émile Zola que li permet reproduir la realitat amb objectivitat

Podríem qualificar la trama de la novel·la de policíaca, amb alguns tinys de novel·la negra. D’altra banda, l’autor ha sabut construir de forma precisa la València de l’època en un any concret, 1901, amb un gust naturalista en la línia dels textos d’Émile Zola que li permet reproduir la realitat amb objectivitat documental i plasmar-hi diversos aspectes, des dels més sublims als més vulgars o desagradables.

La ciutat es mostra en plena ebullició, en un temps de contrastos marcat per les proclames republicanes i anticlericals de Blasco Ibáñez i la circular de l’arquebisbe prohibint la lectura del periòdic El Pueblo. Junt amb això, la trama urbana i el paisatge de València, que alterna vells casalots antics com ara el Palau dels Valeriola del carrer del Mar –hui seu de la fundació Chirivella-Soriano, aleshores de la impremta Doménech, editora de Las Provincias–, amb nous edificis com l’anomenada Casa de Ferro, en construcció en l’època al contigu carrer la Pau. Més lluny, conviuran blocs de pisos esparsos amb obres i solars buits, mentre va eclosionant progressivament una ciutat nova, moderna, on podem trobar des del ramat de cabres que pastura a la vora del riu Túria fins als primers models de Mercedes Benz que creuen, ufanosos, la ciutat.

un temps de contrastos marcat per les proclames republicanes i anticlericals de Blasco Ibáñez i la circular de l’arquebisbe prohibint la lectura del periòdic El Pueblo. Junt amb això, la trama urbana i el paisatge de València

La prosa de Vicent Enric Belda (Agullent, 1962) revela en Pavana per a un infant difunt un novel·lista madur i amb un estil pulcre, que ofereix al seu text un reflexió sobre l’abús als més febles: els xiquets, les dones i la gent de classes humils. La corrupció, la desnaturalització ètica i moral dels poderosos, conclourà amb un desenllaç que respon a una voluntat de restablir un equilibri, diem-ne, natural.

Belda es un escriptor amb una llarga trajectòria literària. La seua novel·la La llegenda de l’amulet de jade (Premi de narrativa infantil Vicent Silvestre 2006) va ser escollida per als White Ravens, la selecció que fa la biblioteca de Munic de les obres infantils i juvenils més destacades d’arreu del món.

Ha guanyat altres premis literaris, com ara el Samaruc amb El secret de Meritxell, el Fundació Bancaixa amb la novel·la Les ombres del bosc o el Premi Literari de Narrativa Juvenil Enric Valor per Unes veus a l’altra part del mur, a més d’altres com el Tinet o el Felipe Ramis en la modalitat de narrativa curta. Amb Pavana per a un infant difunt aconseguí el Premi València Alfons el Magnànim de Narrativa en valencià 2022.

 

[Font: http://www.laveudelsllibres.cat]

La traducció al nheengatu vol posar en relleu la diversitat lingüística del país sud-americà

Quinze traductors indígenes estan treballant en la primera traducció oficial de la Constitució del Brasil a un idioma autòcton d’aquest país. Es tracta de la llengua nheengatu, una mena d’esperanto de l’Amazònia, que incorpora parles de diferents pobles de la regió i algunes paraules comunes amb el portuguès.

El coordinador del projecte i president de la Biblioteca Nacional, Marco Lucchesi, va explicar que es tracta d’una iniciativa “amb un alt valor simbòlic i polític”. “Durant molts anys s’ha dit que el Brasil era un país amb una sola llengua. Evidentment era una provocació ideològica, un intent d’anul·lar una riquesa enorme: un patrimoni de milers de llengües”, va assenyalar Lucchesi. Pel coordinador del projecte, la iniciativa suposa una “reconquesta de les llengües amenaçades pel genocidi dels últims 500 anys. “És una manera de posar el focus sobre aquella zona, que sempre ha estat considerada fosca, inexistent i monolingüe”, va afegir.

El projecte va néixer a iniciativa de la presidenta del Tribunal Suprem Federal i del Consell Nacional de Justícia, Rosa Weber, durant un viatge a la Vall del Javari, a l’Amazònia, on van ser assassinats l’any passat l’activista indígena Bruno Pereira i el periodista britànic Dom Phillips. En aquell viatge es va trobar amb membres de pobles autòctons i van veure la necessitat d’estrènyer relacions.

El nheengatu, pertanyent a la família tupí-guaraní, té prop de 20.000 parlants i és una llengua greument amenaçada, segons la Unesco. Es parla a la regió de l’Amazònia al Brasil, Colòmbia i Veneçuela i té l’estatus de llengua oficial a l’Estat brasiler de l’Amazones, juntament amb el baníwa, el tucano i el portuguès. La presentació del projecte està prevista entre l’agost i el setembre a São Gabriel da Cachoeira.

 

[Font: http://www.diaridelallengua.cat]

En Auvergne, le musicien a composé un nouvel album, « Babel » (à paraître le 13 octobre), avec le groupe clermontois Delano Orchestra.

[Photo : Julien Mignot]

Écrit par Stéphane Davet

La qualité constante de Jean-Louis Murat n’en finit pas d’étonner. Fruit d’une discipline, d’un mode de vie, autant que d’une inspiration, elle ne le met pas pour autant à l’abri de la lassitude qu’implique parfois la surabondance. Certains des treize albums que le dandy paysan a publiés ces treize dernières années (une vingtaine depuis ses débuts en 1982) ont ainsi pu souffrir d’une instrumentation trop repliée sur son autarcie.
A contrario, les meilleurs disques du chanteur puydômois ont souvent été oxygénés par l’apport de musiciens – le pianiste John Medeski, John Zorn – ou de groupes – les Américains de Calexico ou d’Elysean Fields – extérieurs. À inclure parmi les sommets de sa discographie, son nouvel album, Babel (à paraître le 13 octobre), cosigné avec le Delano Orchestra, conjugue la vitalité du sang frais et l’air plus que jamais respiré au cœur des volcans d’Auvergne.

QUINTETTE DE JEUNES TRENTENAIRES
Car si le ténébreux aux yeux clairs, né Jean-Louis Bergheaud il y a soixante ans à La Bourboule, s’est entouré de ce quintette de jeunes trentenaires, il n’a pas eu à chercher plus loin que Clermont-Ferrand pour les recruter.
Produit de l’effervescente scène locale, encouragée par l’activisme de la salle de spectacles de la Coopérative de Mai, le Delano Orchestra se fait remarquer, depuis la seconde moitié des années 2000, par l’intensité mélancolique de chansons rock anglophones, traversées de raffinements de cuivre et de violoncelle.
La formation est aussi le groupe phare de la maison de disques Kütu Folk, étonnant label – cofondé par le chanteur-guitariste, Alexandre « Delano » Rochon –, dont l’exigence esthétique (les groupes Eyes & No Eyes, St Augustine, Evening Hymns, etc.) est doublée d’un parti pris artisanal poussant à coudre à la main chacune des pochettes.
Bienveillant observateur de la jeune génération clermontoise, complice régulier des initiatives de la Coopérative de Mai, Murat a suivi depuis le début le parcours des Delano. « J’aime bien la tension qui se crée chez eux entre la vigueur assez rock’n’roll de la rythmique et la finesse des arrangements », explique le chanteur, qui a déjà fait travailler le batteur du groupe, Christophe Pie, sur plusieurs de ses disques.
« IMMENSE RESPECT POUR SON ENGAGEMENT ARTISTIQUE »

L’idée du rapprochement lui a été suggérée par Didier Varrod, directeur de la programmation musicale de France Inter, dans la perspective d’un concert célébrant, à Clermont-Ferrand, en décembre 2013, les 50 ans de la radio.« Varrod a aussi proposé de nous trouver trois ou quatre festivals pour l’été suivant. Je me suis dit que j’allais composer quelques titres pour avoir suffisamment de matériel pour ces concerts », se souvient l’Auvergnat, fidèle à sa conviction de ne pas se reposer sur un répertoire passé.
Bien que fréquentant déjà un peu le bonhomme, les membres de l’orchestre sont d’abord dans leurs petits souliers. « C’est impressionnant de travailler avec quelqu’un dont je jouais des chansons à la guitare, quand j’avais 14 ans », admet Alexandre Rochon. « On a depuis toujours un immense respect pour son engagement artistique et la densité de son œuvre. »
Les rapports se détendent dans l’ambiance familiale et campagnarde de la maison du chanteur, isolée en altitude du côté du col de la Croix-Morand, puis dans la chaleur d’un petit studio d’enregistrement des environs clermontois. « J’avais écrit une vingtaine de chansons, composées simplement sur 3 ou 4 accords pour ne pas trop leur mettre de pression », explique Murat.
 
CHARMANTE INSTABILITÉ
« Il nous a très vite mis à l’aise », confirme Rochon. « Il est exigeant, déteste la routine, mais nous a aussi laissé une totale liberté et a accepté la plupart de nos propositions. » Une implication allant jusqu’à la conception de la pochette du disque, des photos qui l’illustrent et du clip du premier single, J’ai fréquenté la beauté, réalisé par le chanteur de Delano, vidéaste à ses heures.
En moins de dix jours, les vingt chansons de ce double album sont enregistrées, sans accroc. « C’était humainement très agréable », insiste Jean-Louis Murat.« Ce sont des garçons bien élevés, cultivés. Quand j’étais jeune, les préoccupations des groupes de rock s’arrêtaient à la bière et à la dope. Là, Julien , le trompettiste, est prof d’anglais et parle russe. Dans le bus, je peux lancer une conversation sur Heidegger sans qu’ils soient paumés. »
Musicalement, la force identitaire du Delano Orchestra se teinte d’une charmante instabilité, entre gravité tendue, légèreté cuivrée et élégance de musique de chambre. Que le chanteur œuvre dans le registre de l’incantation, des mélodies pastorales ou des refrains primesautiers.
Cette congrégation de Clermontois et la localisation auvergnate de l’enregistrement ont sans doute accentué les teintes régionales – Le jour se lève sur Chamablanc, Neige et pluie au Sancy, Chacun vendrait des grives, Col de Diane, Noyade au Chambon, etc. – chères à celui qui a grandi dans la ferme de ses grands-parents, à Murat-le-Quaire.
FRILOSITÉ D’UNE GÉNÉRATION DE MUSICIENS FRANÇAIS
« La simplicité musicale des morceaux m’a poussé à moins utiliser la langue poétique pour des textes plus prosaïques », analyse le chanteur, qui dit s’être éloigné des tentations rousseauistes pour des récits plus réalistes et critiques du monde paysan.
Egalement petit-fils d’agriculteurs, Alexandre Rochon partage cet ancrage terrien. Mais si cet attachement environnemental imprègne la mélancolie des chansons du Delano Orchestra, le longiligne jeune homme a jusque-là préféré l’exprimer en anglais. Au grand dam d’un aîné ayant du mal à comprendre la frilosité d’une génération de musiciens français envers leur langue maternelle.
« Est-ce du snobisme, de la pudeur, de l’inhibition ? », s’étonne celui qui, avec Alain Bashung et Gérard Manset, a été l’un des premiers à savoir concilier une passion pour le rock anglo-saxon et une exigence d’écriture héritée des meilleures plumes francophones. « La pop française cède à la tentation d’un anglais international qui appauvrit l’expression en même temps qu’il réduit le nombre de syllabes. »
PRÊCHER « LES BONNES PAROLES » 
Il s’interroge, moqueur : « Peut-être est-ce un autre signe d’une société malade ? On n’a plus confiance dans la démocratie, dans la République, dans les élus. Et plus confiance dans la langue de maman. » L’auteur se demande d’ailleurs si, à la suite de cette collaboration, il ne tenterait pas d’approcher des groupes d’autres régions de France, pour confronter ses textes à leur musique et prêcher « les bonnes paroles ».
Coauteur, avec Emilie Fernandez, d’un livre singulier, Cahier bleu, instant (anés) de baignades en Auvergne (A + E éditions, 2013), écrit en français, Alexandre Rochon suggère que l’expérience Murat pourrait le pousser à passer le pas francophone en chansons. En attendant, il espère prolonger cette aventure pour plusieurs concerts. Après celui prévu le 23 septembre à l’Olympia, dans le cadre du Monde Festival, le climax pourrait en être, cet été, une performance au sommet du puy de Dôme.

Babel, de Jean-Louis Murat & the Delano Orchestra, 2 CD Scarlett/PIAS.www.jlmurat.com
 [Source : http://www.lemonde.fr]

«La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero». (Antonio Machado. Juan de Mairena)

Praza da Princesa, en Vigo

Escrito por Xosé Antón Jardón

Os estudosos definen o simbolismo como un movemento inimigo da falsa sensibilidade, ansioso da procura interior das verdades universais, dende a espiritualidade, a imaxinación e os soños. Entón, quen nos rouba os soños cada madrugada?

As verdades –e a crúa realidade– son capaces de demostrarnos cada luscofusco, cando a luz se vai esvaendo ao final de cada día, que nos tempos da perpetua pantomima que nos toca vivir, aquela corrente nacida no século XIX foise virando e revirando co fin de facer de nós monicreques autómatas, servos da supervivencia superficial, da trola descarada e da pérfida incoherencia.

No medio da campaña electoral, no decorrer dun maio extravagante, frío, aséptico e superficial, os cínicos esbrancuxados sempre atopan un instante a plena luz para darlle pábulo ás súas insolentes ocorrencias. Na véspera do Día das Letras Galegas, acompañada dun texto escrito na nosa lingua –cada día máis acurrunchada– aparecía unha foto desas ás que nos teñen tan acostumados. Ocupaba a portada dun medio con domicilio fiscal no noroeste de España, afianzando esta nova versión do simbolismo creativo, difícil de engulir para unha boa parte da humanidade, malia as sobredoses de vaselina de curso legal. Nun primeiro plano, asoman o rostro dous galegofalantes solventes: o alcalde da maior cidade galega e o director do medio en cuestión; e acolá atrás, distantes, case borrosos e ignorados, o presidente da RAG e o premio nacional de narrativa de 2021. De fondo a lenda de rigor, Unha complicidade a prol de Galicia, coroa o retrato do editor do xornal e do cómplice forzoso: o homenaxeado no Día das Letras Galegas do 2023. Velaí o panorama e, unha vez máis, a teimuda calcomanía surrealista á procura da máxima deturpación do simbolismo clásico, eclipsado mediante esa técnica sibilina, dos que teñen a tixola polo mango, de converter o vicio en virtude ou a falsidade e o cinismo en verdades incuestionábeis e universais. A vida debe ser dura para os que, talvez sen querelo, teñen que aparecer nestas curiosas estampas. Moi dura!

Así que, se aínda nos queda nas nosas curtidas veas algunha pingada de sangue vermella, despois do 28M, e en todo caso antes de que acabe o mes das letras, deberiamos tributarlle unha homenaxe a Fernández del Riego, poñéndonos mans á obra para esixirlle aos representantes nos concellos, comezando polos máis próximos aos nosos pareceres, que tomen en serio a nosa cultura e a nosa lingua. En caso contrario, os poucos indicios que nos quedan de pertenza a un país, dentro de catro anos, iranse abafando por unha masa abstracta sen forma perceptíbel, sen nome e sen sentido.

[O meu tío Lisardo é dos que pensan que, na vida, ser coherente ademais de non ser necesario seguramente é imposíbel. Basta, por tanto, ter firme vocación de aproximarse harmonicamente ao comunmente desexábel]

 

 

[Imaxe: Javier Mariño arquitecto – fonte: http://www.praza.gal]

«Lo Mond pèrd una legenda de la musica e un modèl de seguir», çò a dich son agéncia de representacion

Es mòrta Tina Turner a 83 ans

 

La cantadora estatsunidenca Tina Turner es defuntada dempuèi aqueste dimècres 24 de mai de ser a 83 ans. Èra considerada coma una de las grandas legendas de la pòp dempuèi los ans 1980 e èra famosa per sos concèrts energics.

“Tina Turner, la reina del rock’n roll es mòrta pacíficament a ochanta tres ans après una longa malautiá dins son ostal de Küsnacht, en Soïssa”, çò raportava son agéncia de representacion en apondent que “lo Mond pèrd una legenda de la musica e un modèl de seguir”.

Nascuda Anna Mae Bullock al sen d’una familha paura de l’estat de Tennessee, comencèt sa carrièra musicala amb son primièr marit, Ike Turner. Puèi, après patir de violéncias conjugalas, contunhèt son activitat en sòlo e venguèt celèbra per la sortida del disc Private Dancer en 1984, amb de cançons de succès mondial coma What’s love got to do with it, The best o ben Let’s stay together.

Long d’una carrièra que durèt mai de cinc decennis, Turner a vendut 200 milions de disques dins lo Mond entièr.

Se retirèt en  l’an 2000 mas tornèt en 2008 suls emponts amb la virada Tina! The 50th anniversary tour, que venguèt una de las mai rendablas de l’istòria.

En 2013, Turner aqueriguèt lo ciutadanatge soís e renoncièt a la nacionalitat estatsunidenca, en confirmant que se retirava definitivament de la musica. En 2016, li diagnostiquèron un càncer de budèl e en 2017 li transplantèron un ren.

[Sorsa: http://www.jornalet.com]

Âpre Sicile

Né près de Mes­sine, Bar­tolo Cat­tafi (1922–1979) est parti, comme beau­coup de “méri­dio­naux”, vivre à Milan en 1947, mais il revien­dra régu­liè­re­ment en Sicile jusqu’à la fin de sa vie. Il reste en France encore très méconnu car peu tra­duit.

Eau de poulpe a comme lieu la Sicile. L’auteur en explore les beau­tés et les joies sans jamais l’idéaliser, mais en abor­dant au besoin toute son âpreté.

Brefs, denses et mini­ma­listes, directes, élé­men­taires et intenses, les poèmes de cette antho­lo­gie chro­no­lo­gique sont mar­qués par ce que l’auteur pré­cise en l’un d’eux : “Moi dans le cœur / j’ai la Sicile / qui est une mère / déso­lée.”

Le “tri­angle aride” du pays n’est pas seule­ment le lieu de l’idylle, c’est tout autant le lieu du péril moins des hommes que de la nature elle-même car “la mobile mosaïque de la mer” peut autant révé­ler des enthou­siasmes que faire lever les désastres des tem­pêtes et des naufrages.

D’où la rudesse appa­rente des femmes. Mais qu’on ne s’y trompe pas. Elles sont toutes une comme celle, brune for­cé­ment, qui dans son sang couve une “luxure pudique”. Elle la cache, yeux bais­sés, aux regards de tous, mais “accueille et garde / les amours ampli­fiés / Elle se don­nera avide : à un homme”. Mais pas n’importe lequel.

jean-paul gavard-perret

Bar­tolo Cat­tafi, Eau de poulpe — 55 poèmes sici­liens, bilingue, tra­duit de l’italien et pré­senté par Giu­lia Camin & Benoît Casas, Nous Édi­tions, 2023, 140 p.

 

[Source : http://www.lelitteraire.com]

Colectivo Bruxista publica ‘Carne apaleada’, el best-seller que va retractar la vida de les dones a les presons franquistes

Escrit per Oliver Mancebo

Rosa. 68 anys: « Oi que per estar a la presó no et surten els fills dolents?, perquè elles [les monges] deien que sí, i sempre amb el rotllo aquest que no els hi queia de la boca: ‘Posa’t en gràcia de Déu, pecadora!’ ». L’entrecomillat pertany a una crònica de Maite Goicoechea sobre l’antiga presó de dones de la Trinitat, publicada a la revista Vindicación Feminista l’any 1978, acuradament il·lustrada amb fotos de Pilar Aymerich. El reportatge, que va portar per títol Trinitat: una de cal, y otra de rejas, recollia les impressions d’algunes recloses, així com de les nouvingudes funcionàries, davant les —tímides— reformes penitenciàries assolides durant els primers anys en democràcia. I un dels canvis més significatius era precisament l’expulsió de les Cruzadas Evangélicas de Cristo Rey (les religioses adoctrinadores a qui referia la Rosa en el seu testimoniatge) per substituir-les per funcionàries de presons, gràcies tant a les plantades de les preses com a les manifestacions feministes al voltant del penal.

Una d’aquelles instantànies d’Aymerich és avui la imatge de portada de la flamant reedició de Carne apaleada (Colectivo Bruxista, 2023), les memòries carceràries escrites per la lleidatana Inés Palou l’any 1975. Un supervendes en l’època, avui totalment oblidat, que va ser clau per la conscienciació social sobre les penoses condicions de vida de les dones a les masmorres de Franco.

Aquesta dona, que és l’autora, a més, escriu un parell de llibres, gairebé guanya el Premi Planeta i al final se suïcida

Preses al pati de la Trinitat. Foto: Pilar Aymerich

Grinyolar les dents i estrènyer els punys

Per què una editorial tan jove, especialitzada en subcultures, decideix incorporar al seu catàleg Carne apaleada, un llibre del qual avui ningú no se’n recorda tot i la difusió que va tenir al seu dia, gràcies sobretot a l’adaptació de la novel·la al cinema ‘exploitation’? M’ho explica l’Adela Domínguez, celebèrrima DJ d’all-nighters, de dia dissenyadora i militant d’aquest projecte editorial que fa “grinyolar les dents i estrènyer els punys”. Ha estat ella qui ha rescatat la foto de portada i, gràficament parlant, li ha rentat la cara a aquest clàssic de la literatura carcerària que els pròxims dies arribarà a les llibreries:  “El llibre va d’una senyora burgesa de mitjana edat que acaba a la presó, i allà s’adona que és lesbiana i es converteix en falsificadora de xecs. Aquesta dona, que és l’autora, a més, escriu un parell de llibres, gairebé guanya el Premi Planeta i al final se suïcida. Si això no és underground, a mi que m’ho expliquin! Ara seriosament: el llibre tracta molts temes que ens interessen, denúncia social, drets de les dones, subcultures, LGTBI, el paper de la presó en la societat moderna… A més de ser una fotografia descarnada d’una època a la qual poques vegades ens hi hem abocat des d’un punt de vista femení, i encara menys en aquest context —és un dels pocs llibres carceraris escrits per una dona empresonada per delictes comuns a Espanya—. Això fa que també funcioni com a document crític també amb el nostre present. És un llibre molt bruxista!”.

A Inés la van detenir en ple mes de maig de 1968, i durant la novel·la serem testimonis de com els ressons de la revolució social que té lloc extramurs reverberen, en la mesura del possible, intramurs

L’Estiu de l’Amor a les presons de Franco

La presó de la Trinitat, inaugurada l’any 1963, va ser l’escenari de la repressió penitenciària contra les dones a Catalunya durant els últims anys del franquisme. Construïda com un centre modern que permetés la ‘reeducació’ de les recluses, la millora material respecte a l’anterior presó de Les Corts era considerable. Però, al marge de les instal·lacions, el fet que es mantingués intacte l’integrisme nacionalcatòlic, el càstig i l’adoctrinament moral que les Cruzadas Evangélicas exercien sobre les detingudes —ja fossin avorteres, carteristes, adulteres, joves “caigudes o en risc de caure”, hippies nord-americanes o europees caçades per assumptes de drogues, opositores polítiques o actrius d’Els Joglars— impedia qualsevol canvi real d’orientació. La nova presó franquista va continuar essent un calvari cap a les dones. Un barroer instrument de control que tampoc en la part final de la dictadura aconseguí el seu propòsit.

L’any 1969, a la presó de dones en la qual Berta —alter ego novel·lesc d’Inés Palou (Agramunt, 1923 – Gelida, 1975)— porta més d’un any tancada en espera de judici, la superiora de les Cruzadas Evangélicas terroritza a les recluses, revista ¡Hola! en mà, enumerant els detalls de l’assassinat de Sharon Tate a mans de la ‘família Manson’. Les preses, en general analfabetes, es caguen de por en assabentar-se dels temibles càstigs que —segons la monja custòdia— esperen a totes les llibertines sense excepció. Aquesta escena de Carne apaleada deixa patent que Charles Manson, la mefistofèlica icona pop que amb els seus crims (al costat dels comesos per Hells Angels al festival d’Altamont) va posar data de defunció al somni flower child, no sols va tenir ressò a les gasetilles del Règim, sinó que va arribar a traspassar entre els massissos murs de les seves presons, en la presó dins de la gran presó que va ser l’Espanya feixista.

A Berta/Inés la van detenir en ple mes de maig de 1968, i durant la novel·la som testimonis de com els ressons de la revolució social que té lloc extramurs reverberen, en la mesura del possible, intramurs: experimentació amb drogues, revolució sexual, ambient de rebel·lia, teories alternatives, música contestatària, espiritualitat oriental, lluita intergeneracional i interclassista, solidaritat i vida comunal… Tot això, no cal dir-ho, sota condicions molt refotudes. L’Estiu de l’Amor donant els seus darrers espeternecs entre les reixes d’una institució on, en paraules de Palou, impera “l’horror quotidià elevat a categoria de crueltat professionalitzada”. Això, el com la contracultura va penetrar en la subcultura carcerària, és avui una de les principals claus de lectura d’aquest llibre.

Són llibres molt necessaris per a comprendre com viu una persona presa: tot el que se li nega, tot el que es transgredeix internament, i com un ésser humà surt de la presó irremeiablement tocat

La rejovenida portada, amb imatge de Pilar Aymerich. Foto: Colectivo Bruxista

Carmen Polo en l’agenda parlamentària

Dilluns passat, el Parlament de Catalunya va escoltar a les víctimes de pederàstia a mans de l’Església (excepte Vox, Ciudadanos i el PP, que no van comparèixer a la sala). Aquesta sessió va obrir un nou front: el passat d’institucions religioses com les citades Cruzadas Evangélicas de Cristo Rey o de centres de suposada protecció per als menors i les dones vulnerables, com el carmenpolista Patronato de Protección de la Mujer. “Un reformatori disfressat, una presó oculta per a retenir i torturar a adolescents i dones rebels, òrfenes o violades, a vegades pels seus propis pares”, en paraules de l’escriptora Consuelo García del Cid, que va sofrir-lo en carn pròpia quan la seva família, de dretes, la va ingressar com a càstig per mala estudiant, temperament rebel, assistència reiterada a manifestacions, impressió de fulls volants en les quals podia llegir-se “¡Franco, cabrón, trabaja de peón!” i freqüentar el Zurich, el bar London, Les Enfants Terribles i altres antres barcelonins propicis a la conspiració contracultural.

“Vaig descobrir a Inés Palou l’any 1975, quan jo estava en un reformatori a Madrid”, em confessa Consuelo. “Una interna portava un llibre folrat en paper de diari perquè no li detectessin, ja que no teníem llibertat per a llegir-ne qualsevol. Aquest llibre era Operación Dulce, la seva segona novel·la (finalista al premi Planeta). Vaig saber que s’havia suïcidat a Gelida, i em van dir que abans havia escrit un altre llibre, Carne apaleada, però que era impossible d’aconseguir perquè parlava de les presons franquistes i de seguida el requisaven. El primer que vaig fer en sortir, a la fi del 77 o principis del 78, va ser buscar-lo”.

Inés Palou en l’única foto que ha transcendit.

La recuperació de la figura d’Inés Palou i l’escassa —però potentíssima— obra d’aquesta dissortada lleidatana, ve a sumar-se a una sèrie de publicacions recents que, a mans d’editorials alternatives, reivindiquen la fins ara callada memòria de les persones preses durant el franquisme i la transició –Autobiografía de Manuel Martínez (Pepitas de calabaza, 2019), Presas 1976-1978 (Ojos de buey, 2022), Culebrón gastro-carcelario (Mancebía Postigo, 2023)…-. “Jo crec que aquest interès per les presons franquistes —segueix García del Cid— és una cosa estrictament necessària perquè tothom sàpiga com eren, com funcionaven, l’atrocitat constant. I que, bé, d’aquella pols, venen aquests fangs… Poden haver canviat les formes, però no el fons. Són llibres molt necessaris per a comprendre com viu una persona presa: tot el que se li nega, tot el que es transgredeix internament, i com un ésser humà surt de la presó irremeiablement tocat. És impossible que ningú surti d’allà indemne, emocionalment parlant.”

El mateix opina l’Adela Domínguez, que tria aquest fragment de Carne apaleada com a blurb promocional: “Sí, la vida m’ha convertit en una despulla bastarda, amb una gepa immensa que pesa a l’esquena com a equipatge de plom. Aquesta és l’herència de la presó […] No soc la mateixa. No ho seré ja. De xai, de xai blanc i dòcil, em van convertir en tigre. En tigre ratllat. Ratllat i ferotge, prest a saltar a la primera oportunitat”.

 

[Font: http://www.elnacional.cat]

Proa do Titanic nos estaleiros onde foi construído, en Belfast -Irlanda do Norte-.

Escrito por JUAN L. BLANCO VALDÉS

Ese aforismo, tan fermoso, de sermos a nosa infancia é, ademais de fermoso, doadamente verificable e aquí está este menda para certificalo. Contaba a finada de miña nai que, sendo eu neno, cando alguén preguntaba por min, dicía ela: «Juan? Detrás dun libro andará». Que eu ía dedicarme profesionalmente á edición estaba escrito antes de nacer, gravado nun código familiar no que foron compoñendo galeradas os meus devanceiros, eu creo á mantenta, inscribindo nalgunha parte do meu ADN a máis rabiosa bibliofilia. A débeda que contraeu aquel cativo de pelo roxo e pencas cos libros de Bruguera (Quo VadisO CidA illa do tesouroGuillerme TellRobinson Crusoe…, unha páxina de ilustracións por dúas de texto) nunca poderá satisfacela. Logo veu a descuberta dos innúmeros tesouros que agochaba a biblioteca do avó, un sancta sanctórum ou mausoleo de irtas esfinxes.

Disque, no talego, Charles Manson sentiuse acomplexado o día que soubo dun asasino cun currículo criminal máis avultado e sanguento que o seu. Porque, digo eu que admirar o vicio alleo remata por empequenecer o propio. Noticieime estes días das lecturas aurorais de tres senlleiros nomes das nosas letras contemporáneas, que, para alén de confirmarme no vicio compartido, son simbólicas de tempos en que España fedía a manta cuarteleira, sotanas con caspa e ouriños secos. Solicitado por un museo a enviar unha foto representativa da súa nenez, Luis Alberto de Cuenca mandou unha instantánea na que aparece, mediando os anos cincuenta, lendo Pulgarcito, o tótem dunha época máis que un cómic. Nun artigo modélico (O depredador benévolo), retrátase un Antonio Muñoz Molina mozo, ávido lector de José Luis Martín, un Vigil estraperlista da literatura que traficou de matute cun catolicismo con acne, mechado de Kumbayás e salesianos progres. Alegroume o día, por último, a memoria que Arturo Pérez Reverte ten dunha revista paradigmática, Seleccións do Reader’s Digest, da que seu pai, como o meu, era subscritor. Nun artigo tremendista de Seleccións, de título sobrecolledor, Unha noite que xamais se esquecerá, souben eu da traxedia do Titanic. Que recordos.

Sinto agora que as letras, as palabras, os cómics, contos e revistas, os libros que limos cando cativos foron algoritmos deseñados para colonizaren o noso futuro.

 

[Imaxe: GEORGE GRANTHAM BAIN – fonte: http://www.lavozdegalicia.es]

Écrit par Josyane Savigneau

Si on est Français et amoureux du Liban, on sait qu’on va aimer ce Beyrouth sentimental de Daniel Rondeau dès qu’on lit la première phrase : « J’ai posé mon front sur le cœur du pays du Cèdre et je vis avec les pulsations de Beyrouth dans la tête. » Mais cette sorte de « carnet de bord » – 1987-2022 – d’un pays d’abord en guerre, puis en proie à tant de désillusions, jusqu’à ce moment où, écrit Rondeau, « pour la première fois je l’ai saisi en flagrant délit de désespérance », peut-il intéresser autant les Libanais, qui connaissent toute l’histoire ? Certainement, s’ils aiment la littérature, car c’est un livre d’écrivain, plein de rencontres improbables, de portraits inattendus. Et même les choses programmées, comme les visites officielles de chefs d’État ou d’hommes politiques sont racontées autrement, avec verve et, quand il le faut, ironie.

On y croise des personnages de la France littéraire de la fin du XXe siècle, comme Roger Stéphane, venu parler de l’amitié entre Malraux et De Gaulle, pionnier d’une série à laquelle des tirs syriens mettront fin au bout de quelques mois. Rondeau découvre ce passé de Beyrouth, qu’il n’a pas eu la chance de connaître, « réduit à des gravats ». Mais dans ce pays qu’il n’a vu « que sur le qui-vive », on va quand même dîner chez Sami à Jounieh, on y retournera longtemps après la guerre, pour les délicieux poissons. On fait la connaissance de l’homme qui « blinde » toutes les voitures, ce qui, avec la violence partout, ne le laisse pas inoccupé. Il a blindé sa première voiture, la sienne, en 1977, et après huit mois de tâtonnements, a mis au point le processus.

Cette fin des années 1980 est celle où « la mort est un personnage de la ville ». Pourtant, « à Bkerké, siège du patriarcat maronite rien n’a changé depuis Barrès ». Mais on peut aussi croiser un taureau en pleine rue qui « charge » des voitures, rouges de préférence. Rondeau n’avait pas lu Khalil Gibran (1883-1931) et ne savait rien de lui puisque la biographie que lui a consacrée Alexandre Najjar est de 2002. C’est Adonis, qui, selon lui « a très bien parlé de son problème, ou plutôt du nôtre, celui qu’il nous pose : “c’est un astre qui tourne seul hors de l’orbite de l’autre soleil qu’est la littérature, dans son acception universelle” ».

Rondeau parle de politique et de littérature, ses deux passions – on a lu Chronique du Liban rebelle 1988-1990 (Grasset 1991) – et tout ce qu’il dit de Michel Aoun, d’hier et d’aujourd’hui, déplaira peut-être à certains. Et on peut préférer l’entendre évoquer Salah Stétié, Gabriel Bounoure, le père Ducruet, le jésuite « qui ne croit pas à la mort ». On voudrait avoir connu Maha Chalabi, la Dame de Tyr. Ou l’émir Maurice Chehab, mort en 1994, qui a assumé la responsabilité du Musée national quand il était situé sur la ligne de front. Ou plus encore Pépé de Byblos. Il avait, un jour, dansé avec Ava Gardner et était, selon Rondeau, une des figures de la mélancolie libanaise : « Il représentait à lui seul l’insouciance perdue. » Et on s’en voudrait de ne pas aller à la Maison Rose car « il arrive que les maisons nous parlent ».

L’insouciance ne reviendra pas, même la guerre finie. Mais il y aura de beaux moments, comme ce voyage de 2009 avec Vénus Khoury-Ghata et quelques autres. Et Rondeau promène son lecteur pendant un moment dans la vie de Vénus, résumée par elle. Dans ces années-là, on pourra se balader avec bonheur dans Achrafieh, passer des nuits blanches, ou un moment assez intime avec Fairuz… En dépit de la présence d’un président de la République.

Les Libanais se souviennent trop bien du 4 août 2020 pour qu’on le leur rappelle. Mais comme pour Rondeau, le Liban, pour les Français qui l’aiment, est synonyme d’énergie – « les Libanais ont cette force singulière de toujours penser à se reconstruire. » Et s’il fallait tout résumer en peu de mots, ce serait « joie, courage, fantaisie, énergie ».

Beyrouth sentimental. 1987-2022 de Daniel Rondeau, Stock, 2023, 224 p.

 

[Source : http://www.lorientlejour.com]

O proxecto Rutas de Historia (www.rutasdehistoria.gal) celebra o Día das Letras galegas cun roteiro polo corazón do Vigo cultural. Ese Vigo cultural que foi tecendo durante anos o homenaxeado neste 17 de maio de 2023, Francisco Fernández del Riego, e que supuxo o renacemento da cultura galega no franquismo.

 

O roteiro, que terá lugar este sábado 20 de maio, descorre polas rúas máis céntricas de Vigo, partindo da estación de tren de Urzáiz, á que Francisco Fernández del Riego chegou, tras ser depurado como profesor universitario por ser galeguista e afecto a Fronte Popular, ao remate da Guerra Civil na procura dun xeito de gañar a vida naqueles tempos incertos e escuros. E Vigo sería xa para sempre o seu centro vital, ata a data do seu falecemento en 2010.

A visita, guiada por Marcos Calveiro, escritor e director de Edicións de Galaxia –a empresa editorial fundada por del Riego–, percorrerá os seus espazos vitais mais tamén aqueles lugares máis senlleiros da historia da edición viguesa e galega. Así, visitarase o despacho do avogado Alvarez Gándara, ao Colexio Mezquita, pasando pola sede histórica da editorial Galaxia, a Fundación Penzol, ou o que foi o seu derradeiro domicilio na praza de Compostela. Tamén polos cafés e faladoiros onde se xuntaba con Cunqueiro, Xohán Ledo, Illa Couto e tantos outros.

“Será un percorrido vital individual, máis tamén colectivo, polo renacer da cultura galega tras anos asoballada, aquel soño galeguista, un país de Nós, que a Guerra Civil e a ditadura fascista quebraron pero que el, pero que don Paco del Riego, foi corcosendo con todos os farrapos que foi atopando, aquí, na terra, e no exilio en Buenos Aires e Montevideo”, destaca o guía, Marcos Calveiro.

As persoas interesadas en participar neste roteiro, que conta coa colaboración da Secretaría Xeral de Política Lingüística, poden facelo na web de rutas de historia ( https://rutasdehistoria.com/tour/o-vigo-de-paco-del-riego-o-renacer-da-cultura-galega/)

Paco del Riego na Fundación Penzol, en Vigo

O proxecto

Os roteiros de Rutas de Historia queren servir para fixar na poboación a idea de que as pedras, os vellos mosteiros, castelos e castros, ou as lendas de mouros e reis teñen unha importancia cultural fundamental para entender a idiosincrasia de Galicia e dos concellos que a conforman. Tamén para crear conciencia entre a veciñanza de que a historia e o patrimonio poden ser un valor engadido para a dinamización da economía local.

O proxecto Rutas de Historia naceu en 2017 da man do xornalista e profesor da USC, Xurxo Salgado, co obxectivo de poñer en valor a nosa historia. Desde entón e ata hoxe se teñen realizado máis de 40 roteiros. Na realización destas andainas, que están coordinadas polo portal http://www.historiadegalicia.gal, colaboraron representantes de importantes entidades de defensa do patrimonio como Mariña Patrimonio, Patrimonio Galego, Sociedade Antropolóxica Galega (SAGA), Colectivo Capitán Gosende, colectivo A Rula, a Asociación Cultural Roxín Roxal ou a Asociación de Amigos do Parque do Pasatempo. Tamén participaron arqueólogos como Xurxo Ayán ou Antón Malde e destacados divulgadores culturais e escritores de novela histórica como Anxo Angueira, Manuel Gago, Marcos Calveiro, Eva Mejuto ou Carmen Varela, entre outros.

Rutas con alcaldes

Esta primaveira, Rutas de Historia tamén organizou a primeira edición do proxecto “Coñecendo a historia cos alcaldes de Galicia”, que converteu en guías turísticos e históricos por un día aos alcaldes de Tui (Pontevedra), Enrique Cabaleiro (PSdeG); Castro de Rei,(Lugo) Francisco Balado (PPdeG); Outes (A Coruña, Manuel González (Compromiso Outes) e A Mezquita (Ourense), Rafael Pérez (BNG).

O obxectivo é que os propios alcaldes sexan os guías dun grupo de máis de medio cento de persoas pola historia e o patrimonio dos seus concellos e dean a coñecer os “segredos ocultos” e as “anécdotas históricas” que atesouran.

[Fonte: http://www.historiadegalicia.gal]

D’institucions e de partits dels dos territòris vòlon aprofechar del vam de las convèrsas entre los govèrns francés e còrs per far avançar lors revendicacions

Pels autonomistas d’Unser Land, Alsàcia deuriá dispausar d’autonomia legislativa.

Lo fach que la represa de las convèrsas entre l’estat francés e las institucions còrsas aja dobèrt de perspectivas per l’aprobacion d’un nòu estatut per Corsega en 2024 es estat remarcat per d’autras nacions sens estat de l’Exagòn. En Bretanha, los autonomistas an aviat una campanha per que la demanda d’autonomia aprovada l’an passat pel Conselh Regional demòre pas dins un tirador. Mentretant, l’executiu alsacian a entamenat una consulta publica per definir quin modèl de descentralizacion vòlon los ciutadans en cas qu’Alsàcia recobre sas pròprias institucions regionalas.

Una mocion sens continuitat en Bretanha

Dins lo cas de Bretanha, tirèt l’atencion lo fach que lo Conselh Regional aprovèsse amb una majoritat fòrça larga, dont de socialistas e de conservadors, en abril de 2022, una mocion que demandava al govèrn francés de “començar de convèrsas per la definicion d’un possible modèl d’autonomia de Bretanha, que comprenguèsse una part de poder legislatiu e reglamentari”. Un vòte que se considerèt coma una victòria del principal partit autonomista breton, l’Union Democratica Bretona (UDB), qu’ara ven de començar una campanha per qu’aquela demanda s’oblide pas e per convéncer encara mai de bretons del besonh de sistèma autonomic.

Las regions francesas an de competéncias executivas mas non pas legislativas. Dins la campanha, l’UDB reclama que los poders legislatius sián “partejats” amb l’estat en de matèrias coma lo transpòrt, lo lotjament, la santat, l’educacion o la politica lingüistica. Lo partit breton ditz que la tòca finala es que França venga un estat federal.

Aquela demanda la jonhon los partits de la Federacion Regions e Pòbles Solidaris (RP&S), qu’amassa una bona part de l’espèctre autonomista de las nacions sens estat de França. Dins un webinari organizat la setmana passada per RP&S, divèrses dirigents e pòrtavoses de la meteissa UDB, del Partit de la Nacion Còrsa, d’Euskal Herria Bai e d’Unser Land (Alsàcia) an insistit sul besonh d’adaptar l’arquitectura de la Republica Francesa als besonhs de cada territòri, a travèrs d’acòrdis d’autogovèrn diferenciats.

En Alsàcia, lo camin per recobrar las institucions regionalas

Mentre qu’en Corsega negòcian amb l’estat e en Bretanha aspiran a o far, en Alsàcia la question que centra ara los esfòrces es la recuperacion de las institucions regionalas pròprias que lo territòri germanofòn perdèt lo 1r de genièr de 2016, quand foguèt absorbit dins una region de nòva creacion, lo Grand Èst. Dempuèi 2021 totun, Alsàcia dispausa d’una institucion pròpria —la Collectivitat Europèa d’Alsàcia (CEA)— mas inserida dins lo Grand Èst. Tant l’executiu alsacian coma los ciutadans —un 92% de vòtes en favor dins una consulta non constrenhenta aqueste meteis an 2023— preferisson de sortir del Grand Èst e que lor territòri torne èsser una region administrativa desseparada.

Pels autonomistas d’Unser Land, aquela region deuriá dispausar d’autonomia legislativa. Es tanben l’opinion d’una partida dels ciutadans que participan a la consulta que la CEA organiza entre abril e julhet per lor demandar cossí voldrián que foguèsse la region d’Alsàcia se, fin finala, se separèsse del Grand Èst. Demest las responsas de las personas participantas i a d’idèas coma lo transferiment de competéncias, lo bilingüisme alemand-francés o la possibilitat d’establir de ligams mai estreches amb d’autras regions europèas.

Lo president francés, Emmanuel Macron, a ensajat de se desbarrassar del dorsièr de la sortida d’Alsàcia del Grand Èst, qualques jorns après que la CEA aprovèt una resolucion, gaireben a l’unanimitat, en favor de la creacion d’una region d’Alsàcia amb “un estatut particular”. La CEA e los deputats alsacians pensan que lo desinterès de Macron pòt pas èsser definitiu e que, del meteis biais que lo govèrn francés a cambiat de vejaire e a considerat de negociar un estatut còrs, pòt passar la meteissa causa amb Alsàcia. A mai, segon una informacion publicada en febrièr dins La Dépêche du Midi, Macron pensariá de devesir qualques regions en d’autras mai pichonas, çò que, en fòrça cases, poiriá comportar de tornar a la mapa anteriora a la reforma de 2016 de François Hollande. E alavetz Alsàcia auriá una possibilitat. Tot comptat e rebatut, se poiriá comprene dins —o avançar en parallèl a— la reforma constitucionala que lo president francés vòl far aprovar en 2024.

Un “grand debat public” tanben en Alsàcia

La pòrtavotz de l’UDB, Lydie Massard, considèra que la consulta aviada en Alsàcia “mòstra clarament la draia de seguir” en Bretanha per definir los contorns e los contenguts de l’autonomia que son partit vòl per la nacion atlantica. “Avèm pas quitat de reclamar l’organizacion d’un grand debat public amb las bretonas e los bretons” sus aquela question, çò ditz Massard. “E esperam que Loïg Chesnais-Girard, president del Conselh Regional de Bretanha, adoptarà una actitud proactiva”. La campanha lançada la setmana passada per l’UDB es tanplan un biais de lo quichar.

 

[Imatge: Unser Land – sorsa: http://www.jornalet.com]

 

 

Escrito por Rodrigo Fresán

Lo primero que se escucha es esa voz aclarando un “I’m waiting for the man… Words and music, Lou Reed”. Y a continuación se oye esa canción que casi dos años después sonará en uno de los debuts discográficos más trascendentes e influyentes en la historia con una warholiana banana en su portada: The Velvet Underground & Nico. Se venderán unas 30.000 copias en el siguiente lustro, pero –ya asegurará ese original lugar común– “cada una de las personas que lo compró fundó su propia banda”.

Aunque ahora, antes, en mayo de 1965, la canción es la misma pero luce tan diferente. Antes, ahora, ahí ya está alguien esperando en su desierto privado a su camello y dealer de drogas; pero aún no está allí ese piano aporreado y ese ritmo insistente y anfetamínico. No: esta primera encarnación de “I’m waiting for the man” no tiene nada de terciopelo subterráneo y es más como cuero curtido sobre el que monta alguien que parece haberse escapado de los dedos de Robert Johnson o de la garganta de Johnny Cash. Y esto es solo el principio –a continuación se sucederán primorosas y primordiales versiones con versos alternativos de “Heroin” y “Pale blue eyes” y “Heroin” y “Wrap your troubles in dreams”, y canciones que hasta ahora eran rumores de leyenda como “Buttercup song”, y otras que se desconocían por completo, y hasta un cover interrumpido del “Don’t think twice, it’s all right” de Bob Dylan y aproximaciones do-wop de finales de los cincuenta a cargo de un quinceañero listo para la terapia de electroshock– del no hace mucho descubierto y recién editado Words & music / May 1965. Primera dosis de la Lou Reed Archive Series tras la estela del reciente documental de Todd Haynes sobre The Velvet Underground y de un desde siempre y para siempre vigente interés por la banda. Y lo que aquí se escucha es acaso algo más arqueoantropológicamente interesante que la certeza del genio consumado. Lo que aquí se escucha es la cierta promesa de la inminencia del genio por los días en los que Reed trabajaba como compositor a sueldo y para otros en la discográfica Pickwick y fue responsable de un dance hit menor como el baile del avestruz para sus más que apropiadamente nombrados The Primitives.

Y en este caso los esqueletos no estaban en el armario sino en una cinta de grabadora portátil. Sí: el cartero siempre llama dos veces. Y el remitente y el destinatario también. Y en esta historia el remitente y el destinatario son la misma persona dentro de un sobre cerrado y enviado por correo por Lewis Reed a Lewis Reed (la dirección del remitente y del destinatario era la de sus padres en Freeport, Nueva York) tramitando/registrando así lo que se conoce como “copyright de pobre”. Es decir: el nombre y la fecha del sello en el envoltorio precintado legitima propiedad y derecho sobre lo que allí se conserva (ahorrando el más costoso gasto del trámite ante la Copyright Office de la Library of Congress), y se conservó así por medio siglo.

Y en principio Don Fleming y Jason Stern –curadores de los archivos de Reed en Sister Ray Enterprises, luego de la muerte del músico en 2013, mientras catalogaban el ingente material a la New York Public Library of the Performing Arts– dudaron mucho en abrir ese sobre que apareció en un estante. Si su dueño no lo había hecho, quiénes eran ellos para profanar semejante reliquia que, además, podía albergar algún secreto terrible o maldición fatal, peor aún, nada digno de interés. Pero lo abrieron. Y, allí dentro, una cinta de cinco pulgadas grabada marca Scotch. Y llamaron a Laurie Anderson, viuda de Reed. Y al gran antocompiladólogo Hal Willner (quien trabajaría en la edición de Words & music / May 1965 hasta su muerte por covid en 2020). Y a un experto en conservación y manipulación de viejas grabaciones. Y, con mucho cuidado y gran atención, todos se sentaron a oír lo que ahora oímos nosotros. Y lo que se oyó allí fue como una festiva visita del fantasma de las navidades pasadas: aquel folk record al que Reed se refería en una misiva a su mentor poético, el entonces maldito Delmore Schwartz. Ahí, de nuevo, el vivaz espectro de Reed interpretando desde su habitación lo que cantaba por las esquinas del Greenwich Village en compañía (suya es la segunda voz en la grabación solo reclamando protagonismo en la ya muy V. U. “Wrap your troubles”) de un colega que pronto se vuelve inseparable y uno de los tantos hermanos y hermanas de sangre a los que el cantautor de humor podrido maltratará a lo largo de décadas de reencuentros y desencuentros, incluyendo a esa cumbre réquiem-elegíaca por su mentor de peluca plateada, sangre de sopa de tomate, mitad Drácula y mitad elegía que fue, en 1990, Songs for Drella: un tal John Cale recién importado de Gales, ligado a la música más experimental de entonces bajo la tutela de John Cage y La Monte Young y, sí, quien ejecuta ese piano en la posterior y definitiva y velvetera versión under pero por todo lo alto de “I’m waiting for the man”.

Words & music / May 1965 –con cuidada presentación y exquisito diseño de Masaki Koike y notas de Greil Marcus– es también, con su frescura del todo por delante, involuntario recordatorio del amargado tramo final de la carrera de Reed y sus más que prescindibles aproximaciones a Poe y a Metallica y a la meditación tai-chi. Pero quién le quita lo bailado y, sí, todo lo suyo muy bueno continúa resplandeciendo y caminando por el wild side la Street Hassle de Nueva York.

Y la difusión anacrónica de esta joya ahora atemporal coincide con lo más nuevo de la segunda voz de primera: el formidable mercy de John Cale, su opus 17 y primer trabajo desde 2012. Nerviosos telegramas de un eterno vanguardista –el verdadero experimentador en la Velvet– quien aquí, octogenario pero por siempre no joven pero sí juvenil, despacha expreso y certificado un puñado de canciones crepusculares con la pandemia y el confinamiento como timbres. Y el ahora se funde con el omnipresente recuerdo de ausencias inolvidables como Nico y David Bowie, quien alguna vez definió a Cale como “uno de los más infravalorados músicos en la historia del rock”. Aquí Cale –productor de los estrenos de Patti Smith y The Stooges y The Modern Lovers y Happy Mondays, y quien ha avisado que ya tiene material para por lo menos dos álbumes más– se rodea de jóvenes talentos y productores cool-cult como Actress y Weyes Blood y Laurel Halo y Animal Collective y Tei Shi y Fat White Family entre otros para, sobre capas de danzantes sintetizadores glaciales y cadencias trip-hip-hop-drum and bass, enviar postales que muestran desde las piernas de Marilyn Monroe, pasando por el instante en que el tiempo se detiene, hasta la formidable “I know you’re happy”, donde se repite ese casi mantra acusatorio a la vez que resignado de “Yo sé que estás feliz cuando yo estoy triste”. Pero, con la inevitable consciencia de que se acerca la despedida, mercy –como los recientes y también cabalgando hacia el horizonte Rough and rowdy ways de Dylan, Blackstar de Bowie, You want it darker de Cohen y McCartney III de McCartney– es además potente evidencia de que contemplar el abismo es, también, seguir mirando adelante dentro de una disciplina y género que alguna vez conquistaron adolescentes y ahora son elaborados por y para patriarcas.

De este modo –los extremos se tocan, se saludan, se escriben y cartean entre ellos–, puede definirse Words & music / May 1965 como el registro de ese primer y dorado y exacto momento en el que Lewis se convierte en Lou, mientras que mercy reverdece los laureles del violento-vintage que siempre fue John insistiendo en que “no es el fin del mundo” pero que probablemente sea el principio del final.

Y uno y otro fueron y son ahora esos adictivos hombres al que esperaban y a los que nosotros, habiendo recibido sobre y postales, más nos vale no dejar esperando. ~

 

[Fuente: http://www.letraslibres.com]

Un espacio histrico que los marplatenses pueden disfrutar Foto Diego Izquierdo

Un espacio histórico que los marplatenses pueden disfrutar.

La restauración y la reciente reinauguración de la Casa del Puente en Mar del Plata no solo pone en valor una de las quince casas más importantes del mundo, sino que también recupera la historia del planeamiento urbano de la ciudad, un tramo del arroyo fundacional y la identidad que la dictadura militar le quitó en 1977 al cerrar la importante radio que allí funcionaba, la cual fue saqueada y vandalizada durante décadas.

Por más de treinta años, los vecinos de la ciudad de Mar del Plata y arquitectos de todo el mundo que visitaron la zona encontraron una estructura de cemento con vidrios rotos y un arroyo seco serpenteando por debajo del puente, donde hoy vuelve a resplandecer una de las joyas arquitectónicas del mundo. La casa destruida estaba ubicada en un parque descuidado a tres cuadras de la universidad, donde se encuentra la Facultad de Arquitectura. La casa permanecía oculta entre los robles y el pastizal, siendo protegida solamente por alambres romboidales destejidos o caídos.

Magal Marazzo la directora del museo Foto Diego Izquierdo

Magalí Marazzo, la directora del museo.

Con una inversión histórica del Estado Nacional, el emblema marplatense logró recuperar su aspecto original y su historia, e inclusive preservó un tramo del arroyo fundacional de la ciudad conocido como Las Chacras. Al frente de la puesta en valor estuvo Magalí Marazzo, directora de la Secretaría de Obras y Planeamiento Urbano de la municipalidad y directora del museo, quien también tiene la tarea de promover ese espacio en eventos internacionales para fomentar el turismo cultural en Mar del Plata.

« Desde que abrimos nuestras puertas en 2012, esta casa ha sido un museo municipal y una de las cosas más fascinantes ha sido ver cómo personas de todo el mundo la visitan », destaca Marazzo a Télam, quien trabaja en colaboración con diversas fundaciones para ampliar la difusión del patrimonio cultural de la casa.

Foto Diego Izquierdo

En la actualidad, la administración de la Casa del Puente o Casa sobre el Arroyo se encuentra enfocada en la promoción del museo y prepara un libro con imágenes que cuenta con el apoyo de Turismo y Deportes de la Nación, así como también un recurso audiovisual con el respaldo del Ministerio de Cultura. Según detalló Carlos Balmaceda, secretario de Cultura de la ciudad, en una entrevista con Télam, « esta recuperación se ha llevado a cabo de manera muy integrada con el Gobierno Nacional, contando también con el apoyo del Ministerio de Obras, lo que refleja un enfoque de trabajo conjunto ».

La puesta en valor la Casa del Puente implica la recuperación del patrimonio argentino y de una de las arquitecturas más reconocidas del siglo XX a nivel mundial. Recientemente inaugurada por el presidente de la Nación, Alberto Fernández, la Casa sobre el Arroyo es una oportunidad también para la Municipalidad de Mar del Plata de llegar a un público internacional, lo cual no solo beneficiaría al museo, sino también al turismo.

Muestras en torno de la casa

Como parte de las iniciativas que buscan ponderar su proyección internacional, el 13 de mayo se presentó una exposición en la Embajada argentina en Roma, que da cuenta de la restauración y la historia de la casa. Hecho que se replicará en el Pabellón de Argentina en la Bienal de Arquitectura de Venecia, el 18 de mayo.

Foto Diego Izquierdo

Marazzo explica entusiasta que en el Museo Pompidou hay fotos de la casa, y hace un mes que en el Malba se exhibe una muestra que recupera el patrimonio arquitectónico de la Casa del Puente. « La idea es capitalizar estos valores como marplatenses y argentinos, y seguir trabajando en colaboración con otras instituciones para continuar promoviendo la importancia y la belleza de esta joya arquitectónica », dice la encargada del museo. Incluso la casa fue presentada en el MoMA de Nueva York hace unos años, y fue todo un éxito », dice .

La historia de un lugar que es patrimonio histórico

La reconocida radio, LU9 (la primera AM/FM en la ciudad), operó en la casa desde 1970 hasta 1977. Durante la dictadura militar, el propietario de la radio desobedeció las órdenes del genocida Emilio Eduardo Massera, quien envió un escuadrón para tomar la casa y transmitir al aire una notificación de la junta militar que exigía el cierre. « A partir de ese momento, comenzó la decadencia, el abandono y la intrusión, ya que el propietario de esta propiedad falleció y se desató una disputa legal entre su hijo, no reconocido del matrimonio, y la madrastra por las doce propiedades que poseían en la ciudad, incluyendo esta casa. Debido a esta larga disputa, la casa quedó en un estado de abandono y sin un dueño claro », explica Marazzo.

Foto Diego Izquierdo

Y a partir de entonces, esta casa que había sido objeto de estudio por parte de numerosos arquitectos, que se había presentado en Europa y que había atraído a miles de visitantes, cayó en un estado de abandono que duró tres décadas. « La recuperación se logró gracias a asociaciones, ONG y la sociedad en general, quienes comenzaron a valorar su importancia. Se trabajó durante muchos años en su restauración y en 2012-2013, la presidenta Cristina Kirchner asignó fondos del Gobierno Nacional al municipio para adquirirla », cuenta la directora del museo. A partir de ese momento, se convirtió en el primer « museo de sitio » municipal, dependiente de la Secretaría de Cultura.

La Casa del Puente, como explica Marazzo durante la conversación, tiene un valor multipatrimonial: « La casa incorpora los cinco preceptos del movimiento moderno, que representaba lo más avanzado en ese momento en que Amancio (Williams) la creó. Es la primera casa construida íntegramente en hormigón armado, algo que no existía hasta entonces ». Y añade: « Lo que hace Williams es combinar lo más característico de nuestra arquitectura nacional, que es el rancho pampeano o ‘casa chorizo’, parte de nuestra identidad cultural, con lo último de aquel momento, que era el movimiento moderno. Logra así una casa increíble en la que se plasman todos los valores de este rancho pampeano junto con la funcionalidad del movimiento moderno, lo cual luego se convirtió en el punto de partida para el desarrollo de la arquitectura hasta el día de hoy ».

La casa fue concebida por Amancio Williams (junto a Delfina Gálvez Bunge) como un lugar de veraneo y estudio musical para su padre, el compositor Alberto Williams, uno de los músicos más destacados de nuestro país, reconocido por haber realizado el último arreglo del Himno Nacional Argentino, el cual se sigue cantando en la actualidad. Los ventanales de la casa se « desmaterializan » y permiten abrir completamente los 360 grados de la vivienda, « esto le permitió a Alberto utilizar la naturaleza como medio compositivo », explica Marazzo, quien añade: « El murmullo del arroyo de Las Chacras y la ausencia de ventanas en el lugar acompañaban a Alberto, creando un sonido interno que lo inspiraba, en armonía con el susurro del viento moviendo las hojas y el canto de los pájaros ».

Foto Diego Izquierdo

Amancio Williams mantenía una amistad con Le Corbusier, reconocido como uno de los arquitectos más destacados del siglo XX, y gracias a esta relación tuvo la oportunidad de dirigir la construcción de la Casa Curutchet en La Plata, la cual fue declarada Patrimonio de la Humanidad. Según Marazzo, « la Casa Curutchet es más Amancio Williams que Le Corbusier ». Ambas viviendas comparten los mismos pisos, radiadores, luminarias y grifería, absolutamente todo. « Amancio solía hacer correcciones a los proyectos de Le Corbusier, algo que rara vez permitía a otros arquitectos », afirma.

Esta casa marca un hito en la ciudad, ya que fue diseñada como parte integral de un parque, rompiendo con la tradición de los parques franceses o ingleses de la oligarquía que veraneaba en Mar del Plata, donde el parque se desarrollaba en torno a la casa. « Pero esta casa, en cambio, respetó al 100% la naturaleza », destaca Marazzo. Además de los árboles propios del entorno, también se encuentran los del barrio vecino conocido como « Pinos de Anchorena ».

Matilde de Anchorena, a principios del siglo pasado, junto con François Verstraeten, un ingeniero agrónomo que era su chofer y con quien más tarde se casó, desarrollaron el parque que rodea la casa, llamado Parque Pereira Iraola. Matilde introdujo plantines de robles europeos y reforestó toda esta zona a lo largo del Arroyo Las Chacras.

Con la restauración de este tramo del arroyo, se recupera también la historia fundacional de la ciudad, ya que desde Las Chacras se desarrolló toda la planificación urbana de la misma. Tanto la línea costera como el arroyo de Las Chacras son los dos ejes fundamentales en los cuales se basa toda la planificación urbana de la ciudad.

El devenir histórico se fue alimentando los valores de esta casa. « En este espacio empieza la historia del patrimonio natural de nuestra ciudad. Y se desprenden muchísimas historias más, historias del barrio, historias de la gente, historias que nos llevan hasta el día de hoy ».

Para la ciudad esta recuperación de la famosa Casa del Puente « contribuye a impulsar el turismo en la ciudad de Mar del Plata, lo cual es algo sumamente necesario, dado que es una de las ciudades con mayor desempleo en el país y que no ha sabido aprovechar todo su potencial en términos de proyectos y riqueza cultural a lo largo del año », sostiene Marazzo.

Foto Diego Izquierdo

 

LA RECUPERACIÓN DEL ARROYO DEBAJO DE LA CASA DEL PUENTE DE MAR DEL PLATA

La Casa del Puente en Mar del Plata, reconocida tanto por su importancia arquitectónica como por su vínculo con la historia de la radio LU9, se destaca por conservar el último tramo a cielo abierto del arroyo fundacional de la ciudad y, para esta tarea, se restauraron las antiguas bombas sumergibles que se utilizaron en la época en que la casa funcionaba como radio y en su estado original, y se estableció un sistema de recirculación del agua extraída de las napas de la casa hacia el cauce del arroyo, manteniendo así su flujo controlado.

La Casa del Puente, además de su relevancia arquitectónica como Casa sobre el Arroyo, tiene un vínculo estrecho con la historia de la famosa radio LU9, que funcionó en esta casa. Después del fallecimiento de Alberto Williams, la casa fue vendida por su hija y posteriormente convertida en radio. Durante este proceso de transformación, adquirió el nombre con el que se conoce hoy en día, Casa del Puente, que también es el nombre del museo.

Su directora, Magalí Marazzo explica que « es importante destacar que el nombre arquitectónico original de la obra es ‘Casa sobre el Arroyo’. Sin embargo, debido al funcionamiento de la radio y su popularidad, se cristalizó el nombre ‘Casa del Puente’ en el imaginario colectivo, por lo que decidimos adoptarlo para el museo ».

En las dos áreas donde se ubican la casa y el pabellón de servicio, se preserva el último tramo al aire libre del arroyo fundacional de la ciudad de Mar del Plata. Esto tiene una gran relevancia histórica, ya que está intrínsecamente ligado al pasado, desarrollo y conformación de la ciudad.

Para el museo es de vital importancia que la Casa del Puente cuente con un arroyo, por lo que se emprendió un trabajo para recuperar este cuerpo de agua ubicado debajo de la casa. Se estableció contacto con el equipo de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (OSSE) durante los primeros años de gestión del museo para investigar qué había sucedido con el arroyo, el cual había sido canalizado de manera inusual a lo largo de varios años. Se descubrió que se habían utilizado bombas sumergibles originales para extraer agua de los terrenos, ya que en aquel entonces no había suministro de agua corriente en las casas de Mar del Plata. Durante la época de la radio, también se utilizó otra bomba que fue recuperada. Ambas bombas fueron retiradas y restauradas para ser colocadas nuevamente en su lugar original.

Con base en este proyecto, se respetó en gran medida el patrimonio natural de este espacio, evitando la invasión del arroyo con agua corriente. En su lugar, se extrajo el agua de las napas de la casa y se vertió en el cauce del arroyo. Se instaló una bomba recirculadora en un extremo y difusores en el otro extremo, logrando así mantener el flujo de agua en el arroyo de manera controlada y respetuosa. « Y tenemos nuestra fuente de Feng Shui », bromea Marazzo y agrega: « La realidad es que nos permitió recuperar el Arroyo de las Chacras tan importante, ver la casa con ese espejo de agua es increíble y ayuda al sistema natural del entorno y de la casa ».

Con el arroyo en pleno funcionamiento, por las tardes descienden numerosas aves de la zona para beber agua, llenando el ambiente con sus cantos. La luz natural entra a través de los ventanales abiertos y se combina con los sonidos de los árboles que rodean la casa, los pájaros y el arroyo, creando un entorno verdaderamente único.

« Una de las características destacadas de la casa es su biodiversidad bastante compleja », dice Marazzo y desarrolla: « Al encontrarse este pulmón verde en medio de la ciudad, rodeado de cemento, hemos descubierto hasta tres especies de aves migratorias que hacen una parada anual en este lugar, prácticamente sobre la roca. Entre ellas se encuentra el búho orejudo. Durante todos estos años se han realizado registros de especies y avistamiento de aves, organizando visitas guiadas especiales para el parque ».

« En estas visitas se destaca la diversidad vegetal y la variedad de aves que encuentran refugio en este espacio. El avistamiento de aves se ha convertido en una actividad de gran interés en el museo, permitiéndonos identificar estas tres especies que se encuentran exclusivamente en esta ubicación. Esto resalta la importancia tanto del arroyo como de los árboles y de todo este espacio que constituye un microclima en medio de la ciudad », concluye.

[Fotos: Diego Izquierdo – fuente: http://www.telam.com.ar]

És poeta, professor, investigador, crític literari i traductor de dilatada trajectòria. Alguns dels seus treballs són clau per entendre Joan Fuster, Vicent Andrés Estellés o Harold Bloom. El seu nom és Jaume Pérez Montaner i va néixer, ara ja fa 85 anys, a Alfàs del Pi. Amb motiu de l’efemèride, s’estan organitzant actes per celebrar la seva figura i la seva obra. El pròxim se celebrarà dins el Festival Barcelona Poesia, organitzat per la Institució de les Lletres Catalanes (ILC). Hi participen la directora de la ILC, Izaskun Arretxe; Josep Pedrals (codirector del festival); la violinista i compositora Coloma Bertran, i els poetes Carles Rebassa, Laia Carbonell i el mateix Jaume Pérez Montaner. Cal defensar la seva tasca com a ambiciós creador total.

Jaume Pérez Muntaner

 

Escrit per Jaume C. Pons Alorda

Tornes al lleopard que t’allibera / desig i afany / i creus i vius” escriu Jaume Pérez Montaner en el poema “L’arrel que t’habita” del volum L’heura del desig, que es clausura amb un extrem anhel de llibertat i amb la certesa que “Vens dels morts / i tornes a la vida / i rius i cantes”. El cant és el poema, la rialla podria simbolitzar Eros i el goig corporal, la mort s’entén com un dels pilars temàtics de la seva pràctica lírica, talment una marca eterna que ens acompanya en l’itinerari existencial mentre la vida es va fent de dolor, memòria i creació. Versos sintètics, en efecte, per condensar una complexa cosmovisió coherent, orgànica, poderosa. Difícil no evocar el tigre de William Blake, símbol de les forces atàviques però també un dels éssers més nobles i independents del regne animal, sobirà del destí que es basteix a queixalades.

Sempre he pensat que aquest poema de Pérez Montaner dialoga molt bé amb l’ànima del forjador de Cançons d’innocència i d’experiència sota el sedàs crític de Harold Bloom i les concepcions líriques de Wallace Stevens, decisives influències per al poeta valencià que va trobar a l’estranger la seva llar i una possibilitat per desenvolupar una respectada carrera acadèmica. Des d’experiències traumàtiques com ser empresonat o la d’aquest esmentat exili voluntari, l’autor responsable de Solatge va saber entendre a la perfecció què significa enfrontar-se a la intempèrie en els difícils anys de la dictadura franquista o en instants decisius com el de les bombes contra pensadors sense pèls a la llengua, talment com el sempre necessàriament reivindicat Joan Fuster. Tanmateix, cap mordassa ni cap foc inquisitorial no han pogut mai res contra la paraula, fonament del vers, i és així com la lluita pel territori i pel paisatge i per les arrels continuarà endavant: “El que el vent i la pluja ens ha deixat, com la roca, com l’arbre, fidels al lloc on són, com el tarquim o el fang, com un grapat de pols, tot allò que és tan nostre. Ara comença el poema: solatge.” Els actes de lluita civil, d’evocació memorial, de reivindicació política i de formulació literària, doncs, esdevenen eixos principals que ajuden a construir les coordenades de l’obra de Jaume Pérez Montaner, també amarada de sensualitat i d’imatges vigoroses com les del seu primer poemari, Adveniment de l’odi, llibre amb el qual es va batejar amb foc en una molt cobejada edició de l’editorial Tres i Quatre: “I tu, ciutat bagassa / (…) Amb pixums de Pigalle reguen / noctàmbuls briacs geranis englantines / Tristes cançons rellisquen per les blanques façanes.”

D’un altre dels seus mestres, Vicent Andrés Estellés, poeta que Pérez Montaner ha analitzat en articles i conferències i llibres tant en solitari com en col·laboracions com la que va mantenir amb el ja finat Vicent Salvador, ha après que la poesia és una possibilitat de vida i de crítica i de combat, i que l’art pot maldar per exorcitzar les tenebres i les misèries del món al mateix temps que persegueix l’efímera bellesa i la captura amb mots precisos. Tot i que és un poeta reivindicatiu, Jaume Pérez Montaner es consigna a un alè críptic i hermètic, carregat de simbologies gairebé oníriques. A Museu de cendres escriu: “Em reconec aquí / ebri de ràbia / de nord a sud / cabriolant de por / entre les ratlles amargues del poema”. No és estrany que un dels seus pintors preferits sigui Rothko, a qui dedica alguns dels seus textos inèdits inclosos a Defensa d’una forma. Poesia completa 1976-2018, excepcional volum publicat per la Institució Alfons El Magnànim sota la direcció de Vicent Berenguer: “Tot és alè i desig, tot és alè. / L’aorta dilatada fins al màxim. / Un alè que és a penes perceptible. / Sense objecte el desig que et sobreviu.”

Com tan bé assevera el professor, investigador i escriptor Antoni Martí Monterde, un dels seus deixebles i responsable tant del retrat literari quan Pérez Montaner va merèixer el Premi Jaume Fuster de l’Associació d’Escriptors en Llengua Catalana, com de l’atent pròleg de Defensa d’una forma: “La trajectòria d’un autor com Jaume Pérez Montaner requereix una aproximació que, necessàriament, ha de prendre una forma especial; per fer-se càrrec del que significa la seva figura en la literatura catalana del darrer mig segle cal entendre la seva obra com una mena de meditació sobre cada dia, sobre la manera en què els dies es converteixen en memòria, i també sobre la consciència poètica d’aquesta memòria. Com a poeta i com a crític, Jaume Pérez Montaner reclama per a la poesia el reconeixement de la seva capacitat de condensar, en uns sols mots, el sentit d’un passat que, quan era present, es resistia a ser escrit tant com a ser admès”. És a dir: el poeta accepta formar part d’una tradició tot convertint-se en una baula més que possibiliti una mutació personal que projecti el seu treball, però també el seu llegat i el seu context, cap al futur per tal que el procés recontinuï en un etern retorn infinit. I la resta és literatura, de la mateixa manera que morir, com va dir l’il·lustre suecà, deu ser deixar d’escriure…

I és que la idea de mort ronda amb perspicàcia alguns dels versos més memorables de Jaume Pérez Montaner, no només la diminuta mort física de l’individu enmig de la caòtica globalitat, quan l’amenaça ens assetja constantment amb la seva perfídia, sinó també la mort encara més ampla d’una llengua, la d’una identitat col·lectiva, la d’un país o d’un somni compartit. Comparteix, doncs, obsessió amb el seu amic, i també creador inimitable, Josep Palàcios. A “Començament sense final”, una composició del poemari Fronteres que remet a aquest alè elotià i joyceà en què acabament i encetament es toquen per arribar al mateix punt, ho expressa així: “Començament sense final totes les morts perquè tot és principi sense espera qui parla de futur boca de serp?”

Però quina és la forma que defensa Jaume Pérez Montaner concretament? L’absoluta, redemptora, la de la llibertat. Així alguns dels seus versos estan escrits amb mètrica estricta (té alguns més que excel·lents poemes en decasíl·labs perfectes, per exemple), però també amb vers lliure whitmanià o en prosa poètica sota el signe de Baudelaire. La diversitat no és follia sinó una altra possibilitat d’alliberament, i al final cada poema troba la seva millor solidificació a través dels mots. El bon recercador i professor Dominic Keown, que li va fer el pròleg de L’oblit i l’epíleg de Defensa d’una forma, ho expressa amb raó: “No hi ha indici més revelador de la varietat expressiva de la veu de Pérez Montaner que la còmoda convivència de termes de clara inclinació ideològica —la invectiva en contra de l’opressió implícita al sistema capitalista en Adveniment de l’odi (1976) en seria un exemple apropiat— amb els tòpics més estèticament latents i emotius de la llarga convenció homèrica: la mort, l’amor, la sensualitat, la soledat, l’art com a via d’autorealització, etc. —particularment evidents en Museu de cendres (1981) i L’heura del desig (1985). No cal dir que l’amplitud de l’espectre expressiu pel que fa al contingut queda reflectida estilísticament en el gran nombre de formes poètiques assumides amb encert.”

Com a crític, sempre m’ha agradat recomanar un recull deliciós com Subversions, publicat fa anys a Tres i Quatre: antologia d’alguns dels metatextos més representatius de Jaume Pérez Montaner i una veritable poètica molt personal, en què es desgranen altres referents clau per a ell com Salvador EspriuPere GimferrerCésar Vallejo o Blas de Otero. Tampoc no podem oblidar la seva contribució com a traductor. Va ser un dels pioners introductors dels versos incisius i juganers d’e.e. cummings o dels més desesperats i tremebunds d’Anne Sexton, en ambdós casos al costat de la poeta i companya vital Isabel Robles, amb qui ha teixit un fil continu de complicitats en una vida que es podria llegir com una portentosa novel·la marcada per les passions i per les paraules en un viatge heroic al més pur estil Joseph Campbell.

Per anar acabant, una novetat feliç. És cert que qui vulgui llegir la formidable i enfervoridora poesia de Jaume Pérez Montaner, el degà de la poesia catalana al País Valencià al costat de Josep Palàcios, ho podrà fer gràcies al magnífic volum panoràmic Defensa d’una forma. Poesia completa 1976-2018. Però l’autor viu, demiürg en la paciència per assolir la crida, espera en l’eterna inquietud el clam de la conjugació, i és així com el poeta que ara començam a celebrar com es mereix, amb congressos o actes públics o (re)lectures, ha continuat escrivint: el resultat es publicarà ben aviat dins de l’exquisit catàleg d’Edicions del Buc, una de les millors col·leccions poètiques del panorama actual. Mentrestant, llegirem autoretrats talment aquesta peça surrealista i exaltadora que va elaborar Pérez Montaner dins L’oblit: “Com el gat tinc set vides o set morts, / Onisa, Onisa, Onisa. He recobrat / entre els fragments sollats de la desfeta / antiquíssims retalls oblidats o perduts: / ara un pitxer, un càntir, una flor / o l’ansa d’un setrill, una cançó, / la font de Partagat, els dits inhàbils / en l’aigua freda i dura com el vidre, / la melodia humil sobre la pedra, / la vella molsa d’anys, vell viatger / que renaix sobre el temps i les fronteres, / entre la pols daurada de l’oblit: / en aquestes muntanyes poderoses / floreixen els lilàs sobre les roques / i llancen flamarades el geranis.”

 

[Font: http://www.eltemps.cat]

Los refranes y expresiones «de ida y vuelta» entre España y Perú serán motivo de un conservatorio que se celebrará este martes en la sede del Centro Cultural de España en Lima (CCELima), informaron este sábado los organizadores a EFE.

En el conversatorio, que es organizado por la Embajada de España en Perú y la Academia Peruana de la Lengua, participarán el profesor español Carlos Arrizabalaga y la académica peruana Eliana González Cruz.

Arrizabalaga es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Navarra y especialista en estudios léxicos y gramaticales del español americano y de historiografía lingüística peruana, que enseña en la Universidad de Piura, en el norte de Perú, desde 1996.

En 2012 publicó el libro El dejo piurano y, en 2017, Lingüística peruana. Introducción a los estudios del castellano en el Perú.

González Cruz es, por su parte, miembro de la Academia Peruana de la Lengua y miembro correspondiente de la Real Academia Española, así como profesora de la Universidad de Piura.

Tiene un doctorado en Lingüística Hispánica por la Universidad de Navarra y es licenciada en Educación, con mención en Lengua y Literatura, por la Universidad Femenina del Sagrado Corazón, de Perú, además de dirigir la revista de humanidades El Mercurio Peruano.

Los organizadores destacaron que durante el conversatorio se analizarán expresiones como de aquí a Lima, una frase muy usada en España, pero poco conocida en Perú, para referirse a una gran distancia, física o no, por recorrer.

 

[Fuente: http://www.fundeu.es]

É unha das 18 cidades, e a única de todo o Estado español, que celebran a efeméride a nivel europeo cun completo programa de actividades baseado no capítulo VIII da icónica obra, ‘Laestrygonians’.

Á esquerda, o percorrido previsto por Lugo no marco das xornadas; á dereita, o ‘Ulises’ de James Joyce.

Lugo foi unha das 18 cidades europeas —a única da Galiza e de todo o Estado español— elixidas pola Ulysses European Odissey, cunha programación bienal, para conmemorar o centenario da obra literaria por excelencia do irlandés James JoyceUlises. O evento aterrou na cidade amurallada esta sexta feira e despregará diferentes actividades até o domingo, día 21.

A programación luguesa está baseada no oitavo capítulo do libro, Laestrygonians, no que o protagonista Leopoldo Bloom pasea polas rúas de Dublin o 16 de xuño de 1904 e para nun pub ao mediodía a tomar un petisco de pan e queixo gorgonzola, acompañado por un viño de Borgoña.

A comida e a bebida, de feito, cobran un papel relevante nestas xornadas, nas que se analizará a historia da tradución do Ulises ao galego; a literatura gastronómica; a estreita relación entre Galiza e Irlanda; as súas semellanzas culturais, artísticas e históricas, e a influencia do libro de Joyce, cumio do modernismo literario do século pasado, na literatura galega actual.

Presentación das xornadas, a finais do pasado ano. Na imaxe, Uxío Novoneyra, presidente da Fundación Novoneyra; Sean Doran, director artístico do proxecto, e Rubén Arroxo, tenente de Alcaldesa de Lugo. (Foto: Nós Diario)

Presentación das xornadas, a finais do pasado ano. Na imaxe, Uxío Novoneyra, presidente da Fundación Novoneyra; Sean Doran, director artístico do proxecto, e Rubén Arroxo, tenente de Alcaldesa de Lugo.

Tamén haberá sitio para un simposio no que se analizará o vizoso sector gastrocultural de Lugo da Galiza enteira, desde a produción até a distribución e o gozo da nosa gastrocultura, referente europea. Cociñeiros, produtores, académicos e labregos serán os encargados de explicar, en primeira persoa, as súas achegas a un factor cultural de primeira magnitude como é a alimentación.

As actuacións da Banda Filarmónica de Lugo, do colectivo poético Lupercais, a reconstrución sonora da Praza de Abastos de Lugo cara a 1920 pola Fundación Legar e unha interpretación danzada do capítulo VIII do libro a cargo da compañía 3Monos tamén forman parte do programa.

Ao longo destes días participarán do evento, aliás, Yolanda Castaño, Xavier Queipo, Cid Cabido, María Linheira, Francisco Castro, Antón Reixa, Genaro da Silva, Branca Novoneyra, Isaac Xubín, Keith Payne, Sara Plaza, Lois Diéguez, María Sánchez ou Álvaro Villasante, entre moitos outros e outras.

As xornadas luguesas deron o disparo de saída na mañá desta sexta feira cun almorzo introdutorio a conta de Maite Ferreiro, concelleira de Cultura de Lugo e vicepresidenta da Deputación; Augusto Paramio, director da Oficina Europea Creativa do Ministerio de Cultura; Gonzalo Francisco Fernández Suárez, decano de Humanidades do Campus Terra da USC; e Branca Novoneyra, directora da Fundación Uxío Novoneyra.

 

Podem convertir en pregària tot allò on disposem la nostra atenció

Escrit per Montserrat Dameson

Albert Camus la va descriure com “l’únic gran esperit del nostre temps” i T. S. Elliot com “una dona amb un geni similar al dels sants”. Llegir Simone Weil és estar disposat a endreçar-se espiritualment, el fer dissabte de l’ànima. A finals del 2021, Fragmenta en va editar La Gravetat i la gràcia i un any i mig més tard encara hi torno com si fos una caixa d’eines. Una caixa d’eines que m’ajusta els cargols per pregar millor, per posar nom als espais que queden entre Déu i l’home i per treballar la interioritat des del cap, des de la intel·lectualitat. En una d’aquestes rellegides aleatòries intentant entendre per què fa un any i mig em van interessar els aforismes que hi vaig subratllar, vaig trobar una distinció que m’ha quedat impresa al cervell i m’ha tornat en moments de silenci. Weil explica que la voluntat i l’atenció no són el mateix i que “hem de procurar corregir les nostres faltes per mitjà de l’atenció, i no de la voluntat”. Sabent això, Simone Weil qualifica la voluntat de controladora d’alguns moviments musculars i l’atenció de timó pel que fa a la puresa interior, la inspiració o la veritat de pensament; virtuts que no estan associades a moviments corporals i, en conseqüència, tampoc ho estan a la voluntat.

Perquè ens ubiquem una mica, la filòsofa francesa posa l’exemple de l’home orgullós, algú amb una evident manca de gràcia en aquest sentit. Les faltes que no poden esmenar-se a cop de voluntat, com l’orgull, queden en una zona grisa en què tot el que podem fer si ens les volem treure de sobre és reconèixer-nos-les i, en una mena de súplica secreta, desitjar la virtut que les contraresta. Per a Simone Weil, aquest exercici de súplica és, en el fons, “creure que tenim un Pare al cel” que ens pot alliberar d’aquestes faltes que queden lluny de la voluntat perquè no depenen de moviments musculars i, per tant, són pura atenció. Per això “l’atenció, duta al seu grau més alt, és el mateix que la pregària”. “En l’atenció s’hi pressuposa fe i amor” perquè ens encomanem a Déu quan anhelem el redreç dels nostres defectes i perquè el desig de virtuositat és un acte d’amor, cap a un mateix i cap als altres.

De tot el que explica Weil aquí, me n’ha interessat la manera com aquesta “atenció” es concreta més enllà de l’autoconsciència, això és, com es treballa l’atenció quan ja ets plenament sabedor de quines són les esquerdes que et caracteritzen. No n’hi ha prou amb fer l’examen, passar-se els rajos X per l’ànima i dir: “Em manca això. Ara que ja ho sé i vull canviar-ho, tinc la feina feta”. Hi ha d’haver un esforç dins d’aquesta atenció, una manera de fer que tenir el cap on toca ens canviï la naturalesa amb què sortim a jugar, o almenys la modeli una mica. Si l’atenció de Weil funciona com la concentració en l’estudi, en la lectura o en la creació artística de qualsevol mena, la restauració de les nostres esquifideses pot ser una qüestió de pràctica. Com més atents estiguem, més ens acostarem a les virtuts que ens falten. L’atenció fa la cosa com si l’espiritualitat fos estudiar-se vint-i-quatre temes de Dret Processal Civil en què et concentres concentrant-te i n’aprens aprenent-ne, a base de temps. Posar el focus a les nostres tares en els termes de Weil pot assemblar-se a aprendre a pintar, perquè cultivar el talent i dedicar-se a les virtuts queden molt a prop; esperar la inspiració i suplicar interiorment l’adveniment de tot el que ens pugui fer millors, també. “Si girem les nostres ments cap al bé, és impossible que, a poc a poc, tota l’ànima no sigui atreta cap al bé”. És posar-hi el cap per acabar portant-hi el cor –i el cos–.

La gràcia d’aquest marc és que tot el que requereix esforç i temps en el seu grau més alt pot ser una pregària. Em sembla que és una afirmació de consens dir que entregar temps -i fer-ho de la manera més desinteressadament possible- és una de les formes més netes d’estimar. El temps no torna i, fins i tot si l’has donat interessadament, el retorn que en puguis rebre mai serà “aquell” temps concret. Weil parla de l’atenció des d’una mirada espiritual, girant els ulls cap endins. Però des d’un punt de vista més simplificador, que en l’atenció s’hi pressuposa un acte de fe i amor es veu sobretot quan l’atenció no ens la dediquem a nosaltres mateixos. Sembla paradoxal, però en realitat una de les millors maneres de parar atenció a les nostres faltes és estar atent a les necessitats dels altres. Sortir d’un mateix és la millor manera d’entrar-hi, perquè en donar-se –en termes cristians–, sempre hi ha cerca de virtut. Moltes vegades n’hi ha prou amb fer un cafè amb una amiga que necessita ajuda per deixar de capficar-nos amb tot allò de la nostra vida que en realitat no és important o no podem canviar. O amb llegir un llibre per endreçar totes les veus del nostre desordre mental en una de sola. O amb pregar endins per estar despert enfora. Posar tota l’atenció que ens sigui possible en una cosa sempre ens revela faltes de nosaltres mateixos que desconeixíem, i per tant sempre ens dona l’oportunitat de polir-les. No hi ha res que s’assembli tant a la pregària com això. Si en l’atenció s’hi pressuposa fe i amor, i l’atenció, en el seu grau més alt, és pregària, podem convertir en pregària tot allò on disposem la nostra atenció. Aquesta és la gràcia de la fe, poder-ho explicar és la gràcia de la Simone Weil.

 

[Font: http://www.nuvol.com]

https://youtu.be/9sN4vBuQNGw
On dirait qu’on sait lire sur les lèvresEt que l’on tient tous les deux sur un trapèzeOn dirait que sans les poings on est toujours aussi balèzesEt que les fenêtres nous apaisent
On dirait que l’on soufflerait sur les braisesOn dirait que les pirates nous assiègentEt que notre amour c’est le trésorOn dirait qu’on serait toujours d’accord
J’ai traqué les toujours, désossé les déessesGoûté aux alentours, souvent changé d’adresseCe qui nous entoure, l’extension de nos corpsQuand nous sommes à l’écart, mineur, chercheur d’or
Quand faut-il être pour ?Que faut-il être encore ?Quand faut-il être pour ?Que faut-il être encore ?
On dirait qu’on sait lire sur les lèvresEt que l’on tient tous les deux sur un trapèzeOn dirait que sans les poings on est toujours aussi balèzesEt que les fenêtres nous apaisent
Peut-être que la nuit le monde fait la trêveEt qu’aujourd’hui ton sourire fait grèveOn dirait qu’on sait lire sur les lèvresEt que l’on tient tous les deux sur un trapèze
Peut-être que la nuit le monde fait la trêveEt qu’aujourd’hui ton sourire fait grèveOn dirait qu’on sait lire sur les lèvresEt que l’on tient tous les deux sur un trapèze.
Interprète : Alain Bashung
Album : Bleu pétrole
Année de publication : 2008
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